Soy un viudo con hijos trillizos, Ana, Javier y Cristina. Mi
esposa muri� cuando las ni�as ten�an tres a�os y las he tenido que criar yo
solo, aunque con algo de ayuda de mi hermana. Me cas� siendo muy joven, con
diecisiete a�os. Berta, mi mujer, ten�a entonces diecis�is. Actualmente tengo
cuarenta y cinco a�os y la historia comenz� cuando los chavales ten�an doce
a�os.
Llevaba una temporada sin ninguna mujer y una tarde estaba
viendo una pel�cula porno en la televisi�n de mi habitaci�n, completamente
desnudo y paje�ndome, cuando entraron las chicas.
--�Pap�, pap�, hemos visto a Javier besando a una chica y
toc�ndole su panochita! �dijeron antes de darse cuenta de mi excitaci�n.
Yo estaba a punto de eyacular. No pod�a parar ya.
--�Oh! El padre de nuestra amiga Susana dice que saca una
leche de su pene que es muy rica para todas las chicas. �Es eso lo que te sale,
pap�?
--S�, mis ni�as.
--�Nos dejas probarlo?
Yo dudaba. Eran mis hijas y yo su padre. Aunque la verdad es
que llevaba tiempo teniendo fantas�as con mis hijas. Sin darme tiempo a
contestar, se acercaron a m�, y me dijeron:
--Sabemos que si nos metes dentro tu pene nos podemos quedar
pre�adas y tener un beb�. Sabemos c�mo se hace ya que hace unos d�as Susana y
nosotras est�bamos escondidas y vimos c�mo lo hac�an sus padres. La madre de
Susana tambi�n va a tener un beb� muy pronto.
--Est� bien �les dije-. Pero antes deb�is desnudaros.
Estareis m�s c�modas sin nada encima. As�, los tres juntos desnudos.
As� lo hicieron y Ana agarr� mi tronco y empez� a chuparlo.
Le dije que lo lamiera como si fuera su golosina m�s rica y entonces se la meti�
en la boca. Sus lametones inexpertos, me estaban volviendo loco. Entonces,
Cristina protest� y sac�ndole el pene de la boca se la met� a Cristina. Sin
darse cuenta, hab�a puesto su mano sobre mis huevos, y agarr�ndole la mano a
Ana, me la puse encima. Con las manos de cada una en mis huevos, empec� a
frotarme. Al ratito, ellas mismas acariciaban mis huevos sin ayuda. Empec� a
eyacular. Cuando Cristina se hubo tragado parte de mi ardiente seman, le saqu�
el pene de la boca para met�rselo de nuevo a Ana. Puse mis manos sobre las
panochitas de las ni�as y acarici�ndolas, sent�a c�mo se humedec�an cada vez
m�s. Las dos ten�as las tetitas en punta.
Cuando termin�, me qued� tumbado boca arriba, con las ni�as a
cada lado abraz�dolas. Despu�s de unos momentos, le dije a Ana que mirara y
empec� a chupar y lamer las tetitas de Cristina mientras que masajeaba su
cl�toris. �Qu� panochita tan rica y suave ten�a mi ni�a! �Qu� delicia! Segu�
bajando la boca hacia abajo hasta llegar a su sexo. Le acarici� su rajita con la
lengua, lentamente, disfrutando al m�ximo, poni�ndonos los dos a mil, le met�
dentro de su vagina, y luego agarr� con los labios su botoncito. La ni�a se
estremec�a, gem�a y chillaba de placer. Al poco se vino y me com� sus ricos
juguitos hasta dejar su panochita limpia. Al mismo tiempo, ten�a el pene tan
parado que ped� a Ana que se lo metiese a la boca. La chiquilla as� lo hizo,
pas�ndome su dulce lengua lentamente por todo el tronco, luego meti�ndoselo
hasta el fondo. A la vez que Cristina, yo tambi�n me corr� llen�ndole de leche
la boquita de mi ni�a.
A los pocos minutos de recuperar las fuerzas, volv� a
masturbar a Cristina, le abr� completamente de piernas y empec� a penetrarla. Al
principio le dol�a. Iba muy despacio, sintiendo el roce de las paredes de su
vagina en mi tronco. Grit� cuando le romp� el himen. Par� unos segundos para que
se acostumbrara, y luego cogiendo impulso, se lo met� hasta el fondo. Volv� a
parar unos momentos y empec� a moverme muy lentamente. Al mismo tiempo, hab�a
cogido con la boca la cochita de Ana y se la iba mamando al mismo ritmo que
follaba a Cristina. Poco a poco, las dos chiquillas empezaron a gemir de gozo.
--S�iiiiiii, as� mi papi, sigue as�, m�temelo hasta el fondo,
aaaaagggghhhh, as�iiiiiiiiiiii, dame tu rica leche, hazme un hijo, papiiiiiii,
te quierooooo...
Yo estaba en la gloria. Sent� c�mo se corr�a primeramente
Cristina, en seguida, me com� los ricos juguitos de Ana y entonces me vine yo,
en una tremenda eyaculaci�n. Hac�a mucho, mucho tiempo que no hab�a tenido un
orgasmo semejante. El hecho de venirnos su hermana y yo, le volvi� a provocar
otro inmenso orgasmo a Cristina.
La dej� descansar unos momentos y entonces me dediqu� a Ana.
Le chup� sus deliciosas tetitas, con esos pezones oscuros que se pon�an de punta
cuando las excitaba; luego segu� bajando la boca hasta su panochita. En cuanto
la excit�, le abr� completamente las piernas y la penetr�. Hice lo mismo que con
su hermana; luego, me di la vuelta y la chiquilla se qued� sentada sobre mi
tronco. Le dije que se moviese e instintivamente comenz� un mete y saca tan
delicioso, que me cost� aguantarme sin venirme. Le dije a Cristina que pusiese
su precioso co�ito sobre mi boca para darle el mismo tratamiento que a su
hermana. As� lo hizo. Al poco, los tres nos vinimos en un tremendo orgasmo.
Ninguno de los tres nos dimos cuenta de que ten�amos un
espectador. Mi hijo Javier. Cristina fue la que se dio cuenta. Javier, ten�a
totalmente parado su pene.
--�Puedo participar? �nos pregunt� t�midamente.
--Pasa, hijo. Pero, �no has hecho nada de eso hoy? �Qu� fue
de la chiquita con la que estabas esta tarde? Tus hermanas te han visto.
--No pas� gran cosa. Lo �nico que pensaba al acariciar su
chochito era en que pod�a ser el chochito de mis hermanas �dijo muy bajito, con
la cara completamente roja y mirando al suelo.
--O sea que, �te gustan tus hermanas?
--S�, pap�.
--�Has follado alguna vez?
--S�, pap�, varias veces.
--�Y?
--Me gust� mucho, pap�. Me ense�� la hermana de Pablo, mi
amigo. Tiene mucha experiencia, porque es mayor que yo.
--�Sexo anal o vaginal?
--Las dos cosas, pap�.
--Bien �dijeron las ni�as.
--Ya lo has o�do. Puedes unirte a la fiesta.
Para ser tan joven, ten�a un tronco de unas dimensiones
enormes. Entre las ni�as lo desnudaron. No le importaba con cual de las dos
empezar as� que cerr� los ojos y cogi� a una de ellas que result� ser Cristina.
Sin abrir los ojos, cogi� su polla y se la clav� hasta el fondo de su vagina.
--Esperad un poco �les dije, y untando bien de vaselina el
culito de Cristina, empec� a penetrarla por detr�s-. Te va a doler un poquito
m�s ahora, mi ni�a, pero ya ver�s el placer que vas a sentir, chiquita m�a.
Consegu� meterlo hasta el fondo. Entonces empezamos a
movernos lentamente, con movimientos acompasados, llevando el mismo ritmo los
dos. Ana, al mismo tiempo, hab�a puesto su empapado co�ito sobre la boca de su
hermano. Poco a poco fuimos aumentando el ritmo entre gritos y gemidos de placer
de todos. Ana se corri� primeramente. Luego, la sigui� Cristina lo que nos
provoc� un tremendo orgasmo a su hermano y a m�. Al sentir los inmensos chorros
de semen ardiente de los dos, hizo que Cristina tuviese varios orgasmos seguidos
m�s.
As� pas� la noche. Desde entonces, dormimos en parejas,
aunque intercambi�ndonos las chicas, y haciendo numerosas org�as. Cristina, s�
que se qued� embarazada esa misma noche. A Ana, le cost� un poco m�s, pero a los
dos meses tambi�n estaba pre�ada. Cristina tuvo un ni�o, Gonzalo, y Ana una
ni�a, Amanda.
Enfrente de nuestra casa, hab�a un orfanato no muy legal y
por cuestiones legales, mis tres hijos se casaron al mes del inicio de nuestra
aventura con tres internos de ese lugar. Los "maridos" de las chiquillas, ten�an
dieciseis y diecisiete a�os. La esposa de Javier, ten�a su misma edad.
Los dos "maridos" s� que follaron con mis ni�as "en
compensaci�n" como dijeron, pero la chica de mi hijo, no ten�a mucho inter�s en
el sexo. Despu�s de un tiempo, las tres parejas desaparecieron del mapa.
Oficialmente, los hijos de mis hijas, son de los "maridos". Llevan su apellido.
La casa donde viv�amos no era muy grande por lo que tuvimos
que buscar una casa mayor. La encontramos en otra ciudad y nos trasladamos ya
que a m� me ven�a mejor por el trabajo. Era un caser�n enorme, que hab�a
pertenecido a una familia muy importante arruinada. El �ltimo miembro hab�a
muerto hac�a poco y la casa sali� en subasta. Necesitaba algo de obra, aunque no
nos import�. Lo conseguimos a un precio bastante econ�mico. Poco a poco, los
ni�os fueron creciendo. Al a�o y medio de haber tenido a Gonzalo, Cristina
volvi� a quedarse embarazada. Volvi� a tener otro ni�o, Eduardo. Amanda y
Eduardo, son clavados a m�. Posteriormente, Ana y Javier quisieron tener otro
beb� ellos solos. No nos importaba. Tuvieron otra ni�a, Bel�n, para regocijo de
todos. Tambi�n los ni�os mayores fueron iniciados a la misma edad que sus mam�s.
A Amanda siempre la ba�� yo. Seg�n fue creciendo, le
encantaba y a�n cuando ya pod�a hacerlo sola, siempre me lo ped�a. Todas las
noches ven�a para decirme que le ayudase. Cuando ten�a unos doce a�os reci�n
cumplidos, le vino la regla y durante el ba�o, me hizo preguntas. Yo le
contestaba. Le dije que a partir de entonces, ya pod�a tener beb�s, que cuando
pasase un poco de tiempo, la iniciar�amos en el sexo, que ser�a muy placentero,
etc.
--�Los gritos que dan mam� y Cristina cuando lo hacen con
Javi y contigo son de placer, pap�?
--S�, mi ni�a, ya ver�s qu� placer sentir�s cuando lo
pruebes.
--�Y por qu� se os pone tan grande el pene?
--Por el inmenso placer que sentimos. Cuando estamos
totalmente excitados y ya no podemos m�s, descargamos nuestra rica leche en
vuestro interior. Esa misma leche, al llegar a vuestros �vulos es lo que os
hacer tener beb�s.
Est�bamos los dos desnudos en la inmensa ba�era y a medida
que la lavaba le iba acariciando sus pechitos, su lindo conejito que se iba
poniendo m�s resbaladizo. Mi pene estaba enorme.
--�Podemos probar ahora, pap�? �me dijo gimiendo de placer.
--S�, mi ni�a.
Met� un dedo por su vagina y otro por su ano, luego dos y
hasta tres.
--Despu�s de probar conmigo, �te gustar�a probar con Javier y
con Gonzalo?
--S�, pap�.
Apenas pod�a hablar de lo excitada que estaba. Salimos de la
ba�era, nos secamos con la toalla y la llev� a mi cama. La ni�a ya hab�a visto
hacer un 69 por lo que la tumb� sobre la cama, me puse encima del rev�s, y le
hice su primer 69. Volver a tener un conejito virgen me volv�a loco. Al poco,
tuvimos en enorme orgasmo. Luego, me di la vuelta, le abr� completamente las
piernas poni�ndoselas sobre mis hombros y tomando impulso, le fui metiendo mi
verga en su hoyito virgen. Cuando lo tuve en el fondo, nos sentamos el uno
frente al otro. As�, primero con suaves embistes, para ir aumentando el ritmo,
la ni�a empez� a gemir y a estremecerse.
--As�, mi chiquitina, as�, lo haces muy bien, sigue as�,
s�iiiiii, mmmmmm, dale tus juguitos a papi cari�o, quiero hacerte un beb� mi
vida, quiero un beb� tuyo, as�..., qu� ricoooo, me vengoooo.
As� descargu� tremendos chorros de ardiente semen en su
vientre.
Luego la puse como un perrito, y le iba metiendo, los dedos
en su ano, para dilatarlo.
--Aqu� te lo quiero meter, preciosa m�a.
Cuando not� que ya estaba dilatada, le unt� con vaselina el
agujerito, y la penetr�. As� tambi�n tuvimos unos tremendos orgasmos. Esa noche,
la foll� unas cuantas veces. Al d�a siguiente, hac�a mal tiempo por lo que
alquilamos unas cuantas pel�culas. Nos pusimos en la sala, todos desnudos. La
nena se hab�a puesto deliberadamente entre Javier y Gonzalo. Yo ten�a a Ana
encima de m�, con mi vergota incrustada en su ano. Al poco tiempo, vimos c�mo
Gonzalo, empezaba a acariciar el co�ito de Amanda. Javier tambi�n hab�a empezado
a acariciarla y a besarla. Al poco, cuando Amanda ya estaba totalmente excitada,
Javier se sent�, cogi� a Amanda y se incrust� como est�bamos Ana y yo. Entonces,
Gonzalo, la embisti� por la vagina. Ana y yo ya hab�amos terminado y en ese
momento me estaba follando a Cristina. El tr�o iba m�s despacio, quer�an
disfrutar al m�ximo. Despu�s de follar a Cristina, me levant�, e incrust� el
pene en el culo de Gonzalo que ya hab�a sido previamente desvirgado por Javier y
�ste a su vez por m�.
Y as� es nuestra familia. Poco a poco va aumentando y ahora
ya, tambi�n Amanda espera su beb�.