GORDOS DE CABOTAJE(6)
PARTE VI: DE ALUMNO A PROFESOR
"Por Dios santo, Daniel. Me quieres matar?" Dije y abr� los
ojos de par en par.
No pod�a dar cr�dito a mis ojos.
Daniel estaba all� parado, solamente con sus calzoncillos
puestos.
Torso desnudo, pies descalzos.
Mir� sus tremendas tetas por primera vez.
Santos cielos.
Las aureolas m�s grandes y er�ticas que haya visto hasta hoy.
Inmensas de grandes como manzanas medianas. Oscuras, con dos pezones tan grandes
como los hab�a adivinado la noche anterior cuando los ten�a en mi boca. Todo su
pecho groseramente grande y colgando a cada extremo, continuando por debajo de
sus axilas, adivinando que se le dibujaba a�n m�s all� rumbo a su gigante
espalda. Sus brazos impresionantemente gruesos y gordos. Una panza que le ca�a
sobre la prenda interior, y le tapaba hasta casi la mitad del muslo. Los muslos,
m�s gordos y grandes de los que recordaba, y as� todo el resto de su cuerpo.
"Est�s para comerte, Daniel." Le dije ya al borde de la
desesperaci�n.
"No sabes lo que me pas�?" Me dijo, desesperado por contarme.
Me preocup�.
Pero debo admitir algo aqu�, que en honor a la verdad reci�n
en este momento me percataba. No tuvo la m�s m�nima verg�enza en mostrarse as�
ante mi, ya que la noche anterior hasta me hab�a hecho apagar la luz para que no
lo viera desnudo.
"Qu� sucede? Le pregunt� al fin, ahora con un poco de
preocupaci�n.
"Cuando llegu� a casa eran casi las 7 de la ma�ana. Me met� a
la cama, y a qu� no sabes qu� fue lo que me sucedi�?" pregunt� y me dej�
intrigado realmente.
"Ni idea." Ya al borde de la desesperaci�n por saber.
"Se me par� el pitul�n. Yo como siempre que me sucede eso,
fui al ba�o a hacer pis. Y no te digo que es la primera vez que hago pich� y no
se me baja."
Era eso. Pens�.
Re� por dentro.
Pero respir� aliviado.
"Cuando mi padre se despert�, yo segu�a en el ba�o, le dije
que estaba indispuesto y no sab�a que hacer."
"Y qu� hiciste al fin?" pregunt� a�n con m�s intriga.
"Nada, no s� c�mo hacer para que se me baje." Confes�.
"Y lo llevas todo este tiempo duro?." Pregunt� asombrado.
"No, no todo el tiempo. Pero cuando me acuerdo, se me vuelve
a poner dura. Y ahora que est�s aqu�, no sabes como la tengo."
"D�jame tocar." Le ped�.
Y como si fuera su amante de a�os, se levant� el vientre, y
elev� su entrepierna en direcci�n a mi, para facilitarme el reconocimiento. Eso
me llen� de alegr�a. Ya no parec�a tener nada de verg�enza conmigo. Estaba
compartiendo absolutamente todo, como a mi me gustaba.
Le apoy� mi mano sobre los genitales.
Por Dios, lo que yo llamo duro como una roca.
"Por favor, Zesna, ya que est�s aqu�, te lo suplico. S�?" me
rog� haci�ndome caritas y apret�ndose la entrepierna con los muslos como el que
est� a punto de orinarse encima.
"Qu� quieres?, no entiendo, dime." pregunt� sorprendido.
"Anda, tu sabes. Por favor, no resisto m�s." Me dijo, y
segu�a sin entender exactamente lo que quer�a.
O s�?
Pero me resultaba extra�o que justo �l me estuviera pidiendo
lo que me imaginaba. No, deb�a ser algo m�s. Seguro que no era lo que yo
pensaba.
"Pero expl�came que no te entiendo. Qu� deseas, por favor
d�melo sin problemas? " Le dije honestamente.
"Dale, hazme lo de anoche. Ay�dame, te lo suplico, que tengo la sensaci�n de que
estoy a punto de explotar, pero que nunca llega." Dijo al fin desesperado.
Ahora entend� perfectamente.
Dios me perdone, en qu� estaba convirtiendo a este gordito
inocente?
"Bueno, mi amor. Vamos a tu cama." Le dije.
Me agarr� de la mano, y se dispon�a a llevarme a su cuarto.
Hoy s� quer�a jugar un poco con �l.
"No, espera" le dije." Quiero que me lleves a upa, como un
novio llevar�a a su novia al altar.?" Dije sonriendo.
No dijo ni "Ay".
Me levant� con sus potentes brazos como si yo fuera de papel
y me condujo a su cama. Yo le abrac� el cuello, y le di un par de besos en el
camino.
�l, por estar tan desesperado, se apur� a llegar. Cerr� la
puerta de su dormitorio y le pas� llave. "Por las dudas", me dijo.
Su habitaci�n era bastante grande. La cama inmensa, parec�a
algo m�s grande que una de dos plazas.
Se quit� los calzoncillos, y se puso boca arriba sobre la
cama, esperando mis chupadas.
Lo mir� y me sonre�.
Le admir� esa so�ada y deliciosa entrepierna que tambi�n ve�a
por vez primera.
"Ah, no."Le dije, "as� no. Vamos a jugar un rato, antes." Le
anticip�.
"Despu�s, por favor. Estoy que ardo." Confes�, y vi que
realmente estaba as�.
Me quit� toda la ropa.
Apoy� una de mis rodillas en sus peque�os pero hermosos
genitales, y le comenc� a frotar la erecci�n con ella.
Su �rgano viril, sub�a y bajaba, al comp�s de mis
rozamientos. La piel del glande, se retiraba y volv�a a su lugar
intermitentemente, lo cual lo sum�a en un placer indescriptible. Ya se notaba
muy h�meda toda la zona er�gena.
Mientras hac�a eso, me prend� a sus mamas, esta vez con algo
m�s que labios y lengua. Le comenc� a mordisquear delicadamente cada pez�n, y
comenz� el coro de una sola voz de aullidos, alaridos y dem�s.
Ahora s� le ped� que tratara de guardar silencio que no era
como anoche. Aqu� estaban los vecinos, y pod�an escuchar. C�mo no pareci� poder
controlarse, le ped� que se metiera una almohada en la boca, y que la mordiera
muy fuerte. Eso disminuy� sensiblemente los sonidos.
Ahora, adem�s de moverme yo s�lo, era �l que acompa�aba mis
movimientos con su pelvis. Como si hubiera aprendido algo de la experiencia
vivida anteriormente.
"Quieres que te coma el culo?" le pregunt�.
"No, quiero seguir as�" me dijo."Comerme el culo?" reaccion�
de repente a lo que hab�a o�do sin escuchar."Qu� quieres decir? Que t� me
lastimar�as"
"No, mi amor, soy incapaz de lastimarte, beb�. D�jame
hacerlo, y te garantizo que tambi�n me lo vas a pedir todas las veces que
estemos juntos."
"Pero..."
"Nada. Ya vas a ver que cuando te haga lo de anoche, tu
placer ser� infinitamente mayor a�n. Lo interrump�.
"Mayor a�n? Te parece? Es imposible sentir m�s que lo que me
hiciste sentir en la librer�a." Dijo sin estar del todo seguro acerca de lo que
yo le dec�a.
"Qu� pasa? Me vas a decir que ya no conf�as en mi?" dije
sonriendo.
"No, no. Conf�o plenamente. Dime qu� quieres que haga?"
Pregunt� resignado.
Lo gui�.
Le ped� que se pusiera en cuatro patas.
Sobre sus rodillas y manos. Enseguida cambi� de opini�n,
porque lo ve�a medio complicado si �l no me ayudaba. Admir� ese culo enorme.
Le solicit� ahora que apoyara la cabeza en la almohada en vez
de hacerlo con sus manos, que levantara m�s el trasero, y que sus manos
sostuvieran sus nalgas, y las mantuvieran lo m�s abiertas posibles.
Silencio absoluto.
Cuando mi lengua toc� su agujero, comenzaron nuevamente los
alaridos y las convulsiones.
Jugu� all� con mi lengua y dedos m�ltiples, pero sin siquiera
intentar ingresar a sus entra�as. Ten�a el culito muy chico. Apretadito y
verdaderamente virgen. Pero le lat�a desesperadamente. Si hubiera decidido
introducirle algo, ya sea dedos, lengua o mismo mi miembro, el momento era
exactamente el de ahora. Pero no lo hice. No quer�a hacerlo. Estaba convencido
que lo iba a lastimar muy feo si lo penetraba.
S�lo lo segu� lamiendo, y apret�ndolo con el dedo.
En esa misma posici�n, tuve tambi�n su miembro a mi
disposici�n por debajo de su culo. Todo erecto, todo mojado.
Lo comenc� a chupar, mientras segu�a acarici�ndole el ano con
mi dedo �ndice.
Tuve un instante de desesperaci�n y acerqu� la roca que me
colgaba entre las piernas a su ano. Lo roc�. Lo mov� repetidamente de arriba
abajo. �l no dejaba de rogarme que hiciera algo, que no lo pod�a soportar ya
m�s. Puse la punta de mi dura verga en el umbral de su agujero, me tir� toda la
piel hacia abajo, y dej� mi glande al descubierto. Le roc� el culo con �l. Lo
dej� humedecido con mi l�quido preseminal. Yo estaba por explotar. Estuve a un
tris de enterrarle mi miembro ardiendo dentro de ese hermoso ojete.
Pero no lo hice.
Vi a su pene mir�ndome por debajo de su culo que comenz� a
latir repentinamente, y supe el desenlace inminente.
No lo hice esperar m�s.
Lo masturb� con la boca, en esa misma posici�n en la que �l estaba, boca abajo y
con el culo en mi rostro, y nuevamente sucedi� lo que ya nos era recientemente
conocido.
Gritos, ahora ahogados por la almohada.
Espasmos y convulsiones incontroladas.
Movimientos bruscos que si no ten�a agarrado su miembro con
una mano, se me hubiera salido de la boca m�s de una vez.
Comenz� a hincharse m�s.
Sent� nuevamente correr el l�quido desde sus test�culos
pasando por su uretra, segundos antes que de su glande explotara un geiser
directamente en mi garganta sin hacer escalas.
La segunda vaciada de mi amigo, fue superior en cantidad a la
primera que ya era muy cuantiosa.
El manantial no dejaba de fluir.
Otra vez crema en lugar de l�quido.
Supuse que el semen de �l ser�a siempre as�.
Sorb� absolutamente cada gota de su esperma, hasta que otra
vez, su pene comenz� a encogerse dentro de mi boca.
Desapareci�.
Silencio.
Estuvimos acostados lado a lado durante unos instantes.
Acarici�ndonos.
"Quiero mostrarte algo." Me dijo Daniel de pronto.
Fue a su placard.
Lo abri�. Sac� de all� un portafolio cerrado con un c�digo
num�rico.
Puso la cifra correcta, y se destrab�.
Sac� una hoja de dibujo.
"Te gusta.?" Dijo mostr�ndome lo que hab�a en ella.
"T� hiciste esto?" Pregunt� realmente asombrado.
"S�, y es para ti. Te lo regalo." Me dijo.
Era una caricatura m�a.
Era realmente igualito a mi. Cualquiera lo hubiera podido
reconocer. Parec�a hecho por un profesional.
"Pero cu�ndo lo has hecho?" Pregunt� intrigado, ya que no
recordaba haber posado para �l.
"La semana pasada. Es que te tengo en mi mente
continuamente." Confes�.
Ah� record� algo muy importante.
Le ped� que dejara el malet�n de lado.
"Daniel, tengo que hablar contigo." Comenc� diciendo.
Le ped� meternos en su cama y le ense�� a estar entrelazados
dentro de ella.
Nos abrazamos mutuamente.
"Tu conf�as en mi, verdad?" Pregunt�, conociendo de antemano
la contestaci�n.
Despu�s de su afirmaci�n, comenc� a explicarle todo lo que yo
sab�a sobre los �rganos genitales. Absolutamente todo lo que hab�a aprendido de
las conversaciones con mi padre hac�a a�os, m�s todo lo que hab�a le�do en
libros instructivos. Eso sumado a lo que me hab�an aportado en las charlas de
educaci�n sexual en el instituto al que concurr�. Agregando toda mis
experiencias con mis gordos. Y de c�mo deb�a explorarse y conocerse los �rganos
genitales propios.
Le transmit� absolutamente todos mis conocimientos acerca de
la sexualidad masculina y femenina. Palabras que nunca hab�a escuchado antes, o
por lo menos no recordaba haberlas escuchado, pero que definitivamente no
estaban en su vocabulario: pene, test�culos, uretra, escroto, eyaculaci�n,
semen, esperma, orina, ano, vagina, labios vaginales, matriz, fecundaci�n,
cl�toris, ovarios, coito, ovulaci�n, parto, y un largo etc�tera, reserv�ndome
para un instante m�s adelante, la palabra masturbaci�n, todo su significado y
modus operandi.
Daniel, me escuchaba con extrema atenci�n. Sin interrupciones
en lo absoluto. Con ojos abiertos de par en par, y de igual forma los o�dos.
Ahora estaba extremadamente interesado en aprender.
"T� te tocas el pene para algo m�s que no sea ir a orinar?" (Ya le hab�a dicho
que no quer�a escucharlo m�s decir "Pis" o Pich�". Pobre Daniel, la cara que
puso en ese momento era digna de fotografiarla.)
"No." Me confes�.
"Deber�as hacerlo, m�s teniendo esos �rganos genitales tan
hermosos que tienes." Y se los acarici�. Su pene segu�a bien dormido.
Ya no se ruborizaba para nada.
Finalmente, toqu� el tema de la masturbaci�n.
"T� sabes que yo no podr�a estar siempre contigo para sacarte
ese ardor que sientes. Aunque realmente me gustar�a hacerlo. Pero es imposible.
Verdad?" Le pregunt�.
"Si, tienes raz�n. No s� qu� hacer cuando t� no est�s."
"Bueno, l�gicamente, no va a ser lo mismo, pero hay una forma
que t� s�lo lo puedes solucionar." Dije intentando intrigarlo un poco.
"C�mo? c�mo? D�melo, por favor." Me imagin� esa
desesperaci�n.
"Tienes un espejo que pueda traer aqu� para explicarte?"
pregunt�.
"S�, el que est� sobre ese mueble se puede descolgar f�cilmente."se�al�.
Fui hasta all�, y lo llev� a la cama.
Retir� las s�banas que ocultaban el gordo cuerpo de Daniel.
Estaba todo despatarrado dentro de su cama, completamente desinhibido. Sin
ning�n tipo de problemas con mi presencia.
Yo no dejaba de sonre�r toda vez que notaba eso. Ese era mi
gran logro personal.
Apoy� el espejo sobre la cama, de forma tal que �l pudiera
verse la entrepierna oculta por su abultado abdomen.
"Te puedes ver los test�culos?" pregunt� sabiendo que ahora
me entend�a con el lenguaje nuevo que le acababa de ense�ar.
Se movi� a un costado, hasta que asinti�.
"Bueno, ahora quiero que te los acaricies t� mismo," Le dije. "Haz de cuenta que
quieres excitarte."
Intent� hacerlo en vano, pero su pene no se iba a despertar
por un buen rato.
Eran casi las cuatro de la tarde.
Decid� dejar eso para m�s adelante, y aprovechar para
almorzar.
"Qu� tienes en la heladera?" pregunt�.
"Milanesas. Pero f�jate t� mismo." Me dijo con total
confianza.
Lo hice.
Hab�a huevos, leche, lechuga, tomates y algunas milanesas
listas para fre�r.
"Daniel, "le grit� desde la cocina" qu� te parecen milanesas
con ensalada y omelette?" pregunt� conociendo la respuesta.
"Si, me encanta." Acert�. "Es que t� sabes tambi�n cocinar?"
"T� no?" pregunt�.
"No" me dijo.
"Ven que te ense�o, pero vente as� como est�s, desnudito que
est�s muy bonito." Me excit� con solo imagin�rmelo nuevamente.
Se apareci� all�, como le ped�.
Lo hice sentar en una silla, todas ellas estaban reforzadas,
y yo me sent� sobre su muslo. Le ped� que juntara sus manos por frente y
alrededor m�o, y apoyara la cabeza por sobre mi hombro, para ver lo que yo
hac�a.
Algo que hizo que yo no le hab�a pedido, fue darme besitos en
el cuello desde atr�s.
Qu� tierno.
Le ense�� a hacer una ensalada de lechuga, tomate y cebolla.
"Todo un chef." Me dijo, y rompimos a re�rnos a las
carcajadas con su nueva ocurrencia.
Hice una omelette gigante con tres huevos, leche, sal y
pimienta.
Y puse a fre�r las milanesas.
"Tengo que ir a orinar." Me dijo.
"Quiero verte mientras lo haces." Le dije.
Sin mediar palabra, me tom� de la mano, y me condujo a su
cuarto de ba�o. Entramos y cerr� la puerta.
Se puso frente al inodoro, y me agach� para observarlo mejor.
Abri� levemente sus piernas.
Se levant� el vientre con una mano, y con la otra comenz� con
dificultad a hurgarse hasta encontrar la cabeza de su pene.
Ech� todo su abdomen hacia delante.
.
Demor� en orinar, supongo que por los nervios de sentir a
alguien mir�ndolo, pero no me lo hizo saber, e hizo el esfuerzo por complacerme.
Finalmente, chorritos entrecortados de su orina salieron de su min�sculo
miembro. Se me endureci� mi �rgano viril, y me vi tentado un par de veces a
chupar su pene orinando. Pero como est�bamos por almorzar, y las milanesas se
estaban haciendo, no quise demorarnos m�s en el ba�o.
Finalmente termin�. Imped� que se la sacudiera y ah� si, lo
lam� hasta secarlo.
Me mir� muy raro. C�mo diciendo "Qu� hace este loco?"
"Eres un cerdo."dijo finalmente.
"Me gustar�a mostrarte todo lo cerdo que puedo llegar a ser
contigo." Dije y sonre�.
Se lav� las manos. Yo me enjuagu� la boca. Y antes de salir
del ba�o, nos besamos.
Le volv� a buscar los genitales.
Ninguna reacci�n.
Era muy pronto todav�a.
Me elogi� las milanesas.
Me re� a carcajadas, yo s�lo las hab�a fre�do. Ya estaban
hechas.
Entonces me elogi� tambi�n la omelette y la ensalada.
Me dej� contento.
Le hab�a gustado.
"Definitivamente, eres todo un chef." Volvi� a decir.
Luego de almorzar, lavamos la vajilla a d�o.
Pasadas las cinco de la tarde.
Nos metimos en la cama nuevamente.
Le volv� a tocar la entrepierna, y tampoco estaba listo.
Le pregunt� si �l me quer�a tocar a mi.
Dud�.
"Haz conmigo lo que te venga en gana." Le dije finalmente, y
me destap�.
Fue hacia mi entrepierna.
Observ� asombrado.
Me toc� un test�culo con el dedo.
Luego con dos, y finalmente con una mano.
Estaba reconociendo por primera vez el sexo masculino en otra
persona.
Me explor� durante un buen rato toda mi entrepierna.
Me sostuvo los test�culos un instante, sent� presi�n.
Ahora apret� fuerte, y grit�.
"Ay, qu� haces?" dije." Eso duele."
Se disculp� y sigui�.
Me toc� el pene muy tembloroso, no sabiendo qu� hacer, y
horroriz�ndose por el tama�o.
"Quiero ense�arte a satisfacerte con la masturbaci�n." Le
dije. "Quieres aprender?"
"S�, s�." Dijo desesperado.
"Bien. Primero me lo haces a mi, y luego es muy posible que
ya te hayas excitado, e intentas hacerlo t� mismo a ver si puedes." Dije,
entendiendo que estaba ahora por el camino m�s adecuado.
Le tom� su gorda mano con la m�a, y lo gui� hasta hacerlo
rodear mi pene erecto. Le indiqu� igualmente, el movimiento de subida y bajada
de su mano, sosteniendo firmemente sin que se escapara. Lo llev� a la pr�ctica
con mi mano sobre la suya y movi�ndola de arriba abajo y viceversa.
Saqu� mi mano y le ped� que siguiera �l solo.
Lo hizo torpemente.
Le correg� varias veces.
Aprendi�.
Le indiqu� que deb�a hacerlo muy despacio al comienzo, y
cuando yo sintiera el ardor y la excitaci�n que �l recordaba haber tenido, se lo
iba a comunicar para que apurara el ritmo.
As� lo hice.
Pero con trampa.
Cuando estaba a punto, lo hac�a detener, para sentir mucho m�s placer luego.
El solo hecho de tener mi verga asida con esa descomunal
mano, me hac�a correr la sangre vertiginosamente por la cavidad peneana.
Le ped� que me apretara un poco m�s. Lo hizo, y sent� un
placer mucho mayor cuando retom� la sacudida.
Le hice acelerar el ritmo hasta que ya no aguantaba m�s. Y
cuando sinti� que apuraba mi respiraci�n, comenzaba a descontrolarme con mis
jadeos y empezaba a emitir sonidos fuertes, lejos de asustarse, se meti� mi pene
en la boca.
"No!" le dije. Y quit� mi miembro de all�, en el preciso
instante en que comenzaba a largar mi esperma.
Salpiqu� toda su cama de mi semen. Y me avergonc� de ello. No
me pude controlar con el apuro de evitar vaciarme en su boca.
Al ver el semen, Daniel se qued� at�nito, y pregunt� qu� era
lo que estaba pasando. Claro, �l nunca hab�a visto el semen. Para �l lo �nico
conocido que sab�a sacar del pene era la orina.
Ambas veces que �l mismo eyaculara, me la hab�a tragado antes
de ver la luz, Y la �nica oportunidad anterior que yo mismo lo hab�a hecho en su
presencia, hab�a sido en la penumbra sobre nuestros cuerpos en la librer�a, vez
que hab�a limpiado completamente con mi pa�uelo, antes de vestirnos.
Le expliqu� que el esperma o semen era lo que �l me hab�a
depositado en la boca las dos veces que lo hab�amos hecho.
"Y por qu� no me dejaste tom�rmelo a mi. Eres ego�sta o qu�?"
me dijo enojado.
"Primero prueba a ver si te gusta." Le dije.
Le ofrec� con mi dedo, luego de humedecerlo apenas en uno de
los charcos de la s�bana.
Lo toc� con la lengua. Lo sabore�. Y siempre con sus
ocurrencias, me dijo:
"No ten�a dudas que viniendo de ti no pod�a ser otra cosa que
deliciosa. Deber�amos envasarla y venderla como "la leche de Zesna".
Re�mos.
"Bueno, ahora que s� que te gusta, la pr�xima vez te dejo que
me la tomes." Dije." Y t�, ya est�s erecto?" Pregunt�.
Asinti� con la cabeza repetidas veces, sonriendo, e
invit�ndome a tocarlo y comprobarlo por mi mismo, levantando su vientre como
acostumbraba y adelantando su entrepierna.
Lo palp�, y efectivamente, ya estaba bastante duro.
Le cambi� el lugar.
�l se puso ahora boca arriba, y yo fui en busca del espejo
que coloqu� entre sus piernas despu�s de pedirle que las abriera, lo apoy� entre
sus muslos, y torci�ndolo un poco para que se pudiera ver �l mismo.
Cuando estuve seguro que se ve�a, le comenc� a indicar.
"Bueno... Acar�ciate los test�culos hasta lograr una erecci�n
mayor... Muy bien, sigue as�... Ahora pon uno de tus dedos donde tu miembro
erecto y fr�tatelo...Eso es...Despacito, deja a tu dedo sentir tu precioso
pene...As�, as� mismo...Agrega m�s dedos para que todos disfruten de tus �rganos
genitales...Ahora con tus dedos �ndice y pulgar ret�rate la piel hacia atr�s,
d�jate el glande al descubierto, y r�zalo con un dedo... Bien, bien, verdad que
te gusta?... Fr�tate muy despacito, en c�rculos, hasta que sientas lo que
conmigo... Muy bien, as� de despacio... As� de firme...Apri�tate un pez�n con la
otra mano, si quieres... As� es...Pell�zcalo...Retu�rcetelo...Fr�talo
desesperadamente...mmmmm...se siente rico, verdad?....Todo esto lo puedes hacer
aqu� en tu cama...o bien sentado en una silla... o si tu quieres sentado en el
inodoro del ba�o...Tambi�n lo puedes hacer en la ducha de parado, aunque no s�
si resultar�a c�modo para ti...Muy bien, sigue as�...Lo que debes controlar son
tus gritos de hombre mono cuando viaja en liana...(Aqu� no pudo aguantar la
carcajada)...Eso es...As�, acompasadamente..."
"Ya estoy ardiendo, Zesna, por favor ay�dame." Suplic�.
"No, mi amor, quisiera hacerlo, pero no. Debes hacerlo t�
s�lo para cuando yo no est� al lado tuyo para ayudarte."
"No, no puedo, ay�dame, te lo suplico. No lo puedo hacer yo
solo." Dijo mientras su frotaci�n adquiri� una velocidad de v�rtigo. Entre apuro
y desesperaci�n.
Estuve a punto de ayudarlo realmente luego de sus s�plicas.
Sin embargo le di tranquilidad.
"T� puedes, mi amor... S� que lo puedes hacer t� solo. Ya est�s muy cerca...
As�, sigue as�... No te detengas, mi amor... Dame todo tu esperma, d�melo...
Quiero tom�rtelo todito como las veces anteriores..."
No quitaba su vista del espejo en ning�n momento, para no
perderse de nada.
De pronto, sorprendi�ndome realmente, sin parar de
masturbarse fren�ticamente y ya gritando como un condenado, comenz� a despedir
semen salpicando absolutamente casi toda la cama, el espejo, su vientre, mis
manos que sosten�an el espejo y la mitad de mi cara.
Por Dios, no paraba ni de eyacular a los cuatro puntos
cardinales, ni de detenerse con la masturbada.
Sigui� escupiendo esperma por unos instantes m�s. Mucho m�s
que las dos veces anteriores. Cantidad y calidad, porque tambi�n esta vez era
bastante espero. Y cuando hubo finalizado, segu�a a�n sacudi�ndosela con mucha
fuerza y rapidez.
"Ya est� mi amor, ya finalizaste." Le dije para que supiera
que era suficiente. Y me relam� el semen que ten�a cerca de la boca.
Le sujet� la mano que segu�a movi�ndose fren�ticamente como
desesperado.
"Basta ya." Dije. "Te vas a lastimar, mi vida."
Se calm�.
Daniel estaba casi literalmente muerto de cansancio,
exhausto, tendido en su propia cama, ba�ado en su propio esperma. Pero
igualmente se incorpor� y me dio un abrazo monstruosamente fuerte,
agradeci�ndome lo mucho que estaba haciendo por �l.
Eso me emocion� much�simo, y perd� unas l�grimas sobre su
hombro.
Yo le contagi� todo lo referente al sexo, y �l me contagi� lo
llor�n.
La cama era un caos.
Cambiamos las s�banas.
Casi las siete de la tarde.
"Ahora vamos a ducharnos," le dije.
"Qu�? Los dos juntos?" pregunt� entre sorprendido y excitado
por la idea.
"S�" le dije. "Quiero enjabonarte, enjuagarte, y comprobar
con mi lengua que no te qued� jab�n en ning�n lado."
Esto siempre lo hago con mis gordos, y es exactamente lo que
les digo, pero la contestaci�n que �l me dio en ese momento nunca la escuch� de
nadie m�s.
"Zesna, si t� me pides que yo vaya a la luna, voy y vengo
s�lo para complacerte."
Me inund� de l�grimas.
Definitivamente este obeso, virgen hasta esa madrugada, me
mov�a la estanter�a.
Estuvimos bajo la ducha, d�ndonos besitos y mimos hasta
pasadas las 8 pm.
"En cualquier momento llegar� mi papi." Dijo Daniel.
"Quieres que me vaya antes que �l venga?" le pregunt�.
"No, si t� no quieres. No hay problemas en que te vea aqu�." Y agreg� alguna de
sus ocurrencias" Pero no desnudo, eh?"
Hice mi comprobaci�n con la lengua, y definitivamente no
ten�a jab�n por ning�n lado.
J
Me vest� en su dormitorio mientras �l me miraba, y de pronto
son� el timbre.
"Seguro que es mi papi. Puedes ir a abrirle? Pero pregunta
antes, por las dudas."
Fui a la puerta. Pregunt� y efectivamente era �l.
Abr� los pasadores y gir� dos veces la llave.
"Hola Zesna, c�mo est�s?" me dijo d�ndome la mano, y pregunt�
en forma casi imperceptible, acerc�ndose a mi o�do: "Est� todo bien?"
Asent� con la cabeza mientras sonre�a.
De repente, sali� Daniel de su habitaci�n.
Su padre lo observ� con cara de sorprendido.
Yo gir� ya que le estaba dando la espalda y... por Dios.
Lo mir� anonadado. Mis colores comenzaron a pintar mi rostro.
Pero qu� estaba haciendo?
Estaba loco?
Se me vino el mundo abajo.
Me qued� petrificado
CONTINUAR�
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