Me llamo Sandra, mido 1,68cm soy delgada y rubia me considero
normalita auque alguna amiga dice que tengo un culo de los que gustan a los
t�os. Esto que os voy a contar me ocurri� hace unos a�os, cuando yo ten�a 15.
En aquella �poca yo ya estaba bastante desarrollada pues mis
pechos hab�an crecido casi hasta el tama�o que tienen ahora, no as� mi vello
p�bico que era pr�cticamente inexistente, he de decir que a�n hoy tengo la
suerte de no gastar ni un c�ntimo en depilarme pues apenas tengo vello.
Siempre he sido muy lanzada y la virginidad la perd� a los 13
a�os con un juguete, despu�s de espiar a mis padres viendo un peli en la que las
chicas se met�an consoladores por ah�.
No sent� en aquella ocasi�n demasiado placer, pero en otras
si.
Yo iba a un colegio de monjas en r�gimen de semi internado,
cada d�a ten�amos que ir a misa y confesarnos.
Un d�a por la tarde baje a la capilla a fumar un cigarro y al
entrar vi. como el padre German entraba justo delante de mi y se met�a en un
confesionario.
Me pic� la curiosidad pues no hab�a nadie, as� que me acerqu�
con sigilo intentando mirar adentro pero no lo consegu�a .El padre German era de
mediana estatura tirando a bajito, tenia unos 33 a�os de tez morena e imberbe.
Por fin consegu� colocarme al lado de la rejilla lateral de
confesionario y pude ver como tenia una revista del colegio, estaba mirando las
fotos de las chicas del equipo de gimnasia y nataci�n mientras con una mano se
tocaba la entrepierna, me qued� inm�vil y sin hacer ruido cuando el se levant�
la sotana y baj�ndose los pantalones y calzoncillos dej� a mi vista un pene
enorme, jam�s hab�a visto nada igual. Era realmente grande pues ahora ya no
tengo 15 a�os sino bastantes mas y como aquel dif�cil de ver. En fin un
escalofr�o recorri� mi cuerpo, estaba entre asustada y excitada mas lo segundo
que lo primero, el padre sin dejar de mirar la revista empez� a subir y bajar su
piel y aquel instrumento creci�, caramba si creci� hasta que duro como una
piedra y despu�s de poco rato empezaron a salir chorros de semen que con fuerza
iban a parar contra la pared del confesionario.
Mientras �l limpiaba todo aquello yo me apresur� a sentarme
en un banco y disimulaba haciendo como si rezase, en mi mente la imagen de aquel
pene tan grande escupiendo semen se repet�a sin cesar.
Al salir se me qued� mirando y yo a �l de una forma un poco
descarada como dici�ndole, te he visto.
El padre German se meti� enseguida en su cuarto y cerr� la
puerta, yo al cabo de un rato le segu�, llam� a esa puerta.
Que quieres Sandra?
Me habl� con la voz entrecortada .
Nada, siempre he tenido curiosidad por ver que tiene aqu�
dentro.
Nada hija m�a ya ves una mesa unas sillas y cuarto para
cambiarnos.
Y trabaja aqu�?
Que quieres decir?
Para que esta la mesa?
Pues si tomamos notas etc.�
Me deja pasar?
Bu-bueno.
Entr� y despu�s de examinar visualmente toda la estancia me
lo quede mirando.
El estaba nervioso. Entonces me percat� de que iba con
zapatillas y no se le ve�an la parte de debajo de los pantalones, me fije en su
entrepierna y vi. que al moverse aquel pene enorme bailaba libre debajo de la
sotana.
Bueno ya has visto todo esto.
Le molesto? Padre.
No hija pero es que�.
Ufff ahora veo, se estaba cambiando.
Si, bueno, si porque �lo dices? Como lo sabes?
Bueno se nota eso ah�..
Queeeee?
Vaya bulto no?
Pero que dices �. Venga fuera de aqu�.
No pasa nada padre ya tengo 15 a�os.
Por Dios santo hija m�a tienes el diablo dentro.
A siiii? Y usted hace un ratito? Menudo diablo le he visto.
Madre de Dios, madre de dios,
Con las dos manos tap�ndose la cara segu�a recitando santos.
Yo a pesar de mis contestaciones y del descaro que
aparentaba, estaba como un flan.
Y ahora que?
Que de que?
Que quieres, me vas a chantajear?
No.
Pues que quieres?
Que se levante otra vez la sotana.
Esta loca?
Yo en ese momento me levant� la faldita de cuadros met� mis
manos por debajo y me quit� las bragas.
Ahora le toca a usted.
Dios m�o pero�.
Me desabroche la blusa y aquel hombre sin querer mirar no
apartaba la vista de lo que le ofrec�a y sin poder evitarlo su pene daba
latigazos por debajo la sotana, cada vez mas fuertes, ya no pod�a disimular su
excitaci�n, ni yo tampoco con mi camiseta subida, mis pechos al aire y una mano
por debajo acarici�ndome el sexo.
Me acerque a el mientras desabrochaba los corchetes de la
sotana y tieso, desafiante como si dentro tuviese un muelle, aquel imponente
cipote se mostr� erguido en todo su esplendor, el padre no se atrev�a a mirarme
a los ojos cabizbajo dejaba ir fugaces miradas a mis desnudos pechos, me arm� de
valor y con una mano cog� su pene, no me daba para rodearla totalmente, era
gruesa y larga.
No por favor, no.
Yo segu� e imitando sus movimientos de antes empec� a
masturbarle.
Noooooo, no sigas. Por Dios no.
Me agach� y como pude me met� toda aquella carne en la boca.
Noooo, no, no.
Y mientras repet�a que no pos� sus dos manos en mi cabeza y
empez� a empujarme atr�s y adelante, aquella polla entraba y sal�a de mi boca,
me toqu� abajo y los l�quidos casi goteaban, no pod�a mas, cuando me levant� y
estir�ndome sobre la mesa abr� mis piernas de par en par, y mi sexo, desnudo sin
nada de vello y chorreante se mostr� ante los incr�dulos ojos de mi curita, me
mor�a de ganas de sentir aquel juguete de verdad dentro de mi, pero mi amante
cura no pudo resistir la tentaci�n y se lanz� en picado sobre mi sexo
lami�ndolo, mordisque�ndolo, introduciendo sus dedos y su lengua.
Yo tenia un orgasmo detr�s de otro, estaba como loca me
pellizcaba los pezones hasta hacerme da�o y mord�a no se que pieza de madera que
encontr� encima de la mesa para apagar mis gritos de placer.
De golpe par� me miro y de un certero golpe clav� su gran
cipote en mi sexo, cre� morir del susto, de placer y de no se que, el caso es
que empez� a entrar y salir cada vez mas fuerte y mas r�pido notaba como sus
huevos golpeaban mis nalgas, cuando estaba a punto de correrse la saco y unos
chorros como antes salieron con fuerza llegando hasta mi cara, primero me dio un
poco de reparo pero enseguida me baj� de la mesa y me amorr� a tan preciado
instrumento para dejar que su semen cayera en mi boca.
Apenas hubo acabado el padre German me volteo y me coloc�
sobre la mesa y abriendo mis piernas col� su lengua a trav�s de mis nalgas hasta
llegar a mi virginal ano y empez� a lamer y lubricar.
Yo a�n no hab�a recuperado la respiraci�n pero me ve�a venir
lo que pretend�a y me daba verdadero p�nico toda aquella carne no pod�a entrar
por mi culito si romperlo.
Al poco no sin mis quejidos note como la punta apretaba.
No por favor me va a matar.
No quer�as?
No por favor.
Rel�jate y disfruta.
Ahhhhhhh hijo de puta, cabron�ahhhhh�noo
Si ahora si
Ahhh nooo por favor no.
Espera me quedo quieto.
Se qued� inm�vil con toda su polla dentro de mi culito. Me
dol�a pero al no moverse me relaj� y poco a poco el dolor pas� y entonces fui yo
quien empez� a moverse poco a poco, cada vez m�s r�pido y m�s y en una de estas
note como se inundaban mis entra�as y no pude evitar mearme de gusto ah� mismo.