Relato: Violaci�n campestre VIOLACI�N CAMPESTRE
Sin mucho pre�mbulo. Primero contar� yo mi parte de la historia y luego
escribir� mi mujer, pues hay una parte que yo no pude ver.
Es un t�pico, pero realmente somos una pareja de lo mas
normal. Normal en relaciones y en la vida misma. Nunca hubo, sexualmente
hablando, nada fuera de lo normal. Nunca hubo infidelidades, y de hecho, a mi
mujer nadie la hab�a visto nadie desnuda. Yo la conoc� de joven, yo la desvirgu�
y al final nos casamos. Solamente, de vez en cuando, y para darle un poco de
morbo, prepar�bamos alguna fantas�a sexual, alguna vez yo la ataba a la cama y
simul�bamos un forzamiento y cosas as�, y realmente lo disfrut�bamos. Tenemos
una casa en el campo, una peque�a finca, toda ella vallada y disponemos de un
terreno donde podemos pasear por nuestra propiedad. Hay un lugar, en un alto,
donde entre unas grandes piedras, ocultos a todo el mundo y visibles solo por
alg�n p�jaro, donde algunas veces hemos ido a hacer el amor, en pleno contacto
con la naturaleza. Muy excitante.
Un d�a se me ocurri�, y le propuse a mi mujer hacer una
fantas�a en ese lugar. Cierto que a mi me excitaba un mont�n, y ya lo hab�a
planeado todo. Ella accedi� y tan solo le dije que se dejara llevar por mi en
base a la confianza que ten�amos el uno en el otro.
All� que nos echamos a andar y tardamos unos pocos minutos.
Fuimos subiendo al lugar hasta que llegamos al sitio. Ah� ya le dije que
empez�bamos. Le di la vuelta, y simulando un secuestro, le at� las manos a la
espalda con una cuerda que llevaba. Luego, le tap� los ojos y la boca con sendas
mordazas. Tom� al mando y la amenac�, y empuj�ndola, la acerqu� unos metros
hasta el lugar. All�, puse una manta en el suelo, la puse de rodillas sobre
ella, y at� sus ataduras a un �rbol peque�o que hab�a detr�s. Ahora ni
poni�ndose de pi� pod�a salir de all�. Por recomendaci�n m�a, llevaba puesto
solamente un top sin sujetador para tapar sus tetas y un short peque�o de
ciclista. Me olvid� decirles que mi mujer, sin tener un gran cuerpo, gastaba una
100 de sujetador, con un hermoso y rechoncho culo, por el cu�l, nunca me hab�a
dejado metersela.
Y ah� la dej�. De rodillas, sin ver nada y poder emitir tan
solo unos quejidos, para darle mas morbo al asunto. Me alej� unos metros, para
observarla y disfrutar del momento, y sobre todo para ir pensando todo lo que le
pensaba hacer, haci�ndome un poco el duro. Estaba ya empalmado, me relaj�, me
tom� una cerveza esperando un momento, cuando un dolor tremendo en mi cabeza me
hizo verlo todo negro. Alguien me hab�a dado con un palo en la
cabeza....................................
Hola a todos. Soy Rosa. Juan, mi marido ha acabado su parte.
Al pobre le zumbaron bien, y sin yo saberlo, pues no hab�a o�do nada, me
encontrada atada, esper�ndolo, esperando que sus manos me recorrieran, que me
diera su verga, que hiciera de mi lo que deseara, en aquella peque�a historia
que nos hab�amos montado. Ya estaba caliente, pues le o� alejarse un poco e
imagino que se sent�. Pasaron mas de 10 minutos y no se mov�a nada, ninguna
pisada, ninguna palabra. Y caso es que esta situaci�n me estaba calentando. De
pronto o� unas pisadas que se acercaban e imagin� que empezaba el espect�culo,
pero hubo algo que en mi interior me hizo dudar. Ol� como a humo de puro y sab�a
que juan no fumaba, pero tampoco le d� mas importancia. Al momento sent� como
unos dedos bajaban mi top por la parte de arriba y de un fuerte tir�n mis tetas
quedaron al descubierto. M�s que al descubierto, quedaron bailando, del fuerte
tir�n. Luego sent� como algo frio, una peque�a navaja, empezaba a rasgar mi
short, y me dije que eso si que no le lo iba a perdonar, el muy cabron, me podia
haber cortado. Y as� qued� totalmente desnuda, de rodilla, con los ojos y la
boca tapados y mis manos firmemente sujetas. Realmente no podia mas de la
calentura que ten�a y estaba deseando empezar. Pero mi gozo y todo lo que
pensaba se rompi� cuando un leve rumor, pegado a mi oreja, me dijo:
.�Tu marido est� atado e inconsciente en un �rbol. Como no cooperes y hagas
todo lo que te pido, os rajo a los 2 y cuando encuentren vuestros cuerpos, no
habr� quien se acerque de la peste que vais a echar, porque s� que aqu� no viene
ni dios.
Antes de nada, y mientras el tio hablaba, ya empezaban a caerme lagrimas y a
mojar la mordaza de mis ojos. Muerta de miedo solo acert� a mover la cabeza
arriba y abajo y a intentar murmurar que no nos hiciera nada, por favor, que os
dejase, que nos soltase, pero era natural que ni no me expresaba bien, ni �l
entend�a nada.
Y al acto, empez� el pastel. Y el pastel era ni mas ni menos,
que mi cuerpo, jam�s tocado por otro hombre que no fuera juan, estaba siendo no
tocado, sino frotado. Unas manos grandes empezaron a mover mis tetas, a
pellizcarlas, a chuparlas, y mientras, algunos dedos entraban por mi vagina, que
ya, totalmente h�meda, no se resist�a. Por mucho que lo intentara, no podia
moverme, y el t�o no dejaba de manosearme. Yo lloraba y lloraba. Mi mordaza la
baj� y aire limpio entr� en mis pulmones.
.�Abre la boca, y como me muerdas, te mato.
La abr�, claro, pero para rogarle, para suplicarle, y lo
�nico que consegu� fue que una verga enorme y maloliente se me entrara hasta la
garganta. No me qued� mas remedio que chupar y chupar, pues me tenia sujeta la
cabeza, hasta que un chorro de leche inund� mi garganta, trag�ndomelo todo.
Pasaron 10 minutos, imagino que estaria reponiendo fuerzas y
haciendose un cigarro, quizas pude aprovechar para haberle suplicado aun mas,
pero me habia vuelto a poner la mordaza. Luego los acontecimientos se sucedieron
muy r�pido. El t�o cort� las cuerdas que me sujetaban al �rbol(pero mis manos
segu�an atadas entre si), me puso bocarriba y sin contemplaciones empez� a
meterla y a sacarla, creyendo que me iba a romper. Se corri�, claro que se
corri�, y yo mientras lloraba como una est�pida, y cuando acab� me dio la
vuelta, y mi culo virgen recibi� tambien su raci�n. Asi pasaron casi 3 horas,
digo yo, y me dej� ba�ada en leche. Menos mal que se cans�, me quit� las
ataduras y desapareci�. Asi, pude desatara mi marido e irnos a casa.
Nunca hemos vuelta a comentarlo. Fue un dia para olvidar.
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Relato: Violaci�n campestre
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