Camino a la perdici�n.
Al fin lleg� el puente de la constituci�n, por lo que tendr�a
cinco d�as libres. No ten�a ning�n plan, pero tampoco me preocupaba demasiado,
porque realmente lo �nico que me apetec�a hacer, era quedarme en casa, tirada en
el sill�n, viendo pasar el tiempo.
Al salir del trabajo el viernes, pas� por delante de un cine,
y decid� meterme a ver una pel�cula de esas con muchos disparos y poca
imaginaci�n, donde apareciesen los t�picos t�os cachas. Acab� qued�ndome
dormida. De repente not� que e estaban tocando el hombro y despert�.
-Dormilona, �No te gust� la pel�cula?-Se trataba de mi amiga
Tania, una de las m�s cercanas, aunque en los �ltimos tiempos hab�amos perdido
el contacto.
-No demasiado, sal� de trabajar y me dio por entrar a verla.
-Yo tambi�n vine sola, �Vamos a tomar algo?, Que hace mucho
que no nos vemos y tendr�s muchas cosas que contarme.
-Muy bien, no tengo ninguna prisa, y me alegro much�simo de
verte.
-Y yo, a ver que te crees-con este cometario de Tania nos dio
por re�rnos.
Caminamos un poco y nos metimos en un restaurante de comida
r�pida, a las dos nos apetec�a algo de comida basura. (No, no nos metimos en ese
que se est�n imaginando). All� estuvimos charlando, poni�ndonos al d�a hasta que
surgi� el tema de los planes para el largo puente.
-Pues Tania, yo no pensaba hacer nada.
-Venga Gloria, deber�amos aprovechar para hacer algo juntas,
que al paso que vamos acabaremos siendo unas desconocidas.
-Bueno desconocida, �Qu� propones?
-Vale, mujer extra�a, pues estaba pensando en alquilar un
apartamento en la costa, pues aunque hace fr�o en esta �poca, hay mucha marcha y
podr�amos pasarlo muy bien. Adem�s, no hay mucha ocupaci�n, por lo que los
precios estar�n tirados.
-Ay Tania, como te conozco, t� lo que quieres es probar
suerte con los extranjeros, jaja.
-Jaja, si, pero bueno, t� tambi�n puedes probar, Glori, que
ganas seguro que no te faltan.
Tras otro ratito en el que las bromas fueron las
protagonistas, decidimos irnos para al d�a siguiente vernos temprano, y tirar de
gu�a telef�nica en busca de alg�n apartamento libre. Tuvimos suerte, al tercer
intento dimos con uno que estaba cerca de la playa, y por lo tanto de la zona de
marcha. Cargamos las cosas en el coche de Tania, y pusimos rumbo a un fin de
semana de fiesta.
Una vez all�, tras el coqueteo de Tania con el recepcionista,
cogimos la llave y subimos a la habitaci�n. No era muy grande, dos camas, una
cocina peque�a, separada del sal�n por una barra. En el sal�n hab�a un sof� que
ten�a pinta de ser muy inc�modo, en el centro hab�a una mesita. El ba�o era
amplio y todo estaba muy limpio. Despu�s de colocar nuestras cosas por all�,
fuimos a dar a un paseo para ir palpando el ambiente de aquel lugar. Hab�a mucha
gente joven, por donde pas�bamos not�bamos el girar de las cabezas,
dirigi�ndonos miradas llenas de deseo. Debo reconocer que la mayor�a, por no
decir todas las atenciones, las recib�a Tania. Ella es una mujer alta, rubia,
pecosa, con una l�nea envidiable y unos atributos m�s que generosos.
Los dos primeros d�as pasaron volando, siempre con la misma
rutina, playa antes de comer, que era cuando �nico calentaba el sol, almuerzo,
siesta, y a la noche nos �bamos por los pubs de la zona. All� coquete�bamos,
bail�bamos con quien nos lo propusiese, pero no lleg�bamos a m�s que a alg�n
roce de erectos miembros con mi vientre. Ninguno de los que encontr�bamos all�
nos atra�a lo suficiente. O estaban muy borrachos, muy sudados, muy lanzados, o
simplemente, no nos gustaban. As� que siempre acab�bamos riendo entre nosotras,
pas�ndolo en grande, como cuando �ramos peque�as.
La noche del lunes, solamente dimos un paseo, sin llegar a
entrar en ning�n local, por lo que volvimos al apartamento con nuestros
atrevidos trajes de noche, y nuestras atrevidas risas.
-Desde luego Gloria, nos vamos a ir de aqu� sin montarnos una
bacanal-sali� esta frase entre la carcajada de Tania.
-Si, si, bacanal, y a m� me dejar�s las sobras, �No?, que hay
que ver como te miran.
-No te quejes, que t� tambi�n tienes lo tuyo.
-Si, claro, despu�s de que t� pases de ellos-ahora la
carcajada fue m�a. En ese momento, Tania hizo algo que me sorprendi� por
completo. Yo estaba de espalda, y ella me agarr� una de las nalgas con fuerza.
-Con ese culito que tienes, a ver quien no se iba a fijar en
ti.
-Desvergonzada, jaja, ser�s�-d�ndome la vuelta, agarr� el
suyo por completo con ambas manos. Yo hasta ese momento lo hab�a tomado todo de
broma.
-Jajaja, Gloria, veo que t� no te quedas atr�s-y de repente
me plant� un beso en los labios, que en un primer momento rechac�. Tania se
qued� mir�ndome un instante, y volvi� a intentarlo, esta vez, simplemente me
qued� quieta, a la expectativa.
Estaba sorprendida, no me esperaba eso de Tania, ni Tania de
m�. Nunca me hab�a fijado en una mujer, pero ahora estaba excitada, delante de
m� s�lo ve�a otro ser humano deseoso de sexo, �Qu� importaba que fuera otra
mujer?, adem�s, era mi amiga y le ten�a un gran cari�o, as� que, �Por qu� no
disfrutar del sexo con ella, si en ese momento a las dos nos apetec�a?
Superada esa barrera inicial, comenzamos a sobarnos de forma
desesperada, Tania me apretaba las tetas, se com�a lo que encontraba por medio.
Yo por mi parte, hac�a lo que pod�a, ella llevaba el ritmo, aunque poco a poco
fui solt�ndome y tomando protagonismo. Fuimos avanzando hasta el dormitorio,
cuando llegamos al mismo, s�lo quedaban nuestras braguitas en su sitio, pero no
duraron ah� mucho tiempo.
Cuando estuvimos completamente desnudas, nos tumbamos en una
de las camas y seguimos con los besos y las caricias, que ya llegaban a nuestras
zonas m�s �ntimas. Poco despu�s, Tania se coloc� encima de m�, quedando nuestros
muslos en contacto con el sexo de la otra, comenzamos a movernos
desesperadamente, al tiempo que nos bes�bamos, o nos �bamos aferrando una a los
pechos de la otra. Logramos encadenar una serie de orgasmos, ya que cuando una
llegaba, segu�amos hasta que la otra lo lograse. As� estuvimos hasta que ca�mos
rendidas por el agotamiento.
A la ma�ana del d�a siguiente, martes, hablamos de lo
sucedido.
-Tania, lo de anoche fue genial, pero tengo que reconocer que
nunca se me hab�a pasado por la cabeza.
-Bueno Gloria, yo llevaba alg�n tiempo queriendo probar, pero
te juro que no te propuse lo del puente pensando en esto. Lo cierto es que antes
de ayer, cuando bailamos juntas, me excite much�simo, y anoche decid� lanzarme.
-Te lo agradezco, yo no lo habr�a hecho en la vida, y me lo
habr�a perdido.
-Gracias a ti, pens� que te enfadar�as.
-Me cogi� de sorpresa, sobre todo al principio, pero s�lo
eso.
Tanto el martes como el mi�rcoles, d�a en que ten�amos que
regresar, los dedicamos a disfrutar de nuestros cuerpos. Probamos el sexo oral
con una mujer, hicimos el sesenta y nueve y dem�s pr�cticas l�sbicas que se nos
ocurrieron. Tan s�lo salimos del apartamento para comprar algo de comer, y
darnos un salto por un sex shop, donde compramos algunos juguetitos interesantes
que hicieron nuestras pr�cticas m�s amenas.
Una vez en nuestra ciudad, seguimos con nuestra relaci�n de
amistad, aunque cada cierto tiempo d�bamos rienda suelta a la lujuria. Poco
tiempo despu�s, ella empez� a salir con un chico, por lo que nuestros encuentros
fueron espaci�ndose en el tiempo, aunque nunca llegaron a desaparecer.
Pactamos que una vez cada cierto tiempo, pasar�amos un fin de
semana en la costa las dos solas, y no precisamente para tomar el sol. Quer�amos
tener un lugar tranquilo, donde poder pasar horas sin preocuparnos por el tiempo
de nuestros encuentros.
Por mi parte, estaba muy contenta, segu�a descubriendo v�as
para el placer, y este cada vez iba a m�s. Ya quedaba bastante poco de aquella
chiquilla t�mida que se emocionaba con una rosa.
Continuar�.