A principios de a�o y gracias a la intervenci�n de Diox logre
obtener un trabajo. Mi primer trabajo, tendr�a que atender un cyber caf� durante
ocho horas; lo mejor de todo era la paga y los d�as libres que tendr�a.

Mi idilio duro hasta que me entere de un peque�o detalle...el
horario era rotativo as� que a veces le tocar�a a la ma�ana, a la tarde o a la
noche. Pero no me desanime y decid� probar suerte con este trabajo.

Ese primer d�a me toco estar toda la tarde atendiendo, me
sent� en la silla y me dispuse a controlar todo. Al rato un grupo de chicos
apareci�.

Le habilite las maquinas y esos muchachitos se sentaron a
jugar en un mundo de fantas�a que los hacia olvidar la realidad....los minutos
se hicieron horas y conforme pasaba el tiempo, mi aburrimiento crec�a.

Me puse a pasar m�sica, para matar el tiempo; pero solo
pasaba pura marcha o pop. Personalmente no me gusta la marcha, se me hacen un
mont�n de ruidos tratando de parecer m�sica.

Al rato ya estaba harto de esa basura, pero no pod�a poner
Linkin Park o Ramnstein en el local y mucho menos Rob Zombie. As� que, me decid�
a mirar pasar a la gente por la calle; vi ancianos achacosos caminando con
lentitud, hombres maduros apresurados, agobiados por la tiran�a de un reloj que
consultaban cada diez segundos. Tambi�n vi ni�os de ojos curiosos, escrutadores
y brillantes que pasaban corriendo, observandol0o todo maravillados. Adem�s vi
mujeres y chicas pasar, algunas eran unas autenticas diosas de andar
delicioso... otras, ni siquiera se acercaban a las anteriores.

En eso, los j�venes vinieron a pagar; hab�an pasado cuatro
horas en las maquinas. Yo les cobre y los chicos desaparecieron entre la gente.
Otra vez el lugar quedo solo...�Al fin!, pens� yo y movido por vaya uno a saber
que, agregue una lista completa con temas de mis grupos preferidos.

Puse el volumen un poco mas alto, mientras tarareaba las
letras y luego las silbaba. Muy absorto me encontraba en lo m�o, tenia los ojos
cerrados.

Me descuide y por eso ligue un susto. Solo escuche un golpe
sobre el mostrador, una voz suave pero quemante me pregunto:

Del susto me ca� de la silla, los Cds. y sus cajas se me
adelantaron en llegar al piso. Volv� a incorporarme en el acto, mientras miraba
nerviosamente hacia todos lados con cara de sorprendido.

Cuando por fin enfoque hacia el frente la vi, mejor dicho; me
encontr� con su cintura... segu� subiendo con mi mirada hasta llegar a su cara,
ah� me lleve el susto mas grande, se las describir� en detalle para que la
imagen sea lo mas fiel posible.

Las pupilas de sus ojos desped�an un inquietante color rojo
de un definido color sangre, una nariz recta...tez oscura, sus labios eran
abundantes y carnosos pero pintados con un labial negro que hacia juego con su
vestimenta y su revuelta cabellera azabache. Sobre su cabeza una gorra de cuero
completaba el conjunto; ocultando con su sombra la mayor parte de un tatuaje
hawaiano, de esos que van en la cara.

La pregunta volvi� a repetirse, mientras mi temible
interlocutora me clavaba sus ojos.

La tremenda mujer se sent� en la silla que lanzo un sordo
quejido, al rato el negocio comenz� a llenarse de usuarios indiferentes a la
presencia de la mujer...hasta ahora todo venia sin novedades.

La mujer se dio vuelta y me llamo, ante lo cual respond�
presuroso a su llamado. Luego de realizar una mueca inquiri�:

R�pidamente comenc� a explicarle como tenia que hacer, ella
me miraba at�nita, en eso me interrumpi� con un:

No pod�a negarme, era mi trabajo; as� que comenzamos con la
creaci�n de la cuenta...inconscientemente la rodee mientras controlaba el mouse
y el teclado al mismo tiempo. Sent� como me ol�a, rest�ndole importancia a la
pantalla; me miro con fijeza mientras paseaba su lengua entre sus labios con
lascivia.

Yo, totalmente ajeno a esto; continuaba con la operaci�n
hasta llegar al formulario que ella deb�a llenar.

La mujer asinti� y se afano en terminar con ese molesto
formulario, volvi� a llamarme; a mi no me quedo otra mas que acceder a su
pedido. La voz de la morenaza cambio de tono, ahora se torno aterciopelada e
invitante...seguimos completando los pasos que faltaban, mientras lo hac�amos
ella poso su mano sobre la m�a.

Me quede at�nito ante la situaci�n, t�midamente retire mi
mano y busque mantener cierta distancia. Ni bien termine con su cuenta volv� a
mi lugar, con millones de dudas sobre esto.

Por suerte solo quedaba media hora para que finalizara mi
turno y as� podr�a salir de este lugar que ya se me hacia incomodo. En mi casa
me esperaba la vieja con un buen guiso de lentejas y una bolsa de pan para
acompa�ar... me encontraba ah� a�orando el hogar, la querencia y el guisito de
la nona; la alarma del reloj me alerto. Era hora de volver, mi turno ya hab�a
terminado y por fin llego mi relevo.

Carlos era un tipo con una cara de agrandado que solo verlo
daba asco, pero en contrapartida era due�o de un f�sico privilegiado; por lo que
su arrogancia estaba mas que justificada y por eso escapaba por sus poros.

Agarre mis cosas y sal� lo mas r�pido que pude de mi lugar de
trabajo. Ya estaba en la calle, es rid�culo y puede sonar hasta
est�pido(si...suena est�pido ^^) pero hab�a extra�ado la calle; caminar
esquivando teresos(heces de perro ^^) dejados por esos caninos caritativos y
pozos de esos que adornan nuestras veredas. Andaba todo emponchado por los fr�os
que nos visitan este invierno, que no seria para tanto si no fuera por los
vientos que castigan constantemente la ciudad.

Pase varias cuadras caminando, prefer�a calentar el cuerpo
caminando antes que volver todo apretujado en el 515 A hasta mi casa. De pronto
mis cavilaciones se vieron interrumpidas, vi una sombra cernirse sobre
mi...luego sent� un golpe en la nuca, todo se puso negro y yo ca� al piso como
un cuerpo inerte.

Cuando mis ojos volvieron a abrirse lo primero que vi fue el
techo de una casa normal, quise moverme paro unas esposas me lo impidieron. Esta
situaci�n empez� a preocuparme, aun no hab�a visto nada.

No hubo respuesta, segu� llamando y gritando; la
desesperaci�n me estaba superando. Mi mente ya deliraba, mostr�ndome escenarios
posibles y sus causas, esto me enloquec�a todav�a mas. Hacia memoria tratando de
recordar alg�n suceso que fuera la causa de esto, pero no pude hallarlo.

Mi desesperaci�n crec�a, sin embargo todo ceso al escuchar
unos pasos acercarse hasta donde me encontraba. Yo estaba a la
expectativa...quer�a ver el rostro de mi captor, nunca me arrepent� tanto de mis
deseos.

Frente a mi ella apareci�, en su rostro un aire de
superioridad enaltec�a su presencia. Me quede helado, la morenaza me clavo sus
pupilas rojas y yo comenc� a temblar. Su presencia era inquietante en todo el
sentido de la palabra.

Levanto su mano y la acerco a mi rostro, yo estaba como
hipnotizado por ese tono tan poco usual en sus ojos. Silenciosamente ella empez�
por sacarme la remera del cuerpo, luego bajo mis pantalones hasta las
rodillas...hizo lo mismo con mi ropa interior. Quede completamente desnudo ante
su presencia.

Ella me miro fijamente y se alejo unos pasos de mi. Luego
hablo:

El rostro sereno de la muchacha se demudo y acto seguido me
dio un pu�etazo con todas sus fuerzas, cuando retiro su pu�o de mi cara volvi� a
repetirme la pregunta:

Esta vez los pu�etazos llovieron con furia sobre mi cuerpo,
tal era la fuerza que mi cuerpo comenz� a llenarse de moretones. Yo estaba mas
que desconcertado, hab�a elegido la otra opci�n para la pregunta y el resultado
fue peor que la primera vez.

Rato despu�s ella detuvo la paliza que me estaba dando, mi
cara ensangrentada y nublada visi�n hac�an que la viera triple. Volv� a mirarla
confundido, mire nuevamente su rostro tan espeluznante y aterrador. Sus ojos
color sangre se clavaban en mi, me asombre aun mas al ver que sus pupilas
comenzaban a girar; era algo inaudito.

El horror hizo que una corriente circulara por mi espina,
tenia escalofr�os y no era para menos... la mujer me saco las esposas pero no
estaba libre, aun estaba a merced de su voluntad. Con una de sus manos me tomo
del cuello y me levanto, mientras con toda tranquilidad me volv�a a preguntar:

Me quede en silencio, no quer�a responder por miedo a una
nueva golpiza; ella parece que lo noto ya que se me acerco y mientras me
acariciaba el pelo me dec�a:

Yo me quede tieso, no sabia que hacer y no me animaba a
imponerme por la fuerza ya que sabia con solo mirarla que era superior a mi en
ese aspecto. Ella me empez� a besar con parsimonia y sin ninguna prisa pasaba
sus manos por mi cuello y mi pecho. Sus labios se pasearon por toda mi anatom�a,
como degustando un manjar. El contacto de su c�lida piel y la suave presi�n de
sus labios me estremec�a.

Tamara pareci� darse cuenta y sigui� con los besos para luego
sumarle caricias de lo mas excitantes. Realmente esto era desconcertante, no
hacia mucho me hab�a llenado la cara de aplausos y ahora la mujer solo se
dedicaba a besarme y acariciarme con la mayor de las dulzuras.

Mis sentidos se dispararon y una enorme erecci�n empez� a
abrirse paso. Mi falo estaba sumamente hinchado mientras apuntaba al techo. La
calentura que tenia era insoportable, a esta altura deseaba follarla con locura.
Y no es que fuera fea, pero su cara me aterraba, la mujer se detuvo; se hab�a
percatado de mi evidente erecci�n.

Me miro inquisidoramente con sus rojas pupilas, su expresi�n
fue cambiando de a poco para tornarse cada vez mas amenazante. Tuve un mal
presentimiento cuando vi arrugarse su cara de ira. Efectivamente, la golpiza
nuevamente volvi� a cobrar protagonismo; esta vez termine en el suelo mientras
una exaltada Tamara me pateaba.

Sus golpes fueron cesando, tanto en frecuencia como en
intensidad. Sent� su pie refregarse sobre mi estomago, nuevamente volvi� a
dirigirme la palabra.

As� quede sometido a su voluntad, mi afirmaci�n era como un
potente afrodis�aco para ella; que sin dudarlo un segundo se abalanzo sobre
mi... las caricias se reanudaron sobre mi maltrecho cuerpo. Cuando llego a mi
pene, lo tomo con dulzura y comenz� a lamerlo como si fuera una paleta; para
despu�s engullirlo con sus carnosos labios que presionaban el cuerpo de mi
hinchado falo. Este crec�a dentro de su boca, ella parec�a disfrutarlo; por lo
que aumento el ritmo de sus cabeceos.

Cuando retiro sus labios de mi polla, me miro con deseo y
lujuria... algo diferente hab�a, no tenia maldad en su mirar. Me pidi� que la
acompa�ara, yo la segu�...para mi sorpresa, entramos en su habitaci�n. Que
contra todas mis predicciones era un cuarto muy acogedor, lleno de peluches y
con colores vivos. Una cama bien estirada y bien perfumada, me miro... en su
cara vi felicidad.

Me quede de una pieza, me hallaba totalmente
desconcertado...hace unos minutos era una fiera y ahora nada que ver. Paso el
rato y ella no volv�a, a mi me empez� a dar fr�o... es que estaba desnudo ah�
sentado en el sill�n y aunque hubiera querido usar mi ropa, ya no servia, Tamara
la hab�a hecho jirones.

Tanta espera al fin tuvo sus frutos, la puerta volvi� a
abrirse y una persona muy diferente emergi� de all�. No parec�a la misma que un
rato antes hab�a fregado sus botas con mi cara, era algo fuera de lo com�n.

Ahora aparec�a ante mi con el pelo suelto, su ondulado pelo
azabache ca�a cubriendo sus hombros, extendi�ndose casi hasta su cintura. Sus
ojos caf� eran muy brillantes, ni comparaci�n con la mirada de antes, los labios
carnosos y generosos ahora reluc�an con su color original. La tersa y reluciente
piel de esa beldad de �bano invitaba a pensar cualquier barbaridad.

Ella extendi� su mano hacia mi, me acerque y la tome de la
cintura. Tamara no dijo nada, solo me sonri� y nos besamos. Rodeo mi cuerpo con
sus brazos, mientras la llenaba de besos iba desnud�ndola con paciencia...casi
conteniendo mis ansias. Tamara se dejo hacer, solo gem�a con mis acciones; all�
tumbada en la cama.

Su corpulencia era tal, que por un momento me dio
miedo...pero vi�ndola as�, me anime a seguir con esta especie de calentamiento.
Saque con delicadeza sus bragas y luego me afane en comerme su cono con mis
labios lam�a su co�o.

Segu� con mi labor, que ya estaba dando sus frutos...Tamara
amasaba sus pechos, estaba tanto o mas caliente que yo. Cuando quise dejar de
lamer su cl�toris, su mano me volvi� a lugar delicadamente. Ahora no solo use mi
lengua, me ayude con mis dedos; introduci�ndolos r�tmicamente dentro de su co�o.

Los gemidos de la mujer aumentaron, mi temor era que alguien
viniera y nos pillara, pero nada de eso paso.

Finalmente su cuerpo colapso, el calor la invadi� y sus
fluidos cobraron protagonismo acompa�ado de un sonoro gemido de placer. Saboree
un poco de ese liquido maravilloso y luego fui recorriendo con mi lengua y mis
manos cada rinc�n de su cuerpo. De pronto, se levanto y de un tir�n estaba junto
a ella. La mire, una de sus manos comenz� a acariciar mi palpitante miembro.

Mi m�stil estuvo listo y duro en un santiam�n, con una gran
facilidad se situ� encima m�o; y ah� me empez� a dar miedo de solo pensar en
tener a semejante mujer encima. Esto se volvi� realidad al verla descender poco
o poco engullendo mi pene, con suavidad mov�a sus caderas... yo acompa�aba el
movimiento con mis manos sobre sus muslos.

Era casi delicioso el vaiv�n que llev�bamos, se acerco a mi y
nos fundimos en un beso. El movimiento cobro velocidad, sus pechos grandes y
macizos sub�an y bajaban de forma casi hipnotizante.

Tamara se retiro de encima m�o y a continuaci�n se quedo en
cuatro arriba de la cama, un instante antes de penetrarla, la chica dejo una de
sus piernas hacia atr�s. Sin mas contemplaciones inserte mi falo en su cueva,
acomet� con todas mis fuerzas...sus jadeos me instaban a seguir con mis
embestidas.

Aumente el ritmo, mi amante ahora solo soportaba todo lo
m�o...me encantaba tenerla as�, no era opresivo y hasta se hacia placentero. Ya
no aguantaba mas, me corr�a en su interior y nada pod�a hacer...mi semen colmo
por completo su interior, Tamara se quedo inm�vil; mi calor invad�a su ser.

Cuando retire mi pene de su interior, ella se abalanzo sobre
mi; pude sentir los acelerados latidos de su coraz�n. A pesar de estar casi sin
aliento, abrace a Tamara... su sedosa piel era una delicia a mi tacto. As� me
quede con ella hasta que girando quedo a mi lado, ninguno de los dos dijo una
sola palabra. Aunque yo tenia una monta�a de dudas y preguntas sin una sola
respuesta.

No hubo respuesta, pero no fue necesaria...su rostro lo dec�a
todo, realmente no interesaba lo mal que la pasara desde ese momento. En el
fondo sabia que ella era toda para mi, al menos tengo esa certeza.

Espero les agrade este relato, quedo un poco raro y con un
final algo loco. ^^