Ya muchos lectores se preguntar�n por que si mi apodo es
"Amante de Pies Femeninos" he comenzado a escribir una saga sobre mis encuentros
sexuales con una travesti. Pues bueno, aqu� les contare el por que de mi apodo,
y el por que de mi gusto por unos lindos, delicados y sensuales pies femeninos.
Todo comenz� cuando ten�a unos doce o trece a�os, mi mam� se
dedicaba a la costura en ese entonces, por lo tanto ten�a bastantes revistas de
moda, cat�logos de ropa y cosas por el estilo que le ayudaban en el trabajo, las
cuales yo miraba ocasionalmente para ver las lindas mujeres que all� aparec�an
vistiendo todo tipo de prendas, hasta lencer�a y ropa �ntima.
Al principio lo hac�a solo con el morbo que puede tener un
chico de esa edad, de ver una linda chica en ropa intima y querer ver que hay
debajo de esas sensuales prendas, pero con el pasar de los d�as y cada vez mirar
mas seguido esas revistas, fui cayendo en cuenta de algo, que las mujeres que
all� posaban no solo ten�an lindos rostros y cuerpos esculturales, si no tambi�n
preciosos pies, que comenzaron a llamarme poderosamente la atenci�n, pues todos
ellos se ve�an muy bien cuidados y perfectamente pintados, unos con el famoso
pedicure franc�s, otros de distinta manera, pero siempre con eso en com�n,
preciosos y muy bien cuidados.
Entonces comenc� a fijarme en los pies de las mujeres que me
cruzaba en la calle, ya fueran conocidas o extra�as, lo primero que hac�a (y que
aun hago) cuando veo una mujer es mirar si tiene los pies a la vista, que no
tenga calzado cerrado.
Fue as� como empec� silenciosamente a adorar los pies
femeninos, a esa edad no sab�a que eso era considerado un fetiche, ni mucho
menos que fuera usado en el sexo por muchos para obtener placer, lo �nico que
sent�a eran ganas de ver mas de cerca esos pies, de tocarlos y besarlos, pero
obviamente no lo pod�a hacer.
Recuerdo los pies de una vecinita, en ese entonces deb�a
tener unos doce a�os y yo unos catorce, su mam� era amiga de la m�a y ya hacia
alg�n tiempo nos conoc�amos.
Una tarde ella llego con su mam� a m� casa, se sentaron a
hablar en la sala y Tatiana (As� se llama ella) fue a mi cuarto para jugar
nintendo conmigo.
No recuerdo por que mi hermano no se encontraba ese d�a en la
casa, el caso es que est�bamos solo los dos all� en mi cuarto, ella llevaba un
pantal�n tipo sudadera (deportivo, o no se como lo llamen en otras partes) una
remera y unas sandalias bastantes c�modas, asumo que las usaba para estar en
casa.
Yo pr�cticamente ni le prestaba atenci�n al juego, pues
estaba totalmente idiotizado con los pies de aquella ni�a, eran realmente
hermosos, los llevaba pintados solo con un barniz transparente, pero la forma de
sus dedos y sus u�as me hac�an delirar con solo verlos.
Solo fue hasta ah�, cuando ya se fueron, me met� en el ba�o y
me hice una paja salvaje pensando en esos lindos pies, como ser�a tener aquellos
suaves y tiernos pies en mi rostro, tener esos delicados dedos en mi boca,
chup�ndolos, lami�ndolos� era algo que solo suced�a en mis sue�os y en mis
pajas, que fueron bastantes a nombre de aquellos tiernos y preciosos pies.
Transcurrieron los a�os, y con el tiempo mi fetiche por los
pies aumentaba infinitamente.
Ya cuando ten�a 18 a�os, viv�a en una ciudad diferente en la
costa norte de mi pa�s, trabajaba y viv�a solo, adem�s ten�a una novia con unos
pies para nada despreciables.
Aunque ten�amos relaciones, nunca le dije de mi fetiche,
hasta que un d�a, mientras nos vest�amos despu�s de tener sexo, me decid�.
Sabes, tienes unos pies muy lindos y quiero besarlos.
- Que quieres que?
Ya me o�ste, quiero besar tus pies.
- Por que? Que tienen de lindos?
A mi me gustan y quiero hacerlo.
- Esta bien.
Se sent� en la cama ofreci�ndome sus pies, los cuales
acaricie y solamente bese dedo por dedo, ya que ella no me permiti� hacer m�s.
La verdad esas practicas fetichistas con ella no me
resultaron del todo placenteras pues sab�a que en cierto modo le causaba algo de
asco que hiciera eso, pues con el sexo oral ya me lo hab�a demostrado, no le
gustaba que la besara despu�s de que le hubiera lamido la rajita, aunque la
verdad no me importaba, yo solo quer�a disfrutar del delicioso sabor del liquido
que sal�a de su rajita cuando estaba bien excitada, solo quer�a conocer mas del
sexo, en ese despertar salvaje de la vida sexual que todo hombre tiene a esa
edad.
As�, de "fracaso en fracaso" sigui� pasando el tiempo, estuve
con mujeres que si lo disfrutaban, otras a las que le dio igual, pero nunca fue
igual a mis primeras experiencias con mi novia.
Fue solo hasta un tiempo despu�s que en la misma ciudad
conoc� a una chica que aunque no lo disfrutaba mucho, no le molestaba, y que se
prestaba para que yo hiciera cuanto quisiera con sus pies, pero lo �nico que
hac�a era lamerlos, besarlos y chuparlos.
Ten�amos sexo casi todos los d�as, ella tampoco era de esa
ciudad, viv�a sola, y muchas veces yo iba a dormir a su apartamento, por lo
cual, ten�amos sexo dos o tres veces en la noche, y eso ocurr�a unos tres o
cuatro d�as de la semana.
Muchas veces cuando ella sent�a que ten�a la vagina
lastimada, entonces me masturbaba mientras ella me pon�a los pies en la cara
para que yo los chupara y los besara, hasta cuando estaba a punto de terminar y
se lo met�a nuevamente para venirme dentro de ella, pues no le gustaba que le
echara mi leche fuera de la concha.
As� pase con ella alg�n tiempo, pero a pesar de que saciaba
esa "sed de pies" que desde chico ten�a, era aun muy inocente con respecto a lo
que era adoraci�n de pies, el fetichismo de pies, no alcanzaba a imaginar lo
lejos que llega eso.
Fu� solo hasta hace unos dos a�os, que tuve una experiencia
con una mujer madura, que aprend� y disfrute de un delicioso footjob, de lamer y
chupar unos pies femeninos y ver como ella se retorc�a de placer, de dejar toda
mi carga de leche sobre unos pies femeninos con unos dedos largos, con u�as
largas, muy bien cuidadas y delicada y cuidadosamente pintadas para hacerlos
irresistibles.
Actualmente tengo una novia, tiene unos pies que son una
verdadera delicia, delicados, muy suaves, de dedos largos y con u�as preciosas,
como a mi me gustan.
Para mi fortuna, a ella le gusta que le halague los pies, que
se los consienta, los cuide y se los adore con mis besos.
Una vez est�bamos en su casa, estaba pasando unos d�as all�
con ella pues ella viv�a en una ciudad distinta a donde yo viv�a.
El d�a antes emprender mi viaje a la ciudad donde yo viv�a,
est�bamos acostados en su cama hablando, en esos d�as yo le hab�a dicho que me
gustar�a que me acariciara el pene con sus pies, a lo cual solo se ri� y dijo
que alg�n d�a lo har�a.
Esa tarde, mientras habl�bamos en su cuarto, me dijo.
- Bajate el pantal�n.
Para que? Pregunte.
- Quiero acariciarte con los pies.
No lo pod�a creer, me baje el pantal�n y los interiores hasta
la rodilla, nos acomodamos frente a frente y empez� a recorrer mi pene con sus
suaves dedos, me acariciaba los test�culos, el glande, todo, me masturbaba
despacio, me hac�a delirar con aquel delicioso footjob, que aunque era el
primero que hac�a en su vida, lo hac�a muy bien.
Ahora disfrutamos de eso cada vez que lo deseamos, ella me
masturba con los pies hasta que me vengo sobre ellos, o yo me masturbo mientras
los beso y chupo los dedos hasta que me vengo sobre ella o sobre sus pies, cosa
que le encanta, adem�s de que cuido mucho sus pies, los masajeo con crema
hidratante para que se relajen y se mantengan muy suaves.
Espero les haya gustado lo que he escrito hoy aqu�, mas que
un relato, es la historia de c�mo me inicie en el fetichismo de pies, de lo cual
me siento muy orgulloso y mas aun por admirar la belleza de los pies femeninos,
esperen pronto la tercera parte de mis encuentros con Evelyn.
A todos quienes hayan le�do esta historia mil gracias y a los
que me han apoyado, mil gracias tambi�n.