Mam�, pap�, no soy la ni�a que pens�is que soy.
En realidad deje de ser una ni�a hace mucho tiempo, deje de
ser una ni�a para convertirme en una mujer aunque debo reconocer que sigo siendo
caprichosa, infantil, juguetona, pero he perdido mi inocencia sino toda una
buena parte y la verdad es que es lo �nico que me duele de ser una mujer.
Antes pensaba que la gente era buena, ahora pienso todo lo
contrario y siempre que me presentan a alguien me quedo pensando en cuales ser�n
sus vicios, sus secretos m�s oscuros. Antes pensaba que todo el mundo ten�a una
vida, ahora s� que casi todos llevan una doble vida de la que no hablan por
temor.
Escribo acerca del sexo desde hace dos a�os, cuando 16,
practique el sexo por primera vez casi por la misma �poca. Vosotros no sab�is
eso, lo desconoc�is y sois felices as�, si os lo contara probablemente me
armar�ais el follon del siglo por eso no lo digo y me lo call�.
Hablo de sexo casi a todas horas, con mis amigas, con mis
amigos, con desconocidos a trav�s e internet, con mis amantes, con mis futuros
amantes, con los que una vez me amaron y con los que jam�s me amar�n. Hablo
tanto de sexo que a veces creo que lo aborrezco, pero esa sensaci�n acaba cuando
me masturbo sola en mi habitaci�n.
Me masturbo todos los d�as, ejercito tanto mis dedos, mis
mu�ecas, mis brazos que pareciera que hago 1000 flexiones todos los d�as. Me
masturbo acostada en la cama, de pie en la ducha, de rodillas en el suelo, en
cuclillas. Lo hago con mis dedos, con hielo, con un consolador. Me duelen ya las
piernas de tanto subir y bajar, de las posiciones imposibles.
Arde mi sexo cuando no lo satisfago de inmediato.
Mis faldas son cortas, en mi bolso llevo de todo, nada bueno.
Ol�is mi ropa como la huelo yo. Conoc�is a pocos de mis amigos y nada con los
que salgo. Tatuado mi cuerpo, en mi en la playa.
Mi coraz�n parece salirse de mi pecho cuando me hunden un
te quiero al llegar al orgasmo. R�o. Lloro. Cuando follo siento mil
sensaciones, mil sentimientos, a veces contradictorios, a veces dif�ciles de
asumir.
Lo hago con cualquiera que me guste. Sea hombre o mujer. Eso
tampoco lo sab�is pero ya el ignorante es feliz y eso es cierto.
La casa esta llena de mis se�ales ocultas. Se�ales que tan
s�lo yo puedo reconocer. Se�ales que tan s�lo mis amantes ser�an capaces de
percibir. El olor de semen en el sill�n de la salita, el color rojo de una vela
derretida encima de la lavadora, un peque�o pelo dentro del congelador, un poco
de sangre en la cortina de mi habitaci�n.
Con mis amantes he realizado cosas formidables, cosas que
vosotros s�lo conoc�is por medio de las pel�culas en las que os qued�is dormidos
o en los libros que no le�is. Se han corrido en mi cara, he fustigado hasta la
extenuaci�n, mimos, caricias, nada me es desconocido.
Sois unos malos padres por que ten�is los ojos cerrados y no
quer�is ver. Registr�is mi habitaci�n pero luego no dec�s nada, absolutamente
nada. Hab�is visto condones. Hab�is visto los calzoncillos de algunos amantes
olvidadizos o nost�lgicos. Intu�s que ese sujetador me queda muy grande para ser
m�o. Cerr�is los ojos por que no quer�is ver que vuestra ni�ita ya es toda una
mujer. Cerr�is los ojos por que no quer�is ver que ya no soy la tonta, gorda,
feliz y peque�a que era antes. Os proteg�is con un escudo de a�oranza y
esperanza pero no veis que vuestra ni�a a muerto y que se a reencarnado en otro
ser, muy diferente al que era cuando la conoc�ais, la tratabais y la quer�ais.
Por favor, abrid los ojos.