Perro de Alquiler XIII
Luego de aquel viaje a ese "congreso" (que m�s pareci�
congreso de sexo) regres� a la capital, Angie se fue con sus 2 compa�eras,
Sophie y Teresa, ha Cob�n a entregar cuentas. Me cont� luego que la raz�n por la
que no me hab�a podido presentar a Teresa era que hab�a sido muy maltratada por
uno de sus clientes, y que por ello hab�an recibido una fuerte llamada de
atenci�n por parte de su pronexeta.
Pues bien, mi vida de puto volvi� a su normalidad,
entreg�ndole el culo a todo aquel que tuviera lo suficiente para poder pagarlo�
como do�a Eugenia Salam. Ya les hab�a dicho, ella es una de mis mejores
clientes. Continu� haci�ndole "trabajitos" durante bastante tiempo, aun se los
hago. Es una familia extra�a y pervertida la suya, y ese d�a me supe cu�nto.
Como ya les hab�a dicho, la se�ora es una rica viuda a la que
su marido le dej� una basta herencia, que sus 2 hijos manejan con ayuda de una
administradora contratada por la se�ora. Estos eran un par de j�venes de unos 20
a�os, altos y robustos, sexualmente muy agresivos. Los conoc� ese d�a, despu�s
de acompa�ar a la se�ora a las carreras de caballos, yo estaba aun cansado por
el viaje, pues reci�n el d�a anterior hab�a regresado. Los 2 muchachos llegaron
poco despu�s. Con nosotros tambi�n ven�a Sophie (pues Angie a �ltima hora no
pudo venir, por lo que la mand� en su lugar) pues Do�a Eu quer�a a una mujer
para� "jugar un jueguito que seguramente les gustar� mucho".
Arturo, quiero presentarles a mis 2 hijos, Marcos y Diego.
Mucho gusto�
Es un placer� � me dijeron, y yo me qued� un tanto
sorprendido, a cualquier hijo le molestar�a saber que su mam� frecuenta putos.
El es el semental del que les habl� mis amores� �vieran
como me agarra!
�Vaya, hasta que lo conocemos! � ahora estaba m�s que
sorprendido.
�Mire que satisfacer a nuestra madre es bien duro! � dijo
el otro.
Comprender�n el por qu� de mi sorpresa, y el de Sophie, pues
los muchachos hablaban de mi como si fuese alguna especie de profesional que su
madre contrat� para solucionar alg�n problema y que la dej� muy satisfecha por
sus servicios. Prefer� no seguir pregunt�ndome y mejor continuar con la salida,
de todas maneras ya hab�a visto cosas muy raras desde que empec� a vender mi
cuerpo.
Al rato se nos uni� Dania Maldonado, Licenciada en
Administraci�n de Empresas que trabajaba para los Gonz�les-Spross.
Arturo, le presento a Dania, ella es quien lleva mis
negocios en orden.
Mucho gusto. � le dije extendi�ndole la mano.
Mucho gusto. � me respondi� fr�amente y sin devolverme el
saludo con la mano, se le miraba de lejos lo pesada que era.
Despu�s de terminadas las carreras, do�a Eu anunci�.
�Estoy muy feliz! Esta tarde apost� y gan� mucho� �hay que
celebrarlo! Arturo, yo s� que usted tiene una tarifa y mucha disciplina para
entrenarse, pero talvez podr�a hacer una excepci�n hoy y acompa�arnos a mi
casa a celebrar� h�game ese honor�
Por supuesto se�ora� ser� un placer.
Nos fuimos todos a la mansi�n Gonz�les-Spross, que aun no
conoc�a (siempre que miraba a Eu era en alg�n hotel). Era inmensa e imponente,
hab�a por lo menos 50 metros de un hermoso jard�n desde la puerta del garaje
hasta la entrada de la casa, pintada en un sobrio color crema adornado por
columnas de piedra. Y el interior de la casa era todav�a m�s espectacular. Pisos
de madera, paredes color crema bellamente decoradas, escalinata en m�rmol�
sencillamente una casa diga de una reina.
Desde que cruzaron en umbral, la se�ora Eugenia se lanz� a
mis brazos.
Arturo, quiero de Dania lo mire desnudo, estoy segura de
que la va a dejar sin aliento.
�Aqu�? �En frente de sus hijos tambi�n?
No se preocupe, que ellos tambi�n est�n esperando verlo
desnudo� ver�, es que somos una familia un tanto� "especial", ji, ji, ji�
�Yo quiero! � dijo Dania como una ni�a peque�a, nada que
ver con la frialdad con la que me salud�. � Me muero por verlo sin ropa� por
favor, compl�zcanos�
Bueno� est� bien�
Despacio me despoj� de la ropa, dej�ndola toda en el suelo.
Las 2 mujeres me ve�an con la boca abierta, visiblemente excitadas por lo que
contemplaban, iban a pasar una noche para recordar.
Al pi� de las escalinatas, Eu se arrodill� a mis pies y me
agarr� la verga. Inmediatamente las 2 mujeres se pelearon por chup�rmela, hasta
me la jaloneaban un poco. Mientras, detr�s de ellas, los gemelos ya ten�an a
Sophie tambi�n de rodillas, manipul�ndoles sus largas y gruesas vergas. Ellos
eran due�os de unas decorosas trancas de 17 cm no tan gruesas como la m�a, pero
muy �tiles y funcionales. Sophie se las met�a alternadamente a la boca, mientras
las acariciaba con las manos y les sobaba los huevos.
�Alto! �Alto! Vamos a la salita� �Vamos a la salita! � dijo
Eu.
Todos subimos las gradas, los gemelos llevaron en hombros a
mi compa�era, que ya se estaba mojando solo de mamarlos. Llegamos a una peque�a
estancia, decorada con chimenea, una librera antigua y c�modos sillones. Eu
prepar� tragos para todos y se sentaron a tomar alegremente, yo continuaba
desnudo y con la verga bien parada, estar as� me calentaba un poco m�s por el
morbo que sent�a.
Despu�s vino otro y luego otro. Si cre�an que yo me iba a
poner azul, estaban equivocados, aunque no acostumbro tomar, no caigo tan f�cil
tampoco. De todas maneras si me puso alegre. Los gemelos tambi�n se pusieron
medio bolos, Eu medio azul y Dania si se fue para atr�s. La que estaba mejor era
Sophie, que definitivamente era muy buena con los tragos. Ella es blanca y
menuda (1.60), de piel blanca, ojos azules, cabello casta�o claro rizado y una
carita preciosa. Tiene una cintura estrecha, caderas pronunciadas con un bonito
par de nalgas. Y por arriba, un par de nada despreciables senos, no muy grandes
pero si perfectos.
Yo me sent� sobre el sof� grande, desnudo como les dije y con
la paloma parada. Eu, ya ebria, se me lanz� encima busc�ndome el falo con la
boca, pero sus hijos ten�an otra cosa en mente:
Queremos que las mujeres nos hagas striptease.
Apoy� la propuesta y Sophie se puso de pi� de inmediato,
coloc�ndose en medio del sal�n. Una borracha Eugenia se coloc� a su lado, y
luego Dania, a la que jalaron del brazo. Los gemelos se sentaron uno a cada lado
m�o. Eu puso una sensual m�sica y comenz� a contonearse voluptuosamente. Ella
tra�a un elegante traje sastre aqua que se ce��a indiscretamente a cada una de
sus turgencias y recovecos. Joyas y zapatos descubiertos y de tac�n de aguja
alto, iba muy elegante.
Por su parte, Sophie ven�a en un conjunto juvenil de falda
blanca con blusa azul, con un pronunciado escote que dejaba ver parte de sus
hermosos senos. Chal negro y zapatos del mismo color, adem�s de estar bien
enjoyada. Dania tra�a un traje sastre gris con blusa blanca de algod�n cerrada
al frente. Zapatos negros discretos y� nada m�s, ella no se caracterizaba por
una forma de vestir escandalosa, ni siquiera alegre.
Las 3 mujeres se mov�an en el improvisado escenario, Eu y
Dania esforz�ndose en ser calientes y sensuales, tratando de verse como
aut�nticas putas, algo que no le costaba en lo m�s m�nimo a la otra. Sophie se
arrastr� a mis pies, lami�ndome la verga, luego regres� al escenario. Angie ya
me hab�a advertido que era muy buena.
Baj� despacio y sensualmente el cierre de su falda, con la
ayuda de la boca de Eu, a la que lo puso a hacer para que todo fuera m�s
sensual. La se�ora se abraz� de las caderas de la puta, meti�ndole mano en los
senos, y desliz� el zipper con los incisivos delanteros hasta dejar caer la
prenda. Luego mi amiga sola se quit� la blusa y los zapatos, y luego, muy
despacio, el brasier blanco de encaje, sosteni�ndoselo frente a los pechos
mientras se contoneaba voluptuosamente. Al final lo tir� ante el griter�o y la
algarab�a de los 3 hombres presentes.
Nosotros, por nuestro lado, ten�amos los 3 las vergas de
fuera, y yo acariciaba las de los 2 con una mano mientras ellos hac�an otro poco
con la m�a. Nos est�bamos pajeando suavemente. Justo en ese momento Eugenia se
meti� en el escenario y se comenz� a mover alocadamente, seg�n ella haciendo un
baile sensual. Sophie decidi� ir en su auxilio y se puso a bailar junto a ella.
Gui� sus manos para que se quitara la ropa. Primero se abri� el frente del
traje, jugueteando un poco con cada bot�n. Luego mi compa�era empez� a bajar los
delgados tirantes de su brasier, dejando cada vez m�s al descubierto sus
inmensos senos.
Eu se mov�a contone�ndose como un gusano, con la puta
abraz�ndola por atr�s. Se acariciaba y restregaba sus senos, tomando las manos
de ella para que tambi�n lo hiciera. La verdad es que terminaron realizando un
muy er�tico baile, en donde las 2 mujeres se manoseaban y se meneaban al ritmo
de la m�sica.
Al fin Eugenia dej� caer su vestido, y Sophie le quit� las
bragas, lami�ndole por un rato el sexo. Luego se pusieron una frente a la otra y
comenzaron a bailar pegadas, rozando y restregando sus senos entre s�. Los
gemelos y yo est�bamos ya m�s que calientes.
La se�ora jal� a Dania, quien a rega�adientes ingres� a la
pista y se puso a medio bailar entre ellas. Fueron sus 2 acompa�antes las que la
desnudaron. Eu se puso delante de ella y le comenz� a desabotonar la blusa,
mientras mi puta amiga le bajaba desde atr�s el cierre de la falda, meti�ndole
las manos debajo y acariciando sus delicadas partes de mujer. Dania respiraba
aceleradamente y suspiraba profundamente, los diestros dedos de mi compa�era y
los lametones que la se�ora le daba a sus senos ya desnudos la enloquec�an.
Bueno, no pas� mucho tiempo antes de que las 3 hubiesen
quedado completamente en bolas. Bailaban calurosamente frente a nosotros con las
vergas de fuera. Yo los segu�a masturbando a ambos, mientras Diego me lo hac�a a
mi y Marcos me acariciaba el ano.
R�pidamente las 3 mujeres tomaron sus puestos a los pies de
los 3 hombres. Eu se apresur� y tom� mi instrumento de tortura entre sus labios,
Sophie lo hizo con el de Diego y Dania con el de Marcos, aunque se le notaba que
hubiese preferido el m�o. Las 3 mujeres parec�an estar metidas en una
competencia por ver qui�n era mejor chupavergas. Y los 3 hombres cerr�bamos los
ojos y los trab�bamos del intenso placer que nos daban, pronto estuvimos m�s que
duros.
Cada uno tom� a su puta y se la llev� a cog�rsela. La se�ora
Gonz�les-Spross me mont� sobre el sof�. Sub�a y ca�a violentamente sobre mi
falo, berreando a todo pulm�n como si la torturaran a muerte. Mi puta amiga
estaba boca abajo sobre un sill�n, con las rodillas en el suelo y abri�ndose el
culo para darle paso al pene de Diego, que prefer�a dar por el ano. Dania estaba
boca arriba sobre un sill�n, con las piernas abiertas y recibiendo a Marcos.
���AH!!! ���AH!!! ���AH!!! ���AH!!! ���AH!!! ���AH!!! �
Do�a Eugenia.
���OOOUUUUUGGGGHHHHRRRRGGGG!!! � Sophie.
���MMJJJMMMRRR!!!� �MMMMM! ���OOUUUGGHH!!! � Dania.
Las pusimos en diversas posiciones y nos las intercambiamos,
y ellas aceptaban como mansas palomitas, como verdaderas perritas sumisas. Dania
berre� como una loca cuando yo la apoy� sobre el respaldo de un asiento y la
penetr� furiosamente, mientras Sophie era penetrada por ambos orificios, con
Diego abajo y Marcos arriba. Eu se contentaba con lamerles lo que pod�a y
esperar su turno. Me sorprendi� que estuviera lami�ndoles el culo a sus 2 hijos,
nunca me lo imagin�, eso era incesto. Pero bueno, a esas alturas no s� por qu�
me sorprend�an esas cosas. Despu�s Sophie se sent� en el sof� con las piernas
abiertas y su raja abierta, enrojecida y chorreante, y yo hund� la cara de Dania
en ella mientras la enculaba como un salvaje, seg�n la muchacha me ped�a.
�La quer�s m�s duro, perra?� ��LA QUER�S M�S DURO?!
���AH!!! ���SIIIIII!!!� chump, chump� ���AH!!! ���AH!!!�
chump, chump� ���P�RTAME EN DOS!!!
Del otro lado Eu era partida a la mitad por sus propios hijos
en una penetraci�n doble. La casa era un concierto de gritos, alaridos,
gru�idos, rugidos, berridos y bufidos. Ninguno ten�a piedad, ellas no la quer�an
de todas maneras. Terminamos en un derroche de semen, las 3 mujeres se relam�an
entre ellas despu�s de recibir la semilla de sus hombres en la cara. Tambi�n
lam�an lo que se hab�a derramado en el suelo. Terminaron en el cuarto de do�a Eu
durmiendo profundamente como a eso de las 4 de la ma�ana.
Me levant� temprano, como a las 6, no pod�a dormir bien,
desde hac�a mucho que un buen sue�o me era negado. Siempre andaba tenso, siempre
preocupado, y con un sentimiento de desaz�n muy grande en su interior. Ya
llevaba mucho tiempo en esto, me quer�a salir, pero todav�a no ten�a idea de qu�
hacer, qu� direcci�n tomar. �Renunciar?, jam�s, aun necesitaba del dinero. Pero
entonces� �qu� me quedaba por hacer?
A mi mente regresaron las escenas de encuentros anteriores,
interminables sesiones de sexo duro, dominante. Me record� tirado en el suelo,
sometido, subyugado por alg�n hijo de puta que ni conoc�a, a veces hasta
amarrado. Record� a mi esposa Luc�a y a mis hijos, los amaba mucho, los
extra�aba, pero �qu� les iba a ofrecer? �Tan solo era un puto por la gran puta!
Adem�s, la verg�enza de que me fueran a descubrir me deten�a y me alejaba de
ellos.
Me record� siendo cogido entre varios, por hombres fuertes y
violentos, cuyos embates eran tan brutales que ya ni pod�a hablar. Me horroric�
de la manera en que permit�a que me tratasen, pero tambi�n de lo mucho que me
gustaba. Y al final, nuevamente la misma y quemada pregunta regresaba a mi
mente: �qu� hacer? Hasta ese d�a el devenir de la vida hab�a marcado mi camino
por medio de sucesos, unos malos y otros afortunados (buenos ninguno) y yo hab�a
sabido aprovecharme de ello.
�Podemos acompa�arlo Arturo? � pregunt� una voz grave de
hombre, sac�ndome de mis cavilaciones, era Marcos, seguido por su hermano
Diego.
��Ehh?!� si, si�
No duerme mucho usted, �Eh? � inquiri� Diego.
No, no� por m�s que lo intente�
Eso es bueno, � agreg� Marcos � el que madruga� se come
todo el desayuno, je, je, je� �asent�.
Los 2 j�venes andaban por completo desnudos, yo me cubr�a las
partes pudorosas con una toalla. Sus imponentes cuerpos de 1.89 eran un homenaje
a la belleza masculina. Piel blanca, cabello negro y ojos verdes, eran un par de
Adonis. Sus grandes test�culos se ve�an apetitosos como chupetes, y sus penes
tambi�n invitaban a la gula.
Se pusieron junto a mi, a los lados, est�bamos en el balc�n
del cuarto de su madre, que dorm�a a pierna suelta su borrachera, con Dania
abrazada a una de sus grandes mamas. Del otro lado, Sophie dorm�a boca abajo,
abrazada a su almohada y completamente desnuda.
Los gemelos comenzaron a rozar mi cuerpo peludo, pasaban las
yemas de sus dedos a lo largo de mi, rozando apenas mis abultadas nalgas. No me
pude oponer, tener a 2 hombretones como esos a mi lado ya no pod�a serme
indiferente. Lentamente fui levantando y elevando mis caderas y bajando mi
abdomen, mostr�ndoles el culo que encontraban jugoso. Los gemelos comprendieron
y bajaron sus manos a ese sensible punto de mi anatom�a.
Me meneaba al ritmo de las caricias, r�pidamente sent� sus
dedos acariciando y revolvi�ndose entre mis nalgas, meti�ndose f�cilmente dentro
de mi d�cil ano y jugando con mi recto, movi�ndose en c�rculos y dilat�ndolo,
justo como a mi gusta. Mi vergota ya se hab�a puesto firme, lista para ser
mandada a la guerra.
Vamos� � me dijo uno de los gemelos.
Los 3 salimos de la rec�mara y caminamos hacia la sala, iban
manoseando a su puto (yo). All� comenzaron a besarme apasionadamente. Diego por
delante y Marcos por detr�s, toqueteaban entero mi cuerpo, acariciando mis
huevos, test�culos y pezones.
Diego sac� mi pene de su cubierta de piel (recuerden que no
estaba circuncidado) y lo empez� a acariciar. Pronto Marcos empez� a tratar de
penetrarme, y en un santiam�n ya me ten�a empalado y sujeto de las caderas. Me
comenz� a dar duro, r�pido y tupido, tratando de llegar lo m�s profundo que
pod�a. Su hermano por su parte, me hab�a tomado del pelo y me hab�a bajado hasta
sus pezones, los cuales yo lam�a y chupaba mientras gesticulaba y gru��a por el
esfuerzo de mi muy experimentado culo.
En un 2 por 3 ya estaba mam�ndosela, agachado con las piernas
separadas y el culo parado. Mientras Marcos me empalaba furiosamente por detr�s,
Diego me enterraba su falo enardecido hasta la garganta. A pesar de que me
costaba respirar, lo estaba disfrutando mucho, debo reconocerlo.
Lo gemelos cambiaron de posici�n, me acostaron boca arriba
sobre la alfombra y Diego pas� a ocupar el lugar de su hermano, cogi�ndose
desesperadamente al perro que gimoteaba ruidosamente, comi�ndose la verga de
Marcos. Los 2 muchachos parec�an taladros por la velocidad con la mov�an sus
caderas, meti�ndome sus miembros sin compasi�n alguna.
En cierto momento, Diego se sali� de mi y me llev� al sof�.
Tom� asiento con su largo falo mirando al techo y me lo se�al�. Comprend� y me
sent� sobre el, desliz�ndolo a trav�s de mi recto. Lo comenc� a cabalgar,
subiendo las caderas y dej�ndolas caer violentamente despu�s, como sab�a que le
deb�a gustar al muchacho Por atr�s sent� la tibia lengua de Marcos pasar sobre
mi espalda peluda, bajando despacio, caus�ndome corrientazos de electricidad que
me sub�an y bajaban por la espalda, hasta llegar a mi ano en donde se entretuvo
un buen rato chup�ndolo al comp�s de mis subidas y bajadas. Pero entonces sent�
algo raro que en un principio me alarm�. Era Marcos sobando con la cabeza de su
pene sobre mi ano.
�Ya ha hecho una cogida doble antes Arturo?
�U-� u� una� ha, ha, ha, ha� una qu�?
Veo que no� no se preocupe, no le va a doler mucho�
Trat� de quitarme, de bajarse de encima de Diego, pero este
me sujet� de los brazos. Por otro lado, un hombre de mis dimensiones y con mi
fuerza se hubiese podido liberar de eso con un poco de forcejeo, pero tampoco lo
hice, en el fondo deseaba ser doblemente empalado. Era mi sed de
autodestrucci�n.
Cerr� los ojos y frunc� el ce�o en un rictus de dolor cuando
sent� la cabeza del palo de Marcos empujar y luchar por ingresar cuando la verga
de Diego estaba entrado. Y se me sali� un largo bufido de dolor cuando este
logr� ingresar. Sent� cent�metro a cent�metro al pene de Marcos, que se me met�a
hasta el fondo de mis entra�as, para reunirse con el de su hermano. Jam�s hab�a
hecho eso, a pesar de que ya hab�a sido el plato principal en tr�os, cu�druples�
hab�a cogido incluso con 5 a la vez, pero nunca me hab�an hecho una penetraci�n
doble.
No sab�a como, pero mi ano se dio abasto para recibir y
albergar esos 2 grandes penes. En cuanto Diego y Marcos sintieron que el culo de
su puto ya hab�a asimilado sus 2 vergas, iniciaron la dulce, pero dolorosa
tortura, clav�ndomela a un mismo ritmo y con la misma fuerza, mientras gem�a y
gritaba de esa embriagante mezcla de placer y dolor.
Poco tiempo despu�s, los 2 gemelos me perforaban
descontroladamente, me daban lo m�s fuerte que pod�an, ya ni estaban coordinados
en la cogida. Y yo apretaba los dientes y gru��a v�ctima de un terrible dolor,
pero igualmente de un poderoso placer. Estaba all� para recibir lo que me
quisieran dar, para todo lo que quisieran hacer conmigo.
Sophie escuch� mis terribles gru�idos y baj� r�pidamente,
alarmada, para ver qu� era lo que pasaba. Eu y Dania no sintieron absolutamente
nada, tal era la matraca que se pusieron. En cuanto mi compa�era de armas me vio
empalado por esos 2 salvajes se tranquiliz�, sab�a que lo hab�a consentido. Se
acerc� y le meti� 2 dedos a cada hermano y los comenz� a revolver dentro de sus
anos. Los muchachos trabaron los ojos de placer y no tardaron mucho m�s.
Me pusieron de rodillas y me echaron en la boca todo su
semen, llen�ndomela. Ella se arrodill� a mi lado y comenz� a lamerme para
saborear un poco de esa suculenta esperma. Los 2 quedaron tendidos en el sof�,
rendidos, yo arrodillado por un buen rato, como en una especie de transe.
Siempre que me tocaba ser pose�do de esa manera, terminaba como en transe.
Mas adelante le seguir� contando, ya nos acercamos al suceso
que cambi�, definitivamente, lo poco que me quedaba de mi vida anterior.
Mientras tanto, los invito a seguirme escribiendo al correo electr�nico de mi
cu�ada, que tan gentilmente me ha prestado, gracias.
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO
Continuar�
Garganta de Cuero.