La Rionegrina, que me cuida
Su vida parec�a gris, se ve�a a si misma, como una fruta madura,
desaprovechada y malograda. Deseaba ser tomada y comida, sin pudrirse en vida.
No tiene familia, est� sin nadie m�s que yo el se�or en cuya casa sirve. Le pago
bien, pero ella espera algo m�s�
Ella se viste descuidadamente, con ropas anchas y oscuras. Va
muy pasada de moda, podr�a decir que viste como esas gitanillas de mercadillo.
Su estilo es el mismo que el de los a�os 50, invariablemente hortera. Adem�s su
pelo, limpio pero simplemente recogido, con una goma. Va sin pintarse, sin
maquillarse y sin arreglarse las manos. Es m�s, noto que sus nervios se cobran
su parte, al morderse nerviosamente las u�as y mordisquearse incluso cachitos de
carne. Que aliciente tiene para su vida desgarrada �?
Sus vestidos o pantalones la tapan bien, sin dejar ver sus
muslos. Su ropa interior es de dise�o ovino (son elegidos a bulto, solo por su
comodidad prefiere el algod�n). Pero va limpia, es correcta hablando y la tiene
limpia y ordenada mi casa (que es la suya, pues trabaja de interina o sirvienta
a tiempo completo). Solo que se aburre, tras realizar sus ocupaciones y se traga
todos los seriales y programas "friky" de la televisi�n auton�mica y de las
estatales. Cenamos juntos, hablamos y se aviva su mirada y su expresi�n. Su
acento me gusta, tiene exotismo y contraste.
Su cuerpo suelto, libre de ropas y con el cabello tan largo y
libre es otro cantar, de ese modo se transforma y parece rejuvenecerse, y
transformarse en una demostraci�n de la bondad de la desnudez. As�, se me cambi�
el d�a que se quedo a solas conmigo. Mi criada, Berta debi� verse alterada por
el calor, de este verano.
En la vivienda hay un solo ventilador, en mi cuarto. Ella
duerme con la ventana entreabierta y con la cortina puesta. Pero el calor, y los
pensamientos que tiene conmigo esta vez la han llevado a venir a verme con un
camis�n y pedirme estar conmigo al lado del ventilador. Siempre me ha obedecido,
y obedientemente espero que la autorizara a pasar al cuarto. Y le dije, que
pasase si se sacaba el camis�n.
Yo estaba tendido con mi slip, blanco y nada m�s. Se tendi� a
mi lado, ambos sentimos el aire del ventilador. Nos miramos sin hablarnos,
nuestras manos jugaron. La not� empezar gemir, mientras mi mano acariciaba su
costado, su vientre y sus pechos. Nos besamos, como dos adolescentes. Fue
nuestro primer beso. Luego llegaron el resto, tranquilamente.
Mi mano acaricio sus muslos, su cara era expresiva y sus ojos
le brillaban. Mi mano bajo, pasando por entre sus pechos y su vientre y quedo
sobre su pubis. Jugu� con su bello p�bico, y note el roc�o �ntimo. Mis dedos
resbalaban y ella separ� sus piernas. Gem�a, reprimiendo exteriorizar m�s
claramente su placer. Pero este llego, y se aferro, con sus manos cerradas a la
s�bana sobre la que est�bamos.
Mov�a sus pies, rozaba sus talones sobre el colch�n, como si
apretase los estribos de una imaginaria cabalgada. Y, goz� conmigo a mi lado. Se
qued� agradecida, transida, no hablamos m�s. Pero ella me miro a los ojos y me
dijo: Te quiero, esto lo he esperado muchas noches, muchos d�as. �Gracias por
d�rmelo!
Me enterneci�, su manera de expresar sus sentimientos. Nos
miramos y hablamos, confiadamente. La siento en casa, conmigo. Me parece que se
ha abandonado, pero puede cuidarse m�s. Ahora, la veo como una fruta madura y
apetecible. Puedo alcanzarla, con solo alargar la mano. Ella se deja coger, soy
lo �nico bueno que hay en su vida. No tiene familia. Vino desde su provincia de
R�o Negro (Argentina).
Esta "rionegrina", perdi� a sus seres queridos durante la
dictadura, con Videla, Masera y Galtieri. Estuvo a punto de suicidarse, pero no
lo hizo. Emigr�, se fij� en m�. D�a a d�a, me fue tomando cari�o y se me
enamor�. Por eso se tendi� para m�, sin miedo. Se da en este un inicio, juntos�
Conmigo, la tristeza ya no le agarra el alma.
Tienes mucho amor que dar, vos me vas a cuidar Berta. Quiero
verte feliz� y ser feliz con vos Berta (mi rionegrina de 55 a�os).