Noche de guardia
Aquella hab�a sido una noche muuuy larga.
Ra�l estaba acostumbrado a trabajar mientras el resto de la
gente se divert�a, pero eso no quitaba para que volviese a casa completamente
destrozado despu�s de meter once horas tras la barra de su bar.
A�n as�, todav�a no quer�a dormirse. Sab�a que en menos de
diez minutos Laura volver�a. Tambi�n ella vendr�a cansada. Ser enfermera en una
UVI m�vil un s�bado por la noche era tanto o m�s cansado que servir copas. Un
s�bado de carnaval, como hab�a sido aquel, posiblemente m�s.
Tom� un baso de leche caliente, encendi� la tele y se acost�
desnudo. Hac�a fr�o, y maldita la gracia que le hizo el tacto g�lido de las
s�banas cuando se pegaron a su piel, pero hac�a tiempo que Laura le hab�a
impuesto la norma de que deb�a dormir desnudo, y �l era un buen esposo.
Un buen esposo. Ten�a gracia aquello. Conoc�a a Laura desde
que ambos eran unos ni�os, hab�an sido compa�eros de colegio, amigos, novios, y
desde hac�a tres meses marido y mujer. En pocas palabras: era la mujer de su
vida. La "�nica mujer" de sus veintis�is a�os vida, como le dec�an en tono
socarr�n sus amigos.
Que se rieran de �l si quer�an. Ra�l sab�a que por falta de
oportunidades no hab�a sido. �l era un tipo atractivo. Alto, guapo, de mirada
penetrante... y adem�s era propietario de un bar, que cosas del destino, se
hab�a puesto muy de moda �ltimamente. Unos envidiosos, eso eran sus amigos.
Y es que Laura se merec�a a un chico como �l en exclusiva y
mucho m�s.
Laura en el gimnasio, Laura viendo la tele, Laura comiendo,
Laura sonriendo, Laura desnuda: su piel suave y morena, su carita de �ngel con
ojos de pantera y labios de diablesa, sus pechos redondos y duros, sus piernas
largas hasta el infinito... Posiblemente Ra�l estaba a punto de poner esa cara
de bobo que se le quedaba cada vez que se imaginaba a Laura desnuda cuando son�
el ruido de la llave al entrar en la cerradura. Era ella.
Ra�l se fingi� dormido. La vio entrar sigilosa en la
habitaci�n, la vio dejar las llaves sobre la mesilla de noche, y la vi�
desnudarse. Estaba cansada, y se desnudaba de forma maquinal, pero a�n sin
buscar provocarle, entre otras cosas porque le cre�a dormido, a �l le parec�a el
mayor espect�culo de mundo. Ten�a, a�n a esas horas de la madrugada y tras una
dura jornada laboral, un aspecto arrebatador. Su pelo casta�o, atado en una
diminuta coleta, sus ojos verdes, su anatom�a atl�tica, forjada en no pocas
horas de gimnasio parec�an sacados de un sue�o er�tico; de su mejor sue�o
er�tico.
Una vez entr� en la cama, Ra�l, satisfecho del espect�culo y
de tenerla junto a �l, fingi� despertarse un momento, la bes� y se dio la vuelta
mientras ella apagaba la luz. "Buenas noches, cielo".
De pronto, Ra�l not� como de nuevo se encend�a la luz, not�
como el cuerpo de su esposa se apoyaba en su espalda y como una de sus manos se
dirig�a, lenta pero segura, en direcci�n a su pene. Siti� las puntas de sus
cabellos sobre su cara, oliendo a tabaco y sudor, y como de sus labios, casi
pegados a su oreja, brotaba un suave susurro.
-"Ra�l... esta noche me ha pasado algo".
-"�Es importante?"- dijo �l haci�ndose el remol�n.
-"Mucho... Ha sido hace un rato..."- comenz� a contarle con
el mismo tono suave y meloso- "... casi acabando el turno. Los chicos y yo
decidimos que en vista de la poca gente que quedaba en la calle, no pasar�a nada
si �bamos a tomarnos un caf�. Como Luis estaba dormido como un lir�n, decidimos,
para no molestarle, que primero ir�a yo sola, y cuando volviese ir�an Juan y Ana
(ya sabes, como son novios...). Total, porque nos separ�semos veinte minutos..."
-"�Abrevia, por Dios!"- rugi� Ra�l cansado y medio dormido.
-"No creas que es f�cil"- suspir�- "El caso es que me met� en
la primera cafeter�a que encontr� abierta. Estaba hasta la bandera.. En lo que
me tra�an el caf� me entretuve mirando los disfraces de la gente. Hab�a de todo,
pero el que m�s gracia me hizo fue un chico de unos quince a�os que iba
disfrazado de pollito, con sus plumas y todo. El chico estaba acompa�ado por un
amigo de su misma edad que iba disfrazado de ladr�n. Cuando se dieron cuenta de
que los miraba comenzaron a hablar entre ellos y a mirarme fijamente. Al
principio no le di importancia y segu� mirando al resto de los clientes, pero de
vez en cuando me volv�a a fijar en ellos y ve�a que segu�an mir�ndome y hablando
por lo que comenc� a inquietarme.
No es que me dijeran nada (aunque hubo un momento en que me
pareci� que el que iba disfrazado de ladr�n le empujaba a su amigo para que
fuese a hablar conmigo), es que a m�, a esas horas, lo que menos me apetec�a era
mandar a fre�r esp�rragos a un ni�o. Quiz�, para evitarme eso, cuando por fin me
trajeron el caf�, me lo beb� de tres sorbos y sal� corriendo hacia la
ambulancia".
-"Claro, claro, es normal"- dijo �l medio dormido, pensando
que ah� se acababa la historia.
-"El caso es que, a pesar de la prisa que me di, para cuando
volv� a la ambulancia hab�a pasado ya m�s de media hora. De hecho, Juan y Ana
suspiraron aliviados cuando me vieron regresar.
Entre bromas me dijeron que si yo pod�a largarme media hora
ellos no iban a ser menos, y aunque yo a�n estaba un poco inquieta y no ten�a
muchas ganas de quedarme sola, les di "mi permiso". Adem�s, Luis estaba
durmiendo en la cabina del conductor.
En cuanto se fueron, entorn� las puertas de la ambulancia y
me sent� en la camilla a leer el libro que hab�a llevado, pensando que me hab�a
preocupado por nada.
Sin embargo, no hac�a ni tres minutos que se hab�an ido Juan
y Ana, cuando se abrieron las puertas de la ambulancia y aparecieron los dos
quincea�eros del bar: el pollito y el ladr�n.
Al verlos me asust� un poco, aunque me parec�a est�pido
despertar al pobre Luis sin saber que era lo que quer�an.
"Perdona si te hemos asustado �me dijo el ladr�n- pero es que
mi amigo se ha hecho un peque�o corte en la rodilla, y quer�amos que se la
mirases. Antes en el bar te lo hubi�ramos dicho, pero como no sab�amos si eras
una enfermera de verdad o estabas disfrazada t� tambi�n, pues no nos hemos
atrevido..."
Eso era todo, pens�. Me hab�a asustado de dos cr�os con las
rodillas magulladas, y casi hab�a despertado a Luis por menos que nada.
"Esta bien, pasa y s�bete el pantal�n"-le dije.
"No se puede, me lo tengo que bajar, porque no sube hasta la
rodilla"
"Vale, b�jatelo y si�ntate en la camilla"
"�Ah no!- me dijo muy serio el pollito- No llevo toda la
noche cuidando de las plumas que tengo a la espalda para arrugarlas ahora en el
�ltimo momento"
Como le pod�a ver la herida de la rodilla y sab�a que no me
ment�a, le dije que se quedara de pie, y se bajara los pantalones mientras yo
cog�a el yodo y las gasas.
Cuando me di la vuelta, le vi un poco sonrojado, con los
pantalones en los tobillos, la rodilla ensangrentada y sus manos intentando
estirar al m�ximo la chaqueta del disfraz para tratar de ocultarme la erecci�n
que ten�a.
Yo me hice la despistada, me arrodill� y comenc� a limpiarle
la rodilla, pero a su amigo le parec�a la mar de divertido el mal rato que
estaba pasando su colega, y ya sabes como sois los chicos a esas edades: comenz�
a re�rse en bajito y a decirle cosas como "en que momento, Sergio, en que
momento...", mientras su amigo se pon�a cada vez m�s rojo"
Laura not� que Ra�l ya estaba m�s despierto, y, no sab�a muy
bien porqu�, su pene tambi�n. Apenas lo hab�a tocado, pero la imagen de su novia
con un chico en calzoncillos a la altura de la boca le deb�a parecer sumamente
excitante.
"Yo segu� fingi�ndome la despistada, pero viendo el mal rato
que estaba pasando el pobre chico, le dije a su amigo que ya estaba bien, y que
o se callaba o se marchaba. No se lo dije en mal tono, pero �l se puso como una
fiera, dici�ndome que �l a m� no me hab�a dicho nada y que si yo era una
puritana y no se cuantas tontadas m�s.
Como estaba limpiando la herida y no quer�a montar el n�mero,
simplemente le dije que se callara y se fuera, pero muy al contrario de hacer lo
que le hab�a dicho, el chico se acerc� a m�, me paso la mano por la nuca y me
empuj� con fuerza la cara hacia el paquete de su amigo, el cual parec�a tan
asombrado con la reacci�n de su amigo como yo. L�gicamente trat� de zafarme,
pero no pude, estaba muy asustada, aunque no cre� en ning�n momento que eso
fuera a ir m�s all�.
Entonces el ladr�n le baj� de un tir�n los calzoncillos a su
colega y volvi� a apretarme la cara contra su pene, ahora desnudo. Su amigo, que
hasta entonces le hab�a tratado de tranquilizar con algunas buenas palabras, se
qued� callado. Supongo que en el fondo estar�a disfrutando como un cochino.
El ladr�n comenz� a decirme que no era m�s que una puta y que
deb�a chup�rsela a su amigo...El miedo, el tacto caliente de su pene en mi cara,
y la mano del otro chico empuj�ndome contra �l... No quer�a, pero comenc� a
lamerle la polla..."
"Pero, pero..."-dijo Ra�l cada vez m�s furioso, aunque
tambi�n m�s excitado.
"�Y qu� quieres, si ellos eran dos?. El pollo estaba ya tan
caliente con la situaci�n y las caricias de mi lengua, que se cogi� el pene y
comenz� a apretarlo contra mis labios, haciendo presi�n, tratando de penetrarme
la boca...
Pronto lo hab�a logrado. Ten�a un pene largo y fino, sin
apenas bello p�bico, que entraba y sal�a hirviendo de mi boca. Yo, me di cuenta
de que ya no ten�a la mano de su amigo presion�ndome contra �l, pero por alguna
raz�n tampoco quer�a pararme. Le agarr� el culo, y comenc� a empujarle con
fuerza hac�a m�.
Su amigo deb�a de estar muy satisfecho con el espect�culo,
porque en seguida se puso a mi espalda y comenz� a meterme mano por todas
partes. Seguramente jam�s hubieran estado con una chica, porque sus manos eran
torpes, aunque esa torpeza, en lugar de molestarme me excitaba a�n m�s.
Al cabo de un rato, el que estaba a mis espaldas me cogi� de
las axilas y me levant�, llev�ndome a sentar a la camilla. Una vez sentada,
separ� mis piernas, hecho hacia un lado mis braguitas, y comenz� a lamerme el
cl�toris, mientras su amigo me daba besos en la boca y me pellizcaba los
pezones.
Yo, cada vez estaba m�s excitada, y no tard� en sentir mi
primer orgasmo. Aquello hab�a dejado hac�a rato de ser contra mi voluntad, y ya
estaba completamente entregada a aquellos dos cuerpos casi de ni�os.
El ladr�n not� como me corr�a y eso le excit� tanto que se
levant�, se baj� los pantalones y meti�ndose entre mis piernas abiertas, me
penetr� con fuerza..."
Ese "me penetr�" son� en la cabeza de Ra�l como una explosi�n
nuclear. No pod�a creerse lo que le estaba contando el amor de su vida. Ella,
follada por casi dos ni�os, disfrutando, y encima reconoci�ndolo abiertamente. Y
mientras le contaba esto, su mano acarici�ndole el pene... estaba a punto de
estallar.
"Fue bestial -prosigui� ella- me empujaba con tanta fuerza
que me hizo sentirme en la gloria. Me ara�aba en la espalda, me mord�a la
boca... me hizo sentir un segundo orgasmo mucho antes de correrse �l. Y cuando
por fin se corri�, lo hizo de una manera tan impulsiva, tan salvaje, que no pude
resistirme a un nuevo orgasmo.
Mientras tanto su amigo se hab�a quedado a un lado,
masturb�ndose mientras observaba como el otro hac�a de m� lo que quer�a.
Cuando al final el ladr�n sac� de dentro de m� su polla, a�n
dura y tibia, cre� por un momento que ya todo hab�a acabado todo. Pero no fue
as�, porque tras subirse los calzoncillos, el chico me sonri�, me agarro de un
brazo y de la cadera y me oblig� a darme la vuelta, poni�ndome con las piernas
fuera de la camilla y el busto y la cara contra ella.
Entonces, mientras me separaba las nalgas, le dec�a
claramente a su amigo lo que ten�a que hacerme.
Yo, que me di cuenta de sus intenciones, trat� de resistirme,
pero �l me apret� con fuerza contra la camilla con una mano, mientras me met�a
uno de sus dedos por el ano.
"�Ves que f�cil y como le gusta a esta zorra?"- le dec�a
mientras yo jadeaba sin poderme reprimir- El amigo se acerc� a mi culo, me
tante� con la punta de su pene, y tras un par de empellones fallidos, me penetr�
con fuerza. Nunca antes hab�a sentido nada as�. Al principi� me doli� mucho,
pero enseguida comenc� a sentir un gran placer. Me fui relajando poco a poco, y
comenc� a acompa�ar al chico en cada uno de sus empujones.
�l no dur� tanto como su amigo, pero a m� me sobr� para
sentir un �ltimo y salvaje orgasmo. Despu�s not� como sacaba su pene de dentro
de m�, y mientras me daba la vuelta, les vi subi�ndose los pantalones mientras
se sonre�an entre agotados y excitados.
El ladr�n todav�a tuvo el arrojo para darme un �ltimo y
violento beso en la boca, al que no supe ni quise resistirme y al que respond�
con igual fogosidad. Despu�s, se marcharon a la carrera.
Me qued� sentada, cansada, relajada, saciada y asombrada...
�hab�a sido un sue�o?. No. Trat� de arreglarme lo antes posible, y,
afortunadamente, para cuando vinieron Ana y Juan ya estaba todo en su sitio.
Luis ni se hab�a despertado. Juan se puso al volante, y nos
fuimos de aquella plaza... Y eso es todo"
Ra�l permaneci� por unos instantes callado, hasta que por fin
dijo:
-"Ha sido la mejor con diferencia"-suspir� �l.
-"�Te ha gustado?, �me har�s el amor ahora?"- dijo ella
mientras se limpiaba divertida la mano.
- "Aunque me hubieras hecho siete pajas m�s te lo har�a"-
dijo �l sonriendo mientras se daba la vuelta...