Relato: Any (III: con una nueva amiga)





Relato: Any (III: con una nueva amiga)

El viaje de Betina a Espa�a dejo en
m� un vac�o muy dif�cil de llenar. Fue
solo un viaje, pero algo me dec�a que su relaci�n de pareja se
afianzaba y
nuestra separaci�n ser�a duradera. De todas maneras, y afortunadamente,
despu�s de ocho meses en pareja con mi dulce veterano... debo reconocer
que
estoy preparada para estas separaciones. Mi relaci�n de pareja estable
con
Fatiga, contrariamente lo que muchos me anunciaron en un primer momento, se
ha ido afianzando y sus nuevitos 55 a�os le sientan divinamente bien.


Estoy s�per entusiasmada con �l. Ha estado atento a mis deseos
y
caprichitos para hacerme sentir la mujer m�s dichosa del mundo.


No me acuerdo si les cont� que mi adorado Fati es un importante empresario
de turismo internacional. Y salvo algunas dudas m�as, muy peque�as
(por lo
general celos infundados), respecto de algunas de las m�s de treinta
colaboradoras y contratadas que maneja en su trabajo, se comporta como un
macho fiel y atento.


Yo, por mi parte, cumplo con mi rol de pareja de un hombre de �xito,
a la
perfecci�n (eso me dicen mis y sus amigas, por lo menos). Soy su partener
ideal hasta en el hecho de que cuando asistimos a reuniones con otros altos
ejecutivos, con sus respectivas esposas, me transformo siempre en el centro
de la atenci�n, sobre todo de las miradas masculinas.


Sin ser una exhibicionista, ni una provocadora, no me siento avergonzada de
mi cuerpo escultural. Al contrario, estoy orgullosa de tenerlo. Pero debo
reconocer que mi profundo respeto por todo lo que me ha dado Fati, muchas
veces controla y acota cosas que, quiz�s, a otras mujeres las har�a
sentirse
en la gloria por la consideraci�n y la atracci�n indisimulable
que mi cuerpo
provoca en el sexo opuesto.


Nuestras relaciones sexuales son extraordinarias. Desde febrero del a�o
pasado, cuando me inicio como mujer en forma brillante (como todo lo que
hace), ha sido un constante avance en la b�squeda de mis m�ximas
posibilidades en el arte de disfrutar del placer del sexo, la seducci�n
y la
ternura.


Soy multiorgasmica y muchas veces he logrado (y me encanta lograrlo a
menudo) que mi pareja, a�n despu�s de tantos meses, no pueda controlar
su
primer orgasmo, si yo me lo propongo, al recibir la primera andanada de
caricias provocadoras y sensuales. A�n sin una previa fellatio, ya que
�sta
solo me gusta como postre y no como a la mayor�a, de entrada, antes del
plato principal.


Vivimos en un country muy reservado que, como ya les cont�, compramos
el d�a
que cumpl� mis 19 a�os. Es una casa quinta muy grande en la zona
residencial
de la provincia, muy cercana a la ciudad de Buenos Aires.


Mi rutina diaria, que se desarrolla pl�cida y organizadamente, me hace
sentir participe de un mont�n de cosas que me dan seguridad y fortaleza
para
avanzar.


Nos levantamos todos los d�as alrededor de las 7,30 de la ma�ana,
desayunamos y partimos despu�s de dejar las instrucciones para el d�a
a
Angela (nuestra ama de llaves) y a Don Mario (esposo de Angela y nuestro
casero, jardinero, cuidador de los petisos de polo de Fati y en algunas
ocasiones chofer cuando las circunstancias lo exigen).


Alrededor de las 9 de la ma�ana llegamos a nuestras oficinas en el centro
y
nos ocupamos de nuestras respectivas tareas (tengo con una socia una
peque�a empresa de dise�o multimedia) hasta las 16:00 en que emprendemos
el
regreso a casa.


Una excelente venta de tres petisos a un polista ingles lo oblig� a
prescindir de los servicios de Don Mario, que viaj� a Europa acompa�ando
los
caballos (en el acuerdo estaba incluido la adaptaci�n y los primeros
sesenta d�as de training y entrada en competencia de los animales).


Sacar a Angela del lado de su esposo adorado hubiera sido una herej�a
y
como ella tambi�n se merec�a una buenas vacaciones los convencimos
de que
fueran juntos.


Dos d�as antes de la partida de los viajeros llegaron a casa los reemplazos
de ambos. Carolina, sobrina de Angela, una hermosa chica de 19 a�os (igual
que yo) que se acaba de recibir de ayudante de restaurateur y quiere
practicar en la cocina y en la atenci�n de reuniones de buen nivel. Y
Marcos, un serio, correcto y respetuoso doctor veterinario de 28 a�os
de
edad, de ascendencia �rabe por parte del padre y siria por la madre.
Hijo de
un matrimonio musulm�n pero, sin embargo, miembro de la Iglesia Bautista
de
la que Don Mario es incondicional seguidor.


El contraste de la juventud y vivacidad de Carolina con los 52 a�os de
su
t�a Angela fue notable. Para m� significa como un aire de frescura
para esas
tardes en la quietud de nuestra casa quinta. Congeniamos por muchas cosas.


Caro es din�mica, decidida y muy cuidadosa de su figura y de sus modales.
De
hecho, tiene un cuerpo escultural, pero lo que m�s llama la atenci�n
es que
su figura resulta asombrosa a pesar de que ella no se esmera en resaltar
ninguno de sus atributos. Viste adecuadamente cuando esta de entre casa y
cuando tenemos invitados, sin sobresalir, esta a la altura de cualquiera de
nosotras en cuanto a gusto y criterio para la selecci�n de su vestuario.


Muchas veces, desde los primeros d�as, hemos ido juntas al centro. Dejando
en manos de mi socia el negocio, salimos a pulverizarle la tarjeta de
cr�dito a Fatiga en las boutiques de los mejores trapos (ropa de mujer)
de
Buenos Aires.


De vez en cuando Caro liga alg�n regalito m�o por su ayuda en
la elecci�n de
mi vestuario. Es tan experta en elegir el regalo para ella que casi siempre,
despu�s, yo se lo pido prestado para lucirlo en alguna reuni�n.


Nos hemos hecho muy amigas. Al punto tal que una noche, en un arranque de
sinceridad despu�s de casi media botella de rhun con anan� (Fatiga
hab�a
viajado a Brasil por dos d�as), me confes� que a�n era
virgen y que ve�a a
Fati como el esposo de su mejor amiga, al que jam�s llegar�a a
pretender ni
provocar, pero que reconoc�a que era un tipazo espectacular desde todo
punto
de vista, a pesar de su edad. Me dijo que el d�a que se decidiera a tener
un hombre, para el sexo de verdad, buscar�a en ese modelo.


Motivada por la misma alegr�a alcoh�lica y agradecida por su confidencia
le
cont� algunos detalles de mi relaci�n de pareja con Fati. Casi
sin darme
cuenta, el ver que ella se tocaba delicadamente por debajo de su camisolin
mientras yo relataba, me fue entusiasmando a mi tambi�n. Hasta que
terminamos viendo un video que en un momento de locura hab�amos filmado
con
Fati (de los dos solos, obvio) en un hotel de Punta del Este, un par de
meses atr�s.


Caro hacia esfuerzos por disimular los deseos de tocarse, pero su agitaci�n
era inocultable. Riendo le dije que no fuera tan tonta, que �ramos amigas,
que diera rienda suelta a sus instintos. De a poco se fue soltando, hasta
terminar en dos o tres orgasmos indescriptibles. Verla tan hermosa y fogosa
me hicieron pensar que el d�a que empezara a disfrutar del sexo ser�a
una
mujer extraordinariamente sensual y calentona.


Despu�s de esos momentos yo no quede muy tranquila. Si bien control�
perfectamente las sensaciones que me brotaron al ver el video (y los
recuerdos que me provocaba), el hecho que una hermosa mina, desnuda a mis
pies, se revolcara en la alfombra dominada por sus orgasmos, me dej�...
como
cuerda de viol�n.


Ya de madrugada nos despedimos y cada una fue a su habitaci�n a dormir.
En
mi caso fue relativo. No se porque raz�n mi sue�o fue interrumpido
un mont�n
de veces por sue�os er�ticos donde Fati, yo ... y Caro !!!! �ramos
protagonistas activos.


A la ma�ana siguiente, un s�bado de pleno sol y algo caluroso
para la
primavera, Caro me trajo el desayuno a mi habitaci�n y me pregunt�
si
ten�amos alg�n compromiso social. La ausencia de Fatiga y algo
de modorra de
mi parte me llev� a darle la ma�ana libre para que disfrutara
de su m�ximo
placer, tomar sol en la piscina, que justamente hac�a un par de semanas
hab�amos puesto en servicio de temporada.


Al poco rato llam� Fati, por tel�fono desde R�o de Janeiro,
para contarme
que todo estaba diez puntos y recomendarme que no dejara de controlar al
nuevo casero -Marcos- ya que, si bien contaba con las mejores
recomendaciones de Don Mario, a�n no ten�a suficiente experiencia
en los
asuntos de la caballeriza.


Dispuesta a trotar un rato antes de una reparadora zambullida en la piscina
me puse unas calzas y una remera de lycra sobre mi cuerpo desnudo. Casi nunca
lo hago as� porque mis ultrasensibles pezones y mi prominente cl�toris
me
ponen reloca por el roce con la tela al correr. Pero despu�s de mi charla
de
la noche anterior con Caro algo se hab�a estructurado en mi subconsciente
que yo no lograba descifrar. S� sab�a que necesitaba correr para
agotar
esas energ�as violentas que sent�a dentro m�o. Me sent�a
confundida... pero
me daba cuenta que algo me estaba pasando y el no saber de que se trataba,
me pon�a mas ansiosa a�n.


Despu�s de casi quince cuadras de carrera retorne a la finca extenuada
y
empapada en sudor, que hab�a mojado totalmente ni espalda, mi pecho y
la
zona de mi entrepierna. Cuando ya llegaba a casa divise a Marcos en la
puerta de la caballeriza ba�ando y cepillando a P�cara, una de
la mejores
yeguas que tiene Fatiga en su aras.


Me acerque y consulte con �l las novedades para transmitir a Fati cuando
me
volviera llamar. Al principio Marcos atend�a mis instrucciones y me
contestaba mir�ndome a los ojos con esos profundos y dulces ojos celestes
que delataban su ascendencia �rabe. En un momento dado me di cuenta que
mir�
mi cuerpo entero y t�midamente se dio vuelta para seguir hablando, sin
mirarme, mientras cepillaba distra�damente a Picara. Entrando a casa
pens�
que este muchacho en un determinado momento se puso levemente colorado y sus
comentarios comenzaron a padecer una discordinaci�n que era notable.


Cuando llegu� a mi habitaci�n para ponerme la bikini e ir a la
piscina,
antes de desvestirme me mire en el espejo de la c�moda y me di cuenta
la
raz�n de la turbaci�n de Marcos. Mis pezones, frotados por la
lycra durante
la carrera estaban brotados al punto de levantar la prensil tela de mi
remera y la transpiraci�n hab�a transparentado la tela al punto
tal de que
se pod�a divisar perfectamente la aureola oscura que los rodeaba. Cuando
mire mi entrepierna... me horrorice... se ve�a claramente mi Monte de
Venus
como si nada lo cubriera. La calza de lycra se met�a descaradamente entre
los
labios de mi sexo.


Indignada conmigo misma y sofocada por la verg�enza me di una ducha,
renunciando a la piscina por esa ma�ana. Envuelta en una toalla me dirig�
a
la habitaci�n vestidor, donde est�n los placares con la ropa de
Fatiga y
m�a.


Se escuchaba desde all� la alegre y movida m�sica de la radio
port�til que
Caro escuchaba en la piscina, justo debajo de la ventana. Me asom� sin
abrir
las cortinas y pude ver el magn�fico espect�culo del soberbio
cuerpazo de
Caro, brillante por la cobertura de los protectores solares, dor�ndose
al
sol.


La soledad y tranquilidad del lugar donde se encontraba hab�a hecho que
ella
de quitara totalmente ambas piezas de su bikini. Indudablemente ten�a
un
cuerpazo fenomenal.


De pronto, un leve movimiento del cerco de arbustos que rodea la piscina me
llam� la atenci�n. Corriendo fui hasta la habitaci�n que
queda libre tambi�n
en el primer piso, para tener un mejor �ngulo de observaci�n.


Mi sorpresa fue may�scula. Detr�s del cerco de ligustrinas Marcos
estaba
mirando boquiabierto el cuerpo desnudo de Caro, recostada sobre el borde la
piscina.


Este descubrimiento me produjo un morbo terrible. Marcos, con el torso
desnudo y solo con el short que ten�a puesto para ba�ar a Picara
estaba
levemente agachado en cl�sica actitud de mir�n, me dio la impresi�n
que una
de sus manos frotaba su sexo por sobre la tela del pantal�n.


Una excitaci�n desenfrenada se adue�o de mi cuerpo. El toall�n
que me
cubr�a, desacomodado por la carrera hasta esta ventana, cay� pesadamente
al
suelo. Estaba tan absorta en descubrir que estaba haciendo Marcos que de
pronto me encontr� con mis manos acariciando mis pezones y suavemente
mi
pubis. Me sent�a enloquecida de lujuria.


De pronto Caro, alucinada por el sol y la m�sica salsa que estaba
escuchando, se puso de pie y comenz� a bailar sola al borde de la piscina.


Marcos enderez� su cuerpo y baj�ndose el short hasta las rodillas
saco un
falo que, quiz�s por mi estado de excitaci�n en ese momento, me
pareci� mas
grande que el del semental de nuestra caballeriza.


No pod�a creer lo que estaba viendo!!!!. Esto me termin� de enloquecer.


Desde donde yo estaba, unos quince metros hacia arriba y a un costado de
Marcos, no pod�a divisar bien los detalles (o quiz�s la excitaci�n
descontrolada me nublaba la vista). S� pod�a ver perfectamente
como
suavemente y sin violencia sub�a su mano hasta la punta de esa tremenda
tranca que apuntaba hacia adelante y arriba, para luego bajarla lentamente
hasta el tronco.


Imaginar los labios de mi vulva haciendo lo que su mano y sentir mis dedos
hurgando con desesperaci�n mi vagina me llev� a un orgasmo descomunal
entre
gritos, jadeos y puteadas.


Cuando me recobre del shock me levante del suelo y vi que ellos segu�an
en
sus respectivos roles. Caro bailando voluptuosamente con los ojos cerrados y
la cara apuntando hacia el sol. Marcos acariciando l�nguidamente su
descomunal verga (que hasta me parec�a cada vez m�s grande) como
dejando que
todo siguiera sin apresuramientos.


Mis dedos se empaparon en los flujos de mi orgasmo (soy excesivamente h�meda
en mis orgasmos) y se deslizaban dentro de mi vagina como atra�dos por
un
im�n interior. En un momento Marcos se sent� en el c�sped
separando sus
piernas. Ahora el espect�culo, para m�, era inaguantable. Imaginarme
sentada
sobre ese m�stil me acerco al borde del cl�max. Justo en ese momento...
sin
apurar el ritmo... esa soberbia barra de carne comenz� a vomitar semen.


Saltaban los chorros hacia arriba como un pozo petrol�fero. Era tanta
la
leche que descargaba este �rabe que pod�a ver perfectamente los
charcos que
estaba formando tapando el ombligo y gran parte de la piel del vientre. Mis
dedos se pusieron totalmente locos y tuve el segundo, hermoso y vibrante,
orgasmo de esa ma�ana.


Dos horas despu�s, durante mi almuerzo con Caro, una sensaci�n
de
desasosiego dominaba mi cuerpo. Sent�a como si un virus indefinido me
hubiera invadido el cuerpo y me estuviera enloqueciendo por completo.


-. Caro, despu�s del almuerzo anda hasta la casa de los caseros y dile
a
Marcos que a las cinco de la tarde prepare el auto que nos llevar� hasta
el
centro... en el shoping haremos la provista de la semana y de paso nos
distraeremos un poco en este s�bado de primavera.- le dije sin saber
muy
bien en que momento se me hab�a ocurrido tal idea.


-. Como nos vamos a vestir, Any? Porque la vez anterior yo me puse un jean y
t� fuiste casi de gala.- pregunt� sonriendo Caro mientras terminaba
con su
almuerzo.


-. ��� Muy bien producidas debemos estar hoy!!!- le se�ale
muy seriamente.


-. Ni una palabra m�s.- dijo Caro con cara de circunstancias, pero
sonriente.


-. Av�sale a Marcos que es probable que nos quedemos a cenar en el centro
de
Buenos Aires as� que cierre bien todo y pida a la empresa de vigilancia
dos
agentes hasta que volvamos. Dile tambi�n que venga bien vestido porque
cenara con nosotras. Veremos si entre los tres te encontramos una pareja en
este bendito Buenos Aires.- dije con una franca sonrisa que Caro comparti�.


A la hora prevista Marcos estacion� nuestro auto frente a la casa y baj�
para ayudarnos a cerrar todas las ventanas y puertas antes de irnos. En eso
est�bamos cuando Caro sali� de la habitaci�n de hu�spedes
donde se aloja
desde que lleg�. ��� Estaba hecha una diosa !!!
Me divert�a observar la cara y las actitudes de Marcos. Se puso mucho
mas
torpe... dudaba de que ventana cerrar primero... estaba como atontado!!!!.


Cuando subimos al auto Caro no quiso ir en el asiento delantero porque le
costaba mucho controlar su corta minifalda, as� que tome yo ese lugar.


En el camino aproveche para interrogar disimuladamente a Marcos ya que desde
su llegada a la casa, no hab�a podido averiguar gran cosa de sus
antecedentes y dem�s datos. De eso se hab�an ocupado Fatiga y
Don Mario.


Nos cont� que ten�a 28 a�os, que era protestante bautista
por adopci�n pues
hab�a concurrido a un colegio de esa iglesia. Que por la temprana muerte
de
sus padres, hab�a sido educado bajo la tutela y supervisi�n de
los pastores
de esa congregaci�n hasta el ingreso a la facultad. Que hab�a
estudiado
veterinaria y que, una vez recibido, su pasi�n por los caballos y el
estudio
gen�tico de los mismos hab�a equilibrado su incapacidad para comerciar
en su
profesi�n curando perritos y gatitos, como muchos de sus compa�eros
recibidos.


Hab�a estado de novio durante cuatro a�os (desde los 19 hasta
los 23 a�os)
momento en que su novia muri� en un accidente automovil�stico.
A partir de
all� se hab�a dedicado de lleno su iglesia, a los caballos y los
estudios
gen�ticos.


Pasamos una tarde hermosa. �ramos tres j�venes ( 28 - 19 y 19)
divertidos
disfrutando de una tarde de paseo y compras.


Al principio Marcos no la pas� tan bien. Result� ser un celoso
machista que
se pon�a loco por las miradas, y los comentarios, que desat�bamos
Caro y yo
en el sexo opuesto. En determinado momento parec�a un perro rabioso
custodiando dos perras en celo. Le hicimos algunos mimos y chanzas para
calmarlo. Pero lo �nico que logramos fue que se pusiera todo ruborizado
y
por un rato perdiera la espontaneidad y el dinamismo que hab�a desatado
desde la salida de casa y que hasta ese d�a era desconocida en �l,
para
nosotras por lo menos.


Fuimos a cenar a un coqueto restaurante de Puerto Madero. All� se
emparejaron las cosas, el tambi�n empez� a ser codiciado. Yo me
hab�a puesto
una solera semitransparente y mis nuevas sandalias de cintas muy finas
trenzadas casi hasta la rodilla y Caro su vestido de escasa tela sin sost�n
debajo... hicimos estragos entre los veteranos all� presentes.


Marcos aqu� corr�a una carrera completamente distinta. Su fuerte
contextura
f�sica, su bronceado de horas y horas de campo y caballos, sus rasgos
casi
�rabes rematados en su pelo renegrido y sus ojos celestes... sumado a
la
compa��a de dos espectaculares mujeres, puso en pie de ataque
a la mayor�a
de las mal atendidas esposas de ejecutivos que claramente hubieran dejado lo
que ten�an al lado por un par de horas con nuestro amigo.


Con Caro pescamos de inmediato la situaci�n y nos sent�amos dos
reinas con
semejante compa��a.


Desde una mesa no muy cercana una amiga, esposa de un amigo de Fatiga, me
salud� y me hizo se�a de encontrarnos en el toilette. Deje a los
chicos
trenzados en una charla sobre la sensualidad de las personas y me fui a su
encuentro.


-. ���Any, por el amor de Dios!!! Quien es ese toro Miura
que tienes entre
manos?... ���Tan mosquita muerta que pareces al lado de Fatiga!!!
�quien es
este otro bombonazo?!!!! - me cargaba, muerta de risa, mi amiga.


-. Marta, no te enga�es....- le dije algo seria pero amablemente -. Estoy
mas enamorada del Fati que nunca.... pero est� en Brasil.... buaaaaaaa....


jajajajaja... no, en serio, es un amigo-
-. ��� Fatiga en Brasil!!! ��� Se nota que
lo sent�s mucho... jajajaja!!!!.


-. No... en serio... son mi nueva ama de llaves y el entrenador de los
caballos de Fati... dos amigos... de verdad !!!.


-. Y viven en tu casa?... ��� Ahhhhh ... es verdad.... Esteban
me cont� que
Fatiga mand� a Don Mario a Europa con sus caballos.... ����Este
adonis vive
en la casa de Don Mario?... ����� Cuando me
invitas a tu piscina, por
favooooor ?!!!. Tengo que estrenar mi bronceado total !!!...jajajajaja.


Salude con un beso y dej� a mi amiga en el toilette. Cuando caminaba
hacia
nuestra mesa se me ocurri� pensar que sentir�a mi amiga si hubiera
visto lo
que yo en la tarde. Al sentarme sent� que el hilo de mi diminuta tanga
resbalaba hacia adentro de los h�medos labios de mi vulva y se calzaba
entre
ellos, apretando mi cl�toris... un sacud�n el�ctrico recorri�
mi espalda y
mi vientre... ��� Que bien me sent�a, por Diosssssssss!!!!
-. Any, estas con la cara encendida y superluminosa.- me dijo Marcos al
llegar a la mesa- ����Es que te han dado alguna buena
noticia?!!!!
-. Si, Marcos, me acaban de decir que es probable que mi estudio tome un
contrato muy importante con una multinacional. - Ment� descaradamente
para
disimular, muerta de verg�enza -y de odio- de que se me notara a simple
vista mi enloquecedor estado de calentura interior.


-. ���Vamos a festejar entonces!!! - dijo Marcos.- D�jenme
que las invite a
un lugar muy divertido al que yo voy muy de vez en cuando, casi siempre
cuando la soledad me shoquea.


Fuimos a un boliche muy coqueto en la Recoleta. El ambiente era
espectacular. Caro me miraba con la cara radiante de la alegr�a de estar
all�. Yo estaba cada vez m�s erotizada por una sensaci�n
que no sab�a de
donde proven�a... ni qu� la provocaba.


En ese lugar se dieron vuelta, totalmente, los roles de la tarde. All�,
muchos... muchas, mejor dicho, conoc�an a Marcos. En el bullicio de la
entrada quedamos medio separadas de �l... y algunas pensaron que hab�a
venido solo. Terribles caras de odio cuando se dieron cuenta que el adonis
ten�a due�as esa noche.. .jejejeje.


Muchas de estas deben tener en sus entra�as el recuerdo del mar de semen
que
yo vi esta ma�ana, pens� para m� y sent� de nuevo
que mi vagina me jugaba
una mala pasada. Me sent�a abochornada conmigo misma de estar tan caliente
y
desenfrenada.


-. Any, veo que estas sofocada de tanto bullicio y tanta gente... que
prefer�s?... champagne, daykiri u otra cosa?.- me pregunt� Marcos
tratando
de sacarse de encima una turra de cuerpo descomunal que le recriminaba que
hac�a como un a�o que no la llamaba por tel�fono.


-. �� En ese orden, Marquitos!!!.- le dije haci�ndome la
gata mimosa y de
paso puteandome a m� misma por ser tan visible mi estado de sofocaci�n
y
excitaci�n.


La noche se puso fabulosa. Arrancamos con daykiris y la seguidilla se hizo
endemoniada. Bail�bamos los tres juntos en la pista... hasta que se nos
secaba la garganta. Volv�amos a la barra, repost�bamos y... a
seguir
bailando.


Caro estaba desatada... luchaba por preservar a Marcos contra el ataque de
sus conocidas como una gata con las u�as a la vista. En un momento dado,
con
la cara encendida se acerc� y me dijo.


-. ��� Any... mira como estoy... tengo fuego en las venas
!!! Mira mis
pezones como me empujan el vestido... estoy bailando suelto y estoy mojada
de sexo hasta las rodillas... creo que este bebote es lo que yo estaba
esperando... espero que me de bola para que lo pueda tener!!!!
-. No te hagas problemas... voy a ayudarte!!!.... es lo justo para ti.- le
contest�.


Despu�s que le dije eso, Caro se puso en campa�a... y yo me quede
pensando... es un tipo de 10... hasta yo me morir�a por un tipo as�,
si no
lo tuviera al Fati... pero lo que vi esta ma�ana no es lo m�s
aconsejable
para la desfloraci�n de una virgen de 19 a�os. ���
Va ser dif�cil y
doloroso... mi pobre amiga!!! pens� en silencio.


Mientras bailaba con ellos dos, mi visi�n se puso cada vez mas turbia...
me
imaginaba la penetraci�n de esa brutal estaca, que hab�a visto
esa tarde,
abriendo salvajemente el sexo virginal de mi amiga y no pude controlar un
orgasmo gigante. Levante tanto los brazos que casi sent� que mis tetas
se
sal�an de la solera. Bailando disfrutaba de mi orgasmo que me sacud�a
como
una pose�da. Gritaba desaforadamente tapada por la m�sica disco
que
bail�bamos. Despu�s me sent� avergonzada de m� misma,
hacia varias horas que
mi vagina dominaba la sinraz�n.


Amanec�a cuando iniciamos el regreso a casa. Cansadas como est�bamos
nos
sentamos en el asiento trasero para sacarnos las sandalias y masajearnos los
pies doloridos. Nuestras cortas minifaldas estaban muy arriba por las
piernas cruzadas... mire la entrepierna de Caro y su tanga estaba igual que
la m�a.. perdida dentro de su vagina.... Ella se dio cuenta y me hizo
una
sonrisa c�mplice... se acerc� y me dijo al o�do:
-. �Sent�s olor a sexo.. a mujer caliente?... �Eres t�
y soy yo?...


jajajajaja
-. ��� Creo que las dos!!.- le conteste con una sonrisa p�cara.


En el camino aproveche para tocar un tema que me ten�a intrigada. Empezamos
a hablar del excelente ambiente que hab�a en el boliche al que nos invito
Marcos. Las chicas... la m�sica... los tragos...


Lentamente fui derivando la charla hacia el sexo. Cuando pude llegar a lo
que me interesaba, sin parecer descolocada le pregunte a Marcos:
-. ���Como puede ser que una morena escultural como tu amiga
Mercedes te
recrimine que hace mas de un a�o que no la llamas por tel�fono?!!.


Marcos me contesto:
-. Ocurre, Any, que por mi educaci�n religiosa -y algunos golpes muy
duros
que he tenido en mi vida afectiva- no soy tan promiscuo como los varones de
mi edad. Adem�s ... soy muy t�mido. No recuerdo haberme lanzado
nunca a la
conquista de una mujer. Me da mucho corte... como dicen los espa�oles.


Mercedes es una mujer extraordinaria. Salimos durante un tiempo hasta hace
mas o menos un a�o. La �ltima materia de la carrera me ten�a
loco y
desatend� un poco sus afectos y ella agarr� para otro lado. Ahora
esta
arrepentida. Pero ya es tarde. Sabe que despu�s de ella no ha habido
otras
mujeres en mi vida. Por eso se desespera. Quiere volver a rearmar todo.


-. Marcos, te puedo hacer una pregunta �ntima?... podes no contestar
si as�
lo deseas.. - segu� tratando de profundizar.


-. Okey... no problem... �cual es la pregunta?
-. �Cuanto hace que no tienes sexo con una mujer? �Que no haces
el amor?
-. Te contesto las dos preguntas porque para m� son dos cosas distintas.
Que
no hago el amor... mas de un a�o... Mercedes fue la �ltima...
y la �ltima
vez que tuve sexo... una de las �nicas, creo... fue hace mas o menos
cuatro
meses. Estaba muy bajoneado an�micamente y una amiga... de buena onda,
trato
de ayudarme a levantar mi �nimo.


Caro me tom� con fuerza del brazo... la mire y le brillaban los ojos
en la
claridad del amanecer. Lo que escuche me hizo comprender el mar de semen que
hab�a visto la ma�ana anterior... y que hab�a alterado
mi pac�fica vida,
hasta ese momento.


Llegamos a nuestra casa y ca� en mi cama como desmayada. Soy muy resistente
al desgaste f�sico, pero los tres orgasmos, el baile, el alcohol y la
terrible calentura que me hab�a pose�do durante todo el d�a
hab�an causado
estragos en mi cuerpo. Solo alcance a recordar que Marcos dijo al llegar,
que despu�s del mediod�a ir�a a buscar a Fati al aeropuerto.


Como a las tres de la tarde, Caro, a�n con su camisolin de dormir, me
despert� con un jugo de naranjas y una aspirina. Deje la aspirina de
lado...


me sent�a formidable!!!.


Charlamos largamente sentadas en mi cama sobre lo ocurrido el d�a anterior.


La sent�a verdaderamente una amiga. Cuando le cont� lo que la
ma�ana
anterior hab�a visto desde la ventana de la piecita, sus ojos y su boca
se
abrieron desmesuradamente de la sorpresa. Me ped�a detalles. Me preguntaba
que hab�a sentido yo.


A pesar de sentirme terriblemente avergonzada de mi comportamiento le cont�
de mis dos descomunales orgasmos, desnuda en la ventana. Ella estaba como
extasiada. Me di cuenta que, sin pensarlo, sus manos se hab�an metido
debajo
de su camisolin y se estaba tocando.


Me pregunt� como estaba yo en este momento, en que solo faltaba una hora
para que llegara mi pareja de viaje. Sin decir palabra abr� mis piernas
desnudas, as� como estaba sentada sobre la cama. Separando con mis dedos,
levemente, los labios de mi vulva le mostr� que estaba totalmente mojada.


Muy despaciosamente y mirando con mucha atenci�n, acerc� como
en c�mara
lenta, su mano a mi sexo... con la yema de su dedo toc� delicadamente
mi
abultado cl�toris... una centella el�ctrica corri� por
mi espalda haci�ndome
cerrar de golpe mis piernas, como una tenaza, apretando su mano en mi sexo.


Casi instant�neamente el mismo reflejo me hizo tirar mi cuerpo hacia
atr�s y
mi sexo hacia adelante desatando un orgasmo incontenible.


Cuando reaccione me di cuenta que ella se hab�a asustado un poco. La
tranquilice dici�ndole que hacia un par de d�as que me pasaba
algo
extra�o... que estaba con una calentura desconocida para m� y
no sab�a
porque.


Ella me escuchaba con atenci�n. Sac� su mano que hab�a
quedado aprisionada
en mi sexo y comenz� a lamer lentamente sus dedos mojados con mi flujo.
Sin
dejarla terminar tom� su mano y llev�ndola a mi boca la comenc�
a chupar con
desesperaci�n.


Caro, con mucha delicadeza, me dijo que quer�a pedirme un favor. A mi
asentimiento me pidi� que alg�n d�a, que yo creyera conveniente
le gustar�a
mirar, una sesi�n de sexo entre Fatiga y yo.


Ese pedido me caus� una sensaci�n inenarrable. Un hormigueo incontenible

inund� mi est�mago, mi nuca, mi sexo, todo. Me levant�
como un resorte de la
cama. Al ver la expresi�n de asombro en la cara de Caro, que no entend�a
mi
reacci�n, le dije:
-. ��� Ser� hoy !!!... muero de ganas de cog�rmelo
a Fati en cuanto llegue.


Y el hecho de saber que t� estar�s mirando me da un morbo terrible
y me
pone la libido por las nubes. Ven.. ay�dame. Corramos esta c�moda
as�
podes estar mirando desde la pieza de al lado. Deja semicorrida la cortina
as� tambi�n podes mirar desde el balc�n, si quieres.


Segu�a el hormigueo que me carcom�a las entra�as. Estaba
mojada por el
orgasmo reciente pero me sent�a como si estuviera al borde de otro. Mand�
a
Caro que se cambiara para que estuviera vestida a la llegada de Fatiga. Le
recomend� que cerrara todo antes de subir a mirar, pero que no demorara
porque estaba muy segura de empezar a cogerlo apenas �l entrara en la
habitaci�n.


Ni bien termin� de acomodar los puestos de observaci�n pens�
en darme una
ducha. Despu�s deseche la idea. Quer�a parecer reci�n levantada
y que Fati
viera como estaba de mojada por los sue�os h�medos que hab�a
tenido por su
ausencia.


Estaba totalmente desnuda parada en el ventanal mirando la entrada a la
finca cuando asom� el auto que lo tra�a. La cosquilla en mi entrepierna
me
hizo llevar mi mano hasta all�. Me controle. Me acost� desnuda
en la cama,
me tap� parcialmente con la sabana y me hice la dormida.


Al rato �l entr� en la habitaci�n. Vi con los ojos entrecerrados
que me
miraba desde la entrada al vestidor para dejar sus maletas. Al verme dormida
se dispuso a darse una ducha. Sali� desnudo de la habitaci�n vestidor
rumbo
al ba�o.


-. Hola mi vida, � Viajaste as� desnudito?.- le dije risue�amente
haci�ndome la que reci�n me despertaba.


El se detuvo a mitad del trayecto al ba�o y se acerco para saludarme.
Me
beso dulcemente en los labios y me pregunt� como hab�a estado
en su
ausencia.


-. La pase muy mal.- le dije con cara de nena mimosa - mira como estoy.- le
dije tomando su mano y llev�ndola a los labios de mi vulva inundados
de
flujos por la lujuria descontrolada que me dominaba.


Mientras con mis manos obligaba a su mano a frotar mi cl�toris en forma
desenfrenada nos fundimos en un beso apasionado que desat� definitivamente
una furia salvaje que nunca hab�a experimentado en m�.


De un salto sal� de las sabanas que apenas me cubr�an y tumb�ndolo
sobre la
cama mirando hacia arriba me sent� sobre su cara metiendo su boca dentro
de
mi sexo.


Fati, saliendo de la primer sorpresa por mi violenta actitud (siempre he
sido muy lasciva y er�tica pero nunca tan salvaje) comenz� a comerse
mi
vulva con frenes�. Me sent�a en la gloria. Antes de llegar a un
orgasmo
irremediable me di vuelta dejando mi sexo en su boca y prendi�ndome a
su
falo con desesperaci�n inusitada.


Estaba chupando con ansia esa hermosa tranca cuando levante la vista y mi
mirada se encontr� con la mirada de Caro que estaba detr�s de
la ventana del
balc�n.


Su cara, su sonrisa, su lujuriosa mirada me aseguro que se estaba corriendo
una paja descomunal.


A m�, el verme observada... con la pija de mi pareja hasta la garganta
y en
su m�xima erecci�n... y mi sexo penetrado por su lengua vigorosa
y
vibrante... me pusieron al borde de la locura total.


Tom�ndome de los tobillos de Fatiga me sent� sobre mis piernas
flexionadas y
puse los 20 cm de su verga apuntando hacia arriba con la cabeza calzada en
la entrada a mi vulva.


Asegur�ndome que Caro viera bien por entre mis piernas deje caer lentamente
mi cuerpo ensart�ndome lentamente en esa tranca deliciosa. Un sonido
gutural
que sal�a involuntariamente de mi garganta, la mirada fija en mi amiga
con
los ojos muy abiertos y h�medos de lujuria eran la mejor muestra del
placer
que sent�a al ir provocando, a mi gusto y decisi�n, una muy lenta
penetraci�n.


Al llegar a la mitad de la verga pase mis manos a mis propias rodillas para
poder flexionar mejor haciendo entrar y salir con rapidez y agilidad esa
primera parte de la barra de carne hirviente que ya hab�a enterrado en
mis
entra�as.


Un orgasmo impresionante comenz� a inundar de flujos la penetraci�n
haciendo
un ruido maravilloso (clap... clap.. chas... .chas... clap). Esto me
provocaba un morbo terrible. Estaba segura que mis jadeos y quejidos de
placer se escuchaban hasta fuera de la habitaci�n.


A medida que iba perdiendo el control de mis actos mis flexiones eran mas
r�pidas, mas viscerales y mas profundas hasta sentir que la verga de
Fati
hacia tope en mis entra�as. Mis nalgas golpeaban sus pantorrillas mojada
de
sexo y hac�an un chasquido que me erotizaba como si fuera un l�tigo
en mi
piel.


Tal era mi estado de locura que otro orgasmo se descolgaba en mis entra�as.


La verga de Fatiga se envar� al m�ximo y supe que ven�a
su semen en camino.


Comenc� a sentir una sensaci�n extra�a, lujuriosa y erotizante
pero, para
m�, un tanto aterradora. Al tener a mis espaldas el cuerpo de mi pareja,
comenc� a imaginar que los chorros de semen que sent�a me estaban
inundando
las entra�as eran aquellos que hab�a visto detr�s de los
setos de la pileta
de nataci�n. Horrorizada me di cuenta que alucinaba estar montando a
Marcos. Al levantar la vista y ver en la cara de Carolina dibujado el
inmenso orgasmo que estaba sintiendo ella, de la paja que estaba haci�ndose,
mi locura se transform� en un paroxismo incontrolable de sexo salvaje.


Sintiendo el semen caliente en mi vagina... gritando como nunca antes lo
hab�a hecho en mi vida... sacudi�ndome hasta casi arrancar de
cuajo el
tronco que sent�a metido hasta los huevos... y desagot�ndome en
un orgasmo
m�ltiple e interminable nunca antes sentido... me derrumb� sobre
la cama
convulsionando espasm�dicamente.


En la nebulosa de mi mareo y semiinconsciencia mir� hacia la ventana...
la
cara de Carolina apuntando al techo, con los ojos cerrados y la boca
tremendamente abierta, como si le faltara el aire, me aseguro que acababa de
terminar una descomunal paja con mi espect�culo. Esto me sacudi�
m�s a�n...


Con una desesperaci�n que no sab�a de donde me sal�a, desenvaine
mi vagina
del m�stil que la envaraba y me corr� hacia atr�s poniendo
mi sexo en la
boca de Fati que comenz� a morder mi cl�toris con desesperaci�n.
Mi boca
comenz� una mamada fren�tica apenas su semiparado pene entr�
en ella.


Los sabores que inundaban mi boca, del semen de la acabada reciente y mis
flujos mezclados, me hac�an chupar esa verga con una desesperaci�n
que no
recordaba haber tenido nunca antes. De pronto, cop� mi mente la imagen
del
falo de Marcos volcando una catarata de semen. ��� Esto termin�
de
enloquecerme!!!.


Sin saber que rayos me pasaba... ya solo con la imagen de Marcos desnudo
tirado en el pasto con su terrible verga parada... y un fuego interior que
me quemaba las entra�as... me tire de espaldas en la cama... puse una
almohada debajo de mi cola... y como manejando un mu�eco inflable puse
a
Fati encima m�o... gui� su verga ya totalmente parada a la entrada
de mi
vulva... puse mis piernas a la altura de sus hombros y rodeando su cuello
cruc� mis pies por detr�s de su nuca.


-. ���Cl�vame hasta la garganta, hijo de puta, que
me estoy
muriendooooo!!!!.- le grite con mis ojos salidos de sus �rbitas y clavando
con rabia mis u�as en sus nalgas.


La verga me penetr� como un misil. Solo el fondo de ni matriz detuvo
ese
empuje gigantesco. Hab�a logrado contagiar a Fati de la locura total
que me
dominaba. Su cara de descontrol total era un espejo de lo que yo sent�a
en
mi cuerpo. Solo que en mi ceguera de lujuria quien me serruchaba las
entra�as con un pist�n imparable... tenia la cara, la figura y
la verga de
Marcos.


En un orgasmo gigante que salpicaba por doquier mis flujos y los chorros de
semen que saltaban desde dentro de mi vagina saliendo violentamente
expulsados por los embates de esa hermosa verga... termin� convulsionando
hasta quedar dormida con la carne de mi macho palpitando en mis entra�as.


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Relato: Any (III: con una nueva amiga)
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