Mi fantas�a era hacer el amor con otro hombre en presencia de
mi esposo. En realidad no era con uno sino m�s bien con varios. Los quer�a
rubios, negros, con pene grande, grueso, chico... Tenerlos de a uno, de a
dos...A todos juntos en la cama y que me acariciaran, que se impacientaran para
penetrarme, que me besaran todo el cuerpo. Chuparle sus penes, con todas mis
manos ocupadas y mis agujeritos tambi�n...Verlos eyacular juntos sobre mi
cuerpo...Quedar abatida de cansancio, irritada por varios d�as para recordar que
fui sometida al sexo extremo, a la voracidad de hombres calientes y deseosos.
Recordar que fui utilizada para sus bajos instintos y utilizarlos yo tambi�n
como esclavos de mis fantas�as.
Todo aquello estaba en mi cabeza oculto, contenido, pero poco
a poco fui preparando el terreno para lograrlo sin que eso destruyera mi
matrimonio.
As� que le fui haciendo el bocho a mi esposo, Pero no como yo
lo deseaba, a pesar de que �l algunas veces me hab�a insinuado meter a un
tercero en la cama, sino como �l seguramente se estimular�a m�s. La idea era
impulsarlo a desear con mucha necesidad el estar con otra mujer, una diosa, y
hacer sin que esto jugara en contra m�a, es decir, que se fuera a calmar sus
ansias con una puta, a espaldas m�as.
Primero alquil� videos donde la historia era de dos mujeres
con un hombre. Mientras la ve�amos yo lo masturbaba, le practicaba c�lidas
fellatios y le hablaba. Al principio pocas palabras, ya que si cambiaba mi
actitud en forma compulsiva �l sospechar�a algo y la cosa se estropear�a. No me
puedo olvidar que yo siempre me negaba a introducir a otra persona en la cama,
fuera hombre o mujer. Apenas le acept� que comprara un consolador con el que me
hac�a pasar gratos momentos.
Luego, cuando �l fue solt�ndose fui m�s a fondo y le
preguntaba si le gustar�a cogerse a la minita que ve�amos en la pel�cula o si no
preferir�a que meti�ramos a esa mujer junto a nosotros en la cama y lo am�ramos
entre las dos. Si no le agradar�a penetrar a esa potra mientras me chupaba a m�.
El entraba en la fantas�a y yo notaba c�mo cada vez se le
hac�a m�s real, m�s necesaria. Hasta que un d�a me dijo por qu� no lo hac�amos
de verdad en vez de verlo en la televisi�n.
Yo le sonre� pero siguiendo con el plan no lo acept� de
inmediato. El deb�a creer que me convenc�a, sino sospechar�a y su machismo lo
traicionar�a.
Pasados unos d�as le di la idea de que me hab�a convencido y
me hice cargo de la realizaci�n de su fantas�a. Publiqu� un aviso y con una
suerte b�rbara una chica me llam�. La fui a entrevistar y casi la rechazo porque
era una diosa. Joven, con cuerpo atl�tico, pechos impresionantes, unas caderas
que daban envidia y muy gentil y directa. Ella fue clara, me cont� que estaba
casada con un hombre muy mayor que ya no funcionaba, que no le cab�an los rollos
y necesitaba sexo urgente. Le mostr� una foto de mi marido, que es bien
parecido, y acept� de inmediato. Eso s�, me pregunt� si estaba bien provisto y
cuando le cont� vi que sus ojitos brillaron. Ah� me dieron un poco de celos pero
segu� adelante.
Cuando mi esposo la vio en casa no lo pod�a creer. Fue tanta
la impresi�n que hasta se puso colorado y no sab�a qu� decir.
Para comenzar ella, que gustaba del exhibicionismo, realiz�
un "strip" que nos dej� a los dos con la boca abierta y a �l con el pene erecto
y duro como madera. Parec�a que traspasar�a su pantal�n.
Entonces le baj� sus pantalones y comenc� a mamarlo
delicadamente mientras �l no pod�a sacarle los ojos de encima a la diosa que
bailaba pegada a nosotros. Nos desnudamos los tres y quedamos tendidos sobre la
mullida alfombra (no quer�a llevarla a mi cama).
Ella le pasaba su pubis cerca de la boca y �l estiraba su
lengua buscando el n�ctar de esa flor. Yo segu�a chup�ndole la verga que cada
vez se endurec�a m�s. Ten�a ganas de que me cogiera pero como el plan era otro
me las aguant�.
Los juegos duraron poco ya que ella desplaz�ndome se sent�
sobre el pene de mi marido ansiosa por descargar su excitaci�n. Yo miraba desde
atr�s como las nalgas de esa mujer devoraban la pija de mi macho. Me acerqu� y
le acarici� los senos que ten�an los pezones erectos y duros. Esto recalent� m�s
a mi esposo que al instante se fue, acabando con toda la pasi�n.
Ella, muy caliente, no lo dejaba aunque la verga ya estuviera
poni�ndose fl�ccida. Para no perder el clima la hice girar acost�ndola y le bes�
el cl�toris. Nunca se lo hab�a hecho a ninguna mujer y no me pareci� algo
repugnante, es m�s me empec� a calentar al ver que la estaba llevando a un
orgasmo. Ella se entreg� por completo, Obviamente le gustaban las mujeres o c�mo
dicen por ah� somos nosotras las que conocemos mejor nuestro cuerpo y apuntamos
a los lugares que realmente nos producen goce.
A m� tanto no me excitaba por m�s que estaba caliente, como
dije, pero era el pasaje a mi fantas�a y deb�a continuar con mi tarea.
Mientras yo le daba a la lengua, mi marido se recuperaba y
empez� a moverse como para penetrarla por el culo. Obviamente, con solo ver sus
gl�teos parados y carnosos daba ganas de pon�rsela. La ubicamos en posici�n y la
lubricamos un poquito.
Cuando empez� a met�rsela ella se resisti� un poco porque
seg�n cont� nunca le hab�an metido algo tan groso. Sin embargo y a pesar de
sentir dolor por los gestos que realizaba no cej� en su intento de absorberla
toda dentro de su ano.
Mi vagina ard�a y chorreaba, as� que, con mis dedos, en pocos
movimientos logr� dos orgasmos conjuntos.
Sus cuerpos se mov�an armoniosamente. El pene de mi marido
entraba y sal�a de entre esos lindos gl�teos mientras yo que me hab�a metido
bajo de ella le estimulaba el cl�toris con una mano y con la otra le introduc�a
el consolador del que les habl� al principio.
Desde mi posici�n pod�a ver c�mo sus dos agujeros recib�an
atenci�n esmerada y la envidi�.
Cuando todo termin� y, como hab�amos acordado con ella en la
charla previa, propuso vernos en una nueva oportunidad y traer dos buenos amigos
para formar un lindo quinteto. En realidad los machos los conseguir�a yo a
trav�s de avisos de las revistas de contacto que ya hab�a marcado. Ella solo me
har�a la pata la primera vez ya que no quer�a exponerse ante demasiada gente.
Mi esposo enloquecido con ese culo fenomenal y el buen par de
tetas que ten�a no puso reparos �por supuesto pidiendo mi visto bueno- aunque
despu�s me cost� tranquilizarlo ya que no diger�a bien el que a mi me cogieran
esos nuevos invitados. Se hab�a olvidado que alguna vez me lo hab�a propuesto,
pero c�mo dicen los que saben una cosa es fantasearlo y otra ver que a su mujer
se la cojan otros. A m� me cost� al principio que �l lo hiciera con otra pero
pensando en lo que preparaba para mi lo acept�.
La pr�xima les cuento c�mo me fue.
Piru