Relato: En el cine Teresa EN EL CINE TERESA
Esto sucedi� hace ya varios a�os cuando tenia 14, justo la
�poca de la calentura. Debo decir que me apariencia hasta la fecha siempre ha
sido de una persona mayor, hecho que ayudo a que este suceso se llevara a cabo
dentro de un cine xxx, en la ciudad de M�xico sol�a ser un lugar cl�sico para
tener encuentros homosexuales, cosa que yo ignoraba hasta ese momento y,
pretendiendo solo satisfacer mi curiosidad de lo que era ver una pel�cula de ese
tipo en pantalla grande acud� por primera vez, despu�s del acostumbrado tiempo
en que la vista se acostumbra a la luz de la sala, tome asiento en una de las
butacas de la mitad del cine..., la pel�cula no era la gran cosa, de hecho me
pareci� aburrida en un principio, pues se trataba de un pel�cula vieja y de
trama sosa, apunto estaba de retirarme cuando llamo mi atenci�n ver a tanta
gente dando vueltas al frente de la sala y por los pasillos, decid� entonces
cambiar de lugar para averiguar que era eso que los hacia estar parados en lugar
de ver una pel�cula por la que yo supon�a que hab�an entrado al cine, lo �nico
que ve�a extra�o era que esa gente dando vueltas intentaba ver dentro de la
oscuridad de la sala entre las filas buscando no se que... Por momentos me
sent�a confianza ada la oscuridad y solo atinaba a bajarme la calentura
tall�ndome el pene sobre el pantal�n, deseando quiz� formar parte de una de las
org�as que presentaba la pantalla.
No se si fue alguna escena en la pel�cula fuera de lo normal
o simple flojera lo que me hizo decidir permanecer otro rato mas en el cine, que
se notaba todav�a mas vac�o por la gente dando vueltas, y fue este mismo hecho
lo que hizo mas raro el que una persona me pidiera permiso para pasar y sentarse
justamente al lado m�o, deje de tocarme el bulto que se hab�a formado bajo el
pantal�n, solo atine a taparme con la mochila, pero poniendo la mano debajo de
esta, deje de sentirme incomodo por aquella presencia tan pr�xima y segu� viendo
la pel�cula y frotando mi pantal�n con movimientos muy lentos, y me desconecte
del mundo exterior rumbo a mis fantas�as, de pronto sent� el movimiento r�tmico
de la pierna de mi compa�era de fila, dando golpecillos a mi rodilla, lo que me
saco de concentraci�n, voltee y solo me dirigi� una sonrisa que provoco en mi
una mezcla de incomodidad y duda.
Pasado un tiempo, segu� dentro de mis fantas�as. sent� un
calor en mi rodilla, un calor agradable, casi imperceptible, percib� ese calor
subir por mi pierna a paso lento, y eso me hizo voltear, que sorpresa no me
lleve al ver que era la mano del tipo junto a mi que volteando la cara a otro
lado pretend�a no saber que hacia, retire mi rodilla, sent� miedo pues nunca
antes me hab�a pasado algo as�, no sabia que decir, ven�an a mi mente ofensas
dado el ambiente en que crec� donde esas acciones no eran bien vistas, pero
estas ideas chocaban con lo bien que sent�a ese calor y las ganas de seguir
frotando mi pene. decid� clavar mi vista al frente tratando de ignorar lo
sucedido.
Como lo present�, minutos despu�s el tipo comenz� nuevamente
con el ritual que antes hab�a sentido, esta vez su mano pudo llegar a su
destino, y cuando esto sucedi� vi por el rabillo del ojo que volteo su cara a
verme y me dedico un suspiro que percib� e hizo igualmente estremecerme, o� una
voz ronca que me dec�a �que buena esta, pero mi vista segu�a fija al frente, las
movimientos fueron aumentando el ritmo, y mi pene estaba a su m�ximo, deje mis
prejuicios a un lado y me dispuse a disfrutar del momento, viendo la pel�cula,
que ahora cobraba un poco de realismo al no tener que tocarme yo mismo.
Todo esto me parec�a ya parte misma de la funci�n, hasta que
sent� esa mano queriendo abrir los botones de mi pantal�n, lo cual me asusto, y
retire su mano, pero el insisti� al momento y ya no quise oponer mayor
resistencia, y solo me porte precavido volteando a ver donde se encontraba la
dem�s gente que hasta ese momento no me hab�a importado, justo detr�s m�o, hab�a
un persona que descaradamente y con su miembro de fuera se masturbaba, al lado
en la misma fila pero cruzando el pasillo un hombre le daba sexo oral a otro, y
unas filas delante de mi, dos hombres fajaban quitados de la pena, si bien en
alg�n otro momento me habr�a resultado raro, ahora me calmaba el darme cuenta de
que lo que me pasaba mi no era solo com�n sino hasta leve...
Deje que mi compa�ero sobara mi excitado bulto por la delgada
tela de mi b�xer, y ya no hubo reparo cuando este decidi� sacar de su encierro
el objeto de su deseo, lo masturbo de arriba abajo con movimientos suaves que me
enloquec�an, me calentaba cada vez mas, cuando lo o� preguntar si me gustar�a
que me la mamara..., dado el estado en que estaba solo mov� la cabeza y lo vi
inclinarse, sent� un calor h�medo en mi miembro, que me hizo desear que no
terminara, ahora el lugar y el ritmo que antes llevara su mano era tomado por su
cabeza, mientras sus manos sopesaban mis test�culos, y acariciaban mi pierna, mi
compa�ero resulto todo un maestro en el placer oral, pues no se la sacaba de la
boca y a mi siempre me ha gustado que la mamen completa, ya que el que solo
chupen la cabeza llega a molestarme porque la tengo muy sensible y prefiero
disfrutar los labios alrededor de todo el tronco, no tengo un miembro descomunal
(18cms), por lo que no se me ha hecho mucho pedir a mis parejas sexuales que la
mamen hasta la base, pero continuando con mi relato. sent� que el orgasmo estaba
cada vez mas pr�ximo y creo que el lo noto, pues se separo un momento y mientras
segu�a moviendo sus manos a lo largo de mi pene me pregunto que si quer�a
venirme en su boca, yo solo atine a tomarlo de la nuca y conducirlo al lugar que
a ambos nos estaba produciendo tal placer, no opuso resistencia y casi en
seguida sent� llegar el momento que tanto est�bamos esperando, quiso retirar un
poco la cabeza, pero lo detuve y gustoso se quedo, baje la mirada y vi mi leche
escurrirle por las comisuras, lo tuvo un rato y despu�s escupi� el restante,
pues iba bien cargado ese d�a, nunca supe su nombre, solo me paso un pedazo de
papel para limpiarme y se retiro sin mas, no recuerdo su cara, ni gran cosa de
el, pero le agradezco por haberme indicado ese nuevo camino al placer que ya he
tomado algunas veces, en ese y otro lugares, sobre los que ya les contare en
otras ocasiones, espero comentarios...
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Relato: En el cine Teresa
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