Estoy medio mareada, sumida en mi ligera evasi�n de la
realidad. Poco a poco voy sintiendo mis brazos, mis piernas, parece que la
circulaci�n sangu�nea comienza su propio viaje por toda mi anatom�a, siento como
fluye a lo largo de todas mis venas y arterias...
Permanezco inm�vil, solo mi estrecha rodilla articula mi
delgada pierna contra una suave tela que me envuelve. Siento la desnudez de mi
cuerpo, solamente interrumpida por un min�sculo tanga, cubierta por una nube,
ligera y c�lida. AL descubierto mi cara, lateralmente empotrada contra mi
almohada donde sumerjo parte de mi expresi�n.
La placidez se apodera de mi, sobre la espalda su piel roza
la m�a, inspiro con los ojos cerrados y la dulce fragancia de nuestro dormitorio
penetra en mis pulmones despert�ndome apetito.
Levanto la persiana de mi mirada, el tenue color vainilla
decora la paredes, al lado, los primeros rayos de luz entran a despertarme, me
resisto casi jugueteando, tapando mi naricilla con parte del edred�n, le doy la
espalda con un halo de indiferencia y me topo con sus anchos hombros, morenos,
desnudos, pego mi carita a �l, acerc�ndola tanto que mis labios le rozan
sutilmente... es su aroma, su piel desprende un perfume distinto, personal y
�nico, dejo que mis p�rpados vuelvan a tapar mis ojos... pero no duermo solo
disfruto de las texturas de mi cama, y la temperatura c�lida de �l. Mi brazo
reposa sobre sus caderas, abarcando sus redondas y chiquitas nalgas.
Gir� mi cuerpo de nuevo hacia la ventana, ahora saludo con
una sonrisa a la luz del nuevo d�a, debo estar despeinada, mis ojos brillan m�s
despiertos que unos minutos atr�s, siento como un ancho brazo envuelve mi
cintura y un beso choca contra mi cuello.
Anuda mi cintura, casi a la altura de mi ombligo, y le siento
pegado a mi, sus muslos rozan mis nalgas y por sus movimientos dir�a que aun, ni
siquiera, a abierto sus ojos.
Continua un beso en mi cuello tras otro, conozco este
despertar, el propio de cualquiera de nuestros domingos. Ayer nos acostamos
tarde y probablemente ahora ser�n cerca de las 11.30 o 12. Ups! Un mordisquito
grabado en mi piel, sus brazos se separan y suben para envolver mis dos pechos,
que hasta ese momento ocultaban los redondos, peque�os y rosados pezones, parece
intentar reconocerlos mediante el tacto. Arrima su sexo contra mi, mientras,
baja la goma de mi blanco tanga sus dedos investigan nuevos sensaciones en mi
interior... me estremecen sus caricias, iz� una de mis piernas apoy�ndola sobre
su muslo y dejando el acceso libre a mi propio sexo.
Sus dedos se entretienen en apartar la tela de mi ropa
interior hacia un lado y dejar al descubierto el resto de pedacitos carnosos de
mi entrepierna, extendiendo la humedad por cada rinc�n.
Absorta en el placer me abandono a sus deseos, siento que
aparta el hilo que se cuela entre mis nalgas hacia el mismo lado que el resto de
la tela, sus besos se repiten insaciablemente alrededor de mi nuca... Desprende
calor, bajo el edred�n un conjunto de movimientos se suceden, cada milimetro de
mi retaguardia esta vigilado y custiodado por su cuerpo.
Noto su polla apuntando cerca de mi, c�lida y h�meda. Mi
cuerpo espera con ansiedad un r�pido desenlace, uno con fuerza y decisi�n,
contundente y efectivo, placentero y arrasador. Mis pezones m�s despiertos que
muchas otras veces permanecen expectantes, firmes y rectos, despertando
atenci�n, esperando ser llamados al climax m�s absoluto.
Se abre paso, dilatando la entrada, abriendose camino suave
pero decididamente en mi interior, parte del tanga parece haber patinado sobre
mis gl�teos y estar posado ahora sobre su miembro. Le siento, muy duro, muy
dentro... sus dedos me masajean de forma intermitente, intercalados entre sus
embestidas, que cuando parecen alcanzar el punto m�s lejano del exterior de mi
sexo permanecen all�, quietas, paradas durante mil�simas de segundo simulando
una especia de palpitaci�n que me enloquece.
Se mueve r�tmicamente, la otra de sus manos pellizca mi pez�n
izquierdo, parece moldearlo a su antojo hasta que obtiene la redondez y tama�o
para �l deseados.
El ritmo se acelera, casi cerca del galope mis piernas siguen
muy abiertas... estoy sudando, el plum�n de oca me ocasiona cierto agobio, con
la otra pierna empiezo a dar suaves pataditas para intentar desprenderme en la
medida de lo posible de �l...
Mis ojos contin�an cerrados, concentrada en cada
movimiento... por fin parece caer hacia un lateral la esponjosa tela, en ese
momento decido mirar la escena de la cual soy protagonista, agacho la barbilla,
estoy pr�cticamente desnuda, el cuarto clarea de forma preciosa bajo el mediodia
de un primaveral domingo. Tengo los pezones erectos, duros apuntando hacia el
infinito, uno de ellos sobresale entre sus dos dedos y brilla todav�a del ultimo
lamenton que le dio con dificultad por la postura... mi sexo al descubierto,
tiene depositado en una esquinita de la ingle mi ropa interior, como si una
cortina se tratara, deja ver la clara piel exterior de mi co�ito, suave, y
perfectamente arreglado que parece dibujado.. sus dedos posados sobre este lo
agitan con rapidez...
Puedo ver como mis caderas se mueven empujadas por las suyas
mientras me penetra con su gruesa y poderosa polla, metiendola hasta lo m�s
profundo de mi ser, vuelvo a cerrar los ojos. Mis brazo s permanecen sobre las
sabanas, parados, quietos, ajenos a todo este c�mulo de sensaciones...
La agitaci�n es elevada, esa forma de acariciar mi sexo me
produce fuertes contracciones dentro de las paredes vaginales, cuando �stas se
producen siento como agarro, casi apresando, su hinchado �rgano, y eso me genera
gran placer...
Siento como la parte interna de mi co�o se est� llenando de
sangre, alz� algo el cuello con el objeto de ver como entra se polla dentro de
mi, partiendo mi peque�o sexo casi en dos,y mis inflamados labios h�medos y
coloreados de un rosa frambuesa quieren absorberlo con determinaci�n. Con su
brazo toma mi cabeza por un lado y con suavidad empuja para que vuelva a
sumergir la cabeza dentro de la almohada, no ofrezco resistencia y directamente
me abandono al placer....
Estoy a punto de correrme, sus dedos no han dejado de
estimular mi cl�toris en ning�n instante, siempre me repite lo que eso le gusta,
parece ser que cuando as� lo hace mi sexo se convierte en pura humedad y calidez
dando fuertes corrientes de placer a sus genitales...
Creo que va a llegar ya, siento el calambre en las piernas,
se despierta cada mil�metro de mi cuerpo ante tal sensaci�n, es tan intensa que
en el punto m�s alto del orgasmo tengo que abrir los ojos por la intensidad, y
veo mis manos, contraidas, sujetando entre los dedos parte de la sabana
bajera...
Mi ritmo cardiaco sube mucho, se despierta la fatiga, mi
respiraci�n entrecortada da paso a la parte m�s suave del climax, mientras mi
cadera sigue empujada por �l, con entradas y salidas constantes y profundas. Su
mano descansa, movida levemente por mi sexo, producto de las contracciones.
Noto calor dentro de mi en el momento de las mismas, ha
empujado fuerte y ha jadeado grave al lado de mi orejita... permanece est�tico
con su polla llenandome, reg�ndome las hinchadas y sensibilizadas paredes,
dejando su huella una ma�ana m�s... siempre la deja en el interior, hasta que se
convierte en peque�a, casi dormida... podemos quedarnos durante un par de
minutos fundidos en uno...
Empapados de humedad y mi co�o lleno de su propio orgasmo,
saca su pene de mi y vuelve a abrazar mi empapado cuerpo... ahora me giro, y veo
sus brillantes y oscuros ojos, su cara congestionada aun por el momento
anteriormente vivido... nos fundimos en un beso, profundo... y nos damos los
buenos dias!!!