Resumen: Al finalizar la escuela secundaria se organiza un
viaje de egresadas. La curiosidad les depara una sorpresa.

Cap�tulo I

Las treinta dos egresadas estaban acompa�adas por dos
profesoras ya acostumbradas a estos viajes. Deb�an ser un poco estrictas, pero
no mucho. Algunas de las jovencitas hac�an sus primeras experiencias sexuales,
otras repet�an algo ya conocido y unas pocas, muy pocas, volv�an v�rgenes.

Al tercer d�a que estaban en el destino, se present� un se�or
diciendo que representaba una agencia de viajes y propon�a visitar una antigua
c�rcel de mujeres, ya en desuso, distante unos cien kil�metros internados en la
selva amaz�nica.

Solamente cinco de las j�venes aceptaron hacer la visita. Les
parec�a algo interesante conocer ese establecimiento de reclusi�n en medio de la
selva. Quedaron en que al d�a siguiente las pasar�a buscar muy temprano.

Efectivamente a las 7 de la ma�ana se present� un veh�culo al
cual subieron las cinco j�venes. Iban, adem�s del conductor dos gu�as
conocedores del camino. Se inici� por una ruta asfaltada, luego se desviaron por
un camino secundario y finalmente por camino de tierra, adentr�ndose en la
espesura de la selva. Luego de casi dos horas de viaje llegaron a un edificio
que se manten�a en buenos condiciones a pesar de estar abandonado. Bajaron y se
dirigieron a la zona de las celdas.

Uno de los gu�as, Dami�n, invit� a las visitantes a que se
introdujeran en las celdas y cerraran las puertas para palpar la sensaci�n que
aquellas mujeres sent�an de estar encerradas all�. Cuatro de ellas lo hicieron
de inmediato. Penetraron en sendas celdas y cerraron las puertas reja que se
abr�an solamente con las llaves que portaba el gu�a. Marina estaba un poco
renuente a penetrar en la celda y cerrar la puerta, por lo que Dami�n la
acompa�� hasta el interior. Mientras la joven observaba el interior, Dami�n
sali� y cerr� la reja.

Luego de unos minutos todas quer�an salir, por lo que
llamaban a Dami�n que se hab�a retirado del lugar. Las cinco j�venes hab�an
quedado encerradas sendas celdas. Mientras tanto Dami�n se dirigi� a una de las
oficinas ocupadas por Lucho, el jefe de la organizaci�n. El conductor del
veh�culo y el otro gu�a hab�an emprendido el viaje de regreso.

Dami�n: Lucho, quedaron las cinco pendejas encerradas. Muy
buena carne para vender. Creo que haremos mejor negocio que otras veces con
mujeres mayores.

Lucho: �Cu�ntos a�os tienen?

D: 18 o 19. Egresan este a�o de la escuela.

L: Debo reconocer que tuviste una idea destacada al traer a
estas chicas. Escucho que te est�n llamando para que abras las rejas de las
celdas.

D: Las dejaremos un rato all�. Con el calor que hace en poco
tiempo comenzar�n a pedir agua.

L: �y entonces?

D: Les cambiar� un vaso de agua por alguna prenda. Antes de
medianoche estar�n casi desnudas.

L: Eso es abusar de ellas, pero bueno, lo dejo en tus manos,
pero recuerda que ma�ana tenemos que tomarles las fotos para ofrecerlas. No
quiero permanecer mucho tiempo aqu�.

Dami�n estaba en lo cierto. Las j�venes estaban acaloradas.
La humedad y la temperatura de la selva se hac�an insoportables. Se acerc� a las
celdas. Apenas lo vieron le reprocharon estar encerradas.

�Abra las puertas!. �Qu� hacemos aqu� encerradas? �Esto no es
gracioso! �Hemos pasado m�s de una hora encerradas! �Tenemos sed!

D: Calma chicas. Ya se va a arreglar todo. Hubo un peque�o
problema con las llaves de las rejas. Qu�dense tranquilas. Ya les traigo agua
fresca.

Dami�n volvi� con una jarra de agua con hielo y cinco vasos.
Se acerc� a la primera de las celdas, en la que estaba Isabel.

D: �Quieres un vaso de agua?

I: S�, me muero de sed.

D: Te cambio un vaso de agua por una prenda tuya.

I: No entiendo. �C�mo una prenda?.

D: S�, una prenda. Pueden ser los zapatos, la camisa, lo que
quieras.

I: �Me est� extorsionando!

D: S�. �Quieres o no el vaso de agua?

Isabel se sac� los zapatos y se los dio a cambio del vaso de
agua. Las dem�s j�venes que hab�an o�do el di�logo no se resistieron mucho a
quitarse los zapatos. Era la prenda menos comprometida.

Poco m�s tarde Dami�n lleg� con unos s�ndwiches.

Las cinco mujeres volvieron a increparlo para que abriera las
celdas. Sin responder y haciendo o�dos sordos a los reclamos y dirigi�ndose a
Gloria le pregunt�:

-Seguramente tienes hambre. �Quieres comer un s�ndwich?

M: S�, tengo hambre.

D: Te lo cambio por tu camisa

M: �C�mo dijo?

D: Dije que te cambio un s�ndwich por tu camisa. Yo te doy el
s�ndwich y t� me das tu camisa, como antes con los zapatos.

I: �Quiere que me quede con el sost�n?

D: �Claro!

I: �No me sacar� la camisa!

D: Y yo no te dar� el s�ndwich. Cuando m�s tarde me pidas
algo para comer en lugar de pedirte solamente la camisa te pedir� algo m�s.

Gloria lo mir� con cara de indignaci�n, pero comenz� a
quitarse la camisa. Se la entreg� a Dami�n a cambio del s�ndwich. Pas� frente a
la celda siguiente, ocupada por Sabrina.

D: Ya o�ste. Si quieres comida, me das tu camisa.

Sabrina accedi� de inmediato. Ten�a un hambre insoportable.
As� lleg� hasta la �ltima de las celdas. Comenz� su camino de regreso con cinco
camisas en el brazo. Una sonrisa se dibujaba en sus labios. Ante los nuevos
reclamos que abriera las rejas, Dami�n les dijo que no podr�a ser antes de la
noche.

Poco despu�s la sed abrazaba a todas. Entre el calor y la sal
del jam�n crudo del s�ndwich la sed se hac�a insoportable. Ped�an agua.

Dami�n, dirigi�ndose a todas en voz alta les dijo que por
cada vaso de agua fresca se llevar�a una prenda de cada una. Las chicas se
indignaron y comenzaron a gritar, pero finalmente debieron acceder. Se quitaron
los pantalones y las medias. Ahora vest�an solamente el sost�n y las bragas.
Temieron que el pr�ximo pedido fuera que se sacaran alguna de esas prendas.

As� ocurri�. Ya era de noche cuando Dami�n volvi� con una
humeante pizza.

D: La que quiera una porci�n de pizza me la pide. Se paga con
una prenda.

Si bien se resistieron algunos minutos, Liliana se quit� el
corpi�o a cambio de un trozo de pizza. Luego las dem�s la siguieron.

D: seguramente ya tienen sed. Les dejar� una jarra de agua a
cada una para que beban hasta saciarse y m�s pizza a cambio de sus bragas.
Quiero verlas desnudas completamente. As� podr� apreciar sus rajas. En general
veo que tienen muy lindas tetas.

Hubo un griter�o pero las j�venes comprendieron que no hab�a
mucha alternativa. Tarde o temprano deber�an quitarse la �ltima prenda que
ocultaba sus intimidades. Comenzaron a desnudarse.

Dami�n observaba con detenimiento el cuerpo de cada joven
antes de entregarle lo prometido. Luego de tener en sus manos las cinco bragas
les dijo.

-As� pasar�n mejor la noche. No tendr�n tanto calor. Ma�ana
veremos c�mo seguimos.

Varias de las j�venes reclamaron que se abrieran las celdas
tal como hab�a prometido, que por la noche dispondr�a de la llave.

D: Pues les he mentido. Pasar�n la noche en las celdas.

Se pod�an escuchar las quejas e insultos de las j�venes
mientras Dami�n se retiraba.

D: �Viste Lucho que te dije antes de medianoche estar�an casi
desnudas?

L: S�, eso dijiste.

D: Pues est�n completamente desnudas. Aqu� tienes las bragas
de todas ellas.

L: �Qu� dicen?.

D: Pues nos est�n puteando por lo que las hemos enga�ado,
pero eso no importa. Las cinco tienen unos cuerpos deliciosos.

L: Bueno, ma�ana les tomaremos las fotos. Debemos preparar el
decorado.

La ma�ana siguiente Dami�n se dirigi� a las celdas llevando
el desayuno.

D: Miren que bueno que soy que les traigo desayuno y no les
pido nada a cambio.

Terminado el desayuno y luego de retirar las bandejas se uni�
Lucho, qui�n dirigi�ndose a todas las j�venes que permanec�an detr�s de las
rejas les dijo:

-Soy el Jefe de este operativo. Les recomiendo que obedezcan
las �rdenes que les damos porque en caso contrario la van a pasar muy mal. Ahora
las sacaremos una por vez de las celdas para tomarles unas fotograf�as. Repito
que deben obedecer sin decir palabra o recibir�n un castigo.-

Se dirigieron a la celda de Marina. Abrieron la reja y cada
uno de los hombres la tom� de un brazo y salieron al pasillo de las celdas. La
llevaron a una salita alejada. All� le ataron las mu�ecas y la colgaron de una
cadena pendiente del techo, sin apoyar sus pies en el suelo. Le tomaron una foto
de frente y otra de espaldas.

La bajaron hasta que apenas apoyara los pies en el suelo y le
tomaron otra foto que abarcaba desde la cintura para arriba y otra desde un poco
debajo de la entrepierna hasta la cabeza. Luego la hicieron acostar sobre una
mesa y la fotografiaron mientras estaba de espaldas sobre la mesa y se tomaba
las piernas con sus brazos, mostrando su concha y el agujero del culo
claramente. La �ltima foto fue tomada desde atr�s, arrodillada sobre la mesa,
mostrando el culo y la raja.

Terminadas las fotos la condujeron a otra sala en la que le
colocaron un collar met�lico cuya cadena estaba fija en la pared. Ahora Marina
estaba parada, desnuda y sin poder alejarse de la pared a la cual estaba
encadenada. Otros collares met�licos pend�an de la pared. Imagin�,
acertadamente, que ser�an para sus compa�eras. Unas esposas rodearon sus mu�ecas
con las manos en la espalda.

La siguiente fue Isabel. Se le tomaron las mismas fotos.
Continuaron con Sabrina, Liliana y Gloria. Ninguna de las cinco, a pesar que
debieron exponerse para que le tomaran las fotos, se quej� o hizo comentario
alguno. Estaban temerosas de lo que pod�a ocurrir.

Una vez que estaban las cinco con el collar rodeando sus
cuellos y sin posibilidades de grandes movimientos, Lucho se par� frente a ellas
y les dijo:

-Nos encontramos frente a cinco hermosas j�venes que
enga�adas han sido tra�das hasta aqu� y han posado desnudas. Nosotros estaremos
enviando esas fotos a clientes habituales nuestros que compran mujeres para los
prost�bulos que explotan. Esperamos que en esta oportunidad logremos los precios
m�s altos ya que son buenos ejemplares para trabajar de putas.-

-Estimamos que el remate se har� dentro de tres d�as, tiempo
que creemos necesitar�n los chulos y regentes de casas de putas en llegar.
Mientras tanto permanecer�n encerradas en las celdas. Recibir�n buena
alimentaci�n y luego de la cena podr�n ver algunos videos para entretenerse y
comenzar a instruirse sobre sus futuros trabajos. As� las putas aprenden
posiciones y c�mo comportarse con los futuros clientes.-

-Deber�n descansar bien para que se encuentren en forma el
d�a del remate. El objetivo de todo esto es ganar alg�n dinero y proveer de
material a esas esforzadas casas de putas que tanto hacen por la comunidad.-

-Si lo que temen es que las violemos, pueden estar
tranquilas. No las cogeremos nosotros. De eso se encargar�n otros una vez que
las hayamos vendido. �Alguna pregunta?-

Ninguna de las cinco se animaba a siquiera abrir la boca.

-Antes que las llevemos de vuelta a sus celdas, se acostar�n
en una mesa y procederemos a revisarlas con detalle para indicar alguna se�a
particular a incluir en el dossier que prepararemos.-

Le quitaron el collar a Isabel qui�n se recost� en la mesa.
Le palparon la firmeza de las tetas y luego de separar las piernas le observaron
con detenimiento el cl�toris y la entrada de la vagina. Luego debi� voltearse
para acostarse boca abajo y le revisaron el culo y toda la espalda. Mientras la
revisaban Isabel no pod�a contener algunas l�grimas que se deslizaban por sus
mejillas.

-No llores Isabel, que vas a estar bien. Los regentes de los
prost�bulos con los que nosotros tratamos son buena gente. Si trabajas con
ah�nco y satisfaces bien a los clientes no tendr�s problemas con nadie. Tienes
un cuerpo delicioso y ser�s una puta muy buscada. Ya ver�s con qu� gusto usar�n
tu cuerpo.-

Terminada la revisi�n la llevaron de vuelta a la celda. El
siguiente fue el turno de Marina. Luego siguieron Sabrina, Gloria y Liliana.

De inmediato Lucho y Dami�n se dedicaron a preparar la
informaci�n y los archivos con las fotos y otras observaciones para enviar a los
posibles clientes. La carta presentaci�n dec�a as�.

Remate de mujeres j�venes.

Remate especial de ganado de muy buena calidad, (18-19 a�os)
especial para prost�bulos de exigentes. Las cinco putas ofrecidas no tienen
experiencia laboral pero podr�n apreciar sus cuerpos en las fotos que se
adjuntan. El remate se llevar� a cabo el pr�ximo 25 en el predio ubicado en la
selva amaz�nica a 52� 17� 38" de longitud Oeste y a 12� 03� 35" de latitud Sur.
Hay pista de aterrizaje. Las ventas ser�n al contado y en efectivo.

Luego de los env�os para atraer clientes, prepararon una
ampliaci�n de la foto en que cada una aparec�a de frente mostrando la raja y los
pechos. Pegaron cada foto enfrente de la celda que correspond�a a cada una. Era
la manera de humillarlas un poco m�s ya que ve�an su propio retrato desnuda cada
vez que se acercaban a la reja de la puerta.

Ya la primera noche luego de la cena fueron conducidas a un
peque�o sal�n que contaba con una gran pantalla de televisi�n. Cinco sillones de
madera estaban ubicados frente al mismo. Luego que se ubicaron en los mismos,
Dami�n y Lucho procedieron a atarle las mu�ecas a los brazos del respectivo
sill�n. Una cuerda que pasaba por su cintura se anudaba detr�s del respaldo.
Ninguna articulaba palabra y dejaban hacer. Estaban temerosas.

Una vez que las cinco estaban atadas colocaron en el equipo
el video "Desnud�ndose para el Cliente". All� se presentaban distintas escenas
de putas en acci�n. Al finalizar el video Lucho coment� algunas alternativas de
lo visto, indic�ndoles que eso ser�a lo que deber�an hacer luego de ser
vendidas. Tambi�n insisti� en que deber�an tener sus bocas preparadas ya que
algunos prefer�an comenzar con sexo oral.

Sabrina, que parec�a la m�s disconforme con el futuro que le
esperaba, intent� protestar por la forma en que eran tratadas para luego
trabajar de putas.

L; No te quejes. Hemos decidido invitar solamente a gente que
las har� ejercer esa profesi�n. En esta oportunidad no hemos invitado a gente
que las quiera como esclavas. Entonces s� tendr�as motivo para quejarte.

Sabrina: �Qu� eso de esclavas?

L: Mira, mejor que en lugar de dec�rtelo te muestre un video
de la labor de una esclava con un amo. Dami�n , pon el video "Castigos
Vaginales"

Mientras transcurr�a la cinta, Lucho observaba las caras de
horror de las cinco j�venes. Evidentemente no ten�an ni idea que pudieran
ocurrir las cosas que estaban viendo. Como su t�tulo lo indicaba aparec�an tres
j�venes que eran castigadas en la vulva, ya sea por perforaciones, por cera
caliente, azotes con varas o disciplinas y descargas el�ctricas. Una de ellas
deb�a soportar, entre sollozos y lamentos, que le cosieran la concha con aguja e
hilo.

Al finalizar Lucho les coment� que como no quer�a que
sufrieran en el futuro, no hab�an sido invitados los que las tratar�an as�, por
lo que realmente deb�an estar agradecidas. Les indic� que esas eran s�lo unas
pocas cosas a las que eventualmente podr�an estar sometidas si un amo decid�a
comprarlas.

Finalizada la alocuci�n, las cinco fueron conducidas de
vuelta a las celdas. Demoraron mucho en dormirse pensando en ambas pel�culas que
hab�an visto. Su desnudez, la dureza del catre en el que deb�an descansar y la
forma en que eran tratadas estaban destruyendo su voluntad de rebelarse.

La noche siguiente se repiti� la ceremonia pero ahora la
pel�cula mostrada ser�a " Tres por Tres". En ella hab�a dos putas que complac�an
a un var�n (tres personajes). A lo largo de las escenas las dos putas eran
cogidas tanto por la vagina como por el culo y la chupaban con la boca, usando
sus tres agujeros. Tambi�n mostraba diferentes posiciones, pero siempre de a
tres. Luego Lucho coment� largamente sobre sexo anal y bucal para instrucci�n de
las futuras putas.

Dami�n: Como ver�n creo que podr�n entretenerse. �Prefieren
ver otra de putas o alguna de esclavas?

Las opiniones estaban dividas. Tres prefer�an ver qu�
tendr�an que hacer mientras que las otras dos prefer�an ver de qu� se hab�an
salvado. Llegaron al acuerdo de ver una y una. La primera ser�a "Anillada" All�
se mostraba cuando la esclava era anillada en los pezones, la lengua, la nariz y
la concha. Se mostraba especialmente cuando se las perforaba sin tener el cuenta
el sufrimiento a que era sometida.

Luego la esclava anillada recib�a distintos castigos y
humillaciones. En uno de ellos ten�a sus mu�ecas rodeadas por una pulsera de
hierro que estaban unidas a las anillas de los pezones, mientras que la anilla
de la vulva era fijada a un poste. En estas condiciones era azotada en el culo
con un l�tigo. La esclava deb�a evitar todo movimiento tanto de su cuerpo como
de sus manos para no verse sometida a los tirones en los pezones o la concha que
provocar�a cualquier movimiento.

La otra era "Cogiendo a Cintia", historia de una joven que
cae en manos de un chulo que la alquila a los hombres m�s rudos del pueblo,
abusando de las intimidades de la joven. No solamente se la cogen por los tres
agujeros reiteradamente sino que debe tragar el semen y en algunas ocasiones son
orinadas por los clientes. Ante tanta humillaci�n sufrida por Cintia, Isabel
intenta suplicar no ser vendida como puta. Lucho le ordena callarse bajo pena de
ser castigada y eventualmente ser vendida como esclava.

L: Te informo que lograr�a mucho m�s dinero si te vendemos
como esclava. Hoy d�a son muy buscadas las jovencitas como t� para que los amos
las torturen sin piedad. Por lo tanto u obedeces o sabes lo que te espera.

Finalizada la alocuci�n, fueron llevadas nuevamente a sus
celdas.

Cap�tulo II.

A la ma�ana siguiente comenzaron a llegar los interesados en
el remate que se llevar�a acabo ese d�a. A las nueve de la ma�ana Lucho les
anunci� a las j�venes que el remate ser�a ese d�a y que las expondr�an un rato
antes de comenzar la subasta para que pudieran ser observadas por los posibles
clientes.

Ante la inminencia de ser vendidas, las cinco no pudieron
contener el llanto. Alrededor de las 9:30 horas de la ma�ana fueron conducidas
al exterior. All� hab�a una larga cadena entre dos postes. Una a una fueron
conducidas hasta la cadena y se le colocaron collares met�licos unidos a uno de
los eslabones de la cadena y grilletes en las mu�ecas que se fijaban tambi�n a
la cadena, con los brazos parcialmente extendidos

De esta manera estaban inmovilizadas y sin posibilidades de
cubrir parte alguna de sus cuerpos desnudos ni resistirse a las inspecciones que
seguidamente sobrevendr�an. Una vez que las cinco estaban encadenadas, Lucho
invit� a los presentes a observar y tocar la mercader�a.

Las cinco fueron manoseadas y revisadas en todas sus partes.
Liliana y Sabrina fueron las que concitaron la mayor atenci�n. Todas debieron
escuchar comentarios soeces mientras sus conchas eras tocadas o sus pezones
apretados entre los dedos. A Lucho no se le escap� el detalle del inter�s en
estas dos putas y pens� que la base de �stas deb�a ser m�s alta.

Cuando todos hab�a revisado el material en exposici�n, Lucho
se dispuso a iniciar el remate.

L: Ante todo quiero agradecerles que hayan venido hasta aqu�
para hacer sus ofertas sobre esta carne fresca que enaltecer� sus casas. Uds. ya
habr�n podido observar la calidad de la mercader�a que ofrecemos en esta
oportunidad. Comenzaremos rematando a Isabel. La base es de 60.000 euros.
�Cu�nto m�s pueden ofrecer por ella?. Pueden observar su cuerpo virgen, sin uso
y sin marcas. Una puta de alto nivel, no de esas que se las ve callejeando.

Los distintos compradores fueron haciendo ofertas. 65; 70; 72
y la oferta m�s alta qued� el precio en 76.000 euros. Lucho dio por vendida a la
primera de las j�venes.

L: Vamos a rematar a Gloria. Estoy seguro que como puta, a
pesar de no tener experiencia previa, les rendir� mucho dinero. Tiene unas tetas
y culo muy firmes que ser� apreciado por los clientes. La base tambi�n es de
60.000, muy poco para lo que vale esta inocente ni�a que ser�, repito, una
excelente puta. Como la anterior pueden observar un cuerpo casi perfecto. Miren
esas tetas. �Una maravilla!

Aqu� la puja fue un poco m�s importante y se ofert� 80.000
euros por ella. Lucho baj� el martillo y Gloria estaba vendida.

L: Ahora vamos a rematar a Liliana. Creo que no es necesario
decirles lo que puede explotarse ese cuerpo. Hemos tenido el cuidado de
afeitarle la concha para que pudieran apreciarla mejor. Esa raja rosada atraer�
la mirada de los clientes. Sin duda ser� una joven que despertar� el inter�s de
Uds. Realzar� las casas de putas que regentean. La base de Liliana es de 85.000
euros. A ver qui�n paga m�s.

Nuevamente comenzaron las pujas. Lucho, conocedor de su
oficio, no se hab�a equivocado. Las ofertas se suced�an lleg�ndose a pagar por
ella 115.000 euros. Lucho la vendi� y el comprador result� ser el mismo que
hab�a comprado a Isabel.

La siguiente a ser rematada era Marina. Marina era una
morochita de ojos casta�os con muy buen culo. Ya lo hab�an podido apreciar los
compradores en el tiempo que estuvo en exposici�n. Precisamente uno de ellos
hab�a estado evaluando su trasero con detenimiento, pensando que podr�a ser muy
requerida para sexo anal. Era un culito prometedor. Lucho inform� que la base
era tambi�n de 60.000. Esperaba ofertas.

A pesar de lo buena que estaba para su futuro trabajo de puta
no result� muy buscada. Se vendi� en 70.000. La compr� el interesado en buscar
una puta especialista en sexo por atr�s para su casa. Se acercaba el remate de
la �ltima, Sabrina, que Lucho hab�a dejado especialmente para el final.

L: Ahora es el turno de rematar a la �ltima puta de esta
serie. Les recomiendo a aquellos que no lo hicieron antes que se acerquen a
Sabrina y aprecien sus virtudes. Unas tetas muy firmes con unos pezones enormes.
Su conchita cerrada ser� un gusto especial para los clientes cuando la penetren.
Del culo no voy a hablar porque ya lo podr�n apreciar Uds. Sale de base en
85.000, un verdadero regalo para esta hermosa ni�a.

Hubo varias ofertas pero la �ltima oferta fue de 125.000,
precio en el cual fue vendida. El comprador de Sabrina era el mismo que hab�a
comprado a Isabel y Liliana. Lucho se acerc� para informarse qui�n era este
personaje que hab�a comprado tres de las cinco en venta e informarse c�mo quer�a
llevarse a las mujeres.

-Mi nombre es Carlos Madero Ber�n, due�o de varios de los
prost�bulos de Centro Am�rica. Estas putas est�n destinadas al m�s grande de los
que tengo. Se llama "La Leona Rosa". Tiene cincuenta habitaciones y trabajan en
�l un total de noventa putas entre los distintos turnos.-

Lucho: Mucho gusto se�or Madero Ber�n. Estoy seguro que el
material que hoy se lleva es de lo mejor que podr� encontrar. �Las desatamos y
les permitimos vestirse para que Ud. las lleve?

CMB: No tengo apuro. Mejor d�jelas d�nde est�n mientras
nosotros almorzamos. Ya habr� tiempo de quitarle las cadenas y permitirles que
se vistan. Son tres muy buenos ejemplares. Hac�a Mucho tiempo que no asist�a a
un remate con material de esta calidad. No deje de avisarme si se repite.

L: No me cabe duda que las tres le dar�n muchas
satisfacciones y buen dinero. Por supuesto que le avisar� cuando tenga un lote
especial para la venta.

CMB: Eso espero. No han sido baratas pero creo que ser�n
putas buscadas. Tendr�n que trabajar muchas horas por d�a para tener un buen
retorno de la inversi�n. Estaba pensando en quedarme con Sabrina para uso
personal.

L: �Tendr� una puta para uso personal?

CMB: En realidad m�s que puta la tendr�a como esclava. �Se
imagina tenerla atada mientras se la azota en las tetas?.

L: Disc�lpeme que le contradiga pero me parece un desperdicio
tener a Sabrina como esclava ahora. H�gala trabajar como puta primero. Tiene
s�lo 18 a�os y luego de estar un a�o o dos como puta entonces podr� usarla como
esclava. As� estar� un poco m�s acostumbrada a obedecer y podr� someterla a
castigos m�s duros

CMB: Puede ser, puede ser. Ir� a verlas de vuelta y tocarlas.
Me gusta ver c�mo se ruborizan cuando se las teca y se hace alg�n comentario
soez sobre sus cuerpos..

Se dirigieron al lugar d�nde las tres muchachas se
encontraban encadenadas. Las otras dos ya hab�an sido retiradas del lugar por
sus compradores. Carlos se acerc� a Isabel. Baj� su mano para tocarle el
cl�toris. La joven hizo un movimiento brusco.

CMB: Tranquila ni�a. Tu nuevo due�o quiere palparte. Mejor
que te quedes quieta. Todas las putas de La Leona Rosa son muy sumisas y
tranquilas que satisfacer a los clientes. Me imagino que t� tambi�n ser�s
complaciente con ellos y ofrecer�s tu concha para que la usen como quieran, �no
es as�?

Isabel no supo ni pudo responder. Algunas l�grimas corrieron
por sus mejillas. Carlos retir� su mano de la conchita y comenz� a masajear las
tetas y los pezones. Nuevamente Isabel se sinti� impotente de defenderse. Estaba
siendo humillada nuevamente y record� cuando debi� cambiar comida por prendas
que usaba hasta quedar desnuda. �Qu� futuro le esperaba?

CMB: Supongo que te comportar�s como una buena puta. Quiero
que me contestes.

Isabel temblaba de miedo. Consider� que lo mejor era asentir.

I: S� se�or.

CMB: �As� no se contesta!

I: S� se�or, me comportar� como una buena puta.

CMB: As� est� mejor.

Pas� a Liliana. Le llamaron la atenci�n los pezones que
ten�a. Turgentes, erectos, provocativos. Lo tom� entre sus dedos y comenz� a
sobarlos. Luego baj� su mano a la raja depilada

CMB: Y t�, �C�mo te comportar�s? �Pondr�s tus tetas, tu culo
y tu concha al servicio del cliente?.

L: S� se�or, pondr� mis tetas, mi culo y mi concha a servicio
del cliente que me elija.

Carlos estaba satisfecho. Estaban muertas de miedo, pero eso
no importaba. Lo que s� importaba es que no se revelar�an de trabajar en una
casa de putas. Se dirigi� a Sabrina.

CMB: T� tienes un cuerpo para tratarte como una esclava. Si
bien te he comprado para La Leona Rosa, quiz�s te haga hacer otras cosas. Separa
las piernas que quiero tocarte la concha.

Sabrina separ� sus piernas dejando el sexo accesible. La
cadena de su cuello le molestaba un poco y deseaba que aquello terminara pronto
para salir de tan inc�moda posici�n. Sinti� un dedo de Carlos que se introduc�a
en su culo. Se sorprendi� tanto que ni siquiera pudo reaccionar.

Carlos volvi� a observar el cuerpo de Sabrina. Era realmente
apetecible. �Por qu� no echarse un polvo en ese momento? Se abri� el cierre y
sac� su picha. Sabrina dio un grito. No imaginaba que pudiera ser violada en ese
momento. Quiso cerrar sus piernas pero ya las de Carlos estaban entre las suyas.
Sinti� la punta de la polla apoyada en la entrada de la vagina. Poco despu�s su
himen se desgarraba por la penetraci�n.

Ser cogida en esas circunstancia, a la vista de sus
compa�eras de aventura, frente a Dami�n y Lucho que observaban con curiosidad
superaba lo que pod�a haber imaginado. Para colmo esas palabras de "Si bien te
he comprado para La Leona Rosa, quiz�s te haga hacer otras cosas" la asustaba.
�M�s humillaciones todav�a?.

Carlos continu� entrando y sacando su polla lentamente. No
ten�a apuro en acabar. Mientras tanto acariciaba el culo de la joven que
permanec�a con sus mu�ecas encadenadas. Poco despu�s Sabrina sinti� el l�quido
caliente que penetraba en sus intimidades. Nuevamente las l�grimas saltaron de
sus ojos.

Tanto Liliana como Isabel sab�an que tarde o temprano ellas
tambi�n ser�an penetradas en sus conchas. Quiz�s lo fueran directamente con
alg�n cliente que quisiera abusar de ellas. Imaginaron un gordo viejo que las
humillar�an sin piedad. Quiz�s Sabrina hab�a sido afortunada de hacerlo por
primera vez en esas condiciones. Todo era seg�n el punto de vista con que se
mirara.

Carlos guard� su polla y le indic� a un ayudante que les
quitara las cadenas, las vistiera y acondicionara a las j�venes que pronto
partir�an en el avi�n privado estacionado a pocos metros del lugar.

El ayudante comenz� por Liliana. Luego de quitarle con
grilletes de las mu�ecas y el collar le alcanz� una t�nica con la cual cubrir su
cuerpo. Luego le at� los brazos cruzados en la espalda. Una cinta adhesiva
sellaba su boca y una correa alrededor de sus piernas arriba de las rodillas y
otra alrededor de los tobillos completaban las restricciones. Una vez terminado
de colocarle las correas, la carg� en sus hombros y la deposit�, cual un
paquete, en el avi�n. Durante el proceso aprovech� a tocar las partes �ntimas de
la joven.

Regres� y procedi� de manera similar con Isabel y Sabrina, a
las cuales acarici� de igual manera. Ya con las tres j�venes a bordo, Carlos
salud� a Lucho, indic�ndole que no dejara de avisarle cuando tuviera otras putas
para vender. A su vez Lucho le asegur� que no dejar�a de comunicarse con �l y le
dese� buen viaje.

As� terminaba el viaje de egresadas de las cinco j�venes que
quisieron conocer el penal abandonado. Sin duda se iniciaba una nueva vida para
ellas pero muy lejos de lo que hab�an pensado cuando iniciaron el viaje de Fin
de Curso.

Por su parte Lucho y Dami�n emprendieron r�pidamente un viaje
con destino desconocido. Era conveniente desaparecer por un tiempo. Volver�an
dentro de dos meses a esa viaja c�rcel abandonada, pero esa ser�a otra historia.

FIN