La historia comienza un buen día, en
vacaciones de Semana Santa, estando desayunando mama me dice si al terminar
me podría acercar a casa de Elvira, ella tenía un problema con
su equipo de música y unas lámparas (Con 17 años yo era
tremendamente mañoso y me encantaba la electrónica) En principio
protesté, mis amigos y yo teníamos programado un partido de fútbol
y mama empezó a enfadarse conmigo y al final me amenazó o le hacía
ese favor o me suspendía la paga del fin de semana, ante eso y refunfuñando
me dirigí a casa de Elvira. Mi cabreo desapareció en cuanto ella
me abrió la puerta. Vestía un camisón muy fino y sobre
él una batita haciendo juego, estaba divina, me la quedé mirando
con la boca abierta y ella partiéndose de risa me dice...
¿Qué pasa chico? ¿Es que nunca viste a una mujer en ropa
de casa en tu vida?
He dicho antes que tengo bastante facilidad de palabra y a pesar de estar embobado
supe reaccionar...
Por supuesto que sí... a mi madre, pero no es para comparar contigo Elvirita,
estas tan guapa... en mi vida he visto a una mujer mas linda y tan de mañanita...
Venga zalamero, acabo de levantarme de cama y tengo que estar horrible
Te juro que estas guapísima Elvira, si tuviera algunos años mas
tu marido tendría que preocuparse.
Elvira se me quedó mirando... como pensativa, en sus labios bailaba una
especie de sonrisilla maliciosa y sus ojos brillaban mas que nunca, me ordenó
pasar y me codujo al lugar donde tenía el equipo de música, el
problema que tenía era muy sencillo de solucionar, solo era el enchufe
pero a mi ya solo me importaba estar con ella el mayor tiempo posible, no me
cansaba de mirarla.
Oye Ricardito si la cosa es complicada me importa mucho mas que trates de repararme
la lámpara la necesito mucho mas que al equipo de música.
Bien miremos la lámpara y luego sigo con el equipo.
La lámpara tenía unos hilos fundidos debido a un corto circuito
por lo cual tuve que bajarla no sin dificultad, estaba situada bastante alta,
hice las sustituciones correspondientes y lo peor vino después para subirla,
la escalerita era bastante corta y yo bastante bajo, entonces ella me dijo...
Tu sujeta la escalerita que no me vaya a caer, como soy mas alta no tendré
dificultad para colocarla.
Se subió a lo alto de la escalera y yo por poco me desmayo no tenía
puesto nada debajo, su coño se veía a la perfección, mi
polla comenzó a estirarse a una velocidad insospechada, ella siguió
con la labor de colgar la lámpara como si nada y al descender de la escalera
se fijó en el bulto tremendo que tenía en la entrepierna...
¡Vaya! Parece que viste algo interesante. (Me dijo señalando el
bulto) y todo eso es por mi, estoy emocionada, nunca creí que una viejecita
como yo pudiera emocionar tanto a un muchachito.
Tu de vieja no tienes nada y además eres un bombón y con el espectáculo
que me ofreciste no te extrañe que esto de aquí se pusiera como
se puso.
Ella se me quedó mirando con una sonrisa burlona...
Venga, venga adulador ¿Quién te enseñó a tratar
así a las mujeres con lo jovencito que tu eres? Bueno olvidemos estas
cosas ¿Vale? ¿Quieres un refresco? Te lo tomas mientras yo me
doy una ducha y me visto... ¡Ha! Y no mires por el agujero de la cerradura,
que tú eres un pillín.
De tonto no tenía un pelo y la indicación la entendí perfectamente,
por lo cual me acerqué a la puerta del baño tranquilamente, con
la clara intención de que ella se diera perfecta cuenta de que yo estaba
al otro lado, entonces ella abrió la puerta, solo tenía puesto
el camisón totalmente transparente, las tetas apuntaban directamente
hacia mí, los pezones totalmente erectos, se le veía un monte
de venus tremendamente poblado pero muy bien depiladito por los lados y parte
superior, mi polla intentaba romper el pantalón de lo tiesa que la tenía,
ella me cogió de la mano y me dijo...
He pensado que podíamos ducharnos los dos juntitos y así me enjabonas
la espalda ¿Qué te parece?
Decía eso mientras con su mano acariciaba dulcemente mi pene sobre el
pantalón, me quitó la camisa y seguidamente me sacó el
pantalón mi calzoncillo parecía una carpa de circo y ella con
dos dedos lo bajó un poquito, lo suficiente para que mi polla saliese
disparada hacia delante, ella abrió la boca asombrada de lo que veía,
no podía creerlo...
¡Dios mío, menuda polla! En mi vida he visto nada semejante ¡Que
maravilla!
Su mano comenzó a deslizarse por aquel tremendo palo, sus dedos acariciaban
suavemente las venas que la circundaban y sobresalían como si fuesen
raíces de un árbol y su boca como si fuese atraída por
un imán se precipitó sobre el prepucio, este casi no le entraba
en la boca pero ella la abrió al máximo y comenzó a tragársela
poco apoco. Con una mano cogió la bolsa de mis cojones y sus dedos los
amasaban suavemente, su otra mano tomó mí polla por el tallo y
hacía subir y bajar la piel mientras su boca seguía succionando
el prepucio, yo comencé a sentir un gusto infinito, puse mis dos manos
sobre su cabeza y le incrusté mi polla dentro de su boca todo lo que
pude, entonces comencé a correrme, la leche salía borbotones y
en tanta cantidad que por poco se ahoga, con dificultad fue capaz de soltarse
y retirar su boca, mi polla seguía escupiendo leche por toda su cara
y pelo.
¡¡Que barbaridad, que manantial de leche, esto es increíble!!
Exclamó ella ¿Cuánto tiempo hacía que no te corrías
cielo?
Mientras con la punta de su lengua se relamía los goterones que tenía
sobre los labios, mi polla seguía tiesa como un palo de béisbol
ella se puso de espaldas a mí colocó sus manos sobre el borde
de la bañera y sin molestarse a quitarse el camisón me pidió
que se la metiera... pero despacito porque si no le haría daño
yo fui obediente y coloqué, la cabezota de mi nabo en la entrada de aquella
gruta caliente y como estaba tremendamente excitada y muy mojada comenzó
a penetrar en su interior en principio con alguna dificultad pero en cuanto
pasó la cabeza lo demás fue como coser y cantar entró hasta
el mismísimo fondo, cuando mis cojones tocaron su culo ella no lo podía
creer, pasó una mano por abajo y tocó mis cojones como para comprobar
que era cierto...
Muévete despacito cariño, no te precipites, déjame sentir
esa enorme verga en mi interior.
Decía eso moviendo el culo con una sensualidad tremenda, yo alargué
mis manos y cogí sus hermosas tetas sobre el camisón, tenía
los pezones a punto de estallar de lo tiesos y duros que los tenía, con
las palmas de las manos amasaba sus tetas mientras mis dedos oprimían
rítmicamente sus pezones, ella comenzó a aumentar el movimiento
rítmico de su culo y caderas y a mí me comenzaron a dar calambres
por todo el cuerpo, mis cojones parecía que habían entrado en
ebullición, comencé un mete saca desenfrenado y comencé
a llenarle la vagina de semen justo en ese momento ella lanzó un grito
que se debió escuchar en la calle, su culo se movía de una forma
desenfrenada y entre alaridos de placer se corrió como nunca se había
corrido en toda su vida, en cuanto nos calmamos un poco nos dimos un buen baño,
me encantó lavarle su chochito, era encantador, suave y muy agradable
al tacto (Era el primero que tocaba) Ella empezó a calentarse de nuevo,
me ordenó sentarme en el fondo de la bañera, colocó una
pierna a mi costado y la otra sobre el borde a continuación con los dedos
separó los labios de su coño y me ordenó que lamiera, en
principio me dio un no se que pero en cuanto lo toque con la punta de mi lengua
y aspiraba aquel agradabilísimo aroma que desprendía, coloque
mis manos sobre su hermoso culo y comencé a chupárselo con verdadera
devoción ¡¡Sabía a gloria!! Mis labios atraparon entre
ellos el clítoris y ya no lo soltaron se lo chupaba y rodeaba con mi
lengua, ella gemía desesperadamente, lanzó otro tremendo grito
y del interior de su coño comenzó a chorrear una especie de líquido
espeso y blanquecino que me dejó asombrado, estaba buenísimo y
no le dejé caer ni una sola gota, mi polla estaba nuevamente a mil y
se me ocurrió una idea, como ella estaba medio atontada por la tremenda
corrida que había tenido la giré suavemente en la bañera,
cogí el gel de baño, esparcí una buena cantidad por toda
mi polla y a continuación impregné bien su culito, con una mano
acariciaban suavemente su chucha, con la otra separé sus nalgas e introduje
muy despacito un dedo en su ano, ella al sentirlo dio un ligero respingo pero
se dejó hacer, ahora tenía dos de mis dedos dentro de su vagina
y uno en el interior de su culito, era cuestión de empatar por lo cual
le fui introduciendo poquito a poco un segundo dedo en cuanto los dos estuvieron
dentro comencé una serie de movimientos con lo cual conseguí una
dilatación considerable, ella tenia los ojos cerrados y con las dos manos
aferrada al borde de la bañera movía el culo suavemente disfrutando
enormemente del placer que mis dedos le estaban proporcionando, fui aproximando
la cabezota de mi miembro a la entrada de su culito y en cuanto estuvo a tiro
retiré los dedos sustituyéndolos de golpe por la cabeza de mi
pene, ella lanzó un grito de dolor e intentó retirarse, como la
tenía muy bien sujeta le fue imposible...
¡¡Sácame eso de ahí hijo puta!! Me chilló ella...
Por ahí soy virgen, nunca nadie me ha follado el culo.
Pues ya va siendo hora, eres ya mayorcita.
Mientras decía eso iba empujando poquito a poco, ella lloraba y se quejaba
que le dolía mucho pero poquito a poco se fue calmando y relajando y
comenzó a mover el culito muy suavemente yo le acariciaba los pezones,
le masajeaba sus durísimas tetas con una mano la otra en ningún
momento dejo de acariciar su coñito que cada vez chorreaba mas lo tenía
totalmente empapado, mi polla comenzó a deslizarse por el agujero de
su ano como si de un pistón se tratase, el calor y la suavidad que se
sentía eran increíbles, era imposible sentir mas placer, ella
aullaba de gusto y yo resoplaba como un caballo, de pronto los dos nos arqueamos,
retiré hacia atrás mi polla y de golpe se la incruste al fondo
de todo donde comenzó a salir un torrente de leche...
¡Mas! ¡Mas! ¡Rómpeme el culo, Dios mío que placer!
Me estoy corriendo como una burra, esto es increíble... Dios... Dios...
Dame más cariñito mío, que rico es estoooooooo.
Por poco nos caímos los dos fuera de la bañera, la corrida que
ambos tuvimos fue increíble, ella se cogió de mi cuello y me besó
con pasión y agradecimiento, no obstante el agradecido era yo, una real
hembra me había iniciado en las maravillas del sexo en todas sus variantes.
Terminamos de ducharnos y al salir de su casa me dijo...
Ricardito, recuerda que mañana tienes que pasarte por mi casa para tratar
de arreglarme el equipo de música ¿De acuerdo?
Descuida Elvira que así lo haré, te lo arreglaré con muchísimo
gusto.
A partir de ese día por una causa o por otra siempre había algo
que arreglar en casa de mi vecina.
FIN
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