Las clases estaban a punto de terminar. Faltaban muy pocos
d�as para las vacaciones de verano, cuando me avisaron de que mi madre hab�a
tenido un accidente de autom�vil y hab�a fallecido. Luis, su marido, no iba en
el coche. Los ex�menes hab�an acabado y prometieron que me mandar�an las notas a
casa. En cuanto cruc� la puerta, vi un autom�vil azul. De �l sali� un hombret�n,
que med�a m�s o menos 1�90 y que era Luis. Era la primera vez que nos ve�amos en
persona. Nos pusimos de viaje, pues hab�a tres horas de viaje hasta llegar a
casa. Cuando llev�bamos m�s o menos una hora de viaje, no pude resistir m�s y me
ech� a llorar. Luis sali� de la carretera y aparc� el coche en un descampado.
--�Quieres llorar sobre mi hombro?
Asent� con la cabeza.
--Vamos a sentarnos en el asiento de atr�s.
Nos sentamos atr�s y me abraz� fuertemente. Sus manos no
dejaban de acariciar mi espalda. Poco a poco me fui calmando, entre las suaves
palabras de �l y sus besitos por toda la cara. En un momento abr� los labios
para pronunciar su nombre y decirle que ya me encontraba mejor. Luis ten�a su
boca muy cerca de la m�a y al mover yo la cara, de repente nos encontramos con
las bocas pegadas. Luis, al principio, me bes� suavemente. Yo no sab�a ni besar,
ni siquiera sab�a nada de sexo. Luego me meti� su lengua en mi boca, mientras me
apretaba fuertemente contra su cuerpo. Me mov� sin darme cuenta varias veces y
notaba que debajo de m� crec�a un bulto. Tambi�n notaba un calorcito entre las
piernas. Cuando separamos las bocas me pregunt�:
--�Sabes algo de sexo?
--No.
--�Quieres aprender? Te aseguro que te encantar�.
--Bueno...
--Vamos a ponernos otra vez de viaje. Quiero llegar a casa
cuanto antes �dijo mientras acariciaba mi rajita por encima de la braguita.
Despu�s de llegar a casa, nos refrescamos un poco para
asistir al funeral. Me coment� que ten�a una casona en otra ciudad cercana. Que
quer�a vender el apartamento en el que est�bamos. Le dije que no me importaba,
pero que por favor, no me dejara volver al internado.
--C�lmate �me dijo abraz�ndome-, tienes todas las vacaciones
por delante. Al final decidiremos qu� hacer.
--OK �Quisiste mucho a mi madre?
--Querer, querer... No lo s�. Al principio tuvimos un sexo
fabuloso, pero la cosa se fue apagando. No me alegro ni mucho menos de que haya
muerto, pero tampoco estoy demasiado triste. �Y t�?
--No lo s�. Era mi madre, pero apenas he tenido contacto con
ella. La mayor parte de las vacaciones tambi�n las pasaba en el colegio, pues
ella se encontraba de viaje la mayor�a de las veces. En todos estos a�os de
colegio, no s� si he pasado con ella dos meses como mucho.
--�Qu� te parece si la semana que viene nos vamos de viaje?
--Me encantar�a.
Pasamos el mal trago del funeral y volvimos a casa. Yo no
hab�a desecho el equipaje y Luis ya se hab�a llevado la mayor�a de sus cosas a
su casa. Decidimos dar las cosas de mi madre a caridad ya que las dos ten�amos
las tallas totalmente distintas. De camino a casa, compramos algo de comer para
la cena. Despu�s nos fuimos a la sala y estuvimos hablando un rato. Al poco,
Luis me abraz� y empezamos a besarnos. Poco a poco me fue quitando la ropa y
tambi�n �l se quit� la suya r�pidamente. La televisi�n estaba puesta. Me hizo
sentarme sobre �l con la espalda contra su pecho. Sent�a su verga directamente
en mi chocho. Me abri� de piernas. Sent�a sus labios y su lengua por el cuello,
por la espalda... Sus manos masajeaban mis tetas. Yo notaba cada vez m�s calor
entre mis piernas y que cada vez se iba humedeciendo m�s y m�s. Cuando su mano
toc� mi chocho empapado, quise retirarle la mano.
--Por favor, me da mucha verg�enza...
--�Por qu�? �Por sentir este lindo conejito cada vez m�s
mojado?
Asent� con la cabeza.
--Eso es muy bueno, cielo. Eso significa que mis caricias te
excitan mucho. �Te gusta?
--S�...
Puso sus manos en mi chocho. Sent�a su verga creciendo cada
vez m�s.
--Aaahhh, mmmmm, qu� rico lo tienes mi amor, s�iiii...
Con una mano masajeaba mi cl�toris. Con la otra, empez� a
meter y a sacar los dedos de mi vagina. Mi cuerpo se estremec�a de placer.
Notaba su verga enorme. Sus dedos empezaron a acelerar el ritmo. Mi cuerpo se
tens� cuando lleg� el primer orgasmo. Todav�a notaba su gruesa verga en mi
empapado chocho. Entonces, suavemente me dijo al o�do que me levantara un
momento. Me hizo tumbarme en el suelo, boca arriba y me dijo que iba a ense�arme
a hacer el 69. Yo estaba insegura. No sab�a qu� hacer. Al principio, bes� su
capullo suavemente. Ten�a miedo de hacerle da�o. Con mi lengua empec� a recorrer
cada mil�metro. Lo lam�a como si fuera el m�s rico helado... A veces, le daba
peque�os golpecitos con la lengua. A pesar de que me llegaba hasta la garganta,
ten�a parte de la verga fuera de mi boca, ya que era enorme, muy, muy suave,
gruesa y muy dura.
--Cari�o, mi ni�a, as�... s�iiii, �Aahhh,, sigue, aahhhh!
Recorre el glande con tu lengua, aahhh, s�iii, chupa con fuerza mi ni�a, me
vengo, tr�gate la leche de papi cielo m�o, aaahhh...
Yo tambi�n notaba su lengua meterse en mi vagina. Sus labios
hab�an aprisionado mi botoncito y la lengua me llenaba. Entonces tuve un enorme
orgasmo. Su boca se tragaba todos mis juguitos. Despu�s de corrernos, se dio la
vuelta y estuvimos unos minutos, abrazados, sin dejar de besarnos y
acariciarnos. Al poco, notaba el rabo de Luis que iba agrand�ndose contra mi
vientre. Seguidamente, me abri� completamente las piernas, coloc�ndomelas sobre
sus hombros y empez� a acariciarme con la punta de su enorme pene. Yo ya no
aguantaba m�s. Necesitaba sentirlo dentro aunque me partiese en dos.
--M�telo ya, por favor �le suplicaba entre sollozos, con el
cuerpo estremecido por el placer.
Luis no dijo nada, pero sonri�. Sigui� acarici�ndome con su
verga unos instantes m�s y entonces de un fuerte empuj�n se meti� dentro. Se
par� unos segundos hasta que mi estrecha cueva se acostumbrara a su garrote y
luego, cogiendo impulso, volvi� a meterse completamente, hasta el fondo. Sent�
un tremendo dolor al desgarrarse el himen y grit�. Entonces, Luis, empez� a
moverse muy lentamente mientras que sus dedos, acariciaban mi cl�toris y mi ano.
Yo ya no me acordaba del dolor. Estaba en el para�so. Gem�a y me estremec�a sin
parar mientras �l iba aumentando el ritmo de las embestidas. Al final no pude
aguantar m�s y me corr�. Luis sigui� con el mete y saca hasta que sent� sus
espasmos y su leche calentita corri� dentro de mi vagina. Lo que hizo que me
corriera una segunda vez.
Esa semana, apenas salimos de la casa. Me ense�� todas las
posturas que sab�a. Me volv� adicta al sexo. La semana siguiente, nos pusimos de
viaje. Llev�bamos varios d�as de viaje, cuando Luis me propuso casarme con �l.
Me dijo que conoc�a a un cura y a un juez que, "unt�ndoles"bien, casaban a la
gente sin hacer preguntas. Acced� y a la ma�ana siguiente, fuimos a dicha
ciudad. Luis fue a hablar con el cura y �ste hablar�a con el juez y a la vuelta
me cont� las condiciones que pon�a el cura (que a todas las parejas les deb�a de
poner la misma condici�n). No cobraba tanto como esperaba Luis y la �nica
condici�n era que despu�s de casarnos, tendr�amos que hacer el amor delante de
�l. Le dije que bueno, que aceptaba. A los pocos d�as, fuimos a la iglesia; el
cura hab�a tra�do varios testigos y all� estaba tambi�n el juez. El casamiento
fue r�pido. Despu�s de firmar los registros, los testigos se marcharon. Luis
pag� entonces a los dos hombres. El juez nos entreg� el certificado de
matrimonio y se march�. Entonces empezamos a besarnos, a acariciarnos y nos
desnudamos el uno al otro. Despu�s de un r�pido 69, me mont� encima de Luis y me
clav� su enorme estaca dentro de mi conejito. Lo cabalgu� con ganas y al poco
rato est�bamos los dos corri�ndonos. Despu�s, el cura nos dio las gracias por el
espect�culo y nos marchamos.
Despu�s de varios d�as maravillosos, volvimos a casa. Una
tarde, despu�s de hacer el amor, fantase�bamos bromeando, c�mo entrar�an los
espermatozoides dentro de los �vulos. Luis ya me hab�a comentado que quer�a
tener muchos hijos, y aunque a�n no lo sab�amos, ya estaba embarazada de
gemelos. Tuvimos dos hermosos ni�os, chico y chica. En pocos a�os siguieron
otros seis hijos. A Luis le encantaba ver c�mo daba el pecho a los beb�s.
Siempre tuve much�sima leche y los ni�os nunca me vaciaban las tetas del todo
con lo que su padre se pon�a muy contento ya que sol�a ser �l el que finalmente
me los vaciaba. As� pasaron los a�os y cuando Javier y Eva, mis hijos mayores
entraron en la adolescencia, quisieron que fu�ramos nosotros, sus padres, los
que les ense��ramos las artes del buen sexo.
Vivimos en una gran casona, rodeados de mucho terreno llano
por un lado y un peque�o bosque con un riachuelo por otro. No hab�a peligro para
que los chiquillos pudieran jugar tranquilamente y al no tener vecinos
alrededor, no ten�amos ning�n reparo en andar desnudos por la casa o el jard�n.
Los chicos tambi�n se han acostumbrado a andar desnudos. De hecho, nos han visto
much�simas veces disfrutando el uno con el otro. La primera vez que Javier me
penetr� fue delicioso. Luis y yo est�bamos haciendo un estupendo 69, cuando
aparecieron los gemelos mayores, Javier y Eva. Ellos ya hab�an probado el 69 y
otras cosas entre ellos, pero hasta ese momento no hab�a habido ninguna
penetraci�n. Despu�s de corrernos, nos tumbamos boca arriba unos instantes y en
ese momento entraron los dos jovencitos. Al vernos, los dos se excitaron
r�pidamente.. Se desnudaron en un abrir y cerrar de ojos y Eva se sent� sobre la
verga de su padre tratando de clav�rsela, mientras que Javier se tumbaba sobre
m� y me met�a su estaca que no era precisamente peque�a para la edad que ten�a.
Luis par� a la ni�a un poco diciendo que ten�a que estar bien
lubricada para meterle la verga. La tumb� en el suelo y empez� a besarle todo el
cuerpo mientras sus dedos empezaban a acariciar su cl�toris. La ni�a gem�a de
placer. Unos instantes m�s tarde empez� a meterle dentro de su vagina y su ano,
primero un dedo y poco a poco dos y hasta tres. Los dedos entraban y sal�an de
los agujeritos cada vez m�s lubricados mientras la chiquilla ten�a varios
orgasmos. Luego la boca de Luis baj� a su chochito ya empapado. Despu�s de
lamerla bien, Luis se coloc� encima de la ni�a y de un impulso la penetr�. Grit�
del dolor en el momento en que se rompi� el himen, pero se le pas� enseguida.
Los embistes empezaron a ser m�s r�pidos cada vez. Eva empez� a jadear y a
estremecerse del placer hasta que estall� en un tremendo orgasmo cuando su padre
hubo descargado toda su espesa y rica leche dentro de su vagina. Cuando la verga
de Luis sali� de ella, la chavala se la limpi� con la lengua.
Mientras, Javier y yo, cabalg�bamos como locos. Le dije c�mo
hacer y qu� hacer y al poco, nos dimos la vuelta y yo me coloqu� encima de �l.
Fui la primera en tener un orgasmo. El chico, al sentir mis jugos empapar su
verga ya a punto de estallar, se vino en un inmenso torrente de semen que
descarg� totalmente en mi vagina. Al sentir la leche fluir dentro de m� provoc�
que tuviera otro orgasmo. �Qu� bien follaba mi hijo! Poco a poco, les
ense�amos nuevas posiciones y formas de follar. Hicimos org�as entre los cuatro.
Al cabo de cinco meses, Eva nos vino diciendo que estaba
embarazada. Nos llen� de alegr�a.
Seg�n pasaron los a�os, los otros hijos tambi�n se unieron a
los mayores. Tenemos una inmensa familia para seguir gozando.