Relato: Lara (1) Lara (I)
Hola, amigos de esta p�gina. Ante todo, me gustar�a
presentarme: me llamo Lara, tengo 32 a�os y, aunque exteriormente no lo parezca,
no soy una "chica" corriente (supongo que me habr�is entendido). Vivo en
Barcelona, aunque soy de un pueblo de la Castilla profunda en la cual ciertas
cosas todav�a o no est�n bien vistas, o bien no son admitidas, como es mi caso.
Mi afici�n por lo femenino viene desde que era peque�o: me gustaba ponerme la
ropa interior de mi madre o de mis t�as, as� como sus bikinis y ba�adores e
incluso, a veces, me encerraba en el cuarto de ba�o con la t�pica excusa a
probarme esa ropa que a m� me encantaba, sobre todo los conjuntos y braguitas de
mi t�a Marcela, dado que viajaba mucho a Madrid, y la ten�a bastante bonita y
sofisticada: encajes, trasparencias, etc, y que le sentaba divinamente a sus
(entonces) treinta y tantos, teniendo fama para todo el resto de la familia de
ser un pel�n "golfa" (A�n hoy es la �nica que mantiene bastante contacto conmigo
despu�s de mi cambio, y voy a verla a menudo o viene ella a verme a m�).
Despu�s de terminar los estudios en el pueblo, march� a la
capital a cursar mis estudios universitarios y, all�, dado que estudiaba de
tarde y trabajaba de noche en una pizzer�a, no s�lo no gastaba demasiado, sino
que pod�a hasta ahorrar, cosa que me vino bastante bien cuando decid� dar un
paso m�s y alquilar un peque�o estudio. Era all� donde guardaba mi ropa de mujer
y donde me trasformaba por las noches. Me depil� todo el cuerpo ya que, por mi
afici�n a la bicicleta, daba el pego perfectamente y todav�a hoy voy as�, tan
s�lo un peque�o mech�n en el pubis.
En una de estas noches que estaba un poco m�s aclarado con
los estudios, ya que era mi �ltimo a�o, decid� salir a tomar una copa a alguno
de los locales que hab�a en la ciudad, y all� conoc� a Corina, una hermosa
hembra con una preciosa "sorpresa" la cual, tras una fant�stica noche de sexo
(de la cual ya os mandar� el relato), no s�lo me anim� a dar el paso, sino que
me ayud� y aconsej� y, al enterarse despu�s de que me hab�an ofertado un trabajo
en Barcelona, me dio varias direcciones de amigas de ella, con las cuales tengo
bastante contacto, debiendo aclarar que no se dedican a la prostituci�n ni nada
por el estilo, sino que viven en el margen (como yo) de los dos sexos.
Al llegar a Barcelona y encontrar un bonito piso para vivir
en una zona relativamente c�ntrica, dado que el sueldo que cobraba me lo
permit�a, y despu�s de llevar un a�o trabajando, comenc� mi trasformaci�n,
solicitando una excedencia en la empresa que me fue concedida sin excesivas
preguntas, prometiendo guardarme el puesto (cosa que hicieron). Cuando volv� a
la empresa, yo ya no era aquel t�mido chico de provincias que hab�a llegado
hac�a un tiempo, sino una preciosa mujer, alta, pelo largo y lacio casta�o
claro, unos preciosos pechos y un culete resping�n, dadas mis largas piernas,
que provocaron alguna que otra mirada de deseo de compa�eros (como es t�pico,
�stos no se hab�an apercibido todav�a de qui�n hab�a vuelto, cosa que no pas�
con la mayor�a de las compa�eras). Al volver tem� el rechazo, cosa que,
sorprendi�ndome gratamente, no ocurri�, encontrando un apoyo que realmente no
esperaba, siendo �ste mayoritario por parte de ellas, que me recibieron como a
una igual, y aqu� es donde empieza mi historia.
En la empresa hab�a trabajando una chica, Nuri, la cual
parec�a que viv�a en otro planeta, no por aislamiento propio o provocado, sino
que era muy independiente. Era, y es, una hermosa muchacha: aproximadamente
1�70, rubia natural, ojos verdes, delgada (fruto de las muchas horas de
"fitness" que practicaba), bonitas tetas y mejor culo, en fin, un bomb�n. Era
todo un caprichito, y sufr�a frecuentes acosos (aunque sin salirse de un l�mite)
por parte de algunos compa�eros, rechaz�ndolos al estar saliendo con un guapo
chico del cual ya os hablar�. Por mi parte, yo notaba que entre ella y yo
parec�a que no hab�a excesiva qu�mica (laboral, me refiero): contestaciones a
rega�adientes, miradas altivas, etc, cosa que me llevaron a preguntarme qu�
podr�a haberle hecho yo, sobre todo teniendo en cuenta que, habiendo llegado
ella a la empresa despu�s de mi vuelta, le ofrec� inmediatamente mi amistad y
apoyo en lo que necesitase. Llegu� a la conclusi�n de que ella sabr�a porqu�
estaba as� y a que no merec�a la pena calentarme m�s la cabeza. Pens� que hab�a
mejor gente en el trabajo.
El detonante de la situaci�n lleg� una noche en la cual la
directiva, tras haber conseguido realizar una buena operaci�n, y reconociendo
que mucha parte del m�rito era nuestro, decidi� agasajarnos con una cena en un
buen y lujoso restaurante de esta capital, a la cual asisti� la pr�ctica
totalidad de la plantilla, faltando muy poca gente y por razones de peso. Para
la ocasi�n eleg� unos zapatos negros de tac�n de aguja, un sexy conjunto de
sujetador, tanga y liguero de color azul noche, casi totalmente de blonda, unas
medias negras, y un elegante vestido de fiesta largo, de color rojo que
estilizaba mi ya de por s� mi esbelta figura. Durante la cena, al estar yo
sentada entre Manuel e Ignacio, dos de los compa�eros m�s "caras" y a la vez
mejores personas, no paraba de notar una mirada de rabia y odio por parte de
Nuri, la cual estaba sentada en el otro extremo de la mesa y ve�a perfectamente
todo lo que pasaba en el lado en que yo me encontraba. Cre� entender unos
ciertos celos, ya que estos dos compa�eros no paraban de agasajarme, pero lo
descart� enseguida por sus frecuentes alusiones a su novio y a los educados
rechazos que hab�a efectuado por tal motivo. Como anteriormente, decid� no darle
m�s vueltas, procurando disfrutar de la velada lo m�ximo posible.
Despu�s de la cena, decidimos ir a tomar una copa todos
juntos, excus�ndose sobre todo las parejas, qued�ndonos lo que entre bromas
llam�bamos el "n�cleo duro", los t�picos de juntarnos bastante a menudo al
objeto de una comida, un fin de semana, o una juerga porque s�. Tras tomar
varias copas por los pubs del centro y "Port Ol�mpic", decidimos ir de
discoteca. Segu�a notando esa mirada por parte de Nuri pero, ya que yo me hab�a
tomado un par de copas, ya no le daba importancia, disfrutando de la noche,
bailando con casi todo el grupo, teniendo hasta peque�os "flirteos" (sin ninguna
segunda intenci�n, m�s que nada las t�picas bromas) con compa�eros y compa�eras.
En fin, que la noche iba sobre ruedas.
En un momento dado de la noche me excus� para ir al servicio.
Hab�a terminado y estaba en el tocador retoc�ndome el maquillaje, cuando not�
una presencia a mi espalda y una voz que, en tono resentido, me dec�a:
- Muy bien, s� se�or. Muy bonito. Ya est� en acci�n la t�pica
protagonista.
Me volv�, en un principio un tanto asustada, pero me
tranquilic� un tanto al ver que era Nuri. Al o�r lo que ella me hab�a dicho, y
pasada la sorpresa inicial, pens� que por fin se iban a destapar las cartas.
Hab�a llegado la hora de la verdad as� que, aparentando no inmutarme lo m�s
m�nimo, m�s que nada por aparentar seguir manteniendo la distancia que ella
hab�a puesto entre nosotras, e intentando mantener un di�logo intrascendente,
simplemente le contest�:
- Ah, eres t�, Nuri.
- "Eres t�, Nuri", "B�a b�a" � en un tono burl�n que dejaba
ver un evidente desaf�o. � S�, soy yo. �Sorprendida
- Ni lo m�s m�nimo. Simplemente no te hab�a o�do entrar y no
te hab�a visto.
- �Con qu� no me hab�as visto? De eso ya me hab�a percatado.
Eres tal cual yo me imaginaba: una calientapollas insensible.
Aquel comentario me sorprendi� y me disgust� enormemente: me
hab�an llamado insensible cuando en mi vida me hab�a tocado sufrir bastante y,
ahora que pod�a, intentaba ser feliz. Sin embargo, lo de calientapollas lo
ignor�, mayormente porque en el fondo de mi ser sab�a que no lo era.
- �Con que una calientapollas y una insensible, no? �En qu�
te basas para decir eso?
- �En qu� me baso? S�lo hay que mirarte. Ropa marcona, un
estilo un tanto peculiar y, lo que m�s me revienta de ti, �ESE TONTEO CON LOS
COMPA�EROS! Parece que est�s hecha por naturaleza para el flirteo.
Se suele decir que hay veces en que si se habla, se pone el
pan por las nubes, y Nuri aquella noche lo estaba poniendo a precio de caviar.
Volvi� a la carga, pero esta vez con un ataque directo, sin contemplaciones, que
termin� de dejarme anonadada.
- Vaya un put�n que est�s hecha. Siempre a ver que puedes
cazar, sin darte cuenta de que hay gente que siente algo por ti de verdad.
- No te entiendo, Nuri. �Qu� quieres decir? Yo no creo que
sea tan pendona como t� dices.
- �Vaya!, ahora encima se hace la tonta. Esto ya es el colmo.
Me parece que lo voy a tener que hacer claramente, porque si no no me voy a
atrever.
Y diciendo esto, y antes de que yo tuviese tiempo de hacer
nada, se acerc� a m�, d�ndome un fugaz beso en los labios. "�Ostia!, as� que es
eso, que le gusto!", pens� sorprendida. Sin embargo, no pude pensar demasiado ya
que, aprovechando mi momento de confusi�n, se acerc� a m� otra vez, me cogi�
suavemente del cuello y volvi� a besarme con una diferencia respecto a la vez
anterior: si antes hab�a sido un leve roce, ahora era un intento de morreo en
toda regla, intentando introducir su lengua en mi boca. Vencida ya mi
resistencia, y dado que la verdad es que a mi ella tampoco me result�
indiferente, me dej� hacer, correspondi�ndola yo tambi�n, dando lugar a un
combate de lenguas en nuestras bocas, sintiendo como nuestras salivas pasaban de
una boca a otra, llegando Nuri a meterme la lengua casi hasta la garganta.
Besaba apasionadamente, impulsada por un deseo incontenible. Se junt� m�s a m�,
pegando su cuerpo al m�o. Notaba el roce de nuestros pechos, mientras una de sus
manos jugaba con uno de ellos y la otra hab�a bajado, primero hasta mis caderas,
despu�s hasta mi culo. Mis manos tampoco se estaban quietas, recorriendo el
lateral de su cuerpo y, meti�ndose por debajo de su vestido por la abertura,
acariciando tambi�n sus caderas, y contemplando at�nita que no llevaba ropa
interior, tan s�lo las medias.
Se retir� un instante de mi y, cogi�ndome de la mano, me
llev� con ella hasta un reservado, donde se mostr� todav�a m�s lanzada. Volvimos
a besarnos apasionadamente, acarici�ndome los pechos por encima del vestido,
mientras su boca recorr�a mis ojos, mis orejas, mi cuello descubierto,
provoc�ndome escalofr�os de placer. Ella llevaba la iniciativa totalmente, como
demostr� al bajarme los tirantes del vestido y, sacando mis pechos de las
cazoletas del sujetador, empez� a bes�rmelos, provocando que mis pezones se
erizasen. En ese momento, Natalia no exist�a, no estaba en este mundo. Solamente
me importaba disfrutar de las caricias de Nuri. Est�bamos ensimismadas cuando
escuchamos el ruido de la puerta al cerrarse bruscamente, entrando un grupo de
chicas, por lo que decidimos volver con el grupo. Salimos con un tiempo entre
las dos, para no mostrar lo que hab�a ocurrido, entreteni�ndonos a retocarnos
los maquillajes. Volvimos al lugar donde se encontraban los compa�eros y, al ver
que ambas volv�amos sonriendo, Marta me pregunt�,
- Parece que hab�is hecho las paces las dos, �no?
- Bueno, � contest� � podr�amos decirlo as�. Al parecer todo
era un tonto malentendido. Hemos estado hablando y se han aclarado las cosas.
Simplemente eso.
- Ya lo veo. La verdad es que me ten�ais mosqueada las dos.
Me considero amiga de ambas y, la verdad, me molestaba estar en medio de una,
digamos, batalla encubierta.
- No te preocupes � contest� mirando disimuladamente a Nuri,
la cual, al ver que yo miraba, mirando hacia otro lugar, se contoneaba
sensualmente.
Al cabo de un rato Nuri se acerc� a nosotras, pasando un rato hablando
distendidamente hasta que, debido a la hora, decidimos marcharnos. Al d�a
siguiente no ten�amos que trabajar, nos hab�an dado fiesta, pero se notaba el
cansancio. Al salir, y con la excusa de que me pillaba de camino para dejar a
Nuri en su casa, ella decidi� venirse en mi coche, dirigi�ndonos en realidad a
mi casa. Apenas hablamos durante el camino, simplemente �bamos fumando un
cigarrillo, con las ventanillas abiertas, sin prisas, disfrutando de la c�lida
noche barcelonesa. Notaba una cierta magia en el ambiente, hasta que el encanto
se rompi� levemente al llegar al bloque donde viv�a y meter el coche en el
garaje. Al coger el ascensor y cerrarse las puertas volvimos a besarnos
apasionadamente, notando de golpe como el ascensor se deten�a. Al parecer
alguien hab�a pulsado el bot�n de llamada antes que yo. Era una pareja. Paramos
y empezamos a charlar disimuladamente de que si ella ten�a algo que recoger de
mi casa. Nos consum�a la impaciencia, ya que parec�a que la pareja no se iba a
bajar nunca, cosa que hicieron un piso por debajo del m�o. Al bajarnos del
ascensor, y mientras abr�a la puerta, Nuri me abraz� por detr�s, volviendo a
besarme el cuello y la nuca, lo que provoc� que casi no pudiera abrir la puerta.
Entramos, y al cerrar la puerta, volvimos a besarnos casi con furia, con un
deseo incontrolable, mientras nos acarici�bamos. Pasamos al sal�n, coment�ndome
ella que lo ten�a muy acogedor. Le ofrec� una copa, que acept�, sent�ndonos a
continuaci�n en el sof�. Mientras habl�bamos, notaba sus ojazos fijos en los
m�os. De repente, ella solt� la copa, y acerc�ndose a m�, me volvi� a coger del
cuello, bes�ndome nuevamente, esta vez con m�s delicadeza. Respond� a sus besos,
mientras nuestras manos no se estaban quietas. Mi mano le acariciaba sus
piernas, recorriendo el interior de sus muslos, hasta que llegu� a su
entrepierna. Con agradable sorpresa comprob� que ten�a el sexo completamente
afeitado, con tan s�lo (como yo) una peque�a pelusa cuidadosamente recortada.
Ese detalle me volvi� loca. Se notaba suave. Mientras, ella no se estaba quieta,
deshaci�ndome el recogido de mi cabello. Me baj� los tirantes del vestido y,
desabrochando el sujetador, dej� mis pechos al aire, amas�ndolos y bes�ndolos,
recorriendo con su lengua uno de mis pezones, mientras su otra mano pellizcaba
el otro, acarici�ndome el vientre de tanto en tanto.
De repente, ella se levant� y, poni�ndose de espaldas a m�,
se empez� a quitar el vestido, de una manera como s�lo podr�a hacerlo una
bailarina profesional. Al desprenderse del vestido y quedar completamente
desnuda, se volvi� hacia m�, tap�ndose con un brazo los pechos con una mano y
con la otra su sexo. Ten�a un cuerpo precioso, bien formado. Qued� de rodillas
ante m�, acerc�ndose como una gatita, con su culo ligeramente levantado y la
espalda arqueada, pasando la punta de su lengua por sus labios. Al pegarse a m�,
volvi� a besar la parte de mi cuerpo que quedaba al aire. Al tomar conciencia de
la situaci�n, me levant�, quedando cerca del mueble bar de espaldas a ella. �La
explicaci�n? Ten�a miedo, miedo de que ella estaba cerca de descubrir mmi
secreto, de que se rompiera la magia que hab�a en el ambiente. Sorprendida, ella
qued� en el suelo, notando como me miraba fijamente. Se levant�, y acerc�ndose a
m� por detr�s, tan s�lo me pregunt�,
- �Qu� te ocurre? �Por qu� te has levantado de esa manera?
�Es que te arrepientes de lo que ocurre?
- No es eso, Nuri. Es algo que...., en fin, que es dif�cil de
explicar.
- �De qu� se trata? Venga, no seas tonta y d�melo.
- No cari�o, no puedo dec�rtelo. Tengo miedo de que algo no
te guste y esto se rompa.
- �Miedo t�? Venga ya.
Mientras tanto su mano no se estaba quieta, recorriendo con
su u�a mi espalda, volviendo a provocarme escalofr�os. Por detr�s como estaba,
termin� de quitarme el vestido, haciendo que �ste cayera a mis pies. Recorriendo
lo que pod�a de mis piernas, solt� las tiras del liguero, desabroch�ndolo y
dej�ndome solo con las medias y el tanga. Se peg� a m�, notando como clavaba sus
pezones en mi espalda, recorriendo con sus manos mi vientre. Cuando yo notaba
que su mano se acercaba demasiado a mi entrepierna, se la apartaba, procurando
que fuese de la manera m�s suave posible. Sin embargo ella persist�a hasta que,
aprovechando un descuido por mi parte, me baj� de un tir�n el tanga, quedando
tan desnuda como ella. Instintivamente, mi mano fue a tapar mi "cosita", al
objeto de que no pudiese tocarla, hasta que, de golpe, me volvi� hacia ella.
Decid� no esconderme m�s. Al descubrir el motivo por el que yo me tapaba tanto,
vi como sus ojos se abr�an como platos. Cerr� los ojos. S�lo escuch� un �Ah! de
sorpresa por su parte. Tem� que ella se levantase, se vistiera y se fuese. Sin
embargo, no ocurri� tal cosa. De golpe, not� como su mano acariciaba con
delicadeza mi peque�o pene. O� como dec�a,
- Vaya, vaya. �As� que �ste es tu "secreto"?
Abriendo los ojos y mir�ndola, tan s�lo acert� a contestarle,
- �Mi secreto?
- S�, no te hagas la despistada. Sab�a que escond�as algo,
pero no me imaginaba en absoluto que fuese algo as�. La verdad es que no
aparentas en absoluto ser en realidad un hombre.
- �Qu� sab�as exactamente? O mejor a�n, �qu� te imaginabas?
- Muy sencillo. Ver�s, desde que empec� a trabajar en la
empresa, y no s� porqu� ya que a m� nunca me han atra�do las mujeres, pero
inmediatamente me fij� en ti, me gustaste. Llegu� a sorprenderme mirando como
hipnotizada el balanceo de tus caderas cuando pasabas cerca de m�. Un d�a,
mientras tom�bamos un caf� en la cafeter�a Roser, Mar�a del Mar y yo, pasaste
por al lado. Llevabas un pantal�n crema, una blusa negra, casi trasparente,
dejando entrever un sujetador negro, y me qued� embobada mir�ndote, sobre todo
tu hermoso y bien formado culo. Mar� del Mar me sac� de mi embeleso dici�ndome,
- "�Qu� pasa, Nuri? �Has visto algo es especial?"
- "No, nada" � contest� ruboriz�ndome � "Simplemente me he
quedado mirando al vac�o".
- "�Al vac�o? �O es que ahora se llama as� el trasero de
Lara?"
- No sab�a qu� contestar.
- "La verdad es que est� bien, pero no miraba eso. Ya te
digo, s�lo al vac�o".
- "No disimules. �Recuerdas que te sientas a un par de mesas
de m�? La verdad es que tiene un tipazo, de lo mejorcito de la oficina, por no
decir lo mejor, pero..."
- "�Pero qu�?"
- "No, nada. No s� lo que estoy diciendo."
- "Venga ya, no seas as�. �A qu� te refieres?" � insist�.
- "Es que no te lo puedo decir. Solamente te puedo decir que
es m�s o menos un "secretillo".
- "�Un secretillo? �A qu� te refieres? Venga, d�melo por
favor".
- "Es igual, olv�dalo. Venga, term�nate el caf� y vamos.
Tenemos trabajo para terminar".
- As� lo hicimos, volviendo al trabajo. Pero aquello me dej� muy, muy intrigada.
Nunca me imagin� que pudiera ser lo que estoy viendo.
- �Y qu� opinas? � contest�.
- La verdad es que es algo incre�ble. Me est�s dando un
morbazo que no te puedes ni imaginar. Eres guap�sima, tienes un cuerpazo
incre�ble. He hablado contigo, y tienes una delicadeza de aut�ntica mujer: en tu
trato, en tu forma de hablar, de comportarte, y mmm...
Mientras hablaba, su mano no se hab�a quedado quieta, y mi
pene estaba empezando a reaccionar, alcanzando una mediana dureza, lo que
provoc� ese ronroneo en ella, a�adiendo a continuaci�n,
- ... tienes todo ello combinado con una hermosa polla que,
por lo que estoy viendo, me va a hacer disfrutar bastante. Lo mejor de los dos:
un hermoso cuerpo de mujer y una buena polla. En fin, incre�ble.
Y sin a�adir nada m�s, lanz� su cabeza hacia delante,
bes�ndola suavemente. Recorr�a toda su longitud, llegando incluso a lamer mis
peque�os test�culos. Despu�s hizo el mismo recorrido, salvo que con la lengua,
provocando que llegase a una erecci�n considerable, como pocas veces hab�a
tenido. De golpe, not� la calidez de su boca alrededor. Se la hab�a tragado casi
entera, notando su lengua alrededor de ella y, por los movimientos de su cabeza
y su agitaci�n, se notaba que le gustaba lo que estaba haciendo. Sus manos no se
estaban quietas, y ahora recorr�an los cachetes de mi culo, acariciando mis
test�culos, amas�ndolos, llegando incluso a deslizar un dedo por entre mis
nalgas, provoc�ndome un respingo de placer cuando not� que rozaba mi ano. Poco a
poco, y sin sac�rsela de la boca, fue tirando de m� para que me tumbase en el
suelo, siguiendo ella entre mis piernas. Una de sus manos segu�a atareada con mi
culo, mientras la otra sobaba mis pechos, pellizcando mis pezones, los cuales ya
se hab�an puesto duros como piedras. Sab�a como hacerme sufrir, puesto que,
cuando notaba por los movimientos de mis caderas que estaba a punto de correrme,
paraba, d�ndome besos por el vientre, lami�ndolo con su lengua, meti�ndola en mi
ombligo. Me estaba haciendo disfrutar como una posesa. Pasado un instante, par�
en seco y, levant�ndose, se tumb� a mi lado boca arriba, pidi�ndome que ahora
fuese yo la que la lamiese, cosa que hice con sumo gusto.
Me tumb� a su lado, empec� a besarla en los labios, las
orejas, como ella me hab�a hecho a m�, hasta que empec� a bajar, recorriendo su
cuello, hasta que llegu� a sus pechos, los cuales se notaban hinchados de
excitaci�n, recorri�ndolos con mi lengua, mordisqueando suavemente sus pezones,
lo que provocaba que ella arquease su espalda. En esa zona me entretuve un rato,
hasta que segu� bajando, entreteni�ndome en lamer su plano vientre, cosa que se
notaba que le gustaba por la leve elevaci�n de sus caderas. Segu�, esta vez por
sus piernas, bes�ndolas pr�cticamente en su totalidad, recorri�ndolas con mi
lengua, besando la cara interior de sus muslos, los pliegues que forman en las
ingles cerca de la vulva, hasta llegar a su sexo. Me gust� mucho lo que vi ya
que, como he dicho anteriormente, lo ten�a casi totalmente afeitado, al igual
que yo, pero ahora pude comprobar que su leve vello era del mismo color que su
cabello: rubio natural, y eso me encant�. Lam� su vulva, sin dejar un solo
rinc�n sin explorar, hasta que llegu� a su cl�toris, el cual bes� suavemente,
rode�ndolo con mis labios, empezando a lamerlo. Ella no paraba de gemir, y su
sexo parec�a una fuente de la cantidad de l�quido que soltaba.
M�s atrevida, decid� meterle un dedo en su vagina, sac�ndolo
y meti�ndolo, notando como sus manos rodeaban mi cabeza para que no me despegase
de su sexo. Poco a poco nos fuimos girando, hasta que quedamos en la posici�n
del "69", iniciando una comida simult�nea de nuestros sexos que nos volvi� locas
a ambas, hasta que nos corrimos casi a la vez, poni�ndome la cara y la barbilla
chorreando de sus fluidos, y notando yo c�mo inevitablemente me iba a correr,
cosa que sucedi�, acelerando ella la mamada y trag�ndose toda mi leche, sin
dejar escapar una sola gota. Cuando nos corrimos las dos, descansamos un
instante y, de repente, se gir� sobre m� y volvimos a besarnos apasionadamente,
sin parar de repetir ella que hab�a tenido un orgasmo incre�ble, d�ndome las
gracias. Mientras, sus manos no se hab�an estado quietas, y segu�a acarici�ndome
todo mi cuerpo, mis pechos, mi pene, con lo que logr� que volviese a ponerse
derecho como un palo, sobre el cual, y sin previo aviso, se ensart�, iniciando
una cabalgada salvaje hasta que nos volvimos a correr las dos, corri�ndome
dentro de su vagina, y notando como sus flujos me pon�an chorreando, mientras no
par�bamos de besarnos y ella segu�a agradeci�ndome lo que hab�a pasado. Nos
quedamos dormidas as�, abrazadas, hasta la ma�ana siguiente. Nos despertamos y
volvimos a hacer el amor, primero en la ducha y despu�s otra vez en la cama.
Despu�s la llev� a su casa. Desde entonces, nos hemos visto muchas veces, y
hemos llegado a meter a su novio en nuestros juegos, descubriendo �l su faceta
bisexual.
Espero que os haya gustado mi historia, la cual continuar� en
sucesivos relatos. Besos a todos los lectores y lectoras de esta p�gina.-
Si me quer�is escribir, mi direcci�n es:
Autor: Laracd
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .
Número de votos: 2
Media de votos: 10.00
Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta
Relato: Lara (1)
Leida: 694veces
Tiempo de lectura: 15minuto/s
|