Excepto en unos d�as concretos, mi madre, una mujer
distinguida elegante deportista y de muy buen ver, no suele llevar bragas, eso
nos facilita mucho el mantener la relaci�n afectiva plenamente satisfactoria de
la que disfrutamos desde hace unos a�os. Cuando llego a casa despu�s del
trabajo, ya sea a la hora de comer o por la tarde, mi saludo favorito consiste
en darle un beso en la mejilla al tiempo que deslizo mi mano bajo su falda y
acaricio su co�o. Una ligera introducci�n de mi dedo �ndice entre sus abultados
labios vaginales me permite conocer al momento su grado de disposici�n para el
juego amoroso y actuar en consecuencia. Es lo que yo llamo tomarle la
temperatura. Ella nunca me rechaza porque sabe que no la agobiar� si el nivel de
humedad de su chocho no es el adecuado. Hay dias que cuando llego la encuentro
chorreando y sin mediar palabra, ya sea en la cocina, en el hall o donde quiera
que la halle la poseo de la forma salvaje que a ella le gusta. Otras veces,
cuando su nivel de humedad vaginal es moderado, suelo ofrecerle mi polla para
que juegue con ella. Hay veces que me hace una paja, otras en que me la chupa
con avidez y tambi�n las hay en que frota sus duros pechos contra mi pene hasta
correrse y hacer que me corra. Cualquiera que sea la forma elegida para darme
placer, mam� no deja jam�s que se pierda ni una sola gota de semem. Se lo traga
todo con deleite y se relame satisfecha tras ello. Otras veces a mi llegada la
encuentro seca. Se entonces que algo anda mal y no la molesto. Le dejo que siga
con lo que sea que este haciendo y me pongo c�modo, no es necesario hacer nada
mas para que sepa que estoy a su disposici�n. En casa siempre ando con una bata
cerrada con un cintur�n bajo la cual no llevo nada. Ella viste con normalidad
excepto por el asunto ya comentado de las bragas. Esos d�as en los que esta
aparentemente inapetente suelo estimularla con alg�n juego que la excite y busco
siempre ideas para que no le resulten mon�tonas, as� por ejemplo si despu�s de
comer me pregunta que quiero tomar de postre y la veo deca�da le pido miel en
panal. �qu� es eso? Me pregunta. Entonces yo voy a la cocina agarro el tarro de
la miel y me voy donde ella, me siento en el sof� y le pido que se estire en �l
de espaldas sobre mis piernas. Derramo entonces la miel sobre su co�o cuidando
de que penetre bien y cuando ya hay cantidad suficiente tomo una cucharita y
como directamente de all� hasta que se termina. Acabo lamiendo el original
recipiente y entre espasmos de placer de ambos completo la limpieza del
improvisado plato meti�ndole la polla una y otra vez hasta que nos corremos.
Luego ella recoge con su boca cualquier resto que me hubiera podido quedar de
miel o de semen y damos por terminada la comida. Tambi�n hay veces en que soy yo
el que le ofrece el postre y si por ejemplo ella desea tomar un yogur yo voy a
buscarlo y regreso sin cucharita. No hay, digo, se han extraviado, no las
encuentro. Entonces meto la polla en el recipiente y ella va chupando hasta que
se lo termina. Invariablemente y a salvo de las ocasiones en que no es posible,
mama y yo follamos todos los d�as entre una y tres veces. Siempre por la noche
ya que si ella si no hace el amor no consigue conciliar el sue�o y luego durante
el d�a una o dos veces m�s: antes o despu�s de comer y alguna tarde si
coincidimos en casa. Si por lo que sea alg�n d�a no nos vemos hasta la noche
solemos recuperar el tiempo perdido follando hasta caer exhaustos. Nuestra casa
constituye nuestro templo del amor. Lo hemos hecho en todos los rincones, ni
siquiera hemos tenido reparos en meternos dentro del armario empotrado, encima
de la lavadora, sobre la mesa del comedor, en el ba�o, en el pasillo, en el
cuarto de la plancha...ect. Experimentamos continuamente y sin descanso. Mam� y
yo hemos convertido la sexualidad en una necesidad vital como el respirar y lo
cierto es que nuestra compenetraci�n es total. Tanto es as� que hemos conseguido
que uno se corra viendo correrse al otro.
Ella tiene 50 a�os y yo 26. Se separ� de mi padre hace cuatro
o cinco a�os cuando nosotros ya �ramos amantes y sin que ello tuviera nada que
ver creo. Esa circunstancia no hizo mas que mejorar nuestra situaci�n pues
dejamos de escondernos y de andar con cuidado. Foll�rmela en el ba�o o en mi
cuarto y estar pendiente en todo momento de que pudiera llegar mi padre no era
muy agradable. Recuerdo que el d�a en que mi padre se llev� sus cosas y entreg�
las llaves de la casa cuando yo regres� del trabajo la encontr� sentada en el
sal�n sobre la alfombra rodeada de velas encendidas y completamente desnuda.
Entonces me dijo:
-Dami�n: Tu padre y yo no hemos separado. A partir de hoy
solo ser� tuya. Hazme y p�deme lo que quieras y cuando lo quieras. � siempre te
lo dar� �
Que gozada ! Aquella noche fue apote�sica. No se cuantas
veces nos corrimos pero fueron muchas, por la ma�ana despertamos all� donde
empezamos. Ella se hab�a desvanecido despu�s del cuarto orgasmo y yo me sent�a
destrozado. Desde entonces ha sido no parar.
Al poco de casarse mis padres pusieron un negocio de venta de
autom�viles a partes iguales, es un negocio que va bien, en el que yo trabajo
como vendedor y en el que la mitad de los beneficios son cobrados regularmente
por mi madre lo cual le permite vivir muy holgadamente. Como ya he dicho antes
mam� tiene 50 a�os pero no los aparenta. Es una mujer de 1,75 de estatura 68 kg,
piel muy blanca ojos casta�os al igual que su cabello que peina en un bonita
melena, bien formada y deportista. Practica tenis y visita el gimnasio con
asiduidad. Hubo un tiempo en que practic� la h�pica pero hoy ya solo cabalga
sobre m�, le gusta tener algo dentro que la sujete, dice, y me prefiere porque
adem�s dice que huelo mejor que los caballos. Completan esta descripci�n un par
de tetas perfectas, para mi gusto, un co�o perfectamente depilado y adaptado a
mis necesidades, y un culito duro y apretado que cuando me meto en �l me siento
el hombre mas feliz de la tierra y mi madre no digamos.
Cuando empez� nuestro asunto yo no tendr�a mas de veinte
a�os. Como suele suceder en estas cosas, surgi� de forma casi casual, yo no
hab�a pensado en mi madre como mujer ya que yo ten�a mis amiguitas, su relaci�n
con mi padre era normal y si bien la ve�a guapa nunca me hab�a imaginado que
surgiera algo entre nosotros.
Lleg� un d�a a casa procedente del gimnasio para preparar la
comida y yo estaba en mi cuarto leyendo con la puerta abierta y no me di cuenta
de su llegada. Ella tampoco noto mi presencia y llam� a una amiga por tel�fono.
Al parecer era una compa�era del club y pude o�r claramente como le refer�a lo
colgada que estaba por un monitor: lo bueno que estaba, lo simp�tico que era y
no se cuantas cosas mas pero lo que despert� mi imaginaci�n fue o�rla decir que
so�aba con aquel tipo, que se masturbaba continuamente pensando en el, que ard�a
en deseos de comerle la polla y que tenia que cambiarse bragas dos o tres veces
al d�a porque todas se las quitaba chorreando. Eso me excit�. Pensar que mi
madre pudiera ser as� me resultaba incomprensible y excitante a la vez. Empec� a
pensar en aquel desgraciado y le od�� sin conocerle hasta que del odio pase a la
envidia y de ah� a la conclusi�n de que ten�a que impedir que se follara a mi
madre y tome una decisi�n: si mam� quer�a follar tendr�a que ser conmigo.
Recuerdo que aquellos d�as no par� de hacerme pajas pensando ella.
Una vez decidido tenia que pensar en como entrarle. La
cuesti�n no era f�cil porque a ver quien es el guapo que va y le dice a su madre
que se la quiere tirar as� a lo bestia. Lo normal es que la reacci�n sea la
contraria a la esperada y que todo acabe en cat�strofe, adem�s en aquellos
tiempos las relaciones familiares aparentaban ser excelentes.
Eleg� con tiempo un d�a en que mi padre iba a visitar un
sal�n del autom�vil al extranjero y estar�a fuera durante tres d�as. Llegu� a
casa como siempre y la encontr� en la cocina, la salude como siempre y fui a mi
cuarto. Me desnud�, me puse la bata por primera vez y me sent� en el sal�n a
esperar. Estaba muy excitado, tanto que hab�a olvidado un detalle. Fui al cuarto
de ba�o y hurgu� en el cesto de la ropa sucia. All� estaban sus bragas h�medas.
Las ol�. Respir� aliviado, eso me pon�a las cosas m�s f�ciles, si es que aquello
era f�cil que no lo cre�. Volv� al sal�n y ella ya estaba poniendo la mesa. Me
vio llegar en bata y me pregunt� el porqu�. Por comodidad respond�. Si ya veo
contest� ella, lo cual me sorprendi� primero y me hizo enrojecer despu�s ya que
no ca� en que se refer�a a la impresionante erecci�n que la bata no ocultaba,
por mas que no se viera nada.
Nos sentamos a la mesa y comimos. Ella me notaba nervioso y
aunque hablamos de temas diversos no paro de preguntarme si me pasaba algo, si
tenia alg�n problema y que no dudara en explicarle cualquier cosa que me
preocupara. Durante toda la comida mantuve la descomunal erecci�n mientras
pensaba en como me las arreglar�a para evidenciar mis intenciones.
Me levante de la mesa al acabar y fui a mi cuarto. Dije que
me iba a tumbar un rato y mi madre me miro extra�ada pues yo no ten�a esa
costumbre as� es que de nuevo me pregunt� si me pasaba algo a lo que respond�
que no. Una vez en el cuarto me deje caer sobre la cama y continu� pensando. Me
asaltaba un sentimiento de cobard�a y frustraci�n pero mi erecci�n no bajaba.
Al poco oi sus pasos por el pasillo, retire la bata
permitiendo que mi polla se mostrara majestuosa y me hice el dormido. Se detuvo
al llegar a la puerta y mir�, miro y eso hizo que al sentirme observado aun me
excitara mas. Seguidamente se fue a su cuarto y enseguida regres�. Se puso a
hacer como que andaba ordenando algo en los cajones pero yo sab�a que me estaba
mirando. De repente abr� los ojos y haci�ndome el sobresaltado me tap� simulando
un falso pudor.
Mi madre me sonri� y se sent� en mi cama. �c�mo estas? �estas
bien ?, me pregunt�
-Ya ves, respond� yo retirando la bata y mostr�ndole el
miembro, pues no sab�a que otra cosa hacer
-Si ya veo, hace rato que lo veo �y eso es lo que te
preocupa?, Yo de ti no me preocupar�a.
No supe que decir, tampoco hizo falta. Me incorpor�, le puse
una mano en el pecho y le bese los labios t�midamente. Ella respondi� a mi beso
y me puso la mano en la nuca atray�ndome hacia s�, abriendo la boca ofreci�ndose
a mi lengua que sali� disparada a encontrarse con la suya. Fue un beso largo y
apasionado muy deseado por ambos y disfrutado con intensidad. Su mano agarraba
mi polla caliente y mi mano ya buscaba bajo la blusa la piel de sus pechos.
Respir�bamos entrecortadamente fruto de la excitaci�n. Presione su pecho con
fuerza hasta hacerla gemir y luego retir� la mano y la pos� entre sus piernas
masajeando lentamente hacia arriba hasta notar la tela de sus bragas. Nuestras
bocas segu�an unidas y nuestras lenguas exploraban sin cesar intercambiando
flujos deliciosos.
De repente ella se aparto de m�. Estaba desencajada su rostro
solo mostraba deseo y sus ojos brillaban lujuriosos. Me mir�, la mire
sorprendido:
�Esto no puede ser hijo � �Ven!
Me tomo de la mano y me llev� a su cuarto, por un momento
pens� que todo hab�a acabado pero una vez all�, se arrodillo frente a m�, tomo
mi verga entre sus manos y empez� a acariciarla con delicadeza con una mano y
con la otra se puso a masajear mis huevos admir�ndolos, palp�ndolos como quien
tiene en sus manos una preciada joya o la mas delicada de las flores. Luego pas�
a lamer, primero la polla y luego sus lenguetazos fueron para los test�culos, yo
sosten�a su cabeza y acariciaba su pelo. Ahora ya mordisqueba mi polla que
entraba y salia de su boca transmiti�ndome una sensaci�n de calor y humedad que
me extasiaba. Me paso la lengua por debajo de la polla y recorri�ndola toda
empez� a levantarse sin separar su lengua de mi cuerpo subi� por todo el
vientre, lleg� al pecho me mordisque� los pezones y avanzo con su seca lengua
hasta mi boca donde de nuevo se humedeci� al encontrase con la mia que la
esperaba impaciente. Le desabroche la blusa, deje caer su falda al suelo y solt�
el sujetador para que sus pechos se estrellaran en mi pecho. �que sensaci�n de
calor que abrazo!. Lam� y mordisque sus orejas y palp� por vez primera un culito
duro y redondeado en el que me entretuve pasando el canto de mi mano por la
juntura de sus nalgas. Me aparte ligeramente para tomar sus pecho y pellizcar
sus puntiagudos y duros pezones. Ella gem�a y yo segu�a encendi�ndome. Me empuj�
hacia la cama en la que me tumbe de espaldas mientras ella se arrancaba las
bragas de un tir�n antes de montar sobre mi. Intrudujo mi polla en su co�o y
lentamente empez� a moverse primero como una amazona que pasea para acabar
galopando con fiereza. Se corri� entre una sucesi�n de espasmos y jadeos y cay�
babeante sobre mi boca buscando un momento de respiro. Yo no me hab�a corrido.
Estaba tan feliz que ni siquiera pens� en ello. Permaneci� unos minutos
descansando con mi verga en su interior antes de apercibirse de ello y empezar a
moverse de nuevo. Entonces la voltee sin llegar a sacarla y me puse encima de
ella. Ahora era yo quien se movia. Lentamente sin romper el ritmo que yo mismo
fijaba. Ella abria sus piernas todo cuanto podis hasta que las pas� por encima
de mis hombros. Aquel co�o lubricaba a tal velocidad que mi polla entraba y
sal�a como de un guante de seda perfectamente ajustado � Oh que placer! �que
gusto! Decia jadeante. � Esto es la gloria � No te detengas haz que esa
maravillosa polla me haga estallar! . Yo segu� lanzando acometidas cada vez con
mas intensidad hasta que de nuevo explot�. � Eres mi Dios � �Te quiero!! � Me
estoy corriendo toda � �oh Amor � �me quiero morir! Que placer � AHHHH! .
Respiraba con dificultad. Sus ojos cerrados y su rostro me hac�an imaginar que
se veia en la gloria. Me dol�a la polla pero no me hab�a corrido. De nuevo hab�a
parado dentro de ella y ella descansaba sinti�ndola. Le bes� los parpados. Chupe
su cara deslizando mi lengua sobre la nariz, el menton y de nuevo lam� sus
pezones y los mord� hasta hacerla gemir de dolor un instante. Su respiraci�n se
iba normalizando cuando me ech� hacia un lado. Me bes�. Nos besamos sudorosos.
Mi polla ahora estaba afuera roja erguida y apunto de estallar. Ella fue a
levantarse y en ese momento la alcanc� haci�ndola girar y poni�ndola a cuatro
patas al borde de la cama le pase la mano por el culo de fuera adentro hasta
tocar la vagina en que introduje mis dedos en busca del cl�toris que no tard� en
encontrar. Duro. Poderoso. Lo pellizque con fuerza y la hice gritar en una
mezcla de dolor y placer. Me incorpor� y saque mis dedos del co�o al tiempo en
que por detr�s le introduje de nuevo la polla embistiendo sin consideraci�n
desde el principio y jugando con sus tetas que se balanceban sin control. Mi
madre gritaba y ped�a mas y mas. Esta vez nos corrimos a la vez. No puedo
explicar lo que sent�. Cre� vaciarme en un interminable chorro de semen que
rebos� de su concha.. Ella enseguida se volvi� y me la chupo hasta dejarla
limpia. Luego se levant� y trato de ponerse en pie jadeante. No logr� dar dos
pasos antes de caer desvanecida.
La levant� del suelo, la recost� en la cama y me tumb� a su
lado viendo como mi polla empezaba a perder tama�o y como la respiraci�n de mi
madre se iba normalizando. Era tremendamente feliz, y vaya descubrimiento:
�Hab�a que ver como follaba mi madre!.
Tardo unos veinte minutos en recuperarse durante los cuales
no hice mas que mirarla y acariciarle los senos y besarlos dulcemente. Sus
pezones se relajaron. Cuando abr�� los ojos desorientada me ten�a frente a ella.
Empezamos a besarnos con suavidad, deleit�ndonos en saborear los labios. Asi
estuvimos un buen rato durante el cual mi polla volvi� a prepararse para la
actividad. Pas� a continuaci�n a descubrir su co�o. Se abr�o cuanto pudo de
piernas para permitir que mi lengua explorara aquel rec�ndito lugar del que me
deleit� durante todo el tiempo que quise mientras ella no paraba de moverse.
Pare para descansar mi dolorida lengua y ella lo aprovech� para meterse mi polla
en la boca y ayud�ndose de las manos me paje� hasta hacer que me corriera en su
interior. Esta vez fui yo quien grito de gusto. Escupi� mi semen sobre mi pecho
y luego lo sorbi� poco a poco como si fuera el mas delicioso n�ctar que hubiera
probado. De nuevo nos abrazamos. Por la ventana del dormitorio pude ver como iba
cayendo la tarde. Esta vez mi polla se arrug� r�pidamente. Ella la tomo en sus
manos y la acurruco entre ellas cuid�ndola y acariciando con dulzura. Nos
dijimos lo maravillosos que �ramos, cuanto nos am�bamos y lo fant�stica que iba
a ser nuestra vida a partir de entonces. Le explique mi temor de que alguien que
no fuera yo pudiera poseerla y ri� satisfecha. Me confeso que aquel monitor era
homosexual y que no deb�a preocuparme en lo sucesivo. Mi polla volvi� a salir de
su letargo en cuanto sus h�biles manos empezaron a provocarla pero con menos
fuerza que al principio, Esta vez quise acariciar todo su cuerpo con la verga y
lo hice sin prisas y humedeci�ndola en su co�o de tanto en tanto, primero por
delante y luego por detr�s. Me detuve en el culo que me ofreci� solicita tan
pronto not� que apuntaba hacia el con peque�os golpecitos. Ella era virgen de
ah� y hab�a que ir despacio. Escup� en la raja abundantemente y fui poco a poco
empujando con el capullo sin forzar. Ella se abr�a pero aquel agujero a�n estaba
demasiado cerrado y para ambos resultaba molesto. Decidido a no ir mas all� le
ped� que me ofreciera su co�o y me comiera la polla hasta que se saciara. Por
segunda vez en el d�a nos corrimos a la vez y en medio de temblores de placer y
jadeos, extasiados, agotados, fuimos vencidos por el sue�o.
Nos despertamos a primera hora felices de que aquello no
hubiera sido un sue�o. Nos dimos un apasionado beso de buenos d�as. La
habitaci�n y nosotros est�bamos impregnados de un olor a sexo que hizo necesario
abrir las ventanas. Fuimos a ducharnos juntos, abrazados, sin dejar de
acariciarnos. All� tuvimos nuestro primer orgasmo del d�a y all� fue donde
decidimos que mam� dejara de usar bragas.
Tras desayunar como pr�ncipes marchamos cada uno a sus
ocupaciones anhelando volver a encontrarnos cuanto antes. Aquellos primeros d�as
de amor hasta la llegada de pap� fueron intens�simos y nos permitieron adivinar
lo compenetrados que podr�amos llegar a estar.
Al regreso de mi padre tuvimos que aparentar que no ocurr�a
nada y aunque fueron tiempos dif�ciles de tocamientos a escondidas y de trabajos
dejados a medias lo superamos y hoy somos muy felices. Mam� esta imponente y
satisfecha y yo cada d�a mas enamorado de ella.