Esta historia me ocurri� hace varios a�os ya y fue mi primera
experiencia en el sexo con una mujer madura. Mi casa ten�a un gran parque y una
hermosa pileta, y �ramos nuevos en la zona ya qua hab�amos llegado all� por
traslado del trabajo de mi padre. En el barrio, a falta de gente, hab�a s� una
familia de la que nos hicimos amigos, en especial porque viv�an nuestra misma
situaci�n, es decir eran de otro lugar. La madre, el padre, una hija y un hijo.
La relaci�n vino porque en Marzo, mi instituto organiz� un baile para recaudar
fondos, y a falta de compa�era, fui con mi vecina. M�s luego contar� de mis
sue�os y realidades con ella.
En esa �poca de la vida, nos mat�bamos a pajas, recordando la vez de lo que me
paso con Claudia. Un terrible desorden hormonal y la necesidad de explotar en
leche sin m�s era nuestro �nico objetivo sexual, ya que est�bamos muy lejos de
conseguir que alguna chica nos diera m�s que un beso.
Pero, no vendr�a por ella mi primer gran orgasmo en pareja, sino por la madre.
Esta mujer, de unos 48 a�os, alta, flaca y con un cuerpo nada espectacular pero
conservado en sus formas, era muy amiga de mi casa y de mi madre. Tanto que
pasaba por casa a tomar mate en la tarde, conversaban all� y se quedaba largas
horas. La verdad es que no hab�a puesto a�n mis ojos en ella porque su hija me
ocupaba todas las fantas�as sexuales que me imaginara, a�n cuando en esa �poca
no hab�a pensado en tener sexo, sino m�s bien tocarnos. Una d�a ca� en cama con
tremenda gripe, mucha fiebre, y por supuesto, muchas pajas en la cama. Me ten�an
que dar una inyecci�n porque la temperatura no bajaba, para lo cual, mi madre
fue a comprar las ampolletas y pens� en llamar a un enfermero. Justamente, A.
(tal el nombre de esta mujer) estaba en casa y se ofreci� a colocarme ella la
inyecci�n.
Lleg� a la pieza, me quit� las s�banas y me dijo que me bajara el calzoncillo.
Estaba vestida con una de sus habituales camisas anchas por lo que al inclinarse
dej� ver su corpi�o y parte de sus no muy grandes tetas. Esto me excit�, aunque
creo que ella tambi�n lo not�. Me dio unas palmadas en mis nalgas comentando que
ten�a buena cola para las inyecciones. Se me comenz� a poner duro el pene y casi
sin saberlo se me asom� la cabeza entre las piernas. No sab�a qu� hacer, ella me
iba a ver, qu� verg�enza!.
Un d�a, A. vino a casa a pedir si le pod�an ayudar a destrabar el flotante del
tanque de agua, que estaba tirando agua en todo el techo. Fui yo. Lo arregl�
r�pido, con lo que A. qued� agradecida. Le ped� su ba�o para lavarme las manos.
Entr�, cerr� la puerta y me sent� en el inodoro, sabiendo ya que no hab�a vuelta
atr�s. Me baj� los pantalones, calzoncillos, y tom� mi pene duro y comenc� a
pajearme. El miedo que sent�a era terrible, el s�lo pensar en A. a pocos metros,
que me pod�a descubrir, era como una aventura que derrochaba adrenalina, estaba
paje�ndome en la casa de A...!!. No van a creer que casi muero cuando, en lo
mejor, se abre la puerta del ba�o y encuentro a A. parada en el umbral
mir�ndome�Cre� que iba a morir, me puse colorado, me qued� mudo, congelado, mi
pene se puso fl�ccido y blando en menos de 1 segundo. Ella, se acerc� a m� y me
dijo en tono muy calmado:
- Me imagin� esto�O crees que no me doy cuenta c�mo me miras.
Yo segu�a mudo y paralizado.
- V�stete y sal del ba�o.
Se dio media vuelta, cerr� la puerta y se fue. Sal� del ba�o con la sensaci�n de
haber matado a alguien, era como haber cometido el m�s grande de los cr�menes, y
que te hubieran descubierto en el acto. Mi verg�enza no me dejaba ni emitir
sonido, no pod�a hablar.
- Alex, venid, estoy en la pieza.
Camin� hacia all� con la cabeza baja. Al entrar a la pieza no pod�a creer lo que
vieron mis ojos. A. estaba desnuda completamente mir�ndome fijo a los ojos. Me
dijo:
-Yo te voy a ense�ar el sexo. Vas a ver que es mucho m�s divertido que
masturbarse.
Se acerc� a m� y me beso en los labios con una gran experiencia, manejando la
situaci�n, me meti� la lengua en mi boca mientras me susurraba:
- Tranquilo, esto no va a doler. D�jate llevar y disfr�talo.
Me sac� la remera, pasando sus manos por mi espalda. Yo segu�a inm�vil, sin
poder hablar. Me baj� el pantal�n, y meti� su mano debajo del calzoncillo.
Estaba todo mojado. Un gran chorro de semen hab�a manchado toda la ropa.
- Mmmm, espero que te quede un poco m�s.
Su mano me masajeaba los test�culos, y yo, inm�vil, sin poder moverme, como una
estatua. Se separ� de m�, me llev� a la cama y me tendi� en ella.
- A ver, vamos a pajearte. Te gusta? - y comenz� a masturbarme despacio.
Mi mano derecha se movi� hasta su hombro, y fue bajando lentamente hasta tocar
su pez�n. Estaba duro, casi muero en el contacto. Sus aureolas negras y grandes
me miraban como dos ojazos, volv� a tocarlo, lo acarici�. Ella suspir�:
- Mmmm, eso me gusta, t�calos, despacio�as�.
Mientras, su mano me pajeaba pasando de mi pene a mis test�culos, yo sent�a un
gran ardor, estaba a punto de correrme, explot�, mi leche brotaba como una
fuente. Ella se inclin�, abri� la boca y se tom� todos los restos.
- Por Dios, est�s muy caliente, y ten�is mucha leche dentro que hay que sacar.
Ahora voy a mostrarte mi sexo, para que aprendas c�mo nos gusta a las mujeres
que nos toquen.
Nos sentamos en el borde de la cama, ella recost� la espalda, abri� sus piernas
y dej� a la vista una enorme vagina, rodeada de una inmensa mara�a de pelos
marrones oscuro. Tom� mi mano y comenz� a frotarla por encima de sus labios,
despacio de arriba abajo. Yo pod�a sentir la humedad de aquella chocha de mujer
experimentada, pero no me animaba a m�s. Ella guiaba mi mano muy despacio.
- Te gusta? ahora mete tu dedo. Despacio, mmmm, as�, s�, mete dos dedos. Vamos,
mete y saca, eso.
Yo me dejaba llevar, estaba masturb�ndola, mis dedos pod�an sentir su flujo, se
retorc�a, se deleitaba. Abri� m�s su vagina con su mano y me dej� a la vista un
hermoso bot�n hinchado, rosado como un peque�o pene, su cl�toris.
- Lo ves, t�calo, fr�talo, mmmm ahhhh, as�, incre�ble, arrod�llate y b�same la
chocha. Deja que mi cl�toris entre en tu boca y salga, despacio, fr�talo con la
lengua, mmmmm...
Mi boca reaccion� raro al contacto con aquella mata de pelos y carne tan jugosa,
pero de inmediato sent� la mano de A. apretar mi cabeza contra su sexo. Parec�a
que la estaba haciendo gozar en grande, gem�a y respiraba muy fuerte, alcanc� a
o�rla.
- Me vengo, ahhh, ahhh, s�iiii.
Su chocha explot� en un l�quido tibio y sabroso que me tom� lamiendo todo muy
despacio. Ella se retorci� y tuvo como un espasmo, arque� su espalda y luego
cay� tendida.
- Ufff, eso estuvo excelente, ahora vamos a hacerlo.
Me acost� en la cama boca arriba, mi pene duro estaba como lanza listo para
clavarse. Se subi� a m�, sent�ndose sobre mi sexo pero sin meterlo a�n.
- Vamos a meterte dentro de m�. T� no hagas nada, deja que yo me mueva.
Tom� el pene en su mano y mientras se abr�a un poco la chocha se sent� sobre �l.
Estar dentro fue algo maravilloso. S�lo puede sentir algo de dolor cuando el
cuerito de mi cabeza se estir� hacia atr�s.
- Mmmmm, que bien. Muy bien. Ahora, quieto, yo me muevo.
Se inclin� sobre m� dejando sus tetas hermosas colgando frente a mi cara.
- Muerde despacio los pezones, quiero que me mames toda.
Se mov�a despacio, arriba y abajo, como cabalgando, gozando con cada bombazo.
- Si sientes que est�s por explotar, avisa. La idea de esto es que los dos
lleguemos juntos a corrernos, y alcancemos juntos ese momento.
Yo sent�a morir, mi pene se volv�a loco, estuve a punto de estallar varias
veces, pero le dec�a que pare, y aprovechaba para besarle las tetas, su boca,
todo. Cuando nos �bamos aproximando al cl�max, ella dej� la suavidad de lado,
nos tumbamos y qued� arriba. Ella abri� al m�ximo sus piernas, y me clav� las
manos en mi cola.
- Vamos, ahora, desg�rrame, metete m�s�m�s, m�s.
- S�, s�, as�, vamos�aaahhh.
Sent� algo extra�o, ella hab�a metido dos dedos en mi culo hasta el fondo.
Explotamos los dos juntos. Mi leche brotaba de su chocha por los costados,
mojamos las s�banas, todo, nos quedamos muy apretados los dos, como abotonados,
fue m�gico. Se tendi� a mi lado y me dijo:
- Te gust�? te met� mis dedos en tu culo para que te brote m�s leche.
- Bueno, ahora a ba�arnos y despu�s a tu casa, y esto no pas� nunca, s�?.