Relato: La salidera



Relato: La salidera

La Salidera


Mr JOPI (
[email protected]
)



Est�bamos de veraneo con mi familia disfrutando de las
c�lidas playas. Ese a�o, nos encontramos con una pareja amiga y charlamos
largamente en la playa.


Un d�a, en una conversaci�n surgi� la idea de ir a un casino
muy cercano que hab�amos visto en la ruta de ingreso a la ciudad. Ambos ten�amos
el mismo inconveniente: los ni�os. Por eso es que acordamos ayudarnos mutuamente
y as� poder disponer de una noche de esparcimiento cada uno en pareja. Arrojamos
una moneda y salieron favorecidos nuestros amigos. Esa noche, ellos salieron y
nosotros nos quedamos cuidando los ni�os nuestros y de ellos.


Al d�a siguiente, nos preparamos y vestimos como para salir a
divertirnos. La idea era comenzar en el casino y luego ir a bailar a una disco
no muy lejos de all�, y quiz�s terminar la noche en alg�n hotel. Mi esposa se
visti� radiante y sexy como pocas veces. Subimos al autom�vil y nos dirigimos al
casino. Estacion� en la amplia playa y nos metimos al edificio.


Yo hab�a apartado los U$S 200 que pensaba arriesgar esa noche
en un bolsillo y hab�a separado otros U$S 200 mas que llevaba mi esposa para los
gastos de esa noche. Ingres� al casino y cambi� U$S 150. Inmediatamente me
dirig� a una mesa de ruleta y comenc� a jugar. Cabe aclarar que mi mujer no es
muy fan�tica del juego, y por ello la pone bastante nerviosa. El juego iba
intrascendente, ganando a veces, perdiendo otras, pero conservando casi siempre
el capital inicial. De repente una racha de suerte me lleg� y casi sin pensarlo
gan� tres plenos seguidos. Mi esposa me miraba e insist�a que nos fu�ramos con
lo ganado hasta ese momento, pero yo aduc�a que no me ir�a hasta que la suerte
me abandonara. As� fue que durante diez largos minutos continu� ganando e
incrementando mis fichas hasta que comenc� a perder. All� mir� a mi esposa y
entend� que lo que hab�a ganado llegaba hasta ese momento. Junt� mis fichas y
las cambi� en la caja. Cuando me dieron el cheque no pod�a creerlo. ���Eran mas
de u$s 15000 d�lares!!!. Lamentablemente por pol�tica del casino solo extend�an
cheques al portador, por lo que lo escond� bien en mi bolsillo delantero derecho
del pantal�n y me dirig� r�pidamente al auto.


Sal� al estacionamiento e inmediatamente encontr� mi auto.
Caminamos nerviosos tomados de la mano y rebosantes de alegr�a hasta el veh�culo
y mientras yo lo abr�a, Susana mi mujer se acomodaba la cartera esperando en su
puerta. Abr� y entramos los dos.


-�D�nde vamos ahora Jos�?-


-Yo creo que tendr�amos que pasar por casa a dejar esto
seguro.- respond�


-Creo que si- confirm� ella


M�s r�pido de lo que hubiera podido notar, un par de manos
aparecieron por detr�s del asiento de Susana y pude reconocer el brillo de una
navaja al borde de su cuello.


-�Quietos y en silencio o ella se muere!- orden� alguien
desde atr�s.


-Y no se den vuelta.-


-Esta... est� bien... tranquilo... dije yo tratando de que
nada tr�gico sucediera.-


-Yo estoy tranquilo. Pero si Uds. no llegan a obedecer, los
mato.-


-�Que quer�s?


-Para comenzar quiero tus manos detr�s del asiento.-


Susana me mir� de costado y lentamente pas� sus brazos hacia
atr�s del asiento. Casi inmediatamente pude escuchar el caracter�stico click de
las esposas al cerrarse. Volv� a mirar a mi esposa y pude confirmar en su rostro
sorprendido que efectivamente estaba esposada detr�s del respaldo.


-Ahora, para que mis amigos en la camioneta no vengan a
liquidarlos, hac� un doble destello con las luces de stop.-


Por dos segundos dud�, pero finalmente acced� y d� la se�al.


-Bien, ya la vieron. Ahora la camioneta comenzar� a moverse y
vos la vas a seguir si no quieres que lastime a tu linda esposa.-


Sin alternativa puse en marcha el autom�vil y segu� a la
camioneta a una distancia prudencial. Ibamos r�pido pero sin rebasar el limite
de velocidad. Pronto pasamos el �nico puesto de vigilancia policial de la zona y
para mi desgracia el guampudo del guardia estaba dormido dentro del patrullero.
No atin� a hacer nada y pronto vi con tristeza como se alejaba por el espejo
retrovisor sin remedio. La camioneta que iba adelante, y parec�a conocer la
zona. Inmediatamente que pasamos el puesto comenz� a acelerar y alejarse de
nosotros.


-No la pierdas... la vida de ella depende de que la tenga a
la vista.- amenaz� el hombre


Ya metido en el problema apret� el acelerador y pronto
llegamos a los 150Km/h. Por mas de larga media hora recorrimos la ruta desierta
y ya comenzaba a temer por nuestras vidas.


-�D�nde vamos? - me atrev� a preguntar.


-No te interesa. Por mas que te lo dijera no significar�a
nada para vos. Ten� paciencia que ya estamos por llegar.-


Con la vista puesta en el veh�culo delante nuestro, no tuve
tiempo de pensar la gravedad de lo que me acababan de decir. En esos minutos, vi
la luz de giro de nuestro veh�culo gu�a se�alando a la derecha y mientras que
aminoraba la marcha se internaba en un camino de tierra. Segu� el mismo camino y
trat� de no perder las luces de la camioneta en el polvo. Por fin, unos 5 Km.
mas adentro la camioneta se detuvo.


-Apag� las luces del auto y encend� las de la cabina.- orden�
el hombre


Alejado de todo y sin saber cuantos eran ni donde estaban los
que conduc�an el veh�culo obedec�. Pronto los alrededores se hicieron mas
oscuros que antes y no pudimos ver mas all� de nuestras narices.


-Dame tus manos atr�s del asiento.- me ordenaron


-Por favor, no nos maten... les daremos todo lo que
quieran...- lloraba Susana


-No se preocupen. No los vamos a matar, pero estoy seguro que
nos dar�n todo lo que queramos.- dijo con voz calma


Instintivamente alc� la vista al espejo retrovisor con la
esperanza de ver el rostro de nuestro atacante, pero para mi sorpresa vi que
llevaba puesta una mascara de goma con la cara de Fidel Castro.


Unas sombras mas se acercaron al auto del lado derecho y
pronto la puerta de Susana fue abierta. Con rapidez Fidel le sac� las esposas
mientras que un hombre con mascara de Jimmy Carter la tomaba del brazo y la
sacaba del auto


-���Jos� !!! ��Ayudame!! - gritaba ella


-Ten� calma y hac� lo que te pidan, no podemos hacer nada
mas.- le respond� abatido


Mientras a Susana se la llevaban Carter y Clinton, otro
hombre con la mascara de Lincoln se me sentaba al lado.


-Bueno... finalmente estamos aqu�.-


-�Qu� quieren de nosotros?-


-Comencemos por el dinero. Dame lo que tengas encima.-


Mi coraz�n se encogi� de rabia al pensar en todas las cosas
que no podr�amos hacer si me quitaban el cheque. Se�al� con la vista y le
indiqu� al hombre que buscara en el bolsillo de mi saco. El meti� su mano en el
bolsillo y sac� los U$S 50 que me quedaban de cambio.


-No tengo mas que esto... perdimos todo en el casino... -
ment�


-�Y tu mujercita? �no tiene nada ella?-


-Ahh... si, ella tiene algo mas de dinero para la disco donde
�bamos a ir.- dije haci�ndome el distra�do


-���Ahhh....!!! ���Noooo!!!- escuch� en la oscuridad la voz
de Susana


-��No la lastimen!!- grit�


-�Y porque nos ment�s entonces? �crees que somos tontos?-


-No, no les ment�. Por favor, -�d�nde esta ella?.-


-La vas a ver cuando nos digas la verdad. �d�nde esta?.-


-�Qu� cosa? Yo no tengo nada.-


-��El cheque!!. ��Queremos el cheque que ganaste!!.-


-Sos una basura... �vale mas el cheque que la vida de tu
esposa?.- agreg�


-No... pero por favor no la lastimen... les dar� el
cheque...- dije suplicando.


-�D�nde est�?-


-En el bolsillo derecho de mi pantal�n.-


-Bien. Tenelo un rato hasta que terminemos de divertirnos.-


Con su mano izquierda Lincoln me palme� el muslo mientras
Fidel me amordazaba fuertemente. Mov� mi cabeza pero no pude evitar la mordaza y
por mas que gritara solo los gemidos escapaban de mi boca.


-Ahora preparate para el show.- dijo Lincoln encendiendo las
luces altas del autom�vil.


Inmediatamente, se encendieron tambi�n las luces del otro
veh�culo y dos reflectores mas formando un semic�rculo. En el medio de ese
semic�rculo un bulto se mov�a debajo de una gran tela negra rodeada por cuatro
grandes estacas. Carter, Fidel, Clinton y Reagan se acercaron a cada una de las
estacas y finalmente quitaron la tela mostrando a Susana amarrada a las estacas
y sobre un colch�n en el medio de las luces.


Dentro del autom�vil, Lincoln encendi� un peque�o radio y
pude escuchar claramente la voz de Susana que imploraba que la soltaran. Mis
gritos de ira y los insultos quedaron detr�s de la mordaza. Castigando mis o�dos
pod�a escuchar el ruido del vestido de Susana al rasgarse en manos de Fidel y
Clinton. Susana ya imaginaba cual ser�a su destino y su cuerpo rebotaba contra
el colch�n tratando in�tilmente de zafarse. A lo lejos, Jos� ve�a a Susana en la
ropa interior nueva que el le hab�a regalado en su cumplea�os y que ella hab�a
pensado estrenar esa noche.



Agachados a los costados de ella, los hombres manoseaban sus
piernas, sus muslos, sus pechos y su entrepierna. Una mano tom� firmemente su
sost�n y tirando fuertemente lo arranc� por completo de su cuerpo. Los pechos de
Susana no era los de una modelo, pero con sus 92cms eran suficientes para
excitar a cualquiera. Sus delicados y rosados pezones sub�an y bajaban con la
agitada respiraci�n mientras sus pechos eran apretados por las manos de Clinton.
Susana trataba de cerrar su mente a las caricias y est�mulos de los hombres,
pero sus pezones parec�an no obedecerle.



-��Sueltenme!! ��Ayudame Jose!!.-



Mientras Clinton lam�a sus pechos suavemente, Susana sinti�
otra mano que bajaba por su vientre y se met�a debajo de su bombacha
acarici�ndole su entrepierna. Fidel, experto con sus dedos jugueteaba con sus
labios acarici�ndolos de arriba hacia abajo, enredando sus dedos con sus vellos
y acerc�ndose a su cl�toris.



-��Nooo!! ��Basta por favor!! ��Dejenme en paz!!- suplicaba
Susana



La sensaci�n era muy dulce y Susana ya no aguantaba mas. Su
cuerpo la traicionaba y comenzaba a mojar su sexo en las manos de Fidel. Su
respiraci�n se entrecortaba y sus gritos ya eran gemidos. Desde dentro del
autom�vil pude saber que Susana no aguantar�a mucho mas. Conoc�a los gemidos y
los movimientos de su cuerpo y sab�a que ella estaba al borde de un orgasmo.



Con la punta de los dedos Fidel enroll� la ultima prenda de
ropa interior de Susana hacia sus rodillas y bajando su cabeza apoy� su lengua
sobre el sexo de Susana. Las piernas abiertas a la fuerza de Susana imped�an que
la prenda bajara mas, entonces Fidel tom� la prenda con fuerza y tir� rasgando
uno de los costados y dej�ndola caer sobre la otra pierna. Con el camino libre,
Fidel acerc� su rostro a la vulva de Susana y comenz� a lamerla suavemente
calent�ndola con su aliento y metiendo su lengua entre los mojados labios.



Por el radio solo se escuchaban los gemidos entrecortados de
Susana y bajo la luz se pod�a ver contorsionarse el cuerpo de Susana tanto como
sus ataduras le permit�an. Sus muslos traspirados brillaban en el reflejo.



-Parece que a tu linda esposa le esta gustando la fiesta.-
coment� ir�nicamente Lincoln



Muy dentro m�o hubiera deseado tener las manos libres para
poder pegarle al desgraciado.



-No te enojes... considera que estas pagando un muy caro
entrenamiento sexual para tu esposa. Estoy seguro que muchas de las cosas que
tenemos preparadas te sorprender�n.-



Susana ya no se resist�a, su cuerpo jadeaba acompasadamente
mientras que sus pechos y su sexo eran una hoguera de sensaciones inevitables.
Delante de ella, Regan se bajaba los pantalones y dejaba al descubierto una
verga enorme. Me sorprendi� el tama�o del hombre y supe que ser�a mas de lo que
yo le daba a Susana, no sabia si ella podr�a soportarlo.



Mi esposa continuaba gimiendo en las caricias de los otros
hombres cuando de repente ambos se apartaron. Aun excitada Susana abri� los ojos
y vio acercarse a Regan que se arrodill� entre sus piernas. Al ver el tama�o de
la verga que se le acercaba Susana tuvo miedo.



-��Ohh cielo santo!! ��Es demasiado grande!! ��Por favor
no!!- suplicaba Susana



Regan apoy� su miembro sobre la concha de Susana y ella se
sobresalt�. Suavemente la carne se fue hundiendo dentro de ella y mientras que
sus ojos se abr�an de par en par, sus manos se crispaban sobre las cuerdas que
la sosten�an.



-Uhhh... despacio... por favor... suave.. despacio...-



Lentamente fui viendo desaparecer el macizo de carne entre
las piernas de mi esposa. Jam�s pude suponer que toda esa verga pudiera caber
dentro de ella, pero lo hizo. Cuando Regan meti� el ultimo cent�metro de su
verga Susana gimi� y su boca se abri� de par en par respirando agitada. Con su
concha abierta por el grueso miembro las piernas de Susana comenzaron a temblar
y sus gritos crec�an con los empujones de Regan.



-Uhh... Siii... mas mas mas mas mas�. Siiii mas adentro....-



Totalmente descontrolada mi esposa gritaba y aullaba de
placer mientras la verga de Regan se deslizaba brillantemente lubricada por sus
propios jugos vaginales. No pude evitar sentir una fuerte erecci�n que alzaba
mis pantalones mientras escuchaba el golpeteo de las piernas de Regan contra el
pubis de mi mujer.



-Toma puta... es todo para ti...- dijo Regan claramente
mientras miraba hacia mi


-Uhhh... ahhh... nooo... noooo�.- gemia Susana



De inmediato supe que el hombre hab�a acabado dentro del sexo
de mi mujer, y mi verga se puso mas tiesa todav�a. No pod�a entender como esa
humillante situaci�n me pudiera excitar, pero lo estaba haciendo. Luego vi salir
el enrojecido pene de Regan de dentro de ella y un hilo de gelatinoso semen un�a
la punta de su verga con los labios de mi mujer. Por fin �l se retir� y los
enrojecidos labios de Susana expuestos, abiertos y aun con rastros de semen se
vieron en su totalidad.



Con la cara de costado y sus ojos cerrados Susana respiraba
hondamente tratando de reponerse del cansador orgasmo que hab�a tenido. Poco
dur� su descanso porque casi de inmediato Carter, ya con sus pantalones fuera,
ocup� el lugar que Regan le hab�a cedido. Su tieso miembro se apoy� sobre la
concha ya abierta y casi sin esfuerzo se hundi� hasta la mitad.



-No mas por favor... ya basta.... ughhh... despacio...- gem�a
ella



Con su verga aun chorreando restos de semen, Regan se acerc�
a su boca y le orden�



-Callate y usa la boca para lo que debes. �Limpiamela!.-


-No... por favor... no quiero.-


-Hacelo o lo lamentaras.-



Con cara de miedo Susana sac� t�midamente su lengua y comenz�
a lamer los restos de semen y jugos vaginales de alrededor de la verga de Regan.
Su tarea no era f�cil, porque su respiraci�n a veces se entrecortaba por el
creciente fuego que ard�a entre sus piernas con cada arremetida de Carter y de
vez en cuando alg�n grito o gemido se escapaba de su boca. Poco a poco la piel
del miembro de Reagan fue brillando mientras ella lo limpiaba concienzudamente.



-Ahora saca la lengua que viene la mejor parte.- orden� Regan



Sin pensarlo siquiera Susana asom� toda su lengua mientras
que Regan retra�a su prepucio y apoyaba la enrojecida cabeza de su verga sobre
su lengua. Todos los restos de semen que hab�an quedado atrapados fueron
goteando sobre la h�meda lengua de Susana mientras que Regan mov�a su verga
escurri�ndola sobre ella. Mientras tanto Clinton desataba las manos de mi esposa
que inmediatamente fueron a sostener la verga de Regan. Jadeando mi esposa
pronto comenz� a mover la punta de su lengua recorriendo la brillante cabeza de
la verga y su lengua ya tenia una considerable cantidad de esperma



-Te gusta putita.... tragatelo que te har� bien.-



Sin apartar un segundo los ojos de Regan ella recogi� su
lengua y trag� el viscoso fluido. Sus ojos por momentos se cerraban tratando de
contener el placer que le ven�a de su concha.





- Apuesto a que nunca tu esposa te hizo eso- me dijo
riendo Lincoln





Era absolutamente cierto. Con asombro vi como Susana excitada
mas que nunca apoyaba sus manos libres sobre las nalgas de Carter que continuaba
cogiendosela a su antojo.





- Te la vamos a dejar mansita y con bastante mas
experiencia. Je Je Je.- agreg� Lincoln


- Mira lo que le van a ense�ar ahora...- agreg�





Mientras Susana continuaba entregada a la sabrosa cojida que
le propinaba Carter, las manos de Clinton fueron desatando sus tobillos
dej�ndola completamente libre. Lejos de reaccionar, Susana continuaba abierta de
piernas y moviendo su pelvis acompa�ando a Carter en su trabajoso vaiv�n. Carter
entonces rod� sobre si mismo dej�ndola a ella arriba. Mi esposa continuaba
cogiendoselo a Carter sent�ndose sobre el. Carter la tom� de la cintura y la
coloc� de espaldas hacia el. Casi autom�ticamente que volvi� a sentir la verga
de Carter en su concha, Susana continu� cabalg�ndolo. Sus pechos se bat�an al
ritmo de sus movimientos mientras sus muslos se tensaban con el esfuerzo.



Clinton y Regan se pararon a ambos lados de ella y mientras
ellos la levantaban de sus brazos Carter tom� su verga y la acomod� un poco mas
atr�s. Cuando los hombres bajaron a Susana, la verga de Carter qued� en la misma
puerta de su ano.



-Nooo... por favor. Por ah� nooo...- suplicaba Susana pero
sin gritar


-Relajate nena... te va a gustar.-



La cara de Susana se transform� del relajado placer en una
expresi�n de angustiante dolor que la iba recorriendo por dentro. El grito me
dio la se�al del momento en que la hab�a penetrado. Su rostro se fue
transformando mientras sent�a como la verga de Carter se met�a mas y mas dentro
de ella. Sus ojos abiertos de par en par parec�an salirse de sus orbitas como si
la verga de Carter los empujara hacia afuera. Por fin toda la verga de Carter
entr� en su ano y sus nalgas se apoyaron sobre las piernas de �l. Susana no
pod�a creer lo que tenia dentro de ella. Con sus manos, pasando por debajo de su
concha, Susana tocaba las bolas de Carter muy pegadas a sus nalgas deduciendo
que ten�a toda la verga dentro de su culo. Muy lentamente Susana fue intentando
subir haciendo fuerza con sus piernas. Sus rodillas temblaban y sus manos
traspiraban apoyadas sobre los muslos de Carter. Por fin pod�a subir, pero
cuando estuvo arriba las manos de Clinton y Regan la hicieron descender
nuevamente. De a poco se fue dando cuenta que la sensaci�n que sent�a no era
desagradable, y poco a poco la empezaba a excitar. Nuevamente comenz� a subir,
esta vez sintiendo cada detalle de la piel de la verga de Carter, cada vena o
nervio en el trayecto. Un apagado gemido de placer me confirm� que Susana no
solo hab�a aceptado su penetraci�n anal sino que estaba gozando con ella.



-Parece que a tu esposa le gusta que le hagan el culito.- ri�
Lincoln



Esta vez me qued� en silencio. Ya no pod�a luchar mas. Mi
esposa se hab�a transformado un una puta en manos de estos degenerados. Lo �nico
que deseaba era que todo esto terminara y poder darle una buena cojida a Susana.



Con sus manos apoyadas a los costados, Susana sub�a y bajaba
jugando con el miembro que la penetraba en su culo. Sus ojos entrecerrados
disfrutaban con placer la sensaci�n. Carter debajo de ella gem�a con las
caricias que su apretado ano le brindaba y sosten�a su cintura sintiendo el
esfuerzo que ella misma hacia para cogerlo. Poco a poco las manos fueron
desliz�ndose hacia sus pechos y Susana comenz� a sentir como los apretaba y
masajeaba con placer.





- Recostate sobre mi, putita... te va a gustar lo que vas
a aprender hoy.-


- Uhh... ahhh... basta ... uhhh...- gem�a ella





Acerc�ndola hacia �l, Carter la acost� sobre su pecho.
Moviendo su pelvis met�a y sacaba su verga de dentro de ella. Con sus mano
izquierda jugueteaba con sus pechos y con la derecha bajaba por su vientre hacia
su chorreante concha. Sus dedos comenzaron a masajear su sexo, abriendo sus
labios apretando suavemente su enrojecido cl�toris mientras se iban hundiendo
mas y mas en el interior de su sexo. Con los ojos cerrados Susana gem�a y se
dejaba hacer arqueando su espalda con cada sensaci�n de placer. Un momento
despu�s ella sinti� que otras dos manos recorr�an sus muslos mientras que las
manos de Carter se dedicaban a estimularle los pezones.



-Espera... espera ....- pidi�



Como si ella no hubiera hablado, Clinton sigui� avanzando y
acercando su desnudo y enorme sexo hacia su entrepierna. En la cara de Susana
hab�a una mezcla de temor y deseo que la hac�an aun mas apetecible. Con sus ojos
puestos en la gruesa herramienta de Clinton, observaba como se acercaba sin
poder evitarlo. Cuando el caliente miembro se apoy� sobre sus labios Susana
sinti� el deseo animal de que la penetrara. Poco tard� su fantas�a en llegar a
la realidad. Con su sexo muy h�medo fue cuesti�n de segundos para que la cabeza
de la verga de Clinton desapareciera dentro de su concha.



-Uuaaaaa.hhhhhhuuuuu.... uuu uuuu.... uuu.. aaahhh...-gimi�
Susana



Desde mi posici�n pod�a ver perfectamente el culo de Susana
con toda la verga de Carter dentro de ella y la punta de Clinton hundi�ndose mas
y mas. Por un momento tem� que la lastimaran, pero los jadeos cada vez mas
fuertes y mas profundos que daba no eran de dolor sino de un inevitable placer
que parec�a enloquecerla.



--ahhhhh siiii... es delicioso... si... mas ... mas .. los
dos juntos ... - gritaba enloquecida



Con sus manos alrededor de la cintura de Clinton y apretando
sus nalgas contra ella misma Susana mov�a su cadera sinti�ndose enloquecer de
placer. Sus labios abiertos y su respiraci�n agitada acompa�aban la brutal
cojida. A la luz de los autom�viles el sexo de Susana comenzaba a brillar por
los jugos que ca�an de su propio sexo. Las manos de Carter tomaban sus pechos y
los apretaban y manoseaban. Las propias manos de Susana acariciaban las nalgas
de Clinton y las manos de Carter. Con sus ojos desorbitados y un hilo de saliva
corriendole por la comisura de sus labios Susana sinti� el mas fuerte orgasmo de
su vida mientras la invad�a implacable.



-Mmmm... Parece que tu esposa esta gozando. Vamos a verla mas
de cerca..- dijo Lincoln dentro del autom�vil



R�pidamente sali� del auto y desde el costado y apunt�ndome
me quit� las esposas. Me incorpor� lentamente e inmediatamente me coloc� las
esposas otra vez. Caminando llegamos donde estaba Susana y pude ver con mas
detalle el cuerpo traspirado de ella como era penetrado y manoseado por los dos
hombres. Los gritos de ella lejos de disminuir se incrementaban, mientras los
gruesos penes la cog�an. Sus piernas totalmente abiertas temblaban con cada
vaiv�n. De repente se tom� de la espalda de Carter y pude ver en su rostro que
estaba acabando. Si, un orgasmo como nunca hab�a tenido recorr�a su cuerpo
mientras ella oprim�a los gl�teos de Clinton meti�ndolo mas dentro de ella. Casi
parado al lado de ella estaba yo delante de sus ojos. Ella gem�a, gritaba y se
contorsionaba mir�ndome a los ojos. Mi verga estaba dura como una piedra.



Un minuto despu�s escuch� gemir a Carter y supe que por
primera vez Susana estaba recibiendo una acabada de semen en su recto. Diez
segundos despu�s Clinton hacia lo mismo, tom�ndose de los pechos de Susana
empujaba fuertemente mientras le llenaba su sexo de su caliente leche. Con sus
ojos bien abiertos y su boca entreabierta de placer ella me miraba fijamente
sintiendo escurrir dentro de ella los dos hombres.



Un pensamiento me asalto de repente. Mi mujer acababa de
tener el per�odo la semana anterior!!!!!!!!. Estaba totalmente f�rtil y la
acababan de llenar de semen!!!.



-���Nooooooooooo!!!!- grit�



Lincoln al lado m�o se sonre�a viendo mi cara de
desesperaci�n y poni�ndome la mano en el hombro me hablaba al o�do.



-�Que pasa macho?- me pregunt�


-���La est�n embarazando !!!- le respond�


-Y si.... As� tienen un recuerdo.-



Mis manos peleaban por zafarse, pero el arma de Lincoln no me
dejaba muchas posibilidades de acci�n.



Exhaustos, Carter y Clinton dejaron a Susana tirada sobre el
piso y se sentaron sobre el autom�vil.



-��Uffff!!! ��Es buena la puta esta!!- dijo Carter


-Si, y bastante apretadita tambi�n.- respondi� Clinton



A la vista de todos y iluminado bajo la intensa luz, el
cuerpo de Susana brillaba por su transpiraci�n. Sus piernas abiertas mostraban
sus enrojecidos labios chorreando semen que se escurr�a por sus muslos. Con
respiraci�n profunda Susana yac�a descansando del esfuerzo de la brutal cogida
acarici�ndose su vientre con su mano derecha. Sus ojos brillaban y su tenue
sonrisa indicaban que lejos de estar dolorida estaba feliz por lo que le hab�a
sucedido.



-Ahora me toca a mi.- me dijo Lincoln


-Despu�s si quer�s te cuento.- agreg�


-��And� a la puta que te pari�!! - le contest�


-��Hey, Carter....!!!- grit� Lincoln


-Ven� un poco a cuidar a este cornudo que ahora me toca a
mi.-


-Ya voy...- dijo Carter con cara de cansado



En cuanto Carter estuvo al lado m�o me llev� al lado del
autom�vil de ellos. As� le era mas f�cil cuidarme mientras descansaba. Esposado
a la puerta estaba a escasos 3 metros de mi esposa y pod�a ver a Lincoln
acercarse mientras se iba quitando la ropa por el camino.



Lincoln era un hombre negro, mas o menos medir�a 1,90 de
altura y pesar�a unos 80Kg. Su cuerpo era robusto y sus musculosos brazos
parec�an los de un boxeador. Cuando termin� de desvestirse se dio vuelta,
seguramente para mostrarse ante mi y ver lo que le esperaba a Susana. La
oscuridad de la noche no me dejaba ver bien, pero cuando ingres� a la zona
iluminada pude ver su tremendo miembro. Tuve miedo que lastimara a Susana con
semejante cosa. Med�a como 25cms de largo y era grueso como una pelota de tenis.



Susana sinti� que la luz de los autom�viles delante de ella
era tapada por algo y abri� los ojos para mirar. Entrecerrando los ojos
encandilada por la luz ve�a la sombra de Lincoln que avanzaba.



-Ya no mas.... por favor...- ped�a con cara de suplica


-Yo no te tuve todav�a mu�equita.... o me vas a despreciar.-



Susana sab�a que no le quedaba otra alternativa. Si hab�a
sido violada por tres hombres, que importaba uno mas. Su rostro miraba detr�s de
las luces buscando el m�o. De repente, cuando Lincoln se puso al costado pudo
ver su cuerpo. Sus ojos se abrieron asustados y su cuerpo se ovill� enseguida en
reacci�n.



-Nooo... con ese pedazo de cosa nooo. Me vas a romper...-
suplicaba


-No te preocupes linda. Hasta ahora no romp� a nadie... ya
vas a ver como te estiras y entra todo.-



Lincoln ya estaba parado a los pies de ella. Se arrodill� y
comenz� a sorberle los pechos. Susana comenz� a sentir como el calor renac�a en
su cuerpo y lentamente comenz� a deslizarse hacia atr�s tratando de escapar.
Lincoln la tom� de los hombros y la acerc�.



-Miralo, conocelo as� no le tendr�s miedo.- dijo acerc�ndole
su verga a la cara



Susana con sus ojos casi bizcos miraba el interminable macizo
de carne delante de su cara, mas precisamente presionando sus labios. El
tremendo miembro de Lincoln estaba tieso y duro como una roca y presionaba su
boca buscando entrar.



-Vamos... abr� esa boca y lamelo, chupalo... vas a ver que es
calentito y jugoso.- ordeno el



Susana levant� la vista y lo mir� a los ojos. Sabia que el no
estaba bromeando. Lentamente comenz� a abrir la boca, sin embargo, por mas que
abr�a no pod�a recibir mas que la h�meda punta del enorme pene. Por fin, con sus
mand�bulas casi doloridas de la apertura sinti� que la verga resbalaba contra
sus dientes y se deslizaba por su lengua entrando en su boca.



-Eso es. Viste que no fue tan dif�cil.- dec�a el mir�ndola



El negro pedazo de carne de Lincoln contrastaba contra la
blanca carne de Susana. En los ojos de ella se ve�a el temor mientras miraba
fijamente a los ojos de Lincoln. Con su mano sobre la cabeza de mi esposa,
Lincoln comenzaba a meter y sacar su verga mientras hilos de saliva mezclados
con los jugos de la gruesa verga comenzaban a chorrear de la comisura de los
labios de ella.



-Bien... mov� un poco tu lengua, linda... eso... suave...-
decia Lincoln



Susana obedec�a cada orden con tal de no contrariar a su
violador. Un par de minutos despu�s Lincoln sac� su verga de la cara de ella.
Susana cerr� su boca y se masaje� las mand�bulas adoloridas. Las gruesas manos
de Lincoln acariciaron sus pechos y la recostaron lentamente sobre el piso.
Susana sab�a que era inevitable lo que iba a sucederle, y por un momento pens�
que no iba a poder hacerlo.



Suavemente las manos de Lincoln recorrieron sus pechos, su
vientre... acariciando sus rodillas subi� por la cara interna de sus mulsos
hasta encontrarse con sus labios vaginales. Con dulzura y con paciencia comenz�
a acariciarlos mientras Susana sent�a como se humedec�a casi instintivamente.
Sabia que iba a ser brutalmente penetrada y eso la excitaba de antemano. Los
dedos de Lincoln se deslizaban con maestr�a jugando con el sensible cl�toris
mientras Susana cerraba los ojos en �xtasis. Un par de dedos comenzaron a abrir
su sexo y ella pudo sentir como se hund�an irremediablemente, deliciosamente
dentro de ella. Sus gruesos dedos la acariciaban por fuera y por dentro y Susana
ya comenzaba a gemir de placer.



-Abr� bien tus piernas, dulce... eso es... dejate llevar por
tus mas bajos instintos. Quer�s saber que se siente cuando te llenan al
l�mite... y creeme, te va a gustar.-



Susana no respond�a, solo gem�a y se humedec�a llevada por
las caricias expertas de Lincoln. Poco a poco �l se fue poniendo en posici�n y
colocado arriba de ella apoy� su caliente verga sobre los labios abiertos del
sexo de Susana.



-Ahora mirame a los ojos mientras te la meto. As� no te
asustas tanto.- dijo Lincoln


-No por favor, es muy grande. No voy a poder.- suplicaba ella
mir�ndolo a los ojos



El primer empuj�n de Lincoln casi la hace correr de lugar
hacia arriba. La piel de los labios de Susana se estiraba mas y mas mientras el
continuaba empujando. Con su mano derecha Lincoln ayudaba acariciando y abriendo
mas el sexo de ella mientras la izquierda la sosten�a de los hombros evit�ndole
el escape. Poco a poco Susana fue sintiendo que su cuerpo se abr�a en dos
mientras la penetraban como nunca hab�a siquiera imaginado.



-Uhhh... despacio... nooo... no puedo...- se quejaba Susana



Otro fuerte empuj�n de Lincoln la hizo gritar y abrir los
ojos mientras lo tomaba de los hombros apret�ndolo. Susana sent�a como el
caliente pedazo de carne se abr�a paso por su sexo. Ya estaba adentro de ella, y
no sent�a dolor, pero si sent�a el tama�o de la verga y se preguntaba cuanto mas
iba a meter dentro de ella.



-Siii... as� es nena, relajate y vas a ver como entra todo.-
dijo Lincoln con satisfacci�n


-Es... es ... es muy grande... despacito por favor...-



Las manos de Lincoln ya no estaban en los hombros de Susana.
Tom�ndola de la cintura dio el tercer empuj�n y se hundi� 10cms dentro de ella.



-Aaaaaahhhh....- susurr� Susana



Susana sent�a su sexo caliente como nunca. Expandido al
m�ximo y con tremenda pija caliente dentro de ella no pod�a evitar gemir con
cada arremetida. Sus ojos abiertos con asombro no pod�an escaparse de la serena
mirada de Lincoln que la disfrutaba en sus ojos.



-Sos estrechita... nunca tuviste una pija tan grande dentro
�no?-



Susana neg� con la cabeza mientras se mord�a los labios y se
tomaba de los brazos de el. Muy dentro de ella deseaba mas. El siguiente empuj�n
de Lincoln no le fue inesperado y mientras lo sent�a hundirse dentro de ella
continuaba gimiendo. Casi inmediatamente Lincoln dio el ultimo empuj�n y todos
los 25cms estaban dentro de ella.



-Ya lo ten�s todo adentro. Viste que pod�as.- dijo el
acariciando su cabello


-Es muy grande...- respondi� ella


-Si... y eso te gusta �no?- sonri� el



Susana no respondi�, pero su rostro lo hizo por ella cuando
se sonroj� y gimi�. Susana gem�a porque Lincoln hab�a comenzado a cogerla
sacando y poniendo su carne dentro de ella. Las piernas de Susana temblaban y
sus pechos se sacud�an con cada arremetida.



Lincoln tom� las manos de Susana y las coloc� alrededor de su
cuello. Casi sin esfuerzo la alz� sosteni�ndola solo con su verga. Las piernas
estiradas de Susana apensa si rozaban con la punta de sus dedos el piso mientras
atr�s de ella aparec�a Fidel con su miembro desnudo y erecto. Lincoln se coloc�
delante de el subi�ndola a Susana.



Las manos de Lincoln se tomaron de los gl�teos de ella
abri�ndolos suavemente, y cuando Susana sinti� que la bajaban tambi�n sinti� la
verga de Fidel abri�ndose paso por su culo.



-Nooooooooo.... - grit�



Con las cuatro manos subiendo y bajando su cuerpo sobre las
vergas Susana era solo un t�tere en el medio de los dos musculosos hombres. Poco
a poco su ardor anal fue cediendo y comenz� a excitarse aun mas. Se sent�a
completa como nunca. Un infierno de calor sub�a de entre sus piernas y la
llevaba al otro inevitable y tremendo orgasmo.



Contorsion�ndose en el aire en manos de los dos hombres
Susana pens� que su cl�max no terminaba nunca. Una tras otra las oleadas de
placer la hac�an gritar casi hasta perder el aliento. Nunca se hab�a sentido as�
en su vida. Por momentos temi� desmayarse, pero en todo momento sinti� en cada
cent�metro de su piel las mil sensaciones de placer. Su vagina y su sexo
estiradas para acomodar los dos m�stiles de carne que no la dejaban casi
respirar eran el centro de una hoguera que enrojec�a todo su cuerpo.



Con un sincronismo envidiable, y evidentemente llevados por
las contracciones del sexo de Susana los dos hombres al un�sono acabaron dentro
de ella. mientras ella se abrazaba a Lincoln gritando aguda desesperadamente.



Cuando por fin terminaron, Carter y Regan me llevaron al lado
del tr�o y por la fuerza me hicieron agachar y mirar entre las piernas de
Susana. La visi�n era tremenda. El enrojecido sexo de ella estaba casi como
comi�ndose el sexo de Lincoln mientras su ano chorreaba semen por alrededor de
la verga de Fidel.



Lentamente apoyaron los pies de Susana en el piso y pude
observar como su sexo derramaba mas semen que se chorreaba por su muslo. Sin
darse cuenta Susana estaba parada con sus piernas abiertas. Quiz�s su inflamado
y estirado sexo no le permit�a cerrarlas.



Me sentaron en el piso y me ataron las manos a la espalda.
Sin demora me quitaron mis pantalones y sacaron mi verga endurecida de tanto
mirar.



-Ahora para pedirle perd�n vas a darle una buena mamada a tu
marido.- le dijo Lincoln a Susana



Casi como una aut�mata Susana abri� sus labios y engullo mi
verga sorbi�ndola como nunca. Cerr� mis ojos y sent� como ella chupaba, mov�a su
lengua y empujaba su cabeza mas hacia adentro. De repente sent� que su garganta
se abr�a y mi verga pasaba mas all� aun.



-No Susana... no tienes que hacerlo.- dije tratando de
contener la dulce sensaci�n que sub�a desde mi entrepierna



Susana no paraba, miraba con la vista perdida a mi cara
mientras apoyaba sus labios ya contra mis test�culos. Yo no pod�a aguantar mas.



-Creo que ahora si el servicio esta completo- dijo Carter
mientras met�a la mano en mi pantal�n y sacaba el cheque



Pude sentir claramente el ruido de los pasos de los hombres
al alejarse y las puertas de los autos. Recogieron sus cosas y llev�ndose
nuestra ropa tambi�n se fueron.



En la oscuridad de la noche, solo alumbrado por la brillante
luna llena sent� que me derramaba interminablemente dentro de la boca de mi
esposa. La sensaci�n de explotar en su boca mientras ella sorb�a mi semen como
pod�a.... fue deliciosa. Tan excitado hab�a estado yo toda esa noche que mi
primer descarga fue un aluvi�n imposible de contener y termin� saliendo por las
narices de Susana que mov�a con rapidez su lengua y su garganta intentando
tragarlo todo. La excitaci�n acumulada hac�a que yo continuara acabando mas y
mas. Luego de la segunda o tercer descarga, los cachetes de Susana chupando con
fuerza y acariciando toda mi verga me hicieron saltar y gritar. Nunca hab�a
tenido un orgasmo as�... Ya estaba rendido, exhausto, sin poder mas, y ella
segu�a chupando. Por fin termin� y mirando a la luz de la luna vi el rostro de
Susana chorreando mi semen por todos lados mientras ella tragaba lo que hab�a
quedado en su boca, se relam�a y volv�a a sorberme con toda su boca, como
limpi�ndome.



Me afloj�, y aun atado y con la verga en la boca de ella me
quede en el piso. Relajada y sonriente ella se solt� de mi verga y apoyando su
cabeza sobre mi pecho cay� rendida. Su rostro estaba sereno y detr�s de los
restos de semen sobre su cara hab�a una sonrisa como nunca hab�a visto en ella.
Con algo de esfuerzo logr� zafar una mano de las ataduras. Me acomod�, la tap�
con mi saco que hab�a quedado ah� a mano, y mientras le acariciaba el pelo pens�
que en el fondo ten�an raz�n. Era el dinero mejor invertido en mi vida.



<�continuara?>


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Relato: La salidera
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