Relato: Mi vecino el de enfrente Me llamo Ver�nica tengo 32 a�os mido 1.78 m peso 69 kg y por un accidente me amputaron mi brazo izquierdo completo. Mi marido desde mi amputaci�n que fue hace 8 a�os dej� de verme como mujer y me ignor� totalmente, al grado de que hace 5 a�os se fue de bracero y jam�s regres�, as� es que me qued� sola con mi hija que actualmente tiene 12 a�os. Trabajo de cajera en un Aurrer� y mi hija va a la secundaria (primer a�o). Mi vecino el que vive justo enfrente es un hombre de 54 a�os, 1.70 m flaco, moreno y vive solo, diario me lo encuentro y nos saludamos y siempre noto como me mira, me recorre con la mirada y le presta especial atenci�n a mis piernas, yo si bien es cierto que me falta un brazo, siempre he considerado que tengo buenas piernas raz�n por la cual siempre me visto con minifaldas o vestidos cortitos a medio muslo con sandalias de tac�n alto de aguja, en tiempo de calor siempre ando sin medias y en tiempo de fr�o me pongo medias transparentes, jam�s uso pantalones ni faldas largas, pues no me gustan porque considero me matan mi feminidad y mi sensualidad de mujer. Bueno me agrada mucho que mi vecino llamado Manuel me mire las piernas con tanta insistencia y con tanto inter�s. Un domingo nos encontramos en el mercado como al mediod�a, la hora en que aquello est� a reventar, yo como siempre iba con una minifalda de gabardina, unas sandalias de tac�n alto de aguja y sin medias y �l bueno iba algo fodongo, pero en cuanto me vio me tom� por la cintura mientras me saludaba y se coloc� justo atr�s de mi recarg�ndome bien rico su verga entre mis nalgas, yo la verdad sent� delicioso como se le endurec�a su �rgano al apretarlo entre mis nalgas y eso no fue todo, sent� como su mano se deslizaba bajo mi falda acariciando mis piernas, yo volte� a verlo y le sonre� dici�ndole que si me quer�a acompa�ar, �l asinti� con la cabeza y me sigui� disfrutando en esa forma, yo lo dej� actuar con absoluta libertad pues para ser sincera mi vecino siempre me ha gustado y sentirlo as� atr�s de mi mostr�ndome abiertamente su apetito sexual me emocion� y me exit� much�simo. Cuando termin� de comprar mi mandado me llev� a su coche, guard� en la cajuela mi bolsa del mandado y me abri� la puerta para que yo subiera, vi como miraba atentamente como se me sub�a la falda al entrar al coche, yo dej� que mi falda de por si corta se subiera m�s mostrando mis piernas, cuando �l subi� de inmediato puso su mano derecha entre mis muslos y me los acarici� y me dijo "Vero nunca te hab�a dicho lo hermosas y los suavecitas que tienes tus piernas, me encantan". Yo le sonre� y le agradec� el piropo y as� nos fuimos todo el trayecto del mercado hasta la casa. Cuando llegamos vi y sent� como su mano estaba debajo de mi falda pegada a mi panocha, le dije "me dejas bajar" y �l me contest� "te invito a mi casa". Yo acept� y entramos, ahi sin p�rdida de tiempo me tom� de nuevo por atr�s, me recarg� su verga entre mis nalgas y me acarici� las piernas levant�ndome la falda hasta restregarme con sus dedos mi rajada. Yo suspir� y gem� y le dije "Manuel que est�s haciendo" y �l me contest� "te estoy gozando mamacita, d�jate Vero yo se que a ti te encanta lo que te estoy haciendo, adem�s cuanto tiempo llevas sin una verga bien parada dentro de tu pepa, lo necesitas". Y me dej�, recargaba su verga entre mis nalgas y acariciaba mis piernas tan rico, luego se sent� en el piso entre mis piernas y debajo de mi falda, me las acarici� y bes� y me lami� mi rajada chupando mi cl�toris volvi�ndome loca de placer, luego me llev� a su rec�mara y ah� me tendi� en la cama, me baj� mi pantaleta, me abri� las piernas y me ensart� bien rico con su vergota, llevaba tanto tiempo sin saber lo que era un hombre que al principio grit� de dolor, pero poco despu�s segu�a gritando de placer hasta que Manuel logr� que yo me viniera, fue entonces que �l arroj� dentr� de mi su semen hirviendo que me quemaba, llenando mi vagina. Que rico, mi vecino me da ahora lo que cre� que nunca m�s volver�a a tener, a �l no le importa que me falte un brazo, pues lo que lo vuelve loco de mi son mis piernas, por eso siempre me visto con minifalda y con sandalias de tac�n alto, para que se de gusto con mis piernas que es el preludio de una cogida deliciosa.
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Relato: Mi vecino el de enfrente
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