Relato: Mi Inolvidable Iniciaci�n (06)



Relato: Mi Inolvidable Iniciaci�n (06)

Mi Inolvidable Iniciaci�n (VI)



Por: Incestuosa




POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO



�


Cap. IX



Mary y yo hab�amos acordado que el siguiente fin de semana lo
dedicar�amos a repasar con minuciosidad los puntos importantes de nuestro plan
con el desconocido del bosque que habr�amos de poner en pr�ctica el martes
siguiente. Ten�amos que asegurarnos plenamente de que todo marchara bien,
considerando de modo especial que esta vez estar�amos tratando con una persona
mayor y por lo mismo mucho m�s experimentada que nosotras. Sab�amos tambi�n que
no ser�a tan f�cil engatusarlo como lo hab�amos hecho con Pepe y que por tanto
era conveniente manejar ese asunto con precauci�n y cuidado para no echarlo todo
a perder. Por esa raz�n decidimos pedirle permiso a mam� el s�bado por la ma�ana
para salir a dar una vuelta por las milpas cercanas con el fin de estar a solas
y poder hablar sin tenernos que cuidar de nadie. Nuestra madre accedi�
recomend�ndonos �nicamente que no nos alej�semos demasiado, por lo que de
inmediato nos fuimos las dos meti�ndonos por entre las intrincadas guardarrayas
de los inmensos trigales, buscando un sitio que nos fuera propicio para hablar
con tranquilidad y sin prisa alguna. Pronto escogimos un lugar que se hallaba
escondido entre la verde maleza situado a la orilla de un riachuelo, y una vez
all� nos sentamos sobre la hierba para planificar la deliciosa tarea que tanto
anhel�bamos llevar a cabo. Yo le dije a mi hermana:


-Oye Mary...es muy importante que tengamos cuidado con lo que
le decimos a ese hombre....recuerda que �l no ser� tan ingenuo como Pepe.


-Si...lo s�....qu� es lo que sugieres, manita?


-Pues para empezar, tenemos que darnos prisa el martes para
llegar al bosque mucho antes que �l.


-Si...de acuerdo...ese es el primer punto. �me respondi�-


-As� que lo que haremos es correr durante ciertos tramos del
camino de regreso de la escuela....con eso nos aseguraremos de estar all� a
tiempo.


-Est� bien, Angelita...me parece muy buena idea.


-Bueno, manita....el segundo punto es la forma de abordarlo y
lo que tienes que decirle cuando llegue y te vea solita...


-Ay si....eso me pone muy nerviosa, manita...


-No, Mary....debes guardar la compostura...recu�rdalo
siempre. �le dije con firmeza-


-Si...est� bien..lo intentar�...


-Y creo que lo mejor es que cuando lleguemos al bosque, yo me
esconda en seguida en el mismo lugar donde te ocultaste t�..... pero te dejar�
mi mochila.....


-Tu mochila?.....Ay...y por qu�...?


-Porque al no saber �l de ti, porque nunca te ha visto,
primero te preguntar� qu� haces all�....y t� tendr�s que darle una respuesta
convincente, tontita...tienes que recordar que la cita es conmigo....


-No te entiendo muy bien, manita...expl�came mejor eso,
si?....


-Si, ni�a....mira, te explicar�....como te dec�a antes, la
cita del martes la hizo conmigo....y pues �l ir� en busca de m�, pero no me
encontrar�.....sino que ahora te hallar� a ti..... estoy segura de que mi amante
sabr� reaccionar de la mejor manera y a su propia conveniencia....as� que eso no
me preocupa tanto....


-Bueno....t� sabes como es �l....


-Si.....por otra parte, manita, �l siempre quiere saber el
terreno que pisa...de eso ya me d� cuenta....por eso hace muchas preguntas antes
de iniciar cualquier cosa....


-Ahhh....bien...


-Ahora bien....�l s� sabe que yo tengo dos hermanos que
siempre van conmigo al bosque....y tambi�n sabe que se alejan para ir a cortar
mangos y me dejan a m� cuidando de las mochilas...


-Aj�....y?


-Lo que quiero decirte es que ser�a muy conveniente
aprovechar esa circunstancia de las mochilas que �l ya conoce, y que por lo
mismo le ser� m�s cre�ble, manita....


-Hummmm.....pues...no s�t� est�s m�s enterada que yo de todo
eso, Angelita...


-Si....por eso mismo te lo digo...mira, Mary, cuando �l
llegue hasta donde te encuentres sentada, ver� primero las mochilas....eso ser�
una prueba de que lo que le dir�s ser� algo cre�ble para �l....


-Bueno....�y qu� le dir�?...


-Cuando te pregunte qu� andas haciendo solita por all�....le
contestar�s que fuiste con tus hermanos...pero que ellos se fueron a cortar
mangos y t� est�s cuidando de las mochilas...entonces, como te dec�a, �l las
ver� y se quedar� convencido...


-Ah....ya voy entiendo, manita.....


-Ya?...ay qu� bueno, Mary...


-Y despu�s qu�...?


-Bueno...estoy segura de que �l no te dir� nunca que me
conoce, aunque supondr� en seguida que t� eres mi hermana, porque las veces que
nos hemos visto yo le dec�a eso mismo....y �l procuraba siempre cogerme antes de
que ustedes regresaran de cortar mangos....debes saber que �l cuida mucho todo
eso para que nadie se de cuenta.


-Ohh...s�....eso est� muy bien, manita....


-Tambi�n te preguntar� si tus hermanos se acaban de ir o
no....con tu respuesta �l calcular� si tiene tiempo para intentar seducirte en
ese momento o si mejor no lo hace....por eso es muy importante lo que le
respondas....


-Oh, Angelita....sabes una cosa?...tengo que reconocer que
eres demasiado brillante para tu edad, manita....


-Olvida eso, Mary....por ahora es m�s importante definir como
actuaremos, o correremos el riesgo de que las cosas no nos salgan bien....


-Est� bien, manita....tienes toda la raz�n....s�gueme
diciendo...


-T� le dir�s que tus hermanos apenas se acaban de ir....y que
te dijeron que se tardar�an bastante tiempo en regresar....


-Si...entiendo...con eso �l se animar�.... no manita?....


-Exacto....recuerda que si le respondes otra cosa...pues es
muy posible que �l no intente hacer nada contigo...


-Muy bien....hasta all� me ha quedado claro, manita....


-Despu�s �l entablar� una pl�tica contigo para tratar de
hacer confianza....all� tienes que manejar el asunto con much�simo cuidado,
oyendo sus preguntas con atenci�n y respondiendo palabras que le animen a
seducirte....t� sabes....nada de negativas y esas cosas, sino que �l debe ver en
t� una actitud cooperativa y no de rechazo,....tienes que interesarte en lo que
te dice,....me comprendes?


-Si....entiendo...


-Y pues bueno, manita....si act�as bien y como te lo
recomiendo.....lo dem�s vendr� por s� s�lo....


-Ay, Angelita....de s�lo pensar en eso, siento que me mojo de
all� abajo....Mmmmmm...


-Oh, si....yo tambi�n estoy igual, manita...


-Oye, Angelita....y si me llegara a preguntar por t�....qu�
le dir�?....


-No creo que lo haga....pero de ser as�, s�lo dile que eres
mi hermana y ya....y que �sta vez yo no me pude quedar a cuidar las mochilas,
porque nuestro hermano mayor nos cambi� de repente los planes.....de ese modo me
ayudar�s a justificar mi ausencia.....y con eso �l entender� que definitivamente
no podr� verme ese d�a....y pues tratar� seguramente de gozarte a t�.....


-Mmmm....eso se oye muy bien....hay algo m�s que tengas que
decirme?....


-Solamente que te prepares....si las cosas salen como
pensamos, por fin gozar�s de una deliciosa verga que no tiene comparaci�n con
nada del mundo....jajajajaja....


-Ay, vas a ver, ladinaaa....jajajajaja.... �me respondi�
Mary, extendiendo sus brazos hacia mi cuerpo tratando de hacerme cosquillas en
la barriga-


-Noooo...noooo...Manita....no me hagas cosquillitas.....ji ji
ji ji ji....


-Ay Angelita...lo que pasa es que me siento nerviosa, pero
contenta por todo lo que pienso que me har� ese hombre....Mmmmmm....ojal� y todo
salga bien....


-Qu� bueno que est�s contenta, manita.....y yo espero que
todo vaya bien....creo que por fin ha llegado el momento de que lo disfrutes t�
tambi�n....


-Ay manita....gracias por confesarme todo eso....de verdad...


-Bueno, Mary....para eso somos c�mplices y confidentes, no
crees?


-Si....as� es, Angelita....oye....


-Dime...


-Ya te diste cuenta de algo....?


-No....


-Ay ni�a.....pues que a�n es temprano....


-Y qu� con eso, Mary....?


-Pues quer�a proponerte que......por qu� no....?


-Qu�, manita...?


-Ay pues....por qu� no nos tocamos all� para saciarnos ahora
mismo?....apenas es s�bado y faltan algunos d�as para que las dos tengamos sexo
con ese hombre....y bueno, la verdad es que lo de Pepe...pues no es algo que se
me antoje tanto, sobre todo ahora que he visto algo muchisimo mejor....


-Pues eso s�....tienes raz�n....bueno, y por qu� no hacerlo,
Mary?....a fin de cuentas estamos en un lugar solitario y seguro, no?...


-Eso pienso yo tambi�n, Angelita...


-Pues adelante, ni�a....vamos a gozar del momento.



Al encontrarnos ya tan calientes debido a la ardiente pl�tica
que hab�amos tenido, no nos fue para nada dif�cil acomodarnos cada quien en su
lugar y abrirnos de piernas casi al mismo tiempo, sentaditas como est�bamos
sobre el pasto, y comenzar las dos a juguetear con los dedos la parte interior
de nuestros pubis. Cada cual se dedic� a trastear con suavidad su propia y
humedecida hendidura, introduciendo los dedos debajo de los calzones y buscando
con ansiedad la parte oculta donde se manifiestan con urgencia las necesidades
del deseo. Yo ve�a, al igual que Mar�a lo hac�a conmigo, c�mo ella se tend�a
sobre el suelo y proced�a a abrir sus piernas mientras corr�a hacia un ladito la
telita de sus bragas jal�ndolas por la orillita y capturando con dos dedos su
enhiesto cl�toris, para desp�es cerrar las piernas con violencia e
inmediatamente volverlas a abrir, repitiendo la maniobra una y otra vez con una
pr�ctica invidiable, intentando con ello incrementar la suprema sensaci�n de
deleite. Ella hab�a comenzado a gemir y a gritar fuertemente infinidades de
palabras obscenas, que ahora estaba segura, aumentaban su excitante delirio y la
transportaban por las m�s intrincadas sendas de la lujuria. Al darme cuenta de
la singular forma en que ella se masturbaba, yo trat� de la imitarla con
presteza tratando de autoproporcionarme el mismo gozo que ella experimentaba en
esa posici�n no tan ortodoxa por cierto. As� que estando tendida y con la cara
viendo al cielo, abr� las piernas y busqu� con ansiedad el botoncillo baboso de
mi cl�toris en la parte superior de mi vulva, cogi�ndolo con mis dedos con
fuerza y cerrando y abriendo mis extemidades con la misma rapidez con que lo
hac�a mi hermanita, en una especie de emulaci�n masturbatoria que la verdad me
calent� tanto, que pronto me vine en sensacionales orgasmos que tambi�n me
hac�an gritar y bramar de placer. Casi al mismo tiempo que yo Mar�a tambi�n se
vino, confundi�ndose nuestros gritos en un s�lo y unificado sonido que estoy
segura que de no encontrarnos tan alejadas de los caminos concurridos,
cualquiera nos hubiera escuchado, pues las ondas sonoras que sal�an de nuestras
bocas se transformaban pr�cticamente en salvajes aullidos que estremec�an
brutalmente nuestra piel.



Recuperadas al fin de los sensacionales espasmos de delirio,
ambas permanecimos tendidas por largo rato sobre la frescura del musgo hasta que
Mary, recuperando la conciencia, me indic� que deb�amos marcharnos ya de all�.
Con toda tranquilidad nos levantamos y nos compusimos primero las bragas,
sacudiendo tambi�n nuestros vestidos de basura a fin de no despertar ning�n tipo
de sospechas por parte de mi madre. Al llegar a nuestro hogar mam� ya nos
esperaba con una deliciosa comida que nos hab�a preparado, la cual devoramos
hambrientas hasta restaurar por completo nuestras desgastadas energ�as. Como era
s�bado, aprovechamos ese fin de semana para descansar del tremendo tren de vida
que ambas llev�bamos como consecuencia de nuestra ardiente e inusual trilog�a de
jueguitos sexuales, reponiendo nuestro vigor y sobre todo nuestros deseos y
ansias carnales. A nuestra edad, como es l�gico, el poder de recuperaci�n
juvenil se manifestaba en forma natural, expres�ndose con plenitud en la rapidez
con que las ansias del deseo volv�an a renacer en nuestro ardiente temperamento.
As� que el lunes siguiente, y hall�ndonos de regreso de la escuela los tres, nos
desviamos de nueva cuenta hacia el sitio tan conocido, con la intenci�n de que
esta vez Mar�a tuviese un encuentro con Pepe, mientras yo me quedaba cuidando
las valijas.



Ahora yo estaba cierta de que mi hermana ya no acud�a a su
cita con Pepe tan anhelosa como antes lo hac�a, ya que despu�s de haber
presenciado la feroz batalla del jueves anterior entre mi amoroso amante y yo,
ella s�lo ten�a cabeza, ojos y deseos para pensar con ardor incontenible en el
encuentro del d�a siguiente. De cualquier forma y en fidelidad a nuestro mutuo
acuerdo, ella consinti� en adentrarse con mi hermano en la espesura del bosque.
Mientras los minutos transcurr�an yo recreaba en mi mente las calientes escenas
que Mary y Pepe estar�an protagonizando en el secreto sitio donde desfog�bamos
nuestros deseos. Toda esa serie de im�genes tan sabrosas me causaron como
siempre el t�pico escozor en medio de mis piernitas y despertaron mi morbo con
violencia, de manera que me di a la t�ctil tarea de frotarme el centro de mi
pubis por debajo de la pantaleta, tallando mis deditos a lo largo de mi
humedecida hendidura, masturb�ndome de nueva cuenta a la salud de las
incestuosas actividades sexuales de mis dos hermanos. Me mantuve en acci�n por
largo tiempo, sabedora de que me hallaba solita y que por tanto nadie se
presentar�a a perturbar mi sabrosos tocamientos, por lo cual me recost� sobre el
suelo abriendo mis piernas lo m�s que pude con la finalidad de repetir el
prurito sexual del s�bado anterior, haciendo m�o el clich� masturbatorio de mi
hermanita. Como yo sab�a que mis hermanos tardar�an al menos una hora en
retornar, d� rienda suelta a mis m�s calientes fantas�as reteniendo a placer y a
mi absoluto antojo mi venida, en un claro intento por prolongar al m�ximo los
espasmos del cl�max final. Cualquiera que me hubiese observado en esos instantes
no hubiera cre�do lo que sus ojos ve�an, ya que me hab�a dado por probar las m�s
extravagantes posiciones en una sesi�n de onanismo �nica, dignas solamente de
las m�s delirantes visiones tenidas por el Marqu�s de Sade.



Sin poder evitarlo me hab�a despojado por completo de mis
vestiduras a fin de no tener impedimentos de ninguna clase, para practicar en
solitario los movimientos corporales m�s fant�sticos que pueda una imaginarse.
Ya fuera que me pusiese de espaldas al piso levantando mis piernas y jal�ndolas
hasta donde quedaba mi cabeza, quedando en la m�s cl�sica posici�n de yoga en
tanto mis manos estaban ocupadas hundi�ndose en mi rajita frontal; o bien que me
pusiera en cuatro patas y despu�s levantara mi grupa lo m�s alto que pod�a con
mis pies subidos sobre el tronco de un �rbol, as� disfrut� aquella tarde
explorando con pasi�n todo mi cuerpo y reteniendo con paciencia los orgasmos que
desde hac�a rato amenazaban con explotar con furia desde lo m�s profundo de mi
vientre. Pasar�a tal vez una hora de delicioso e intenso entrenamiento corporal,
retorcida y entrelazada con mis propios miembros, hasta que al fin y sin poder
aguantarme m�s, me vine en una descarga tan tremenda que me hizo gritar tantas y
tantas obscenidades que hasta me apena recordarlas ahora.



Despu�s de todo me daba cuenta que tambi�n era buena en el
c�lculo del tiempo, pues no hab�an transcurrido ni cinco minutos de haberme
vestido cuando aparecieron mis hermanos abri�ndose paso por entre el follaje.
Pepe, al verme toda sudorosa a�n como resultado de la solitaria batalla campal
que acababa de disfrutar, me pregunt�:


-Qu� te pasa, Angelita?....est�s colorada de tus mejillas y
toda sudada....


-No....estoy bien, manito....es s�lo que creo deb� quedarme
dormida...y con el calor que hace, pues deb� agitarme un poco.


-Ahh...bueno... �me contest� convencido de mi respuesta-


Mary intervino diciendo:


-Bueno, ya v�monos, porque ya es tarde.


-Si, Mary....vayamos a casa. �le respond�-



Al siguiente d�a y hall�ndonos en la escuela en un receso de
clases, Mary se acerc� a m� y me coment�:


-Ay...Angelita...hoy es el d�a....pero debo confesarte que me
siento muy nerviosa, manita...


-Oh, Mary...yo tambi�n estoy igual...pero debes recordar lo
que te dije...entre m�s tranquila est�s, las cosas saldr�n mejor....


-Si...lo s�, manita....ppero sucede que...pues no he podido
dejar de pensar en el hombre del bosque....en el tama�o descomunal de su
pene...en la forma como te lo hizo a ti....ay, si supieras las veces que me he
masturbado en estos d�as pensando en todo lo que v�....


-Ya me imagino, ni�a....pero no comas ansias...s�lo esperemos
a que llegue la hora...


-Ay, s�....y crees t� que �l no faltar� a la cita,
manita?....


-Estoy segura de que ir�, Mary...


-Ohh...bueno...cuando suene la campana de salida, nos vamos
r�pido, eh Angelita?


-Si, Mary....en eso quedamos.


-Bueno....entonces nos veremos a la salida.


-Si....te estar� esperando.



Cuando la campana de la escuela son� indicando el t�rmino de
clases, r�pidamente busqu� a Mary y a Pepe para unirme a ellos. Una vez que
estuvimos juntos Pepe nos recomend�, como siempre lo hac�a:


-Bueno, ni�as...ya v�yanse....pero recuerden...directo a
casa, eh?


-Si, manito. �le contest� mirando a Mary a la cara-


Pude observar claramente que mi hermanita estaba arrebolada
de sus mejillas, con un extra�o brillo en los ojos que manifestaban el ardiente
deseo y la urgencia que sent�a por llegar al fin hasta sitio de costumbre. Yo la
tom� de la mano y nos dirigimos hacia la salida del pueblo. Cuando hubimos
avanzado un largo tramo, de modo que ya nadie pod�a vernos, le dije:


-Anda, Mary....corramos un poco....tenemos que llegar antes
que �l.


-Si....corramos, manita...


Las dos salimos huyendo por el camino real corriendo lo m�s
r�pido que pod�amos. No s� si por ser mayor que yo o debido a las ansias que
seguramente ya corro�an sus entra�as, Mary se adelant� bastante dej�ndome muy
atr�s, tanto que tuve que gritarle que se detuviera a esperarme. Cuando llegu�
junto a ella apreci� su delicada belleza de mujer en total plenitud, ya que el
sudor le escurr�a por la cara y por los brazos, viendo que debajo de ellos
aparec�a la tela completamente mojada. Mientras camin�bamos con paso veloz otro
tramo, yo aprovechaba para admirar la esplendorosa hermosura sin par de mi
hermanita, quien por otra parte era siempre objeto de halagos por parte de los
muchahitos de la escuela, quienes siempre le dec�an dulces piropos que alud�an a
su exquisita belleza. Por mi parte continuaba observ�ndola con admiraci�n
recordando la extraordinaria exquisitez de sus nalgas, la deliciosa tersura de
su pubis, y muy particularmente y acerc�ndome lo m�s que pod�a a ella, intentaba
ver de cerca la humectada preciosidad de sus axilas, que por lo visto no se
hab�a rasurado por varios d�as. Cuando ella levantaba sus brazos intentando
quitarse con sus manos el intenso sudor que perlaba su bien delineado y afilado
rostro, yo aprovechaba el momento para clavar mi mirada precisamente en el
interior de sus sobacos de blanca piel, que dejaban ver el inquietante panorama
negruzco que se asomaba con timidez contrastante y que bordaba de belleza sus
sobacos, ahora mojados por completo y olorosos a sudor, dignos s�lo de la m�s
hermosa musa plasmada en el m�s exquisito cuadro jam�s pintado por manos de
hombre.



Me daba cuenta sin embargo que mi hermanita no pod�a contener
sus ansias de llegar, pues en seguida me dijo con voz tr�mula:


-Ay Angelita....tenemos que apurarnos....corramos otro tramo,
si?...


-Si. -le respond�-


De inmediato ella se dio a correr a toda velocidad por el
serpenteante caminillo de tierra mientras yo le segu�a presurosa, pudiendo ver
c�mo las pelotas que formaban sus dos respingonas nalgas se mov�an una y otra
vez debajo de la tela de su vestido. Ya me imaginaba el bocado tan exquisito,
tan inesperado, que pronto habr�a de comerse mi insaciable amante, despertando
todo eso un delicioso cosquilleo en lo m�s rec�ndito y oculto de mi entrepierna.
Yo sent�a correr un hilillo viscoso de entre mis bragas que se confund�a con el
intenso sudor que me provocaba el ejercicio. Y as�, entre corrida y corrida,
llegamos por fin a la bifurcaci�n del camino, desvi�ndonos r�pidamente hasta el
sitio de nuestros placeres.



Al llegar hasta donde habr�a de escenificarse el primer
encuentro amoroso de Mar�a con mi desconocido amante, me puse a observar con
detenimiento y en silencio los alrededores, tratando de asegurarme de la
ausencia de nuestro ardiente invitado, d�ndome cuenta de que a�n no hac�a acto
de presencia. En seguida anim� a mi linda hermanita lo mejor que pude para que
pusi�semos de inmediato en pr�ctica nuestro preconcebido plan, tratando de
infundirle confianza con mis palabras, aunque a decir verdad, yo tambi�n me
sent�a tan nerviosa como ella.


-Ya, manita....lleg� la hora....


-Si....ay Angelita....me siento tan
nerviosa...m�rame.....estoy temblando...


-Yo tambi�n linda...pero todo eso es normal....yo tambi�n me
siento as� siempre que me voy a encontrar con �l....ahora s�lo recuerda muy bien
todo lo que tienes que hacer, eh?


-Si...manita....est� bien...


-Te sentar�s aqu� a esperarlo....y recuerda que aunque �l te
quiera llevar despu�s hacia otra parte, t� le dir�s que no....que mejor
aqu�...de acuerdo?


-De acuerdo...


-Bueno....aqu� te dejo mi mochila...ir� a esconderme antes de
que �l llegue...


-Si, manita.....si...esc�ndete ya �me respondi� con la mirada
nublada de nerviosismo y deseo-


R�pidamente me fui a ubicar lo m�s oculta que pude detr�s del
cercano promontorio de tupidas ramas, viendo que era en verdad el sitio ideal
para la observancia del lugar donde Mary ahora se encontraba sentada.
Permanecimos ambas en c�mplice silencio, mientras mi mente se desbordaba ya de
calentura de tan s�lo imaginarme lo que iba a suceder. Miraba tambi�n a mi
hermanita, que volteaba hacia todos lados como buscando con su brillante mirada
la ansiada presencia del individuo de mis sue�os. S�lo se escuchaba el agitado
resoplido de mi respiraci�n, el cual trataba de ocultar sin conseguirlo, y que
se confund�a con el hermoso barullo que produc�an los c�nticos de los p�jaros.
Los minutos que siguieron me parecieron eternos, hasta que por fin, avanzando
entre los matorrales del bosque, apareci� la gallarda figura del gigante de
acero.



Desde mi lugar observ� sin perder detalle c�mo el hombre se
dirig�a hacia donde se hallaba Mary, quien tambi�n lo hab�a visto ya, sin
moverse del sitio donde se encontraba sentadita. Mi amante la salud� con un
gesto dici�ndole:


-Hola....ni�a....que haces tan solita por aqu�?....


Me di cuenta que a mi hermana se le atoraban las palabras en
su garganta pues no escuchaba que le respondiera, inquiet�ndome un poco por eso.
El desconocido de mis deseos volvi� a inquirirle:


-Que haces...?.....est�s descansando?....


-Si.... �le contest� por fin Mar�a con la boca completamente
seca-


-Pero....est�s solita...o esperas a alguien?...


-Si....estoy solita...y espero a mis hermanos....


-Oh.... y a d�nde fueron ellos?...


-Fueron a cortar mangos...


-Ah...ya veo...y t� te quedaste a esperarlos aqu�, no?....


-Si....me qued� cuidando las mochilas...


-Hummm....oye, y tiene mucho que se fueron?....


-No....se acaban de ir....y me dijeron que tardar�n un buen
rato....


Yo advert� que Mary, a�n cuando trataba de mirarlo de frente,
ten�a la cabeza baja y s�lo de reojo le dirig�a una fugaz mirada de vez en vez,
intentando controlar los intensos nervios que estaba sintiendo en aquel sublime
momento. Tambi�n ve�a c�mo el hombre se permanec�a de pie junto a mi hermana en
actitud pensativa, como repasando en su mente la forma en que habr�a de
proceder, e indudablemente alentado y enardecido por la inquietante belleza de
mi hermanita. �l volvi� a la carga en seguida:


-Y te dijeron cuanto tardar�n?.....


-Si....estar�n all� cortando mangos m�s de una hora....


-Hummm...qu� bien...y c�mo te llamas...?


-Mar�a...pero ellos me dicen Mary....


-Oh...que bonito nombre....Mary....tienes nombre de
virgencita....


-Aj�....


-Oye...Mary...yo quisiera preguntarte algo....


-D�game usted....


-Qu� acaso no tienes una hermanita...?


-Si....tengo una....se fue con mi otro hermano a cortar los
mangos....


-Ah si?....y como se llama ella...?


-Angela....pero nosotros siempre le llamamos Angelita....


-Ah, s�....tambi�n es un nombre precioso...


-Si..verdad?


-Si...muy lindo... �dijo el hombre, mientras echaba una
ojeada a las mochilas que estaban depositadas en el suelo.


-Oye Mary....y supongo que vienen de la escuela, no es
as�?...


-Si....pero nos gusta venir a cortar mangos por ac�...


-Oh s�, ya veo....


-Es que los mangos de por aqu� son los m�s deliciosos....


-Si....son exquisitos en verdad...pero, Mary....dime una
cosa...


-Si...d�game...


-Cu�nto dinero te dan en tu casa para gastar en la
escuela...?


-Pues no mucho....a veces me dan veinte centavos...pero a
veces no me dan nada...


-Mmmm....oye, linda...y no te gustar�a ganarte diez pesos...?


-Huy...diez pesos?....es mucho dinero....


-No lo es...simplemente yo quiero d�rtelos para que te
compres lo que t� quieras en la escuela....


-Oh....eso ser�a fant�stico....nunca los he tenido para m�
solita...


-No...verdad?...


-No....pero por qu� me quiere dar ese dinero...? �conest�
Mary, sinti�ndose un poco m�s controlada-


-Bueno pues....es s�lo por que quiero que me ayudes a hacer
algo....


-Si?....bueno...d�game qu� tengo que hacer...


-Primero, te dar� el dinero... �le dijo el hombre, sac�ndo
una moneda de diez pesos de la bolsa de su pantal�n y extendi�ndosela a Mar�a,
quien la tom� de inmediato.


-Ay cu�nto dinero....y todo es para m�?.... �le espet� mi
hermana con una sonrisilla de satisfacci�n-


-S�, linda...todo es tuyo...


-Bueno pero....que es lo que tengo que hacer?....en qu�
quiere que le ayude...?


-En una cosita....no es nada malo, Mary....conf�a en m�...


-Est� bien...pero d�game que tengo que hacer....


-Mira, linda....s�lo tienes que ayudarme en una cosita....


-Si...qu� es?....


-Pero antes...tienes que prometerme que no se lo vas a decir
a tus hermanos, ni a tus padres...


-Yo no tengo pap�...


-Pero s� tienes mam�, no?....


-Si...pero yo nunca le digo nada a ella....


-Qu� bien...eso me agrada mucho....pero y tus hermanos...?


-No....tampoco les dir� nada a ellos...


-Lo prometes...?


-Lo prometo....


-Muy bien, Mary...ahora s� te dir� lo que qiuero que
hagas....pero antes ven...p�rate y acercate a m�...


Desde donde estaba escondida escuchando con claridad e
inter�s toda aquella pl�tica tan caliente, deseaba por dentro aplaudir la
actuaci�n de mi hermana, quien lo estaba haciendo todo de maravilla, logrando
por fin que aquel hombre se decidiera a seducirla. Me d� cuenta tambi�n c�mo
Mary se levantaba del piso y se acercaba muy junto del desconocido, a quien ya
se le ve�a el montaje espectacular de aquella suerte de carpa que se levantaba
con tremenda presi�n en la parte frontal de sus pantalones. Yo estaba segura que
mi hermanita, siendo tan lista como era, hab�a advertido ya la potente y oculta
erecci�n del individuo, pues ve�a c�mo devoraba con sus hambrientos ojos el
tremendo manojo que resguardaba la tela y que apenas lo pod�a contener. El
hombre sigui� implacable en su perorata con mi hermana, tratando de llevarla con
maestr�a hasta el punto de lograr sus imp�dicos deseos, mientras era �l quien se
sentaba ahora sobre el verde pasto, justo enfrente de mi hermanita, quien luc�a
m�s reluciente y hermosa que nunca.


-Ahora... �le dijo el desconocido- ven aqu�....ac�rcate m�s a
m�....


Mary dio obedientemente unos pasitos hasta quedar
materialmente pegada a las piernas del hombre.


-Qu� lindo vestidito tienes, Mary....me dejas tocarlo?....


-Ssi... �balbuce� mi hermana, conteniendo su ardor lo mejor
que pod�a-


-Hummm....que linda tela... �le dijo el hombre, mientras
tallaba sus manos sobre las falditas de Mary, precisamente en la parte superior
de sus muslos. As� la estuvo tocando unos minutos por encima de la tela, hasta
que poco a poco fue bajando sus manos hasta tocar las rodillas de mi hermana,
quien permanec�a quieta y sudorosa, temblando del ardor y la calentura que
experimentaba. De pronto el hombre le sugiri�:


-Por que no guardad la moneda en tu mochila y
regresas?....anda v�....no se te vaya a perder.


-Si....lo har�...


Mary se dirigi� hasta donde se hallaba su valija,
inclin�ndose sobre ella para meter adentro la momeda. Al hacer el movimiento
inclinatorio, su corta faldita se elev� hacia arriba, lo que el seductor
aprovech� para bajar su cabeza hacia el suelo y mirarle sus calconcitos color
crema que con gran dificultad apenas si pod�an ocultar la belleza de las blancas
y respingadas nalgas de mi hermana. Desde mi escondite y al observar todo
aquello, yo ya no pod�a m�s y comenc� a tocarme con delirio las intimidades m�s
profundas de mi tibia hendidura, autoproporcion�ndome placer con mis manos, en
tanto aplicaba con inmenso regocijo mis deditos en suave frotaci�n sobre mi
sonrosado montecito de venus. Una vez que hubo guardado la moneda, Mary retorn�
justamente al lugar donde hab�a estado antes, muy cerca de las piernas del
individuo. �l entonces le dijo:


-Oh...Mary....qu� bella y linda eres....te lo hab�an dicho
antes, ni�a?...


-Bueno.....pues...ss�....algunos chicos de la escuela....


-Porque es muy cierto....tienes una belleza
exquisita....eres...eres una ni�a tan dulce y deliciosa... �le dec�a aquel
cogedor, mientras retomaba sus tocamientos sobre la parte muslar de Mar�a, por
encima de su vestidito corto-


Oh.... en verdad le parezco bonita....? �le insinu� Mary, ya
con mayor confianza-


-M�s que eso, linda....eres una ni�a preciosa....


-Oh....que lindas palabras me dice....


-Te gusta que te lo diga?....pues es la verdad, Mary....anda
ven...ac�rcate m�s a mi.


Mi hermanita accedi� a la petici�n del desconocido, quedando
pr�cticamente pegada a �l. Completamente enardecido seguramente por los
exquisitos olores que el sudor de mi hermana desped�a de sus axilas y de todo su
cuerpo, el hombre inhalaba profundamente el delicioso aroma, mientras le dec�a
sin poder contenerse m�s:


-Ay...Mary....est�s riqu�sima....hueles delicioso....


-De verdad le gusta como huelo....?


-Si...me encantas con tu aroma....es bello y exquisito...me
dejar�as tocarte tantito debajo de tu faldita...?


-Hummm...bueno....ssi....


No haci�ndose esperar y animado por la positiva actitud de
Mar�a, quien cooperaba gustosa y como yo le hab�a recomendado, �l desliz� con
rapidez sus manazas debajo de la faldita de mi hermana, quedando moment�neamente
ocultas por la tela pero sin dejar de subirlas con suavidad por el interior de
sus hermosas piernas, tocando, explorando, hurgando con delectaci�n aquella
regi�n prohibida que tanto anhelaba ver con sus desorbitados ojos. Yo v� que mi
hermanita echaba su cuerpo hacia atr�s, igual como yo lo hab�a hecho cuando me
toc� por primera vez, ardiendo en brama y exhalando dulces gemidos con los ojos
cerrados, mientras gozaba de aquellas intensas y calientes caricias que mi
desflorador le prodigaba con manos expertas. �l, d�ndose cuenta del
extasiamiento de placer de Mary, le levant� por completo su faldita hasta la
cintura, dejando ver esa bella parte de su hermoso cuerpo desnudo, cubierto a�n
por la pantaleta.



Mientras tanto yo me masturbaba con furia inaudita, metiendo
y sacando con avidez mis dedos de adentro de mi rajadita, ayudada por los flujos
que me sal�an por la puertecilla rosada, frot�ndome, tall�ndome y hasta
apretando con fuerza mi peque�o co�ito y en especial mi cl�toris endurecido,
hasta que me vine intensamente en el primer orgasmo del d�a, que por poco me
hace bramar de delirio, sin apartar por un solo instante mis ojos de aquel
espect�culo tan prometedor. Para entonces el hombre aqu�l ya le estaba bajando
los calzones a mi hermana, desliz�ndolos lentamente hacia abajo, en tanto mi
cachonda hermanita cooperaba con inteligencia levantando oportunamente sus pies
para que �l pudiese despojarla por completo de aquella barrera de tela que
imped�a el contacto total. Habi�ndole quitado por fin su braguita color marr�n,
el hombre se dedic� a la deleitante tarea de quitarle su vestidito por encima de
su cabeza, teniendo mi hermana que levantar los brazos para ayudarle en aquel
acto de descubrimiento corporal, que siempre preced�a al exquisito contacto
f�sico. S�lo que al estar sacando la blanca prenda por la parte alta de su
cuerpo, y advirtiendo que mi hermana manten�a sus brazos levantados hacia el
cielo, el desconocido pudo descubrir con evidente sorpresa la hermosura de las
axilas de Mar�a, quien continuaba en la misma posici�n, de seguro para aumentar
el goce de su insaciable tocador, y sabedora de que eso era motivo y causa de
tremenda excitaci�n en un hombre como aquel.



El desconocido le miraba los sobacos con una admiraci�n tal,
que cre� que se le saldr�an los ojos de sus �rbitas. Tan extasiado se hallaba
por la desbordante belleza de las axilas de mi hermanita, que no pod�a ocultar
en lo absoluto la brama que sent�a, y por lo que pude ver, se dedic� ahora con
especial inter�s a la exploraci�n de aquella regi�n de negruzca y cortita pelusa
sin rasurar, que no obstante ello aparec�a como si fuese un precioso adorno
entre la piel escondida debajo de sus blancos y torneados brazos. Pero �l no se
conformar�a con s�lo observar esa regi�n de negro e incipiente vello, sino que
deseando ardientemente abrevar todos sus deseos en esa rica y afelpada zona,
jal� suavemente a Mar�a sobre �l, indic�ndole con una se�a que se sentara sobre
sus piernas. Mi hermana obedeci� enfebrecida de placer, depositando su ardoroso
y anhelante culo sobre las piernas del desconocido, a quien ya se le ve�a
sobresalir el tremendo bultote que irremediablemente buscaba abrirse paso hacia
la libertad sin conseguirlo. Yo me daba cuenta con claridad, ahora en mi papel
de observadora, de la gran experiencia y maestr�a que mostraba aquel hombre en
su trato con mi hermana, pues en ning�n momento se precipitaba en su accionar,
sino todo lo contrario, iba avanzando con toda paciencia en su experta maniobra
sin haberse siquiera sacado su descomunal herramienta, lo que acreditaba su
superior habilidad y gran conocimiento en esas lides. Teniendo sentadita a mi
hermana sobre sus piernas y encontr�ndose a�n vestido, el hombre no cejaba en su
empe�o de deleitarse por completo con la regi�n esplendorosa y negruzca de los
sobacos de Mary, quien segu�a manteniendo sus brazos en lo alto entrelazadas y
cruzadas sus manos detr�s de su cabeza, en tanto el hombre continuaba extasiado
en la paciente contemplaci�n de las leves manchitas de suave vellosidad axilar.



De pronto acerc� la punta de su larga nariz a uno de los
preciosos sobaquitos de Mary, oliendo con especial deleite los aromas de delicia
que expel�a la baja regi�n de sus brazos, para despu�s de largos instantes de
inhalaci�n llevar su nariz hacia la otra axila, repitiendo sin cesar una y otra
vez la maniobra, hasta que por fin se anim� a pegar su boca con inocultable
brama a la delicada y sombreada piel axilar de mi hermanita, quien al sentir la
suave y caliente lengua del hombre debajo de sus brazos, lanz� un ansioso
quejido de placer. El desconocido continuaba pegado a los sobaquitos de Mary,
chupando con inocultable deleite las escondidas exquisiteces axilares de mi
hermanita, pas�ndose de un sobaco al otro una y otra vez, repitiendo el acto
mamatorio hasta saciarse. Yo deduje por el tremendo y espectacular accionar de
esas febriles y calientes maniobras, que quiz�s mi hermana se deb�a haber venido
varias veces, pues la escuchaba gritar y gemir de deleite, mientras le ped�a en
ansiosos gritillos que siguiera mam�ndole los sudados y olorosos sobacos del
delirio. Pero me di cuenta de que por fin hab�a llegado el momento crucial, el
instante m�s anhelado por mi hermana y tambi�n por m�, que escondida detr�s de
las zarzas no dejaba de masturbarme con locura, presenciando aquellas
hambrientas escenas de amor que apenas acababan de comenzar.



Habi�ndole pedido a Mar�a que se pusiera de pie para poder
desnudarse, el hombre aquel comenz� a quitarse sus propias vestiduras empezando
precisamente por sus pantalones, con la clara intenci�n de que Mar�a, ansiosa
como se encontraba por descubrir el tremendo p�jaro sin alas que habr�a de
anidar muy pronto en su bollito de incomparable belleza, se regodeara con la
tremenda visi�n de su enorme y tiesa verga, que m�s que pene parec�a m�s bien el
tremendo mango de un grueso ca��n dispuesto para la m�s brutal batalla.



CONTINUAR�....



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Relato: Mi Inolvidable Iniciaci�n (06)
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