Relato: Anchota (2)



Relato: Anchota (2)

ANCHOTA II



Realmente estaba decidida a serle fiel a mi marido una vez
casada y lo fui, lo fui hasta que el me convenci� para que dejara de serlo y
luego de haber cumplido el compromiso que tenia con mi hermano me permitir que
me penetrara por delante, pero estaba decidida a serle fiel, siempre y cuando el
hiciera lo mismo, quer�a ser su compa�era, su igual, tener toda la confianza del
mundo, y sobre todo complacerle al m�ximo en todo lo que me pidiera.



No esperaba que poco despu�s de casarnos empezara a traer
pel�culas y revistas er�ticas para que las vi�ramos y ley�ramos juntos,
realmente no nos hac�an falta pues todas las noches ten�amos sexo.



Lo coment� con Maria, ella y su marido Juan eran unos amigos
de toda la vida, nosotras nos lo confi�bamos todo, ellos, pens�bamos nosotras
que tambi�n. Yo conoc�a todas sus actividades sexuales tanto las de antes como
las de despu�s de casarse, ella conoc�a las m�as, as� es que realmente no
ten�amos ning�n tipo de secreto la una con la otra.



Para mi era novedad ese tipo de pel�culas y publicaciones,
para ella no, en casa de sus padres hab�a tenido ocasi�n de leerlas, incluso de
ver dos de las pel�culas. Como realmente nos excitaba verlas y el sexo con
nuestros maridos mejoraba, pues est�bamos deseosas de ser penetradas despu�s de
verlas, comenzamos a hablar entre nosotras de lo que hab�amos visto o le�do.



Estaba claro que nuestros maridos se pasaban el material,
pues las dos ve�amos lo mismo. Las respectivas parejas comenzamos a comentar
despu�s de la sesi�n de sexo correspondiente, lo que hab�amos visto o le�do y
cada vez las preguntas eran mas intimas.



Aunque nosotras luego a solas le�amos toda la revista, las
pel�culas que nos tra�an para ver y los relatos que le�amos juntos y por lo
tanto sobre lo que coment�bamos, siempre eran de los mismos g�neros,
intercambios, tr�os, dobles penetraciones y alguna que otra vez lesbicos.



Nosotras, que nos lo cont�bamos todo, empezamos a hablar de
estas conversaciones de cama con nuestros maridos, part�amos de la base de que
sab�amos que ellos no eran celosos, pues, si lo hubieran sido, no habr�an
permitido que estuvi�ramos medio desnudas y con todas nuestras intimidades al
aire en el cine, sabiendo que los vecinos de asiento no perd�an detalle,
teni�ndolo que saber ellos por necesidad, pues estaban de cara al mir�n de
turno, como lo sab�amos nosotras a pesar de estar de espaldas, lo cual nos pon�a
mas calientes todav�a.



Llegamos a la conclusi�n de que era mucha casualidad, que los
temas siempre fueran los mismos, y por tanto que ambos o al menos el que
consegu�a el material, ten�an la fantas�a de realizarlos e incluso, que quer�an
convertir la fantas�a en realidad en opini�n de Maria y estaban preparando el
camino.



Yo, tras dudarlo un momento, le record� como nos miraban a
nosotras y que nosotras no hac�amos nada para evitarlo, al contrario de com�n
acuerdo procur�bamos que se nos viera lo m�ximo posible para calentarlos y
aprovechar esa calentura luego en la cama.



Entonces �t� piensas que quieren que hagamos un intercambio
entre nosotros?



Si es verdad lo que pensamos y tienen esa fantas�a, creo que
s�, aunque tan bien creo que seria el paso previo para incluir otras parejas
extra�as en nuestra vida sexual.



Maria reflexion� en voz alta "desde luego con una pareja que
no conociera no lo aceptar�a nunca, entre nosotros�.", como excepci�n y sin que
se convirtiera en costumbre, si venia rodado�., si consegu�a vencer la
verg�enza�., pues igual lo admit�a, porque ella ten�a que reconocer que adem�s
de ense�arle las bragas a mi marido para calentarlo para mi, tambi�n lo hacia
por que ella se calentaba al ver la forma en que la miraba mi marido.



Yo entonces le hice saber, que entre nosotros no lo iba a
consentir.



�Por qu� no? Pregunto ella entre extra�ada y molesta.



Porque no estoy segura de poder consentir ni tan siquiera que
me toque un hombre en presencia de mi marido, porque no se como va a reaccionar
�l y porque eso podr�a romper nuestra amistad y nuestros matrimonios de forma
irreparable. Si no tuviera m�s remedio que aceptarlo, antes lo har�a con unos
extra�os que con vosotros.



No quiero decir que con vosotros no me apetezca, pero siempre
seria despu�s de haber probado con otros, despu�s de saber que tanto ellos como
nosotras aceptamos sin celos y sin remordimientos el haberlo hecho.



Pero es que entre nosotros ser�a tan discreto, que me
evitar�a mi mayor preocupaci�n, que no es otra, que el que alg�n conocido se
enterara, dijo ella.



Tienes much�sima raz�n pero si no sale bien, el matrimonio al
que le ocurra con una pareja desconocida, m�s o menos puede olvidar, pero si
tiene a la otra pareja delante nunca lo podr�a olvidar, es decir tendr�a que ser
con alguien de otra ciudad y en otra ciudad bien alejada de aqu�.



Lo dejamos ah� y no continuamos hablando, pero estaba claro
que mi confianza con ella y nuestras continuas salidas juntas, en las que la
exhibici�n de nuestras piernas y los comentarios que nos hac�amos sobre la forma
de mirarnos, eran el principal motivo de la salida, adem�s de la lectura,
visionado y comentarios de relatos y pel�culas er�ticas, hab�an hecho tambalear
mi resoluci�n de no tener relaciones con otro hombre que no fuera mi marido y
que tanto la una como la otra est�bamos predispuestas a tener sexo, no a
buscarlo, pero si la ocasi�n era discreta�.., y que ocasi�n pod�a ser mas
discreta que con la presencia del marido



Los dos matrimonios hab�amos alquilado una casa, en conjunto,
para pasar el verano, nos hac�amos comentarios sobre la cantidad de "ligues" que
tendr�amos que rechazar, unas mujeres como nosotras y m�s con los modelitos de
ba�adores que nos hab�amos comprado.



En uno de esos comentarios le dije que lo que no me gustaba
de estar los cuatro juntos durante tres meses, era la falta de intimidad, tanto
a la hora de tener sexo, por la seguridad de que la otra pareja nos o�a, como
por tener que andar vestidas incluso para ir al ba�o por la noche, cuando a mi
en verano me gustaba ir desnuda o pr�cticamente desnuda.



Pues a m� el pensar en escucharos o saber que me est�is
escuchando haciendo el amor, me pone cachonda solo de pensarlo y en cuanto a la
vestimenta, ayer le coment� a mi marido, de forma desenfadada, la forma en que
nos miran y me contest�, mir�ndome de reojo para ver mi reacci�n, que con dos
mujeres como nosotras era natural que as� fuera pues est�bamos buen�simas las
dos, a�adiendo que estaba deseando que llegara el verano para poder vernos
mejor, o sea que igual nos invitan a ir fresquitas.



Si, es posible que intenten algo as�, conteste yo y a�ad�
ri�ndome �te imaginas a las dos viendo la televisi�n junto a nuestro marido,
enfrente de la otra pareja vestidas con una reconciliaci�n?



�Si hacemos eso igual nos violan, si nos negamos al
intercambio!, pero me gustar�a mucho hacerlo solo por ver la cara que pon�an
vi�ndonos y por lo que a continuaci�n vendr�a con toda seguridad, dijo ella
riendo tambi�n la ocurrencia.



En definitiva, adem�s de conseguir acentuar nuestra vena
exhibicionista, hab�an despertado nuestro morbo por ver si pasaba algo m�s, cada
una de nosotras lo deseaba de una forma diferente, pero la realidad es que algo
esper�bamos que pasara y est�bamos dispuestas a hacer concesiones.



No sab�amos realmente lo que pretend�a pero est�bamos
dispuestas a conced�rselo, aunque, yo al menos, el acostarme con otro hombre en
presencia de mi marido lo ve�a muy lejano, aunque no imposible, pues las
pel�culas y los relatos hab�an hecho su efecto, pero si me apetec�a meter mas
morbo en nuestra vida, por ejemplo viendo las pel�culas y coment�ndolas los
cuatro juntos.



Tom� la iniciativa de comprarme un "picard�as", me lo puse
esa noche, cuando me dijo lo mucho que le gustaba y lo preciosa que estaba con
el, coment� de pasada que tendr�a que comprarme algo mucho mas discreto para los
tres meses que �bamos a pasar con nuestros amigos.



No tienes porque si no quieres, Juan y yo hemos comentado el
problema de tener que ir mas vestidos de lo que habitualmente estar�amos si
estuvi�ramos solos y los dos hemos coincidido en que es una tonter�a a estas
alturas andar con ese tipo de remilgos. Adem�s tanto a la una como a la otra os
hemos visto ya las tetas, las bragas e incluso en algunas ocasiones la
pelambrera, lo que es l�gico por la confianza que nos tenemos.



Ante esta confesi�n le pregunt� si no se hab�an puesto
calientes vi�ndonos as�, el me confirm� que si y que en muchas ocasiones yo
hab�a recibido dentro de m�, lo que en realidad iba destinado a ella.



�Lo hab�is comentado entre vosotros?, claro, habiendo
confianza es lo mejor para no estar cortados, incluso de esa forma pod�as,
cuando yo te lo contara, haberlo comentado tu con ella, para ser mas discretas
si a �l le molestaba. �A ti no te molesta? A mi me encanta tanto el verla a
ella, como ver como el se te come con los ojos. �De verdad? �Te lo juro!



Como es l�gico lo coment� con ella, elegimos mas ropa para
las veladas, ella se compr� dos conjuntos, yo otro mas, ninguno de los cuatro
dejaba mucho para la imaginaci�n, sujetador no llevaban, las bragas eran
totalmente transparentes y nos compramos unas batas tambi�n transparentes pero
que disimulaban al taparnos todas y haber una doble transparencia aun a
sabiendas de que no las �bamos a utilizar excesivamente.



Lleg� el d�a del traslado, llegamos a la casa hacia las seis
de la tarde, mientras coloc�bamos el equipaje, limpi�bamos un poco la casa y
hac�amos la cena, se hicieron las diez de la noche, mientras cen�bamos se notaba
un ambiente tenso y expectante nada natural en nosotros.



Luego de cenar, ellos recogieron la mesa y se sentaron a ver
la televisi�n, mientras nosotras freg�bamos yo no paraba de darle vueltas a la
cabeza, estaba nerviosa y sobre todo preocupada y por tanto indecisa.



Por lo poco que hablamos me daba cuenta de que Maria, aunque
tambi�n se la notaba nerviosa, estaba decidida a dar lo que yo consideraba el
primer paso, pues sabia que mi marido no se iba a conformar con que hiciera una
serie de exhibiciones de mi cuerpo.



No, no era ese d�a el que me preocupaba, eran el resto de las
vacaciones, con ellos no quer�a que pasara nada y con desconocidos�. tendr�a mi
marido que saberme llevar muy bien al terreno y tendr�a que ser poco a poco,
hasta asegurarme que no le afectaba ver como dejaba que fueran teniendo acceso a
m� y lo mismo tendr�a que pasar conmigo, pero lo mi� se resolver�a seguramente
ese mismo d�a, me bastaba con ver la reacci�n de mi marido ante la casi total
desnudez provocativa de ella, pues aunque no pasara nada m�s, sabiendo que ella
lo aceptar�a gustosamente, pod�a adivinar cual iba a ser mi reacci�n si pasaba
algo m�s.



Cuando acabamos de fregar Maria dijo en voz alta que iba a
darse una ducha y a ponerse c�moda y fresquita, cuando termino de ducharse y
mientras se secaba y vest�a, me invit� a entrar en el cuarto de ba�o a ducharme
si me apetec�a, sabia perfectamente lo que pretend�a con esa invitaci�n, quer�a
decidir conmigo lo que nos pon�amos para salir del cuarto de ba�o.



Ellos estaban nerviosos y expectantes y yo entre a la
habitaci�n a coger la ropa que me iba a poner sin haber decidido todav�a lo que
iba a hacer, de hecho cog� las dos posibilidades, pues por una parte estaba
caliente y quer�a saber de una vez, como me sent�a al ver a mi marido y por otra
estaba s�per nerviosa, pues no era lo mismo ense�ar con la ropa puesta que
hacerlo pr�cticamente sin ella, adem�s tem�a ver que mi marido disfrutaba y al
mismo tiempo tem�a que no le sentara bien.



En principio decid� que salir con la bata de andar por casa,
fresca y c�moda, sin nada debajo y dejar que poco a poco fueran viendo que no
llev�bamos nada debajo. Las prendas especialmente compradas para la ocasi�n ya
nos las pondr�amos m�s adelante.



Maria supo convencerme para estrenar las nuevas prendas ese
d�a, dici�ndome que ellos lo estaban esperando y se iban a llevar una decepci�n
y a ella tambi�n le apetec�a mucho que la vieran "as� vestida", pero claro
siempre y cuando nos "visti�ramos" as� las dos. Yo le not� lo mucho que lo
deseaba y no pude evitar el complacerla, quiz�s porque en el fondo yo tambi�n lo
deseaba y me estaba enga�ando a mi misma.



Cuando salimos vestidas con el picard�as y la bata
transparente, luego de las exclamaciones de rigor, nos hicieron desfilar por el
sal�n comedor, Juan no pod�a ni mirar a su mujer, ya que no pod�a evitar el
mirarme a mi de una forma tan descarada que me produc�a al principio un poco de
verg�enza, de lo excitado que se puso conmigo, y no fue solo el momento del
desfile, estuvo como embobado mir�ndome durante todo el tiempo que all�
estuvimos sentados.



Mi marido sin embargo, no digo que no admirara y deseara a
Maria, pero estaba pendiente de mis reacciones y observaba como Juan me miraba
embobado y me convenc� de que le calentaba m�s el ver como me ve�an a mi, que el
mirar el a Maria, y esto me halag� por una parte y me preocup� mas de lo que
estaba por la otra.



Quisieron poner m�sica y bailar, yo, aduciendo cansancio, no
quise hacerlo, estaba observando a mi marido y not� la decepci�n reflejada en
sus ojos, estuve a punto de dejarme convencer, pero sab�a que querr�an cambiar
de pareja de baile y tal y como ve�a a Juan seguro que se propasar�a y no quer�a
tener que pararle los pies de mala manera.



Realmente yo no estaba dispuesta a hacer m�s concesiones si
antes no ten�a una larga, sincera y clarificadora conversaci�n con mi marido.
Hab�a llegado a una conclusi�n, era mucho mejor saber exactamente lo que el
pretend�a y que el supiera hasta donde cre�a yo poder llegar por complacerle.



Esa misma noche tuvimos la conversaci�n, resumi�ndola dijo
que quer�a poner morbo, mucho morbo en nuestras relaciones sexuales, que en
lugar de ver o leer lo que hac�an otros, prefer�a ver como a m� me suced�an esas
cosas y como ejemplo clarificador me dijo que quer�a verme bailar
acarameladamente con Juan, quer�a ver como poco a poco el se sobrepasaba cada
vez m�s, mientras yo, cada vez mas caliente, iba haciendo concesiones.



�Y hasta donde esperas que haga concesiones por muy caliente
que este?



Realmente no creo que me importara que lleg�ramos al
intercambio con nuestros amigos, pero me gustar�a que sucediera poco a poco,
para disfrutar de cada avance que tu cuerpo te pida permitir, me gusta verte
disfrutar y es una ocasi�n discreta para poder verlo y sentirlo.



Fue una noche larga y clarificadora, qued� muy claro por su
parte que �l disfrutaba mientras me ve�an cuanto m�s mejor, que ya de novios me
dejaba al descubierto lo m�ximo que pod�a para que pudieran admirarme y desearme
y que cuando pensaba en la posibilidad de que me acariciaran al verme as� se
volv�a loco de excitaci�n.



Quedo claro que al ver las pel�culas y las revistas, me
imaginaba disfrutando de una situaci�n similar y se pon�a a mil, no se ve�a a
�l, me ve�a a m� y que esperaba que yo permitiera que pudiera cumplir esa
fantas�a.



Quedo claro que cualquier situaci�n en que hubiera morbo, por
poco que fuera, le excitaba sobremanera, vamos que no pretend�a llegar al final
siempre, aunque no cre�a que le importara en absoluto verme en la cama con otro.



Por mi parte qued� perfectamente claro que no quer�a que
sucediera nada, mas all� de lo que ya hac�amos, con nuestros amigos, que
solamente era posible que admitiera quitarme la bata y como m�ximo hacia el
final de la estancia en la casa bailar apretado con Juan, pero sin besos ni
caricias. Al menos por ahora no quer�a que pasara nada m�s con ellos, hasta que
no supi�ramos los dos que admit�amos y disfrut�bamos de esta nueva situaci�n tan
an�mala sin celos.



Qued� claro tambi�n que a mi me gustaba ense�ar y hacer que
me desearan otros y que sabia casi con seguridad que a �l le gustaba que me
vieran y desearan.



Quedo claro que las situaciones morbosas me gustaban como al
que m�s, pero que no sabia si podr�a permitir que me sucedieran en su presencia
y tampoco sabia cual seria mi reacci�n si le ve�a acariciando o simplemente
besando a otra mujer.



Los tres quedaron desilusionados con mi decisi�n, que sab�an
irrevocable dado lo cabezona que soy, aun as� pienso que ella intentaba hacerme
cambiar de decisi�n cuando me contaba como cuando estaba en la cama con su
marido cerraba los ojos e imaginaba que era el mi�.



Permit� que la bata transparente desapareciera de la
vestimenta nocturna, y la �ltima semana admit� bailar con Juan, no admit� besos
ni caricias, pero a pesar de ello notaba su erecci�n al bailar apretada a �l y
deseaba ceder pero no ced�.



Cediendo a las presiones admit� lo que cuenta mi marido en
una narraci�n de la cabalgata de reyes, presiones de mi marido, de mi amiga e
incluso de mi madre a la que le cont� en parte lo que me suced�a pidi�ndole
consejo y me contest� que ella no habr�a llegado posiblemente a donde hab�a
llegado yo, pero que lo que mas rabia le daba de una mujer es que fuera una
"calienta braguetas" y en realidad eso es lo que era yo.



Realmente lo que no vio, como no acaba de cre�rselo, mi
marido no lo cuenta del todo, primero no fue a mi sola, Maria estaba tambi�n
dentro del c�rculo, pues cuando ya me estaban metiendo mano sin oposici�n, a
petici�n m�a, la dejaron pasar y vi y note como la acariciaban igual que me
estaban haciendo a mi.



Segundo, cuando me di cuenta de que me estaban intentando
bajar las bragas, las sujet� de delante y no bajaron unos dedos toda la braga,
por delante se mantuvieron en su sitio pero por detr�s tenia todo el culo al
descubierto.



Notaba el miembro del que ten�a detr�s entre la braga y el
sexo y cuando me llam� mi sobrino y me agach� para escucharle, aprovecho para
met�rmela hasta el fondo y no proteste ni me retire, solo cuando present� que
iba a empezar a correrse, tuve la fuerza de voluntad suficiente para conseguir
que se me saliera y se corri� fuera.



Maria, por su parte, tambi�n se agach� para hablar con los
ni�os y dice que durante el momento de estar agachada la tuvo tambi�n dentro
pero que al levantarse se le sali�.



Ellos no nos creen pero es verdad.



Cuando vi como se pon�a mi marido al cont�rselo y mostrarle
las bragas y mi sexo todo manchado de semen y al ver como lo hab�a disfrutado yo
en su presencia, pues aunque pensaba que no lo pod�a ver, sabia que se lo estaba
imaginando, decid� avanzar un paso mas.



Casualmente y contra lo que a mi me hubiera gustado, el
siguiente paso fue el viaje en que tuvimos nuestro primer intercambio, a mi me
hubiera gustado que despu�s del baile en que es verdad todo lo que cuenta �l y
por eso no lo repito y en el que disfrute como una loca y tuve una cantidad de
orgasmos incre�bles, nos hubi�ramos marchado nosotros a la cama para comentarlo
y disfrutar de sexo entre nosotros.



Desde luego no con la intenci�n de dejarlo ah�, solo de
alargarlo una o dos semanas, para luego volver con el amigo de mi marido y
acabar en la cama. Lo acept� porque llegue a la conclusi�n de que lo hab�a
preparado mi marido, aparte de que mi cuerpo se negaba a aceptar el no
continuar.



Siento haber tardado tanto en continuar, pero no quer�a que
mi marido lo leyera hasta que no estuviera publicado, si veo que os gusta como
escribo os continuare contando experiencias.



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Relato: Anchota (2)
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