Relato: Feliz de cornudo y domado a bi
Reci�n casados, cuando mi mujer me llam� en la cama con el nombre de otro, de momento sent� mucho coraje. No obstante, la dej� seguir movi�ndose. Not� que se excitaba mucho m�s, y para mi sorpresa, yo tambi�n.
"�Qu� bien coges con �l!". le dije. "�Te gusta?", me pregunt�. "Has aprendido a moverte delicioso...", le contest�.
Cuando ella sigui�, y luego me dijo descaradamente que con esa verga cualquiera aprend�a, me asombre de sentir que se me hinch� m�s dura que nunca. La verdad, lo disfrut�. Y le dije que entonces pensara que estaba con �l.
"�C�mo sabes que no me refiero a t�?", me pregunt�. Le respond� que era obvio, y me provoc� un enorme gozo en todo el cuerpo la sola idea de que ella tuviera una mucho mejor verga que la m�a. Que me hiciera perfectamente cornudo.
"�Y si estoy medio enculada con esa esplendorosa verga, no te enojas?", me pregunt�. "Pues, por c�mo lo estamos gozando, mejor si te enculas con �l. T� goza con �l lo que se te antoje, mi vida, me excita mucho...".
"�Qu� mejor, mi cornudo, porque quiero que te sometas y te aseguro que hasta t� te excitar�s como yo de ver esa magn�fica cabeza tan bien torneada y esa cantidad de esperma!".
Y, ahora, despu�s de estar llev�ndoles el desayuno a nuestra cama, 3 o 4 d�as a la semana, de saborear el abundante semen de mi espl�ndido corneador en la entrepierna de mi mujer, y de haber aceptado ayudarla a chuparlo para que se echaran otro buen palo antes de que �l me abriera las nalgas para cogerme, me fascina la decisi�n de mi mujer para dominarme.