UN VIAJE A MALLORCA.
Celos e infidelidades.
Mi cara est� ba�ada en l�grimas; la pintura negra de los ojos
me cae por ellos...
Llego al ascensor y �lex que tambi�n llora a moco tendido me
coge por la cintura y me abraza, mientras entre suspiros me dice:
Pili, no nos olvides nunca. Mami y yo, bueno y "Camelia"
tambi�n te queremos mucho!.
Lo estrecho entre mis brazos y suavemente le beso el pelo, a
la par que le digo que yo tambi�n los quiero a ellos; la perrita gimotea y con
sus patitas me frota los pies. Me separo del ni�o �te doy el peluche para que lo
sujetes- y poni�ndome en cuclillas le acaricio el lomo y le coloco bien el lazo
de la cabeza. T� en un susurro me dices:
Cari�o, son las siete menos veinte...
Te miro y asiento con la cabeza. Me dirijo de nuevo a �lex y
me despido de �l igual que de Carmen: CHAO.
Nos metemos en el ascensor y cierras la puerta.
Pulsas el bot�n 0 �dejas el mu�eco en un rinc�n- y comenzamos
a bajar; yo estoy muy triste y tengo la cara horrible. Me abrazas y dices:
Ya est�, mi vida no llores m�s. Las despedidas son as�,
pero piensa en la pr�xima vez que os vea�s...
Como siempro digo: Para volver, primero hay que irse.
Te sonrio, te doy un besito y te digo que pareces Pap� Pitufo
de tan filos�fico; tengo la sensibilidad a flor de piel y te pido que no me
dejes nunca, que te necesito mucho...Me devuelves el beso y me comentas:
Te amo; no pretendo dejarte nunca. Eres tan especial
conmigo...
Acaricio tu pelo y peg�ndome mucho a tu cuerpo, te digo que
el ser de esta manera me sale de forma natural; que soy as� porque yo tambi�n te
quiero de verdad, con todo mi coraz�n, con mi cuerpo y con toda mi alma.
Nos abrazamos fuertemente y al separarnos me dices:
Parece que est�s en Halloween, y para eso a�n faltan cuatro
meses...
Dame la mochila para coger un kleenex y limpiarte esa
carita tan dulce que tienes.
Me la sacas de la espalda y coges el paquete de pa�uelos de
papel. Me gui�as un ojo y me dices:
S�lo queda �ste; hay que comprar m�s...recuerda que nos
fueron de mucha utilidad y seguro que a�n volveremos a usarlos.
Me limpias los ojos y en un gesto divertido me estrujas
�flojito- la nariz; al instante se pone roja y me dices:
- Pareces una payasa!. Gu�rdalo por si vuelves a
necesitarlo...
Ya hemos llegado a la entrada, abres la puerta y cogi�ndo el
diablito salimos.
Veo que son las siete menos cuarto y te digo que tal vez
llegaremos algo m�s tarde al hotel y si los abuelos tienen que esperarnos; que
lo siento mucho, pero yo no me voy de aqu� sin antes ver "mi" casa y "mi"
colegio.
Salimos a la calle y desde el balc�n Carmen, �lex y "Camelia"
nos despiden una vez m�s. Les lanzo un beso y agito mi mano y d�ndome la vuelta
sigo caminando sin volver la vista atr�s.
T� vienes detr�s m�a y aligerando un poco el paso me coges.
Me agarras por los hombros y me preguntas:
Pili, qu� te pasa?, he dicho o hecho algo que te haya
molestado?.
Te respondo, despu�s de acariciarte el rostro que no; no es
por t�, que t� eres maravilloso...Que soy demasiado sensible, que todo me lo
tomo a pecho y -mientras caminamos hasta la casa que fue mi hogar casi toda mi
vida- que a veces son muy man�atica. Te ries y exclamas:
Yo m�s que t� que para algo soy g�minis!.
Nos paramos delante de una casa de planta baja con el n�mero
34, tiene una puerta y dos ventanas (en la fachada principal) de madera pintadas
de color verde menta. Al ver la terraza �cubierta ahora con un toldo en tono
amarillo-mi mente retrocede en el tiempo y evoca el d�a que mis padres y yo nos
vinimos definitivamente para Galicia. De nuevo me emociono, vuelvo a sollozar y
me limpio es el �ltimo kleenex.
Pues s�, tengo que comprar por lo menos dos paquetes m�s.
Seguimos caminando por la acera, damos la vuelta a la manzana
y ah� est� el colegio d�nde estudi� durante doce a�os: el colegio Mixto S�
Arenal. Es un edificio de dos pisos pintado de color beige con las esquinas
marr�n oscuro; me acerco al portal (est� cerrado con un candado) y veo que los
alambres que lo cercan est�n arreglados, claro ya han pasado 21 a�os!. Uff, como
pasa el tiempo. Mientras lo miro me froto el brazo izquierdo a la altura del
codo y t� me preguntas:
- Qu� pasa ahora?. Por qu� sonries?.
Te ense�o la cicatr�z que tengo: ahora es una menudencia,
pero recuerdo perfectamente que cuando me hice la herida me pareci� grand�sima y
llor� como una descosida.
Me quedo pensativa unos minutos: Era una tarde de final de
mayo y hac�a un calor horrible; llevaba puesto un vestido de tirantes de color
rosa pastel y unas sandalias blancas abiertas sin tac�n; como llegaba tarde a
clase iba corriendo un poco despistada y por eso no me fij� que del portal
sobresal�a un alambre bastante largo.
Me lo clav� en la piel y me la desgarr�...Sent� tanto dolor
que enseguida se me saltaron las l�grimas y de la herida comenz� a brotar tanta
sangre que incluso me mare�.
Como pude me saque el fino metal y me la tap� con la mano.
Entr� al colegio, fui a mi aula 7� A �ten�a 13 a�os- y a duras penas toqu� en la
puerta y abr�; Don Jordi, mi querido profesor de Literatura enseguida que me
vio, vino hac�a m�, me hizo sentar en su sill�n y me pregunt� que sucedi�;
mientras tanto los compa�eros hicieron un c�rculo alrededor y todos se admiraban
y me acuerdo que Quetclas (el m�s duro de la clase) me dijo: "Seguro que te
duele un mont�n".
Don Jordi me dijo que fueramos al despacho para curarme. Le
dije que no se molestar�, pero �l insisti� y cogi�ndome por los hombros con sus
grandes manos me levant� y me "oblig�" a ir a la sala de profesores.
Yo estaba muy nerviosa, porque la herida sangraba y me dol�a
y tambi�n por estar a solas con mi profe favorito...
A mis trece a�os a�n no hab�a besado a ning�n chico y nunca
hab�an tocado mi cuerpo.
Ese maestro era mi hombre ideal por �quel entonces:
inteligente, amable, dulce, simp�tico, alto, fuerte y muy actractivo; ten�a el
pelo largo ondulado y barba de color pelirrojo como Van Gogh y sus ojos eran de
un azul muy intenso, exactamente no sab�a su edad, pero aparentaba unos cuarenta
m�s o menos y era soltero o eso creo porque no llevaba alianza.
Al llegar al despacho me hizo sentar encima de la mesa y
abri�ndo el botiqu�n sac� una botella de alcohol y varias gasas. Me agarr� con
suavidad el brazo y despu�s de decirme: "Te picar� un poquito. Lo siento, mi
ni�a linda", me hech� un chorrete de l�quido; yo di un respingo y un quejido
y comenc� a llorar de nuevo. �l acerc� su boca, sopl� su aliento sobre la pupa y
luego desliz� sus labios sobre mi rostro y con su lengua enjuag� mis l�grimas;
me dijo:
Cierra los ojos y no digas ni hagas nada, por favor!.
Yo le obedec� y not� como sus labios cubr�an los m�os. Fue un
beso muy dulce; suavemente me tumb� en la mesa boca arriba y me subi� el vestido
hasta la cintura, ese d�a llevaba una braguita blanca de algod�n con el d�a de
la semana en letras rojas.
Me acarici� las piernas, subi� por los muslos, meti� un dedo
por debajo de la tela y desliz�ndolo me frot� el cl�toris. Al notar su tacto y
oir su respiraci�n entrecortada me estremec� y �l me dijo con voz seria:
Pilar, c�brase y vaya a clase. Si los alumnos preguntan por
m� d�gales que tuve que arreglar un imprevisto �me gui�� un ojo y sonri�
brevemento- y se lo ruego, no comente con nadie este incidente. Conf�o en
usted.
Le dije que no se preocupara, que no se lo dir�a a nadie; y
he cumplido mi palabra hasta hoy, porque ni siquiera Carmen que era y siempre
ser� mi mejor amiga lo supo.
Al a�o siguiente Don Jordi no comenz� el curso con nosotros.
Indag� y o� rumores de que lo hab�an expulsado porque al parecer lo hab�an
pillado con una alumna de 8� practicando sexo oral.
En fin, yo guardo muy buenos recuerdos de �quel maestro y es
a �l a qui�n agradezco m�s mi ilusi�n por leer y sobretodo por escribir.
Me espabila el sonido de mi reloj: son las siete de la tarde.
Los abuelos ya habr�n regresado de la excursi�n a Palma.
Te digo que es mejor que nos vayamos; estoy a punto de bajar
por d�nde hemos venido, pero decido girar a mano izquierda e ir por un atajo. En
unos diez minutos llegaremos al hotel...
Me coges de la mano, caminamos todo recto por la acera y
llegamos a un local nuevo; es un hipermercado de la cadena MERCADONA, te comento
que es nuevo y que la gasolinera BP de enfrente la construyeron tres meses antes
de que abandonara la isla.
Seguimos andando y de repente, al pasar por delante de la
puerta de entrada al hiper oigo un silbido y una voz de hombre que me dice:
Ole, las ni�as mu guapas!.
Sigo hac�a adelante, pensando que esas palabras las ha dicho
un cliente cualquiera y por eso hago de cuenta que no va conmigo. T� haces
detenerme, te das la vuelta y muy cabreado, le espetas:
Cuidado con lo que dices!. Esta ni�a es m�a...
El hombre te dice con voz divertida:
Disculpe usted se�or, pero su �y lo recalca- ni�a es mu
guapa!.
Est�s a punto de ir hac�a �l, pero hay algo en su forma de
hablar que me resulta conocido. Ese mu lo he o�do otras veces, se ilumina una
lucecita en mi mente...No puede ser...me volteo y veo frente a m� a Enrique, mi
primer nov�o!.
En mi cara se dibuja una sonrisa de alegr�a y con un gritito
le digo: "Hola Kikito" (as� lo llamaba cuando estaba con �l). �l me mira de
arriba a abajo con los ojos muy abiertos y casi sin poder hablar me pregunta:
Pili?. Eres t�?
Muevo la cabeza en gesto afirmativo mientras no dejo de
sonre�r. Enrique tambi�n me sonr�e y exclama:
No me lo puedo creer, est�s mu guapa! �te mira a t� y
se encoge de hombros-. Ven aqu� y dale un abrazo a tu primer nene.
Te suelto la mano y me acerco a �l, me pongo de puntillas y
abraz�ndolo por el cuello lo estrecho entre mis brazos, �l me acaricia el pelo y
al darme un besito en la mejilla se acerca a mi o�do y en voz baja me pregunta:
Qui�n es ese t�o?. No me digas que es tu nov�o...
Le respondo que s� y llam�ndote os presento formalmente.
Enrique te ofrece la mano y te dice:
Oye Marcos, perdona si te he molestado, pero me he quedado
pasmado al ver a Pili de nuevo.
Enrique es un chico muy guapo algo m�s joven que yo (he
tenido contigo 4 nov�os y todos de menos edad que yo (Jol�n voy a parecer una
"asalta cunas"): alto, delgado, moreno, pelo corto casta�o oscuro ondulado, boca
de labios carnosos y ojos marrones-verdosos como los m�os. Lo conoc� en serio
cuando yo ten�a 18 a�os porque �l era amigo de mi hermano e iban juntos en
pandilla con Toni y Charly; yo sol�a ir a la disco con Tere y con Loli...
Me pregunta que hago por Mallorca y para ser t�pico y poco
original �uno de los motivos por los que corte la relaci�n-, me interroga sobre
mis padres y Reni, mi hermano. Al igual que hice por la ma�ana le explico
brevemente que est�n bien y que mi hermano es ch�fer de autob�s, pero que ahora
vive en Galicia.
Enrique me dice:
No lo sab�a, yo cre� que a�n estaba en Fuerteventura. Yo
trabajo en el bar de mis padres porque ellos ahora est�n en Albacete; se
fueron para all� hace dos a�os...Estaban ya de turismo hasta las narices.
Me voy a despedir y me dice:
Te acuerdas lo que hab�a en ese terreno mucho antes de
estar la gasolinera?
Le respondo que s�. Como me quedo en silencio, t� te
interesas por lo que era y me preguntas:
Yo no lo s�. Lo puedes explicar?.
Tengo algo, no de miedo, m�s bien de indecisi�n en
cont�rtelo, pero Enrique que todo lo que tiene de guapo lo tiene tambi�n de
bocazas, te dice:
Hace a�os eso era un pinar vac�o y entre todos (en el grupo
�ramos siete: 4 chicos y 3 chicas) montamos una caba�a; nos qued� chul�sima,
verdad que s� nena?.
Doy un suspiro y digo que s� en un susurro porque ya s� por
d�nde van los tiros. Miro el reloj con impaciencia y veo que son las siete y
cuarto, te cogo de la mano y al intentar despedirme de nuevo, t� le preguntas
con tu innata curiosidad:
Y pas� algo interesante en esa choza?.
Te respondo que no, (ahora si que tengo miedo de tu
reacci�n), cosas de cr�os...ni�er�as. �l exclama con una risita burlona:
Yo dir�a que pas� algo m�s que eso...Piluchi!.
Ahhhh. Al oirle llamarme por el apodo que utilizaba para
ponerme a tono, me pongo hist�rica e intento por todos los medios sac�rmelo de
encima. En este tiempo que llev�monos conoci�ndonos he descubierto tus virtudes
�muchas-, pero tambi�n tus defectos y sin ninguna duda el mayor de todos son los
celos.
T� me coges por la cintura y le preguntas:
Ah s�?, y se puede saber que fue?.
Yo lo miro fijamente mientras en mi mente digo: "No lo
digas!", "C�llate!". Enrique te responde:
Si de verdad te interesa saberlo preg�ntale a ella, pero
s�lo te dir� que en esa caba�a disfrutemos mucho; la temperatura era m�s
caliente que la del propio infierno. Y la mayor parte de culpa no fue m�a...
Le corto con expresi�n de incomodidad en la cara, le
agradezco la "publicidad" que me ha hecho y seguidamente me despido de �l.
Antes dije que odio la palabra ADIOS, pero en este caso la
digo. T� tambi�n te despides con un choque de manos; Enrique se acerca a m� y me
d� un suave beso en la mejilla y me lame discretamente con la punta de la
lengua. Esa forma de besar siempre le gust�. La verdad es que besaba muy bien!.
Nos vamos en el instante en que tu reloj empieza a sonar,
anunciando las 19:30.
Queda poco para llegar al hotel y al pasar por delante de una
tienda de souvenirs me acuerdo de los kleenex, entro y compro 2 paquetes. Ah�
tambi�n venden helados de la marca FRIGO, te pregunto si quieres uno y me
respondes que no, que prefieres un chicle. Me dices:
Compra un blizer porque antes no me acord�. Ya s� que
�te ries a carcajadas- soy un desmemoriado...
Compro un paquete de chicles de eucalipto sin az�car y
tambi�n adquiero un CALYPPO de lima-lim�n (este sorbete es largo y grueso (�muy
parecido a lo que ten�is entre las piernas-) y mientras lo chupo seguimos
andando por la acera.
Llegamos a la entrada de la calle Laud o de los Jamones, en
otras palabras la Calle en d�nde est� ubicado el hotel. Bajamos, pero no por la
acera porque la est�n reconstruyendo; hay un alba�il de rodillas en el suelo
colocando cemento y a su lado otro d�ndole baldosas.
Al pasar por su lado me ve las piernas y suelta un s�lbido.
El otro obrero �un hombre de unos treinta a�os muy atractivo, moreno, de pelo
largo atado en una coleta y con unos preciosos ojos verdes se voltea y al verme
chupar el calyppo, me dice sin ning�n tipo de verguenza:
Nena, tira eso y ch�pame la polla; la tengo m�s larga y el
doble de gorda!.
Mientras pronuncia esa frase se lleva la mano derecha a la
entrepierna y ri�ndose de forma incomtenible se la frota descaradamente. Te veo
de reojo; tu cara est� roja de ira y al darte la mano noto como te pones en
tensi�n y lo maldices en voz baja.
Te digo que por favor lo ignores, que no merece la pena y
acerc�ndome a tu rostro te doy un beso en los labios.
Pasamos de largo y al darle la espalda, el hombre me mira el
culo y como llevo tacones altos contoneo las caderas y va el t�o y exclama:
Est�s m�s buena que el pan!. Si pudiera te encular�a hasta
que cupiera mi mano entera.
Eso ya ha sido demasiado, te giras y vas hac�a �l. El alba�il
del suelo �un se�or algo m�s mayor y bastante obeso- se levanta y se coloca
entre t� y el otro. Con una medio sonrisa te dice:
Se�or, disculpe usted a mi compa�ero, est� salido...loco
como una cabra. Un verdadero peligro!, pero raz�n tiene...
T� que ya est�s muy cabreado, le agarras por el cuello de la
camisa y le das un empuj�n. Yo me acerco corriendo y agarr�ndote de los brazos
te arrastro hac�a la entrada del hotel.
Entramos al hall y te digo que te relajes, que olvides esa
escena y que yo s�lo te quiero a t�. Tienes la cara ba�ada en sudor...
Saco un kleenex, te limpio y d�ndote un abrazo te pido que te
tranquilizes.
Ana, que desde el mostrador de recepci�n lo a presenciado
todo nos dice:
Esta�s bien?. Lo siento Pilar, deb� haberte avisado...Ese
alba�il tambi�n se mete conmigo; todas las ma�anas me dice groser�as, pero yo
paso olimp�camente de �l.
Miro en rededor y no veo a nadie y por eso le pregunto si el
grupo del IMSERSO todav�a no ha llegado?.
Me responde:
Hace cinco minutos me llamo la gu�a por tel�fono y me dijo
que hasta las ocho no llegar�n, resulta que han tenido un pinchazo en una
rueda y tienen que arreglarla.
Le agradezco la informaci�n y mirando la hora veo que faltan
20 minutos. Te cogo de la mano y me acerco a los ascensores; te digo que
necesito subir a la habitaci�n a cambiarme de ropa y te pido que te quedes a
esperar a los abuelos. Me dices:
De acuerdo, pero no tardes mucho; yo ir� tambi�n al ba�o.
Ya estoy m�s tranquilo...pero intentar� calmarme del todo. Y otra cosa, el
�nico que te encula, te penetra y te come el co�o, te lame las tetas y te besa
hasta aburrirse soy yo y chupar pollas s�lo puedes chupar la m�a.
Ya sabes que eres mi putita...
Al o�rte me sacudo y tengo un orgasmo, noto mi co�ito muy
empapado, pero te digo una mentirijilla y le echo la culpa a una corriente de
aire.
Llamo a un elevador, me das un morreo y al cabo de un minuto
te metes en los aseos.
Yo me quedo a esperarlo y al llegar y abrirse la puerta
entro, cuando est� a punto de cerrarse una mano se cuela y lo evita.
Continuar�...