Relato: 9 cogidas en Mexico A las cinco para las diez
Aquella noche sent�a la cama inmensa, fr�a, ya eran casi las 10, no ten�a mas alternativas que dormir, las calles me resultaban hostiles y los ladridos de los perros de dos patas me intimidaban. El �nico lugar seguro, las cuatro paredes de ese peque�o cuarto y el ruido de una programaci�n ensordecedora. S�lo hab�a una peque�a luz, una llamada que no llegaba haciendo mas larga la agon�a.
La angustia y la desesperaci�n me arrojaron fuera del cuarto, quiz� la se�al del tel�fono no era buena. Al salir observ� a un intruso en mis planes, un hombre de treinta a�os, tez clara, pelo negro corto, encogido por el fr�o y mandando mensajes de su celular, -que atrevimiento, estaba sentado en el lugar que yo quer�a para esperar a que pasara el tiempo-.
De momento no supe que hacer, el ahora me ve�a, y yo me ve�a a mi misma con un su�ter y pantal�n, no tra�a mi disfraz, la pintura se hab�a borrado de mi rostro, el pelo en desorden sujetado con un broche, el fr�o encog�a mis hombros y mi rostro se frunc�a de frustraci�n porque no recib�a la llamada.
Pens� en regresar al cuarto, di unos pasos sin sentido y termin� derrot�ndome ante un sill�n gris. No recuerdo quien habl� primero, posiblemente �l hombre de tez blanca, yo al principio no deseaba hablar, aunque lo necesitaba, ya eran dos d�as sin comunicarme con nadie. La pl�tica fluy�, de educaci�n pasamos a pol�tica, de pol�tica a clima y as� sucesivamente. Est�bamos ah� sentados a dos metros de distancia, porque no hab�a nada mejor que hacer.
Superado el trauma del disfraz, no me importaba como me ve�a, al principio �l no me interesaba, yo no intentaba gustarle, no lo quer�a seducir, -lo ten�a todo muy claro-. As� que retom� la pl�tica, pasaron las horas, los j�venes sub�an y bajaban, parejas se paseaban, perfumados abandonaban sus cuartos y la pl�tica continuaba, le ocultaba informaci�n no trataba de ser honesta con �l, pero las cuentas no cuadraron y me descubri�, evidenci� la falta de informaci�n, y entonces lo vi, no hab�a cuidado mi camino a �l, siempre evado a los hombres, les dijo palabras incoherentes, trato de que me vean exc�ntrica y corran, pero ahora me hab�a mostrado como realmente soy.
No puse la barrera, no sent� amenaza, me sent� segura, y mientras pensaba la pl�tica continuaba, entre enfrentamiento de ideas y pocas coincidencias, lo que me reten�a era la soberbia, demostrarle que yo ten�a m�s elementos que �l para argumentar mis afirmaciones. Entre la acalorada pl�tica y el fr�o pens� en despedirme, mis manos congelados tomaron el tel�fono que estaba en el descanso, seguro lo vio, porque en eso lleg� la propuesta. Vamos a un bar a tomar algo-.
No lo dude y dije s�, quer�a salir, caminar con tranquilidad por las oscuras calles, le dije que me diera cinco minutos, entre y me puse un pantal�n, mis zapatos, una blusa y una chamarra, retoqu� el maquillaje, solt� mi pelo, tome mi bolsa y sal�. No vi su reacci�n, -de hecho poco lo ve�a, el era quien me ve�a-, lo percib�a soberbio e ir�nico incluso.
Salimos del hotel, caminamos por las calles conservando la distancia, tirititando de fr�o me sobresalt� al ver como un portal serv�a a decenas de pordioseros para pasar la noche. Continuamos el rumbo, ya estaban cerrando los lugares, uno por fin nos acept�, ten�a fri�, as� que ped� un tequila, �l, Ans, pidi� lo mismo aun cuando observ� que lo le gustaba, la pl�tica continu�, la m�sica me molestaba, la chava cantaba mal, se acerco un ni�o e insisti� en que me comprara una, yo le dije que no y met� las manos en la chamarra, la compro, la coloco de mi lado y dijo haz lo que quieras con ella, yo te la regalo.
Observ� riesgo, pero a fin de cuentas era solo una rosa, no me compromet�a a nada con �l, yo pagar�a mi consumo. Me platic� su vida, de sus padres y todo lo que hac�a, una se�ora se aproxim�, varios ramos de rosas se posaban en sus manos y la suplica se repiti�, me pidi� escoger un ramo, vi los colores y escog� el que para m�, menos me compromet�a. Me divert�a evidenciando el poco efecto que causaban en m� las rosas, pero ten�a miedo de abrir mi puerta.
El tiempo de cerrar el negocio lleg�, relativamente nos corrieron, con tres tequilas encima nos levantamos, el insisti� en pagar la cuenta, yo bastante pr�ctica pens� en el uso que podr�a darle a ese dinero, As� nos pusimos a caminar cuando la fatalidad me lleg�, ca�a a un hoyo y �l, -me sujet� al vuelo, me tom� de la cintura y me beso-, (fue un beso que evidenciaba que era un hombre desesperado por besar, por sentirse amado, como una especie de aspiradora que quiere succionar todo y me toca el ser).
Regresamos caminando, mi dijo que si me pod�a abrazar, le dije que s�, ten�a fri� y de esa forma me tapaba el aire, pero me agradaba sentir sus brazos sujetando mi cuerpo.
No permit� que me volviera a besar, pero lo dejaba que me abrazar� para no perder el cobijo, llegamos al hotel, ped� mi llave, me acompa�� a la habitaci�n, uno frente al otro continu�bamos hablando, el no se iba y yo no daba paso atr�s, me hizo voltear a ver al encargado de la recepci�n para que viera una estupidez y volvi� a besarme ahora en otra t�nica, me quit�. El busco mis ojos y me dijo, que no me vas a invitar a tu habitaci�n?. En ese momento me confund�, re�, Ja, ja, ja, unos rosas, tres tequilas, dos besos, una caminata y 5 horas de charla val�an una cogida. Pero lo deje entrar al cuarto.
La piedra en el zapato
Al d�a siguiente antes de salir del cuarto el hombre seductor me hizo una invitaci�n a desayunar en el restaurante del hotel, desde que la vi, empec� a planear como podr�a vengarme de la noche anterior, A�Pero c�mo? deb�a pensarlo, yo no cuesto tan barata, me doy a valer. Acud� al desayuno, mas nada hablamos, su compa�era de cuarto estaba presente, mi altivez era soberbia, intercambiaba sonre�a y mis ojos brillaban, �l a lo �nico que hizo alusi�n fue a que Rosa se iba esa misma tarde, abandonar�a el cuarto a las 12. Y bueno me pidio que le hici�ramos como Rosa y �l, compartir la habitaci�n para economizar en mis gastos, usar�a la misma cama que dejar�a ella.
Me enfad� Rosa y lo mostr�, �l hombre sensual pago mi desayuno, insistieron en esperarme para que tomara mis cosas, les dije que no y que se fueran, Rosa me dijo que si nos ve�amos para comer juntos, que nos busc�ramos a la salida y les dije s�. Lo �nico que quer�a era recobrar lo que hab�a perdido, mi espacio, mi libertad. La conferencia estaba bastante aburrida, as� que la imaginaci�n empez� a volar, tome la decisi�n de vengarme.
Sin decirle nada fui al hotel, recog� mis cosas y las cambie a su cuarto, regrese a las conferencias y se dieron las dos, la hora de la comida, ya no sabia que hacer, empezaban las dudas, pero ya estaban ah� parados junto a la puerta esper�ndome, -como me escapo-, pero sobre todo como me escapo de ella. Caminamos al comedero que yo ya ten�a identificado, fue una comida fatal, Rosa es una ignorante total-
En la comida ya fui menos soberbia con Rosa, estaba en la mesa de al lado el camar�grafo quien por cierto le desagradaba mucho a �l, Intercambiaba palabras con �l.. Nuevamente pago mi consumo, recogimos las constancias. Como todo un caballero que es nos compr� unos helados y caminamos al hotel, ah� fue cuando se acerc� a mi y me pregunt� que hab�a pensado, - mis cosas est�n en tu habitaci�n-. Fin de la pl�tica, Rosa ya estaba de nuevo cerca de nosotros.
Rosa recogi� sus pertenencias, yo me recost� un rato, me tape con la gabardina, �l estaba parado en el arco de la puerta y ah� se qued�, se acercaban las cuatro y suger� que Rosa se llevara de una vez sus cosas para que ya no anduviera dando vueltas y aprovechara la presencia de un hombre, Ans le ayudara.
Nuevamente no los acompa��, me desagradaba que me vieran caminando con Rosa, la soberbia me ganaba, era ella una naquita, sola me sent�a mejor. Ans tambi�n la dej�, pudo darse cuenta que la rechazaba. La busqu� en el Teatro y me desped� de ella. Transcurri� la fatal y �ltima conferencia, el dolor de cabeza se apoder� de m�. Termin� la sesi�n, nuevamente la puerta, ah� estaba, ahora solo, como mi irrenunciable camino, ten�a dolor de cabeza. Caminamos al hotel, intercambiamos pocas palabras, trataba de disculparse por Rosa, por �l, por todo, creo que pensaba que yo le iba a salir con una tonter�a.
Cuando el Congreso termin�
Llegamos al cuarto, (6:00) se abalanz� sobre m�, los besos, las manos, (-y bueno para eso estaba ah�-), bajo mi pantal�n, baj� mi tanga, bajo su pantal�n y me penetr�, sent� su pene muy grueso muy grueso que me llenaba toda pero le dije que no, sin cond�n nada y me dol�a la cabeza. Sali�, mientras tanto me recost� y roci� perfume en la habitaci�n. Regreso mas r�pido de lo que esperaba, aun vestida intentaba dormir.
Pens� que podr�a dominarlo, pero no fue as�. Nuevamente estaba sobre m� (6:10), me despoj� de la ropa, se despojo �l y me penetr� con verga, el sobre m�, a cierta distancia, observando con cierta soberbia, yo cerraba los ojos para sentirlo adentro, me preguntaba si me gustaba, si quer�a m�s, el olor a cond�n me despertaba. Termin� emitiendo algunos gritos y as� eyaculo, retir� el cond�n y se recost� sobre la cama, me pregunt� porque no hab�a sentido un orgasmo, y le respond� que la cabeza, me dio la pastilla que me llevaba y nos recostamos un rato, a �l no le incomodaba la desnudez de su cuerpo, a mi tampoco, pero ten�a fr�o as� que me vest� nuevamente.
Paso un tiempo (7:00) ya ten�a m�s control de la situaci�n, lo empec� a seducir e inmediatamente se precipit�, trate de hacer una pausa, le dije que habr�a que grabarlo, pero me dijo que lo habl�bamos en un ratito, todo sigui�, movi� mi cuerpo con tal sutileza que recostados en la cama y d�ndole la espalda nuevamente sent� como su verga estaba dentro de m�, no lo pod�a ver pero disfrutaba mucho.
La eyaculaci�n no tard� m�s, mord�a mis labios para evitar que gritara mucho. Sin palabras volvi� a recostarse. Retome el tema de la grabaci�n, me pregunto por mi c�mara, le dije que con la suya, no hubo respuesta. Me vest� y sal� fuera de la habitaci�n, me empezaba a frustrar que no ten�a grabaci�n, el �nico que estaba obteniendo algo era �l.
Sali� de la habitaci�n hablamos un rato y volvimos a entrar (8:00), lo intentar�amos, apenas cerr� la puerta bajo mi pantal�n, baj� el suyo, me cargo y encaj� su miembro erecto en mi concha, que se contrajo ante la sorpresa, me sub�a y bajaba, me dijo -d�jate llevar, no tengas miedo--. Cuando volv� a ser conciente estaba nuevamente en la cama a la orilla y el me penetraba suave e intenso con su miembro grueso, intercalando ritmos y haci�ndome perder la noci�n del espacio. Eyaculo en mi vagina, pero dentro de su cond�n.
El cansancio nos hac�a presas, dormitamos un rato, nuevamente me vest�, caminaba por la habitaci�n, el sol ya hab�a desaparecido, la luz natural se fugaba y ahora como diablos iba a grabar. Despert� (9:00) y me cargo entre sus brazos, me dijo que ya no pensara tanto, y cuestion� sobre el motivo de la grabaci�n, le di mis razones, pero no valieron, cuando menos acorde parada a un lado de la cama un una pierna arriba y entreabierta estaba nuevamente dentro de m� su pene, tocaba mis pechos, acariciaba mi cuerpo y yo s�lo recib�a su fuerza, lo empezaba a percibir como todo un Don Juan con mucha experiencia en los asuntos amatorios.
Primero sub� una pierna, despu�s otra y finalmente eyaculo, solo que ahora se retir� el cond�n y se vino sobre la piel de mi espalda. Sent� su leche caliente.
Insist� en la grabaci�n, pero ya con m�s rabia, se molest�, me molest� medit� las cosas y lo invit� a salir. Nos sentamos en una cafeter�a hablamos de m�, de �l, del trabajo, el fr�o nos hac�a presas, un ni�o se acerc� a ofrecernos rosas, �l me compro una, aunque creo que lo hizo mas bien porque nos dejar�n en paz todos los ni�os y personas que vend�an flores.
En todo el camino de regreso me la pas� toc�ndolo, acorral�ndolo en los rincones, haci�ndolo correr, quer�a excitarlo en exceso para que me dijera s� a todo, llegamos al cuarto del hotel (11:00), yo tome la revancha, me abalance sobre �l, pero no le gusto, cambio los roles y volvi� a asumir el papel de seductor, lo acariciaba, no me resignaba a que las cosas fueran as�.
Me cargaba, me pasaba de una cama a otra, y otra vez la seducci�n, las labios se deslizaban por mis entrepiernas, sin llegar a mi pubis, su lengua jugueteaba con mi cl�toris, sus dedos se sumerg�an en mi concha, mi ano era suavemente acariciado, su verga se met�a por momentos dentro de m� y yo excitada a la locura, mi estimulo hasta el cansancio, me rogaba que me viniera y mi cuerpo se desas�a por su pene. Se puso el cond�n, me penetro a la orilla de la cama, sent�a como chocaba contra mi cuerpo. Se vino mientras me dec�a hag�moslo juntos.
Se tir� a un lado y me pregunt� que pasaba, le repet� lo de la grabaci�n, pero ahora s� se encresp�, me dijo un rotundo no, me enoje, discutimos ligeramente, (12:20) nos cogimos con rabia, como en una especie de demostraci�n de poder, me tiro a la cama y me la meti� otra ves, arriba de m�, observ�ndome con soberbia, controlando la follada. En medio del placer eyacul� dentro de m� en su cond�n.
Se tiro sobre la cama quer�a dormir (2:00), me desnud�, lo empec� a acariciar, la erecci�n estaba presente, recorr�a mi cuerpo con su pene grueso, lo pasaba entre mis pechos, lo pasaba cerca de mi boca mientras yo estaba recostada, le pregunte si quer�a que se lo mamara, calladamente me dijo que s�, lo hice, pero creo que no le gust� que tomara la iniciativa, despu�s empez� a jugar con mi cl�toris, su lengua acariciaba mis labios, sus dedos penetraban todo espacio posible, la excitaci�n ahora si estaba presente, le ped� que me dejara montarlo, lo intent� pero su pene se doblo, se quej�, me tire a un lado y todo termin�.
Pero la hombr�a no lo dej� quebrar, apenas pudo reanud� el ritual, me dijo me voy a venir y le ped� que lo hiciera sobre m�, su rostro se descompon�a, se retir� el cond�n lo m�s r�pido que pudo y dej� fluir su semen. Grandes cantidades de leche ba�aron mi piel, se tumb� en la cama y no pudo m�s. Dijo no puedo m�s, acaso crees que no me canso-.
Las suaves caricias me despertaron (8:00), me buscaba, tocaba mi piel, recorr�a mi piel con su lengua, separ� mis piernas, el sue�o me venc�a, su lengua recorr�a nuevamente el camino, mi vagina lubricaba, su pene estaba erecto, sin besos, sin caricias de mi parte, su pene se introdujo dentro de m�, mi cuerpo de lado, con una pierna arriba recib�a toda su fuerza, el olor a cond�n invad�a el mensaje y la suplica nuevamente -vente conmigo-, -lo voy a hacer-, -vamos-.
Bruscamente se levant� de la cama, y se meti� a ba�ar, me vest�, acomod� las camas, espere que saliera de ba�ar, le ped� que lo hici�ramos una vez m�s, no quiso y me pidi� que me arreglara para bajar a desayunar, guarde silencio, hice todo sigilosamente, me cambie, trate de provocarlo mientras me vest�a pero nada paso, estaba decidido. Bajamos a comer, salimos a hacer unas compras, caminamos por las calles pensando en que ten�amos poco tiempo para regresar a recoger las cosas.
Cinco minutos para la salida
Me pregunt� (11:20) A�qu� te llevas de m�?, nada, le dije nada, lo que quer�a no me lo diste, A�pero qu� te compro-, A�qu� quieres?-, con que me recordar�s, -con nada, esto termina hoy-, compramos cada uno y regresamos al hotel, investigu� salidas y subimos por las maletas.
Al entrar al cuarto me mir� y me dijo, -sabes si te vas a llevar algo de m�- mientras me bajaba el pantal�n, -te vas a llevar esto-, mientras que sent�a como su verga erecta, llenaba todos mis huecos, sus brazos sujetaban mis nalgas y sub�an y bajaban al ritmo de su cuerpo, me tiro a la cama, me sujetaba suavemente mientras que su verga entraba y sal�a con gran fuerza. Se vino en un cond�n, dentro de mi cuerpo.
Comprendimos que entonces todo hab�a terminado. Vestimos, arregle mi maquillaje, acomod� mi pelo y salimos fuera, el cargaba todas las cosas, yo solo me encargaba de las rosas y mis pertenencias mas peque�as, pag� el cuarto del hotel y la cuenta del restaurante, salimos, paro un taxi y lo abordamos, el taxista hablaba mal de las mujeres a mi eso no me importaba. Ya era s�bado (12:00).
Llegamos a la Terminal, baj� todas las maletas y pago el taxi, el taxista me grit� a lo lejos, -se�orita, se le olvida su ramo-, -que va a pensar su novio-, todos nos voltearon a ver, me dio un poco de pena, solo tome el ramo que �l me hab�a dado y me met� al edificio. �l espero a que yo arreglara lo m�o, que escogiera salida que comprara el boleto, despu�s fue �l, casualmente no hab�a salidas sino hasta despu�s de que yo me fuera, en fin. Esperamos en la misma sala, me pidi� precauci�n, que cuidar� los detalles, que buscar� estrategias para no delatarme.
La hora se acercaba, lo vi triste, no quer�a que me fuera, cinco minutos para mi salida, -adi�s-, recu�rdame, -claro te recordar�-, A�pero me llamar�s?, Subi� mis cosas al autob�s me beso intensamente no volv� la mirada m�s a �l.
Aun no sal�a el autob�s cuando recib� su primer mensaje, A�Qu� te llevas de mi? Intercambie algunos mensajes con �l mientras que sal�a su autob�s, mas ninguna de mis respuestas le complac�an, era como si me estuviera forzando a decirle que lo quer�a.
Y ah� qued� una historia que destapa mas dudas que respuestas. Me lo cog� y cada vez que �l me escrib�a era para decirme que se siente solo, que me quisiera junto a �l, y lo escucho, lo percibo, quisiera ayudarle a sentirse mejor.
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Relato: 9 cogidas en Mexico
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