Relato: sexo con cerda 1

lo que voy a comentar es veridico, sucede que la vida de pueblo es demasiado tranquila y cuando uno tiene ya sus a�itos y el cuerpo pide sexo, no hay mas que buscar algo al alcance para ser penetrado y es el caso que les voy a relatar.
esto sucedio aproximadamente cuando yo tenia 13 a�os, estando en la escuala secundaria, teniamos una maestra de espa�ol que cuando daba su clase cruzaba su pierna de tal manera que la pudiesemos ver o abria las piernas y los mas atrevidos (yo era uno de ellos)le mirabamos los calzones, total que nos calentaba al maximo y cuando llegaba a casa, como siempre han tenido animales, gallinas, guajolotes burras, cerdos etc.
entonces alguien mas iba a pagar las calentadas de la maestra de espa�ol, total que para no ser tan largo en esto, comenzaba yo con encerrarme con la marrana en su corral, mojando su vulva con saliva y respondiendome ella con empujones hacia atras, cabe se�alar que ella se mostraba dificil y se retiraba pero yo me las ingeniaba para darle algo de comer algo para que se entretuviera mientras que yo me descargaba.
una vez que el animal estaba comiendo entretenida, comenzaba yo a lubricar bien su vulva repitiendo la lubricacion y siendo correspondido con movimientos hacia atras ya que yo rozaba su clitoris, por varios segundos, una vez que yo consideraba que estaba bien lubricado y ya con mi berga bien paradota, se la introducia de golpe y ella hacia algunos movimientos de defensa pero era tal su hambre que preferia seguir comiendo y aguantar mis embestidas, mientras tanto yo introducia mi pene hasta el tope sintiendo algo maravilloso para mi corta experiencia y esto lo prolongaba hasta que mi leche salia en cantidad considerable entonces sacaba mi berga apresuradamente y procedia a limpiarla para no ser sorprendido por alguna mirada indiscreta, cabe se�alar que habia ocasiones en que la marrana andaba en celo donde no oponia ninguna resistencia y no habia necesidad de que la distrajera con comida sino que al contrario ella participaba con sus empujones hacia mis huevos. esto se repetia de manera frecuente no solo con cerdas sino con otra clase de animales que en otra ocasion les contare

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