MI EMPUTECIMIENTO IV
Una vez en Santa F� me present� a la familia como "su novia",
es decir una amiga sin compromiso alguno. Estos eran muy cordiales y amables.
Sus padres ten�an alrededor de cuarenta y cinco a�os, eran muy comprensivos y
nos dejaron solos mientras ellos ocupaban el bote para una excursi�n por el r�o
Paran�.
Sin embargo sus hermanos, Juan Carlos (18), Diego (17) y
Daniel (16), eran unos diablillos y pegotes. A pesar de ser educados, no dejaban
de gastarme bromas y de abrazarme. Seg�n ellos estaban muy contentos de conocer
a la "novia" de su hermano. Facundo no les dec�a nada y m�s a�n, les celebraba y
animaba a hacerme bromas.
Fuimos a la estancia de la Familia, en donde criaban vacunos
y caballos de polo. Tomamos una camioneta 4x4 y nos montamos los cinco camino a
la estancia familiar. Esta era inmensa, con grandes extensiones de terrenos,
r�os y lagunas en su interior. Ten�a miles de vacas y cientos de caballos.
Recorrimos grandes extensiones cabalgando y otras en veh�culo 4x4, sin acabar de
conocerla.
Yo me enamor� de una cascada solitaria que encontramos en un
r�o y ped� ba�arnos. Acalorados como est�bamos, los hermanos de Facundo y este
se desnudaron y se zambulleron de inmediato en las aguas del r�o. Se hund�an
unos a otros en medio de grandes risas. Al verme todav�a en la orilla, salieron
gritando del agua directo hac�a mi por lo que arranqu� ri�ndome.
Me tomaron entre todos y me desnudaron para llevarme en andas
al agua. Me sumergieron y manosearon por todos lados. Facundo me tom� entre sus
brazos y me bes�, luego dijo a sus hermanos, �esta es la mujer de mi vida! y
ustedes saben que todo lo que es mio es de ustedes. As� aqu� se las entrego,
disfr�tenla. Y tu disfruta tambi�n mi amor.
Qued� sorprendida, pero ya nada me descolocaba, as� que al
primero que se me acerc� lo bes� apasionadamente en la boca. Era Daniel (16), el
m�s chiquito que ten�a una erecci�n de campeonato. Su pene miraba al cielo y me
llegaba casi hasta mis tetas. Se notaba que estaba muy caliente y no se
aguantaba.
Me bes� desaforadamente, acariciaba mis tetas y mi co�o con
desesperaci�n. Me agach� a chupar su pene que recorr� con mi lengua con ans�as.
Luego le ped� que me penetrara dentro del agua, lo abrac� con mis piernas y me
lo meti� en la conchita con urgencia. Empec� a mover mis caderas queri�ndome
tragar su verga, lo hice acabar entre alaridos y yo lo acompa�� con un orgasmo
espectacular mientras Facundo me miraba con ojos libidinosos. Permanecimos
pegados por nuestros sexos, mi conchita palpitaba y le abrazaba el pene como una
mano enguantada. Me bes� y se fue a descansar a la sombra de los �rboles, entre
los v�tores de sus hermanos. Mi vagina estaba llena de semen, que luego por la
acci�n del agua, pronto corri� r�o abajo.
Los otros dos, Juan Carlos (18) y Diego (17), me hicieron un
sandwich de inmediato, se notaba que eran muy unidos. Me abrazaban uno desde
adelante y el otro desde atr�s, manose�ndome por todos lados. Mi vagina, mi culo
y mis tetas fueron pasto de su excitaci�n. Ten�a una tranca en mi culo y la otra
en vientre, punzando por meterse en alg�n agujero. Me agach� dentro del agua,
como est�bamos, y se las mam� a ambos alternadamente. Era una emoci�n tener dos
vergas j�venes para mi solita.
Juan Carlos se sali� y me levant� desde atr�s, me abri� las
piernas y me ensart� su dur�sima verga en mi conchita. Me culeaba con rudeza,
mientras yo se la mamaba a Diego. El estar entre cuatro machos j�venes era
apote�sico para mi, as� que me dediqu� a gozar de mi emputecimiento. Abandon�
por un instante el fellatio que le hac�a a Diego para disfrutar del martilleo de
Juan Carlos en mi cuquita, acabamos juntos con frenes� y se sali� dejando mi
sexo lleno de semen nuevamente.
Luego de lo anterior, me dediqu� en forma exclusiva a Diego.
Lo hice tirarse de espaldas en el agua, tom� su hermoso pene que sobresal�a 18
cent�metros del r�o, lo acarici� y bes� suavemente, mostr�ndole a todos mi
especialidad, lo lam� a todo lo largo, saboree sus bolas con el agua del r�o,
luego lo recorr� desde la base hasta la punta y me met� lo m�s que pude en la
boca, hasta tocar mis am�gdalas. Junto con ello, lo paji� con mi mano, sac�ndole
litros de leche que tragu�. Lo que no alcanc� a tragar cay� sobre mi cara y
pechos, quedando cubierta de semen ante los aplausos de sus hermanos. Me
refregu� la esperma por mi cuerpo con la mejor cara de puta que pude y luego me
ba�� en el r�o.
Facundo, me sac� del agua y me tendi� en la orilla sobre las
ropas. Acarici� y bes� mis tetas, la conchita y el culo, calent�ndome
nuevamente, me repet�a que era la mejor putita que hab�a tenido y que me amaba.
Le mam� el pene con dedicaci�n y cari�o, demostr�ndole que era su mujer o su
putita. Luego me puso en cuatro patas, a lo perrita, y me empez� a trabajar el
culo con su lengua, me introdujo dos dedos mojados con saliva y me meti� su
verga poco a poco, mi culo ya acostumbrado se relaj� y lo aguant� todo. Una vez
que lo ten�a todo adentro, empez� un mete y saca violent� que me hizo acabar a
los gritos. Luego se incorpor� y me acab� en la cara y en la boca mientras yo
permanec�a tirada en el pasto, sobre mis ropas.
Antes de que me parara para ir al r�o a ba�arme, llam� a sus
tres hermanos que se pajeaban observando nuestro polvo y les dijo que me
acabaran encima. Me rodearon estando yo acostada todav�a y apuraron la paja,
mientras yo les ayudaba con mi boca a los tres alternadamente.
El primero en acabarme fue Daniel, quien busc� mi boca pero
le apunt� a medias dej�ndome toda la cara y mis labios pringados: Luego Juan
Carlos y Diego eyacularon al mismo tiempo en mi boca, mi cara y mis tetas, yo
tragaba y me retorc�a como una posesa y esparc� el rico semen joven por mi cara
y mis tetas. Luego nos ba�amos y nos fuimos a la casa con mi conchita y mi culo
a�n palpitando por las penetraciones.
La estancia en el campo fue puro sexo, ya que tuve que
satisfacer permanentemente la lujuria de Facundo y la vitalidad de sus cuatro
hermanos. Mi emputecimiento en manos de Facundo continu� por dos a�os
pr�ximamente, pr�ximamente les contar� las aventuras que me hizo correr este
peque�o depravado.
Mi esposo se enoj� al principio, por haberlo mantenido
ignorante de mis andanzas sexuales, pero despu�s de leerlas est� m�s caliente
que nunca y me culea todas las noches. Pero ya sabe que no soy s�lo de �l.
Mar�a Jos�