Relato: Conociendo �ntimamente a mi hijastro



Relato: Conociendo �ntimamente a mi hijastro


Conociendo �ntimamente a mi hijastro



Hac�a ocho meses que me hab�a casado con Juan, un hombre de
negocios con un gran poder econ�mico pues pose�a diversas empresas en todo el
pa�s.




Hac�a ocho meses que me hab�a casado con Juan, un hombre de
negocios con un gran poder econ�mico pues pose�a diversas empresas en todo el
pa�s. Me cas� realmente enamorada de Juan, el cual hab�a enviudado tres a�os
atr�s de su mujer lo cual le afect� considerablemente. Nos conocimos en una
fiesta celebrada en un hotel con motivo de una reuni�n de negocios relacionada
con una de sus empresas. S�lo vernos el flechazo fue inst�ntaneo. Pasar� a
presentarme y a presentar a Juan para que nos con�zcais mejor.


Juan tiene 57 a�os y es un importante empresario tal como
dije al iniciar el relato. As� pues su posici�n econ�mica es bastante acaudalada
aunque debo decir que no me cas� con �l por su dinero sino que me sent�a
realmente enamorada. La primera vez que le vi me gust� a rabiar. Tiene el
cabello canoso y muy bien cuidado. Es un hombre de constituci�n fuerte y que se
conserva realmente bien a pesar de su edad. En la cama nos entend�amos de
maravilla pues me daba lo que le ped�a al menos tres veces a la semana. Las
sesiones que manten�amos los fines de semana eran tremendas pues Juan me
sorprendi� con el morbo que desarrollaba en la cama. Juan tiene un hijo de su
anterior matrimonio el cual es, junto a una servidora, el protagonista de la
presente historia.


A continuaci�n paso a presentarme: Me llamo In�s y tengo 42
a�os. Me divorci� hace cinco a�os de mi marido tras descubrir que me enga�aba
con una chica mucho m�s joven que �l. Por lo visto se cans� de m� y encontr�
otra con la que divertirse. F�sicamente estoy bastante bien pues as� me lo
demostraban los hombres con los que coinc�dia. Mido 1.67 de altura y peso 53 kg.
El cabello lo tengo rubio y largo en una bonita melena ondulada que me llega a
media espalda. No tuve hijos con mi marido pues el muy necio dec�a que as�
tendr�amos menos problemas. Tonta de m�!!!!!!! Despu�s de saber como me pag� no
hubiese dejado que me enga�ara y dejar pasar la oportunidad de tener un hijo.


Siguiendo con la relaci�n que manten�a con Juan tras nuestro
matrimonio debo decir que los primeros meses fueron geniales desde el punto de
vista sexual. Foll�bamos sin descanso dentro de lo que Juan pod�a ofrecerme
debido a su edad lo cual debo decir que no era poco. Adem�s pose�a un buen
aguante con lo que nuestros escarceos ten�an una duraci�n adecuada para
conseguir que fuesen provechosas para ambos. En fin me sent�a realmente
satisfecha con lo que Juan me daba.


Sin embargo dicha felicidad fue cambiando a los cinco meses
pues las relaciones se fueron distanciando debido al trabajo de mi marido el
cual se hallaba totalmente enfrascado en sus negocios. Cada semana deb�a
realizar al menos dos viajes para cuidar de las diferentes empresas. As� pues
nos acost�bamos los fines de semana y tampoco todos con lo que mi calentura no
se ve�a satisfecha. Opt� por comprarme un consolador para ayudarme en mis noches
solitarias pensando en Juan. Se lo dije a Juan y no se molest� por ello. As� fui
pasando aquellos �ltimos meses hasta que lleg� el verano y conoc� a Santiago, el
hijo de Juan.


Santi no pudo asistir a la boda civil que celebramos su padre
y yo ya que se encontraba en Estados Unidos estudiando y no pudo escaparse pues
estaba en plena �poca de ex�menes. Era su �ltimo curso y su padre y yo pensamos
que no era plan de hacerle perder un a�o para que viniera a la boda. Adem�s en
pocos meses estar�a con nosotros con lo que no tardar�a demasiado en conocer a
mi joven hijastro. La sensaci�n que me produjo al conocerle fue inmejorable. Era
el vivo retrato de su padre solo que mucho m�s joven. Santiago ten�a 25 a�os y
su presencia produjo en mi una chispa similar a la que se produjo cuando conoc�
a su padre. Era extrovertido como su padre y su mirada desprend�a deseo en
cuanto posaba sus ojos sobre una. Era m�s alto que Juan pues med�a sobre 1.87 y
delgado aunque no excesivamente.


Los primeros d�as de estancia de Santi con nosotros trat� de
ser amable con �l para que la relaci�n fuese buena. Cuando mi marido no estaba
con nosotros Santi aprovechaba para mirarme de arriba abajo desnud�ndome con su
mirada sin cortarse un pelo. Ello produc�a en m� una sensaci�n de desasosiego y
de temor pensando que Juan pudiese percatarse de dichas miradas. Sin embargo mi
marido no sospech� nada pues como dije estaba demasiado preocupado en sus cosas
como para darse cuenta de lo que pasaba. Santiago sal�a y entraba de casa cuando
le apetec�a y quedaba con los amigos de la facultad que manten�a pese a haber
estado este �ltimo a�o en el extranjero. Incluso vino alg�n s�bado noche con
alguna amiga con la que se encerraba en su habitaci�n tras haber cenado en alg�n
elegante restaurante de la ciudad. En alguna ocasi�n pude escuchar como acababa
follando con su ocasional compa�era en su habitaci�n mientras Juan y yo
est�bamos ya acostados. Mis hormonas estaban a reventar oyendo como Santi
follaba con aquella chica mientras mi marido dorm�a como un bendito. Sal� al
ba�o y acab� masturb�ndome mientras o�a los gemidos de aquella muchacha siendo
amada por Santiago.


Santi era un gran amante, tal y como pude comprobar por los
gritos y quejidos que profer�a aquella chica. Estuvieron follando al menos tres
horas antes de quedar rendidos hasta el d�a siguiente. Aquella muchachita
disfrut� de varios orgasmos y mi hijastro debi� correrse unas tres veces. Debo
confesar que sent� deseos de ocupar el puesto de aquella chiquilla. Cada vez me
estaba sintiendo m�s atra�da por Santiago. La juventud de Santi hac�a que mi
l�bido aumentara de forma considerable.


A la ma�ana siguiente me levant� antes que mi marido. Hab�a
dormido mal pues toda la noche estuve so�ando con mi hijastro imagin�ndole
follando con su compa�era de aquella noche. Imagin� su cuerpo desnudo sin un
gramo de grasa revolc�ndose entre las s�banas con aquella ni�a y d�ndole todo el
elixir que su cuerpo pod�a ofrecer. En uno de aquellos sue�os me sorprend�
siendo la protagonista junto a Santi. Nos encontr�bamos en la playa, era una
ma�ana en una playa solitaria en la que est�bamos tan solo los dos sin nadie que
nos molestase. Santi me despoj� del vestido corto que me hab�a puesto aquella
ma�ana. Me lo quit� con suavidad acarici�ndome los pechos por encima del
vestido. Los pezones se me erizaron al momento y gem� como una loca. Mi deseo de
encontrarme a solas con mi hijastro se estaba cumpliendo al fin. Santiago me
apart� el sujetador del bikini y empez� a comerme los pezones haciendolos crecer
sin parar. Agarr� su cabeza con mis manos sin dejarle escapar deseando que
siguiera con aquella caricia. Tras estarme chupando los senos durante cinco
largos minutos, Santi baj� hasta llegar a mi entrepierna lami�ndola con suavidad
y sin prisas. Aquel jovencito me estaba volviendo loca con aquella lengua. Me
tumb� mirando al cielo y se situ� entre mis piernas acariciando mi bot�n del
amor haci�ndolo crecer sin remisi�n. Le hice colocarse en posici�n inversa a la
m�a y de este modo me top� con su entrepierna la cual me desafiaba estando
cubierta por la tela de su slip. Aquel muchacho mostraba un inicio de erecci�n
nada desde�able aunque estaba segura que aquello deber�a adoptar un tama�o muy
superior al sentir mis caricias. Me entretuve chupando aquel m�stil por encima
de la tela y notando como iba creciendo de forma escandalosa. El slip no fue
suficiente como para poder acoger semejante intruso en su interior y de este
modo su pene salt� buscando respirar. Me golpe� con fuerza en los labios
sorprendi�ndome pues me hallaba con los ojos cerrados saboreando aquel terrible
bast�n. Inici� una lenta mamada empezando con la punta de mi lengua sobre su
glande el cual palpitaba con las caricias que le prodigaba. Tras esto pas� a
recorrer aquel m�sculo desde la base hasta arriba degustando toda aquella carne
que ocupaba por completo mi cavidad bucal. Llegu� a atragantarme con semejante
badajo el cual lleg� a golpearme la garganta. Santiago me agarr� el cabello
ayud�ndome en mi felaci�n. Mi hijastro gozaba sin parar gimiendo sin poderlo
resistir. Sus caricias sobre mi cl�toris se hicieron m�s audaces arranc�ndome
aut�nticos aullidos de placer. Agarr� su polla con mi mano y segu� chupando con
mis labios y mi lengua masturb�ndole esperando hacerle correr y que me llenase
con sus jugos. Empec� a mover mi mano con rapidez a lo largo de aquel pene como
si estuviese preparando un coctel en una coctelera. Sent�a que mi orgasmo se
aproximaba y pretend�a que Santi se corriese de una vez y me llenase con todo
aquel torrente que deb�a guardar entre sus piernas. De pronto no soportamos m�s
aquel estado de ansiedad y acabamos explotando gritando sin poderlo resistir
m�s. Santiago se corri� como un toro llen�ndome de leche la boca la cual no
logr� tragar en su totalidad escurriendo parte de ella por la comisura de mis
labios hasta caer sobre mis pechos.


Despert� pronto pues eran las nueve de la ma�ana de aquel
domingo. Tras dichos sue�os me levant� bastante alterada y con una gran
calentura. Intent� rebajarla con una ducha fr�a consiguiendolo tan solo a
medias. Juan sigui� durmiendo pues deb�a coger por la tarde un avi�n para estar
al d�a siguiente a primera hora en una reuni�n a la que deb�a asistir sin falta.
Estar�a fuera de casa tres d�as lo cual hac�a que me hallase en un estado de
gran excitaci�n imaginando lo que pod�a pasar si Santiago se me insinuaba. Sab�a
que no podr�a resistirme a sus encantos y me sent�a culpable por lo que pasar�a
si Juan llegaba a enterarse.


Tras ducharme baj� a la cocina a prepararme un caf� y una
tostada y me asom� a la ventana que da al jard�n al oir unas risas. Dichas risas
proced�an de Santi y su amiga que se hallaban tumbados en la hierba encima de
las toallas. Santiago se acerc� a su amante de la noche anterior y se besaron
apasionadamente. Jugaron con sus lenguas enroscandolas entre s�. Santi tumb� a
la muchacha sobre la hierba colocandose sobre ella.


- �Que pretendes ahora, Santi? �No tuviste bastante con lo de
anoche? Ser� mejor que entremos en casa no sea que alguien pueda vernos. No me
gustar�a que tu padre o tu madrastra pudiesen descubrirnos.


- Lo siento Arancha pero no puedo resistirme a tus encantos.
Tal como ves vuelvo a estar en pie de guerra para hacerte gozar nuevamente. No
te preocupes por mi padre e In�s ya que estar�n aun durmiendo pues los domingos
aprovechan para levantarse m�s tarde de lo habitual. Adem�s mi padre debe coger
un avi�n a las cinco y dormir� hasta las once al menos para coger fuerzas para
toda la semana. As� que rel�jate y disfruta de lo que pienso hacerte. Deseo
darte una sorpresa con algo que no hemos hecho todav�a. Me da morbo follar al
aire libre pudiendo ser descubiertos por alguien. Es una fantas�a que siempre he
querido ver cumplida.


Arancha no qued� muy convencida pero con las primeras
caricias de mi hijastro empez� a dejarse llevar. Pude ver que las palabras de
Santi en cuanto a su estado sexual eran ciertas pues el bulto que se marcaba
bajo el slip demostraba una erecci�n formidable. Ello produjo en su amiga una
nueva oleada de deseo hacia Santi. Se abrazaron con pasi�n y Santi aprovech�
para acariciar los pechos de la muchacha mientras volv�an a besarse. Santiago se
situ� tras aquella chiquilla apretando su paquete contra las nalgas de Arancha.
Logr� sacar gemidos de aut�ntica lujuria de aquella muchacha pues se dedic� a
besarle el cuello, la nuca y las orejas mientras segu�a frot�ndose contra ella.
Arancha se volvi� hacia mi hijastro y le hizo levantar ante ella. Acarici� aquel
terrible paquete con su mano agarrandolo por encima de la tela del slip. Agarr�
el slip por los costados y lo fue bajando lentamente por los muslos de Santi
hasta hacer aparecer aquella preciosa culebra que colgaba entre las piernas de
mi hijastro. Abr� los ojos como platos ante la visi�n de semejante rabo. Aquello
que pend�a entre las piernas de Santiago no era un pene cualquiera sino una
tranca de al menos 21 cms y de un grosor considerable. El co�o se me hizo agua
solo de ver semejante hermosura. Arancha asi� con fuerza con su mano aquella
maravilla y la dirigi� hacia su hambrienta boca iniciando una mamada fenomenal.
Aquel ariete vibraba de emoci�n ante aquella lamida. Mi hijastro cerr� los ojos
gozando de aquellos momentos gloriosos. Aquella chiquilla sab�a como utilizar su
boca y su mano y la verdad es que lo hac�a a conciencia. Tras un rato de estar
trabajando de aquella manera, Santiago hizo levantar a Arancha y se situ� entre
las piernas de la muchacha lamiendole la vagina. Al mismo tiempo dirigi� una de
sus manos hacia el ano de la chica empezando a jugar con dos de sus dedos en
aquel orificio prohibido.


- �Qu� me haces cabr�n?, solloz� Arancha ante aquel
inesperado ataque en su agujero posterior.


- Tranquila cari�o, rel�jate y dejate llevar. Hace tiempo que
deseo gozar de ese agujero que posees y creo que ha llegado el momento de
hacerlo m�o.


Santiago escupi� sobre aquel agujero y lo fue lubricando con
sus dedos con el fin de ayudar a que su amante se relajase y que su orificio se
dilatase para lograr que la penetraci�n que se avecinaba fuese m�s sencilla y
menos dolorosa.


- Ten cuidado Santiago, solo he sido follada una vez por ah�
y la verdad es que mi ex-novio fue demasiado brusco.


La mirada de la muchacha delataba el temor que le produc�a el
miembro de mi hijastro y debo reconocer que no era para menos. Tras abrir poco a
poco aquel agujero gracias a sus caricias, Santiago logr� que Arancha se
mostrase dispuesta a ser penetrada por su poderosa herramienta. Yo, por mi
parte, empec� a masturbarme por debajo del camis�n ante dicha escena. Iba a
presenciar un maravilloso coito anal entre aquellos jovencitos y no deseaba
apartarme por nada del mundo de aquella ventana.


Santiago se puso tras la muchacha la cual estaba a cuatro
patas esperando pacientemente el tormento que la acechaba. Coloc� una de las
manos entre las piernas de la chiquilla masturb�ndola para que Arancha se
relajase totalmente y que no pensase en su entrada posterior. Apunt� aquel
m�sculo en el agujero trasero empezando a apretar la cabeza contra aquel
estrecho conducto.


- Con cuidado Santiago, por favor. Ten compasi�n de m�,
sollozaba Arancha.


Santiago fue introduciendo lentamente su fabuloso miembro
dentro del ano de la muchacha consiguiendo arrancarle aut�nticos berridos de su
boca. Observ� como fue entrando cent�metro a cent�metro en el interior de
Arancha hasta lograr introducir la mitad de su miembro. Se qued� parado unos
segundos permitiendo que su amante se fuese habituando a la presencia de aquel
invasor. De repente apret� con fuerza atravesando por completo a la muchacha
hasta golpear las nalgas con sus test�culos.


- Sueltame cabr�n!!!!!!!, chill� Arancha ante aquella
enculada. Puso los ojos en blanco con dicha penetraci�n y empez� a llorar ante
el dolor sufrido. Me quemas por dentro hijo de puta, sal de m� por lo que m�s
quieras. Es demasiado grande para mi peque�o culito.


Sin embargo Santiago hizo caso omiso a las s�plicas de la
chiquilla e inici� la mejor cabalgada anal que haya visto en mi vida. La verdad
es que Santiago era un experto en dicha pr�ctica por lo que pude apreciar. Sab�a
perfectamente cuando deb�a apretar y cuando parar para hacer que Arancha se
fuese relajando con su follada.


Los gritos iniciales de la chica se fueron convirtiendo en
gemidos de lujuria con el paso de los minutos. Arancha empez� a rotar sus nalgas
sobre aquel pene ayudando activamente al muchacho. Ahora ya no era tan solo
Santi quien apretaba contra ella sino que la muchacha empez� a participar en
dicho coito buscando con sus nalgas aquel ariete que la taladraba. Me mord� los
labios hasta hacerlos sangrar para reprimir el grito de deseo que iba a lanzar
ante semejante escena. Jam�s hab�a visto un acoplamiento tan perfecto. Santiago
fornicaba sobre Arancha sin ning�n tipo de compasi�n por aquella muchacha.
Aquella ni�a degustaba aquel taladro con los ojos cerrados y una cara de placer
inigualable.


- Sigue amor, me arde el culo pero me encanta tu polla dentro
de m�. No cre� que pudiera ser tan maravilloso.


Arancha empez� a proferir verdaderos alaridos gracias a las
acometidas de su invasor.


El ritmo de Santiago fue aumentando con el paso de los
segundos golpeando las nalgas de la muchacha sin ningun tipo de miramiento hacia
ella. El metesaca de mi hijastro adquiri� un ritmo enloquecedor, pod�a oir el
sonido que produc�an sus huevos al chocar con las nalgas de ella. Empez� a
gritar indicando la llegada de su corrida hasta acabar par�ndose tras la
muchacha explotando sin poderlo remediar.


- Me corro!!!!!!!!!! T�malo todo, es todo para t� amor.


- As�, as� Santi ll�name entera con tu leche, es fenomenal.
Tu corrida me llena por completo. Veo que ten�as los huevos nuevamente bien
cargados. Me encantaaaaaa.


Yo tambi�n me corr� junto a ellos masturb�ndome con fruici�n
con ambas manos. Me apart� de aquella ventana dej�ndoles reposar y sub�
corriendo a mi habitaci�n encontr�ndome con Juan a�n dormido. Volv� a darme una
ducha fr�a para tratar de calmar mis deseos.


Al salir de la ducha me acerqu� a la cama y despert� con un
suave beso a Juan. Le dije que se levantase y que bajaramos a tumbarnos en el
c�sped junto a la piscina. Relaj� a mi marido con una lenta masturbaci�n por
encima del calzoncillo acarici�ndole unos cinco minutos hasta hacerle reventar
entre mis dedos. A Juan le gustaban esas pajas matinales al despertar de un
sue�o reparador. Tras dicha caricia manual, Juan se cambi� poni�ndose un ba�ador
y bajamos a tumbarnos a tomar el sol antes de comer. Primero se duch� junto a la
piscina para refrescarse un poco. Estuvimos durmiendo un rato antes de comer.
Deb�amos comer pronto pues Juan deb�a coger el avi�n sobre las cuatro. Tras una
comida corta nos preparamos para ir al aeropuerto. Acompa�� a mi marido y le
desped� con un fuerte abrazo y un beso largo y c�lido.


Cog� el coche y llegu� a casa en media hora escasa. Me
esperaban tres d�as estando a solas con Santi en casa. No ten�a ni idea de lo
que pod�a ocurrir junto a aquel guapo muchacho aunque sab�a que no podr�a
resistirme a sus encantos. Si Santi se me insinuaba estaba dispuesta a
entregarme sin cortapisas. Volv� a casa encontr�ndomela vac�a. Santi deb�a haber
salido con Arancha para disfrutar de aquella tarde y por la noche la dejar�a en
su casa. Me desnud� al llegar a mi habitaci�n despoj�ndome del vestido estampado
que me hab�a puesto para acompa�ar a Juan al aeropuerto. Me quit� las sandalias
y la ropa interior y abr� el grifo de la ba�era llen�ndola de sales para darme
un ba�o reparador. Me qued� dormida una media hora y volv� a mis sue�os junto a
Santi. Despert� de golpe al oir el ruido de la puerta al cerrarse. Santiago
hab�a vuelto y dicha presencia hizo que mi cuerpo empezara a tensionarse sin
remedio. O� como Santi subi� las escaleras corriendo y se met�a en su cuarto.


Tras salir de la ba�era me vest� cubriendo mi cuerpo con un
vestido negro de tirantes que me quedaba muy bien. Era un vestido un tanto
ce�ido que remarcaba mis formas y con el cual estaba dispuesta a seducir a mi
hijastro. Hab�a decidido entregarme a �l. Deseaba hacerme con aquella polla de
la que hab�a disfrutado Arancha aquella ma�ana. Una oportunidad como esa no
pod�a dejarla pasar. Fui a la cocina a tomar un zumo ya que ten�a una sed atroz.
Ten�a la boca seca y me tom� dos vasos de zumo de manzana sin pr�cticamente
respirar. Me qued� mirando por la ventana hacia el jard�n apoyada en el m�rmol
de la cocina. Hac�a una tarde agradable y el sol brillaba con fuerza. De pronto
sent� la presencia de Santiago junto a m�. No le hab�a oido bajar las escaleras
y me sorprendi� envuelta en mi pensamientos. Not� como me agarraba desde atr�s
apret�ndose contra m� haci�ndome sentir su cuerpo junto al m�o.


- Qu� haces Santiago? Su�ltame, por favor. No est� bien lo
que haces.......supliqu� con un tono nada convincente.


- Te deseo In�s, te llevo deseando desde el primer momento en
que te v�. Esperaba el d�a en que mi padre nos dejase solos para poder hacerte
m�a. Me gusta tu cuerpo maduro y bien formado.


- Pero, y qu� pasa con Arancha?, le pregunt�.


- Me gusta follar con ella pero contigo es diferente. Siempre
me he sentido atra�do por las mujeres mayores que yo y contigo no es distinto.
Me encantan tus senos tratando de escapar por debajo de la tela del vestido y
tus muslos fuertes y poderosos.


Apoy� mi cabeza sobre su hombro dej�ndome llevar por sus
caricias. Subi� la tela del vestido hasta mi cintura haciendo aparecer mis
nalgas en todo su esplendor. Me hab�a puesto un tanga negro para estar m�s sexy
ante Santiago. Agarr� mis nalgas con una de sus manos mientras la otra la
dirigi� hacia mis senos introduci�ndola por el escote del vestido. Se encontr�
de golpe con mis pechos pues no me hab�a puesto sujetador. Me gustaba llevarlos
sin sost�n pues los sent�a m�s libres. Adem�s debo reconocer que aun se
manten�an firmes pese a mi edad. Es una de las partes de mi cuerpo de las que me
siento m�s orgullosa.


Santiago acerc� sus labios a mi oreja dici�ndome calientes
palabras con las que mi l�bido alcanz� l�mites insospechados. Los pezones se me
pusieron como rocas con el masaje que les propinaron los dedos del muchacho. Me
golpe� las nalgas d�ndome suaves cachetes los cuales se hicieron m�s fuertes
hasta llegar a hacerme chillar. Me volv� hacia �l respirando como una gata en
celo. Le agarr� el polo que se hab�a puesto y se lo quit� sin esperar un
segundo. Abr� mi boca buscando la suya con fruici�n hasta hacerme con su lengua.
Mezclamos nuestras salivas en un beso enloquecedor. Separ� mis labios tratando
de buscar aire. Santi me cogi� en brazos y me llev� hasta la mesa de m�rmol que
hay en medio de la cocina. Me sent� sobre ella tumb�ndome a continuaci�n. Hizo
que abriese las piernas con sus manos y se coloc� entre ellas empezando a
comerme el co�ito. Me acarici� los muslos con su lengua subiendo poco a poco
buscando el tesoro que se escond�a entre mis piernas. Introdujo dos dedos en mi
cueva extrayendo un profundo gemido de mi garganta. Me deje llevar por esa
caricia enloquecedora que me propinaba aquel jovencito. Santiago sab�a como
volver loca a una mujer, lo hab�a comprobado con Arancha y ahora lo sent�a en
mis propias carnes.


- As� cari�o, as�. No te pares nunca. Eres un experto cielo.
C�meme el co�ito y hazme gozar con tus labios y tu lengua.


Santiago sigui� mis instrucciones y se dedic� a golpear la
entrada del co�o con la punta de la lengua. Apret� los dedos de las manos sobre
su cabeza agarr�ndole los cabellos sin dejarle escapar. Empec� a suspirar
gracias a la comida de co�o que me estaba haciendo. En ese mismo momento mi
vagina empez� a destilar jugos humedeciendo los labios y la lengua de mi
hijastro el cual lami� con mayor fruici�n. Santi chup� mi cl�toris atrap�ndolo
con los labios y lo hizo crecer y endurecer. Gem�a de placer y deseo con aquella
caricia que me hac�a mi hijastro. Hab�a encontrado un amante magn�fico y no
estaba dispuesta a dejarlo escapar tan f�cilmente. Finalmente no pude resistirlo
por m�s tiempo y me corr� entre los labios de Santiago d�ndole todos los jugos
que pude destilar.


Le cog� de la mano y le hice cambiar de posici�n. Le tumb�
boca arriba sobre la mesa y mir�ndole a los ojos le dije:


- Ahora me toca a m�. D�jame hacer a m� y goza con lo que voy
a hacerte. Espero pagarte con la misma moneda con la que tu lo has hecho.


Le quit� el pantal�n de chandal que llevaba y los
calzoncillos haciendo saltar aquella tranca que tanto me hab�a hipnotizado
cuando la v� peleando con Arancha. La atrap� con la mano y la llev� hacia mis
labios trag�ndomela con pasi�n. La maltrat� con mis labios y mi lengua
haciendola crecer sin parar. Deseaba gozar de aquel animal hasta hacerle
reventar copiosamente. Lam� el rosado glande con la lengua para pasar a lamer el
tronco a todo lo largo desde arriba hasta abajo. Las venas se marcaban con
fuerza dando a entender la cantidad de sangre que estaba llegando a aquel
m�sculo del placer.


- Muy bien In�s, lo est�s haciendo muy bien. Es la mejor
mamada que me han hecho en mi vida. No cre� que la chuparas de esta manera. Me
encanta tu boca, cari�o.


Dichas palabras me animaron a ser m�s golosa en mis caricias.
Consegu� que aquel bast�n alcanzase el tama�o demon�aco que hab�a observado por
la ma�ana. Me qued� admirandolo unos segundos entre mis dedos notando como
palpitaba. Era un aparato maravilloso del cual iba a disfrutar por completo.


Una vez que estuvo bien tieso me sub� a la mesa junto a �l y
me coloqu� a horcajadas sobre su polla clav�ndomela de un solo golpe. Me qued�
sin respiraci�n echando el cuerpo y la cabeza hacia atr�s sintiendo como esa
serpiente me atravesaba. No pod�a articular palabra hasta que finalmente pude
recuperar el aliento e inici� una lenta cabalgada sobre Santiago el cual me
agarr� con sus manos por las caderas ayud�ndome en la follada.


- Me matas cabr�n, empec� a gritar como una aut�ntica
desesperada. Aquella barra de carne me llegaba hasta el fondo produci�ndome un
placer inaguantable.


- Muevete In�s, montame como la amazona que estas hecha. Me
encanta que me cabalguen y que la mujer lleve la iniciativa. Tienes un co�ito
muy hambriento y mi polla va a ofrecerte todo aquello que le pidas. Te llenar�
de leche hasta que digas basta.


Apoy� mis manos sobre su pecho iniciando un movimiento
rotatorio sobre aquel eje al tiempo que Santi me secund� empezando a moverse en
mi interior. Respir�bamos con dificultad fornicando como animales. Aquel polvo
antol�gico estaba acabando con mis fuerzas. Saqu� aquel intruso de mi vagina y
me puse dando la espalda al muchacho cogiendo su verga con la mano y la dirig�
hacia mi ano. Nuevamente volv� a sentarme sobre aquella lanza de un golpe
poniendo los ojos en blanco ante semejante invasi�n. Grit� como una loba siendo
ensartada por mi hijastro. Mis entra�as ard�an con el intruso recibido. Cre� que
aguantar�a mejor la penetraci�n pero evidentemente me equivoqu�. No pens� que
fuese tan doloroso para m�. No pude reprimir las l�grimas ante el dolor
recibido. Cre� que me abr�a en canal con aquel dardo.


Estuve dos minutos sobre mi amante sin poder moverme.
Necesitaba tiempo para que mi estrecho agujero se acomodase a aquel tama�o
descomunal. Ten�a la boca seca. Sin embargo la naturaleza nos sorprende en
ocasiones ya que lleg� un momento en que el dolor se convirti� en un goce
indescriptible. Santi golpe� sobre mi esf�nter como un animal, sus test�culos
machacaban sobre la entrada de mi agujero tratando de atravesarme por completo.


- Ahhhhhhhhhh Continua as�, me quemas por dentro. Menuda
tranca gastas, hijo de puta. Es lo mejor que he sentido nunca. Jam�s he sentido
algo igual con mis anteriores amantes. Es mucho mejor que con tu padre.


Apoy� las manos sobre la mesa ech�ndome hacia atr�s. Ayud� a
Santi en la cabalgada. Era algo glorioso. Nos retorc�amos sobre la mesa sin
parar. Aquello dur� unos cuatro minutos pero fueron los mejores minutos de mi
vida. Machaqu� aquella barra sin parar hasta quedarme parada sobre �l sollozando
como una loca.


- Me voy Santi. No lo soporto m�s. Es demasiado para mi pobre
culito. C�rrete junto a m� cari�o. Te deseo dentro de m�.


Santiago explot� como una bestia llen�ndome el agujero
posterior con su catarata vital. Me tumb� sobre �l con la espalda sobre su
pecho. Nos cost� recuperar la respiraci�n al menos tres largos minutos.


- Santiago, hasta que vuelva tu padre te quiero solo para m�.
Durante estos d�as olvidate de esa muchachita con la que follaste esta ma�ana.
De acuerdo?


Mi hijastro puso una cara de sorpresa ante mis palabras. No
sab�a que le hab�a visto follando con Arancha pero en un segundo la cara le
cambi� de golpe.


- Tranquila por eso querida. Tu y yo vamos a joder muy a
menudo. Quiero repetir esto tantas veces como podamos. No me importa compartirte
con mi padre. Pienso hacerte muy feliz In�s.


Me levant� y le ayud� a hacerlo llev�ndolo cogido de la mano
hasta mi dormitorio donde dormimos pl�cidamente hasta el d�a siguiente.




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Relato: Conociendo �ntimamente a mi hijastro
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