Despu�s de aquello, necesitaba una siesta
de verdad. Tras vestirnos y recomponernos un poco, dej� a mi hermana estudiando
por fin mientras yo sal� a echarme un rato en una tumbona en el porche. Seg�n me
tumb� me qued� dormido como un bendito. Al cabo de cuatro horas que se me
pasaron sin darme cuenta, fue el sonido de la puerta principal lo que me
despert�. Era mi hermana, que ven�a de la casa de los vecinos.
- Buenos d�as, dormil�n -me dijo-. No te
he querido despertar porque creo que te merec�as descansar un poco. He estado en
casa de estos.
Mientras me estiraba y desperezaba, le
pregunt� que qu� tal lo hab�a pasado.
- Muy bien, he estado hablando con Alicia,
ya sabes, allanando el terreno -coment� con un gui�o-. Manu ha preguntado por
t�, le he dicho que estabas en plan vago. Si se habr� aburrido el pobre que ha
hecho que su madre nos invite a cenar esta noche. Aunque ya no se si ha
insistido por verte a t� o a m�, porque de reojo mientras est�bamos tomando el
sol, lo ha pasado fatal intentando disimular una erecci�n nada disimulable,
supongo que por ver este culitooo -dijo canturreando mientras, d�ndose la vuelta
me pon�a el culo a la altura de la cara. Reprimiendo las enormes ganas que me
entraron de coger ese culito y morderlo, manosearlo y acariciarlo, la contest�
simplemente con una sonrisa. Bueno, me voy a duchar... y luego te doy una
sorpresita.
Joder, una sorpresita. Devan�ndome los
sesos con lo que pod�a ser, me volv� a tumbar un rato mientras ve�a desaparecer
el culito de mi Laurita cuando por fin entr� en la casa. Despu�s de unos cuantos
minutos m�s empleados en desperez�ndome del todo, decid� entrar yo tambi�n para
preparar la ropa que me pondr�a para la cena y esperar que mi hermana saliese
del ba�o. En un primer momento pens� en esperar en el sal�n con mis padres
viendo la tele, pero aquella nueva sorpresa que me promet�a Laura, hac�a que las
cosquillas que me rondaban el est�mago fuesen bajando hacia la entrepierna, y
lucir una semierecci�n en presencia de aqu�llos era lo �ltimo que quer�a.
Al rato sali� mi hermana del cuarto de
ba�o, con una toalla que le llegaba hasta la mitad de los muslos y con otra
enrollada a modo de turbante en la cabeza. Cuando la v� aparecer en la
habitaci�n, como si no hubiese ocurrido nada, sal� y me met� en el ba�o para
ducharme. Ech� el pestillo, me desnud� y v� en el espejo como mi polla segu�a en
estado de semierecci�n. Justo cuando iba a meterme en la ducha, alguien intent�
abrir la puerta. Era Laura.
- �Mamaaaaaaa...! Dile a Javi que me deje
entrar, que tengo que depilarme...
- Jaaaavi, deja entrar a tu hermana...
-dijo mi madre l�nguidamente.
Siguiendo con el juego me toc� a mi
quejarme- Te esperas que me estoy duchando.
- Mamaaaaaa, que adem�s me estoy
meandooo... -se quej� de forma infantil mi hermana.
- Pero si salgo enseguida -me quej� esta
vez yo.
- Jaaaaavi, quita el pestillo, m�tete en
la ducha y que pase tu hermana -sentenci� mi madre. Ni a m� se me habr�a
ocurrido mejor soluci�n.
- Bueno, pero pasa cuando te lo diga, que
me de tiempo a meterme en la ducha... -le dije a mi hermana a trav�s de la
puerta, con ese tono de desconfianza entre hermanos por el temor de que el otro
te viese en pelotas. Abr� el pestillo, me met� en la ducha y avis� a Laura que
ya pod�a entrar. La o� abriendo la puerta, y afinando el o�do, not� c�mo echaba
otra vez el pestillo para que no pudiesen molestarnos visitas no deseadas. Tan
pronto como supe que est�bamos a solas, descorr� la mampara de la ducha y me
descubr� a Laura tal y como vine al mundo.
- Espero que no me des ahora esa
sorpresita que me debes, que no tenemos mucho tiempo -dije, mientras ve�a que su
mirada no le quitaba ojo a la erecci�n que hab�a acabado por alcanzar. Entonces,
y sin mediar palabra se dio la vuelta, se quit� el turbante de la cabeza y
dej� caer la toalla que le cubr�a el cuerpo. Me mor�a por lanzarme a comerme ese
culito maravilloso que ten�a ante mis ojos, pero antes de que pudiese
reaccionar, mi hermana se dio la vuelta tapando pudorosamente con una mano su
sexo. Lentamente fue subi�ndola para acariciar su vientre y lo que v� me dej� de
una pieza. �Se lo hab�a depilado! Ni un solo pelito asomaba en su preciado
pubis. Con la misma lentitud fue avanzando hacia m�, hasta meterse en la ba�era.
Tras regalarme un lento beso, not� c�mo se pegaba a m�, como pegaba su sexo a mi
muslo, y de repente, viendo tan s�lo una leve contracci�n en su rostro, empec� a
sentir un l�quido c�lido recorrer mi pierna. Se estaba meando en su hermanito
del alma. Lejos de disgustarme, le agarr� con las manos las nalgas y la pegu�
m�s a m�. Se gir� un poco y su orina fue recorriendo mis muslos y mis pelotas,
aprisionadas como estaban con el pene pegado a su vientre. Not� en la expresi�n
de tranquilidad su cara c�mo terminaba de vaciar su vejiga sobre m�. Cuando
acab�, y despu�s de un nuevo beso, se agach� en la ba�era y empez� a hacerme una
mamada que me dej� los ojos en blanco. Incluso con la lengua me lam�a los
huevos, sin mostrar ning�n reparo por la propia meada que los hab�a dejado
empapados. Cuando quedaban dos leng�etazos para que me corriese, se detuvo, se
puso de pie y me susurr� al o�do:
- Ya te dije que me estaba meando -Y as�
me dej�. Sali� de la ba�era, se sec� un poco, se volvi� a poner las toallas y
justo antes de salir del ba�o me dijo:
- No se te ocurra terminar t� s�lo. Bueno,
me voy a vestir, porque, como te habr�s dado cuenta, ya me hab�a depilado. Por
cierto, esta noche m�s te valdr�a no perderme de vista -Y sali� del ba�o
dej�ndome con una erecci�n de caballo que a duras penas logr� reducir peg�ndome
una ducha en la que no utilic� el agua caliente.
Al cabo de un rato, y con las im�genes de
la meada y del sexo depilado de mi hermanita recorri�ndome la espina dorsal, me
vest� , y los dos nos fuimos a la casa de los vecinos. Cuando llegamos, vimos
c�mo hab�an preparado la mesa del porche, les ayudamos a terminar de llevar
cosas desde la cocina y cenamos tranquilamente. Tras una sobremesa en la que
estuvimos hablando de todo un poco, recogimos la mesa, sus padres se fueron a
ver la televisi�n y nos quedamos los cuatro charlando un rato. Aunque la noche
era estupenda, las chicas, al final, tambi�n se subieron, para hablar de
sus cosas en la habitaci�n que compart�an Alicia Y Manu, y �ste y yo nos fuimos
a la terraza de la piscina con la seguridad de que, auspiciados por la distancia
y la oscuridad, hablar�amos de las nuestras sin que ellas se enterasen.
Devolvi�ndole el favor a mi hermana,
intent� allanar el terreno para que Manu tambi�n lograse comprobar hasta qu�
punto mi hermana era una m�quina de follar. Tampoco era dif�cil, pues �ste me
relat� c�mo le hab�a puesto Laura aquella tarde, con ese culito, esas tetas,
esos movimientos... Antes de contraatacar dici�ndole lo que le har�a yo a su
hermana, le coment� que yo hab�a vuelto a ver a la m�a desnuda, y cuando saqu� a
colaci�n el detalle de que se hab�a rasurado el co�o, en la penumbra me pareci�
que los ojos se le sal�an de las �rbitas.
- Tengo que foll�rmela c�mo sea -dijo
acelerado.
- Y yo -dije con una sonrisa maliciosa,
ocultando que, afortunado de m�, ya lo hab�a logrado- y a Alicia tambi�n. Ser�a
cojonudo cepill�rnoslas a las dos.
"M�s te valdr�a no perderme de vista".
Las palabras de mi hermana retumbaban en mi cabeza, y de pronto, una idea me
cruz� la cabeza.
- �Qu� crees que estar�n haciendo? -le
dije a Manu.
- Supongo que hablando de sus cosas
-respondi�.
- Pues vamos a comprobarlo -coment�
levant�ndome del banco en el que est�bamos sentados y dirigi�ndome a la casa.
- Pero... �y si nos pillan? -contest� con
recelo.
- Vamos a ver, Manu -le dije- est�n en
vuestra habitaci�n, desde aqu� se ve la luz encendida. Me juego lo que quieras a
que si subimos a la terraza con la luz apagada, podremos ver lo que est�n
haciendo a trav�s de las rendijas de las cortinas. En vez de subir por el sal�n
o por otra habitaci�n, podemos hacerlo por la ventana del comedor, y tus padres
no se enterar�an tampoco.
Dicho y hecho, los dos entramos con sigilo
en la casa a trav�s del ba�o de la habitaci�n del servicio, cruzamos la cocina,
y una vez en el comedor, salimos por la ventana a la terraza. Subimos los
escasos escalones que daban a la terraza superior, y borde�ndola sin hacer un
ruido, ya que esa parte correspond�a al sal�n donde los padres de Manu y Alicia
pegaban cabezadas ante la televisi�n, accedimos a los �ltimos escalones que
daban a la balconada corrida de los dormitorios.
- Manu, a partir de ahora, ni el pedo de
un rat�n.
Avanzamos a gatas hasta llegar a la
ventana desde la que proced�an las voces y las risas de nuestras hermanas. En un
momento, asom� la cabeza para ver a las chicas a trav�s de un rinc�n de la
ventana que no cubr�an las cortinas. En seguida comprend� el motivo de las risas
y de los comentarios de admiraci�n que profer�an; estaban sentadas en la cama
que quedaba de espaldas a la ventana ojeando la revista guarra de Manu. �Joder
con las inocentes ni�itas!
Como Manu tampoco quer�a perder detalle,
intent� asomarse por el mismo rinc�n, por lo que tuve que buscarme el opuesto de
la ventana, desde el que tambi�n pod�a contemplar con claridad el panorama. El
problema fue que al arrastrarme hasta el nuevo emplazamiento, se oy� el ruido de
una de mis zapatillas rozando la loseta. Presintiendo el desastre, Manu se
agach� a tiempo, pero mi hermana se di� la vuelta y me vi� claramente. No dijo
nada y, disimulando, volvi� a los comentarios de la revista que, vorazmente
ojeaba Alicia.
- Joder, mira que pedazo de poll�n -solt�
entre risas Alicia.
- Ya te digo, est� a la altura de las
tetas de las rubias estas -prosigui� mi hermana con el mismo tono-.. Seguro que
son de silicona.
- S�, y las tuyas tambi�n �no? -ri�
Alicia- Porque seguro que s�lo gastan una talla m�s que t�, t�a.
- Pues si a cambio de disfrutar de ese
paquete hay que posar con ellas al aire, yo me apunto -coment� mi hermana-
Adem�s, que no es lo �nico en lo que se me parecen... al loro...
Y dicho esto, se levant� de la cama, abri�
la puerta, comprob� que no hab�a nadie cerca y volvi� a cerrarla. All�, delante
de mi deseada Alicia, mi hermanita se baj� los pantalones y las braguitas y le
ense�� su reci�n depilado co�ito a su amiga. Tem� que a Manu le entrara la tos,
o que se desmayase, o que pegase un grito que nos delatase en tan inc�moda
actitud, pero el chaval se port�.
- Joder, est�s hecha una guarra -dijo
Alicia, con cierto aire de envidia en sus palabras.
- Pues es superc�modo, as� no asoman
pelitos con el bikini, y cr�eme, pajearse es otra cosa -dijo Laura con un tono
de golfa que ya no me escandalizaba.
- �Y no te molesta ni te ha escocido?
-pregunt� curiosa la vecina.
- Para nada, y adem�s me ha quedado
supersuave -sentenci� mi hermana, con las bragas en las rodillas.
No ve�a la cara de Alicia, pero entend� el
pudor en sus palabras:
- �Puedo...?
- Claro t�a -dijo mi hermana acerc�ndose.
La mano de Alicia comenz� a acariciarle el pubis y las ingles.
- Joder, supersuave...
La mano de mi hermana asi� la de la vecina
y empez� a marcar el camino que deb�an seguir sus dedos. Not� que en su cara
comenzaba a dibujarse esa sonrisilla abandonada que delataba que le estaba
gustando la comprobaci�n.
- Pufffff... -suspir� mi hermana- �Te
importa si sigues un ratillo? Es que llevo todo el d�a caliente perdida, le he
visto el poll�n a mi hermano y me he puesto mal�sima -su mano segu�a guiando la
de Alicia, que se perd�a ahora por rincones m�s escondidos del imberbe co�ito de
Laura. Mir� a Manu intentando mostrar sorpresa por ignorar haber sido "espiado"
por mi hermana. De vuelta al espect�culo, v� c�mo Laura se sentaba sobre las
rodillas de Alicia, que ya no precisaba de ninguna gu�a para masturbarla.
Mientras, mi hermana le acariciaba los pechos a su amiguita, que tambi�n
disfrutaba de la ayuda mutua que se proporcionaban, y termin� por quitarle la
camiseta. No pod�a ver esas tetas anheladas, ya que Alicia estaba sentada en la
cama de espaldas a la ventana, pero v� en su espalda desnuda que no llevaba
sujetador. Unos suaves gemidos empezaron a inundar el ambiente.
- Has echado el cerrojo, �verdad? -jade�
Alicia.
-S�, no te preocupes -dijo mi hermana
entre suspiros. En ese momento, y tan s�lo unas d�cimas de segundo, v� c�mo mi
hermana abri� los ojos para mirarme-. Si hubieses visto la polla de mi
hermano... �sabes?- prosigui� entre jadeos-, c�mo me gustar�a hac�rmelo con �l y
con Manu...
- Y a m� tambi�n- suspiraba Alicia-, qu�
bien vendr�a ahora una polla...
La escena era incre�ble. En ese momento
volv� a temer por Manu, porque se abalanzase desde la ventana. Mir�ndole le
indiqu� que se retirase de la ventana para volver a bajar. Su respuesta fue el
dedo coraz�n. "Y una mierda", se pod�a leer en su cara. Con un gesto le
hice ver que el pestillo realmente no estaba echado y que iba a entrar en la
habitaci�n por la puerta. A duras penas, accedi�, y volvimos arrastr�ndonos por
donde hab�amos venido. Una vez bajamos de nuevo al comedor, le record� a Manu la
situaci�n.
- Joder, joder y joder. Se han dejado el
pestillo sin echar. El plan es el siguiente, volvemos a subir, entramos por la
habitaci�n de tus padres a la casa, as� estos no nos ven, recorremos el pasillo
y r�pidamente, abrimos la puerta como si fu�semos a coger algo...
- �Y por qu� cojones no hemos entrado
directamente por la ventana? Nos habr�amos ahorrado medio camino -protest� Manu.
- Tenemos que contar con el factor
sorpresa. Si hubi�semos entrado por la ventana, hubieran sabido que las hab�amos
estado espiando, y el cabreo lo mismo las hace renegar de la raci�n de rabo que
les espera -dije llev�ndome la mano al paquete para ilustrar la �ltima frase.
Adem�s, tenemos que calmarnos un poco, que se nos va a salir el coraz�n del
pecho.
Ni cinco minutos dejamos esperar. Volvimos
a subir por la terraza, y, una vez en el piso de arriba, no nos cost� entrar
desde fuera la ventana del dormitorio de los padres de los vecinos, ya que
estaba entreabierta. Salimos al pasillo y Manu se me adelant�, argumentando que
ser�a tambi�n sospechoso el que fuese yo quien abrirse la puerta de sopet�n.
Joder con el cr�o... nos paramos frente a la puerta y quedamos en que una vez
girase el pomo, yo le empujar�a para asegurarnos de que, con el empuj�n,
entrar�amos los dos en la habitaci�n sin darles tiempo a reaccionar a nuestras
hermanitas. Una.... dos..... �Y TRES!