Esta ultima muchachita que hab�a tra�do Joaqu�n a la casa,
sin ser una belleza espectacular, estaba bastante bien, tenia todo en su lugar y
de buen tama�o, sus chiches eran duras y suaves y sus nalgas eran paraditas y
redondas. Tendr�a quiz�s no m�s de 18 a�os y realmente hab�a sido muy f�cil
traerla, la ni�a hab�a estado caldeando con su novio m�s de 3 horas dentro de un
destartalado autom�vil estacionado en una calle solitaria. El los hab�a estado
espiando y cuando la chica se bajo del coche el pens� que el muchacho tambi�n se
bajar�a para acompa�arla a su casa, pero el joven simplemente hab�a arrancado el
coche y se hab�a marchado. Lo dem�s hab�a sido muy sencillo, ya eran mas de las
once de la noche, el se bajo de su auto y se le acerco para pedirle razones
sobre una direcci�n, la muchacha se le acerco confiada y el casi sin resistencia
de parte de ella le aplico el pa�uelo con cloroformo que ya llevaba preparado,
la subi� a su coche ya dormida y se la llevo.

Y ahora estaba aqu� con ella en el departamento que hab�a
acondicionado arriba de la bodega que usaba como escondite. La aseguro de las
manos con las esposas a la cabecera de la cama y la desnudo por completo y se
recost� junto a ella para manosearla a su gusto, le paso las manos por las
chiches, por el estomago, por la panocha, por las nalgas, por las piernas, y se
relami� de gusto esperando a que ella despertara. La pensaba violar y divertirse
con ella todo el DIA siguiente, ya que por la noche tendr�a que ir por la otra
muchacha a la que le hab�a echado el ojo, era la primera vez que se le iban a
juntar dos, de manera que a la otra tendr�a que amarrarla en la bodega, pero no
importaba, ya que de esa manera tambi�n cobrar�a doble y quiz�s podr�a tomarse
un tiempo de descanso.

Joaqu�n ten�a 34 a�os, de estatura mediana y algo gordo.

La joven despert� poco a poco en ese momento, sus ojos se
abrieron extra�ados como tratando de recordar que hab�a pasado y tratando de
reconocer en donde se encontraba, la cabeza le daba vueltas y se sent�a mareada,
descubri� al hombre que estaba junto a ella y trato de gritar, pero el hombre le
tapo la boca con una mano, ella vio que estaba desnuda y el miedo se apodero de
su mente.

-No quiero que grites, no quiero que hables, no quiero que
hagas nada �le dijo el hombre a la vez que le acercaba una navaja a su cara- te
voy a destapar ala boca, pero a la primera palabra que digas te sacare un ojo
con esta navaja, entendiste?

La chica asinti� con la cabeza sin entender plenamente lo que
pasaba, pero si entend�a que estaba con un loco y que este loco era capaz de
hacerle da�o en cualquier momento.

-Muy bien �dijo el hombre quitando la mano de su boca- mi
nombre es Joaqu�n y te he tra�do aqu� simplemente porque me gustas, quiero pasar
unas horas contigo y despu�s te dejare ir sin hacerte ning�n da�o, pero si no
cooperas conmigo y haces todo lo que te ordene sin reparos, entonces simplemente
te matare y despu�s de cualquier forma te violare y te tirare en cualquier
basurero.

Joaqu�n hab�a aprendido por experiencia que diciendo esto a
las muchachas que secuestraba era mas f�cil que ellas cooperaran y se somet�an a
la violaci�n pensando que pronto serian libres, ellas le cre�an porque quer�an
creerle, porque en sus condiciones no ten�an muchas opciones para elegir, pero
que distinta era la verdad.

La chica por miedo o quiz�s simplemente por instinto de
conservaci�n, respondi� que si con la cabeza.

-De acuerdo, no vas a decir ninguna palabra salvo que yo te
lo ordene, ahora te voy a hacer algunas preguntas y tu me reapoderas con la
verdad, despu�s vamos a gozar del amor, y despu�s te dejare ir sin hacerte
ning�n da�o, no soy un secuestrador y no quiero ning�n rescate, solo quiero tu
cuerpo, cont�stame si estas de acuerdo?

-Si �respondi� la chica muy quedo, pensando que si acced�a a
las peticiones de su captor, se salvar�a de ser maltratada o quiz�s muerta, y
que dentro de algunas horas ya todo habr�a pasado.

-Perfecto, como te llamas?

-Sonia.

-Cuantos a�os tienes?

-17

-Eres virgen?

-No.

Joaqu�n quedo satisfecho con las respuestas y sin desnudarse
comenz� a besar a Sonia en el cuello a la vez que le agarraba las chiches y las
masajeaba d�ndole de pronto un fuerte pellizco en el pez�n derecho, quer�a
asegurarse de su docilidad, pero la chica pego un grito al sentir el dolor en su
pez�n, Joaqu�n se levanto y la empez� a abofetear con la mano abierta, los
golpes no eran demasiado fuertes pero si lo suficiente para dejarle los dedos
marcado, le pego en la cara, en los brazos y en las chiches.

-Te dije que no hablaras, estupida, no debes abrir la boca ni
para gritar ni para nada si yo no te lo mando �y no era que le importara mucho
que Sonia gritara, estaban en un lugar en donde nadie podr�a escucharla, pero le
molestaba escuchar gritos- entiendes?

-Si �contesto Sonia llorando.

Joaqu�n se volvi� a acomodar para seguirla manoseando, le
paso los labios por todo el cuerpo poniendo especial �nfasis en sus chiches, en
su panochita y en su culito. Y Sonia instintivamente comprendi� que la sumisi�n
total era el �nico camino para salvar la vida, y se dejo hacer todo.

Joaqu�n se levanto y se desnudo lentamente, como saboreando
la sumisi�n de la chica y el agasajo que se iba a dar con aquel cuerpo. Le solt�
la mano derecha y se recost� en el lado izquierdo.

-Ahora vas a hacer lo siguiente, te vas a poner de lado
poni�ndome tus chiches en la cara y con tu mano libre me vas a agarrar la verga
haci�ndome una chaqueta lentamente.

Sonia obedeci� y el se prendi� a los pezones de ella
lami�ndolos y mordi�ndolos a la vez que con las manos le estrujaba las chiches o
las estiraba para agarrarle las nalgas. As� estuvieron durante un rato, su verga
no era muy grande, media 12 cms. Ya totalmente parada, y de pronto el se paro y
se hinco sobre la cara de ella poni�ndole la verga sobre los labios, ella
entendi� de inmediato y abri� la boca meti�ndose mas de la mitad del instrumento
mientras con la mano libre le acariciaba los huevos. Joaqu�n no era de los que
aguantaban mucho tiempo la eyaculacion y quer�a probar su panocha antes de
venirse, le saco la verga de la boca y se pudo entre sus piernas, las que
flexiono y sin miramientos le clavo la estaca en la panochita, Sonia solamente
dio un respingo y se abandono a las acometidas de su violador. Pasaron un rato
as� hasta que el sinti� que estaba a punto de venirse, le saco la verga del
chocho y se la acerco a la boca.

-Ahora te vas a meter solamente la cabeza en la boca y me la
vas a chaquetear hasta que me venga y te vas a tragar todos los mocos sin
desperdiciar ni una sola gota, esta bien?

Ella asinti� y se meti� la cabeza de aquella verga en la boca
mientras con su mano la mov�a arriba y abajo. Nunca antes nadie se hab�a venido
en su boca y ella estaba temerosa de no poder soportarlo y quiz�s hasta volver
el estomago cuando sintiera los mocos en su garganta, pero no sucedi� nada de
eso y cuando Joaqu�n se vino meti�ndole mas a fondo la verga, ella simplemente
los recibi� y los trago sintiendo un placer que hasta entonces era desconocido
para ella, cuando Joaqu�n termino y sin que se lo pidiera, ella comenz� a
limpiarle la verga con la lengua y apret�ndosela con la mano para sacarle hasta
la ultima gota. Sonia ya estaba caliente aun en contra de su voluntad y esperaba
con ansia lo que seguir�a, despu�s de todo �pens�- solo serian unas horas, de
manera que tratar�a de gozarlas y despu�s todo quedar�a solamente como una
experiencia mas, la pobre no sabia que aquello era solamente el comienzo y que
su tormento no durar�a solamente unas horas, sino muchos a�os.

Ya casi amanec�a y Joaqu�n ten�a sue�o, adem�s de que deb�a
estar bien despierto para aquella noche en que har�a su siguiente trabajo, de
manera que se recost� al rev�s de la chica tratando de que su verga quedara a la
altura de la boca de ella.

-Ahora me voy a dormir un rato, pero quiero que te metas la
verga a la boca y que no te la saques durante todo el tiempo que yo duerma,
tampoco quiero que la mames, solamente que la tengas en tu boca, si te quieres
dormir puedes hacerlo pero sin sacarte la verga, si despierto y no tienes mi
verga en tu boca, te golpeare pero esta vez no va a ser con las manos sino con
el cintur�n.

Ella sin decir nada se acomodo tambi�n de lado y se meti� la
verga en la boca.

As� pasaron varias horas. Sonia hubiera querido sacar la
verga de su boca para mover un poco la cabeza, pero no se atrev�a, tenia miedo,
pero aun conservaba la esperanza de que aquello terminara y quedara libre, y no
quer�a contrariar a Joaqu�n.

Al filo del mediod�a Joaqu�n se despert�, y lo primero que
sinti� fue la casi seca boca de Sonia en su verga, esto quer�a decir que no se
la hab�a sacado ni un momento, se la saco el y se levanto, vio en la mirada de
Sonia que quer�a decirle algo pero no se atrev�a.

-Habla �le dijo.

-Tengo ganas de orinar �dijo Sonia.

-Esta bien, yo tambi�n tengo ganas, de manera que lo haremos
juntos.

La solt� de la cabecera de la cama pero le ato las manos a la
espalda con las esposas, la llevo al ba�o y la sent� en el w.c., Sonia aun con
la verg�enza de que la vieran orinar no le quedo otra que hacerlo, cuando ella
termino, el la paro y orino a su vez y despu�s lo volvi� a sentar a ella
orden�ndole que le limpiara la verga mojada de orines, ella la lami� de arriba
abajo limpi�ndola completamente.

Despu�s la llevo a la cocina, la sent� en una silla y preparo
unos huevos con jam�n para comer, luego el se sent� y la arrodillo a sus pies
dici�ndole:

-Me gusta que me chupen la verga mientras como, de manera que
hazlo y bien si es que quieres comer tu tambi�n.

Sonia como estaba atada de las manos a la espalda se acerco a
la fl�cida verga y como pudo se la meti� en la boca sintiendo casi de inmediato
que esta comenzaba a crecer, Joaqu�n empez� a comer con toda la calma del mundo
disfrutando de la mamada que le estaban dando, y cuando termino, se levanto y
sirvi� otro plato para ella sent�ndose en el mismo lugar.

-Te voy a dar de comer �dijo Joaqu�n- pero vamos a hacerlo de
la siguiente forma, comer�s una cucharada de alimento y te meter�s la verga a la
boca, luego tomaras otra cucharada y otra mamada y as� hasta que termines.

Y procedi� a hacerlo, Sonia se sent�a humillada comiendo y
mamando verga, pero tenia hambre y no le quedo otra que hacerlo. Al terminar
volvi� a limpiarle la verga que ya se encontraba totalmente parada de peque�os
restos de comida que le hab�an quedado.

Al terminar se fueron nuevamente a la recamara en donde el le
ordeno que se empinara sobre la cama y ella obedeci� adivinando y temiendo lo
que venia, era virgen del culo y siempre hab�a tenido miedo de que le dieran por
ah� pues supon�a que le iba a doler mucho, Joaqu�n se deleito viendo y agarrando
los cachetes de las nalgas de Sonia y no tardo en empezar a meterle un dedo por
el agujero del culo, ella se quejo pero el ni la tomo en cuenta, le embarro
saliva en el ojete y acercadole la verga se la fue metiendo poco a poco, Sonia
gem�a de dolor pero se lo aguantaba para no gritar y en un momento dado el se la
dejo ir toda arranc�ndole un peque�o grito a Sonia que no se pudo aguantar el
dolor. Entonces el comenz� a moverse lentamente aumentando poco a poco el
movimiento hasta que se vino despu�s de algunos minutos, acto seguido le saco la
verga y la sent� en la cama para que se la limpiara, Sonia aun sent�a el dolor
en el culo pero no se quejo y procedi� a su tarea a la que ya comenzaba a
acostumbrarse.

Joaqu�n volvi� a amarrarla de la mano izquierda pero ahora la
esposo a su propia mano derecha para que ella tuviera mas libertad de
movimientos y se acost� junto con ella.

-Ahora vas a seguir chupandome la verga hasta que se pare y
despu�s me masturbas sin sacarla de la boca hasta que me venga, y no te apures
mucho, aun me quedan unas 3 horas antes de irme.

Ella hizo lo que le indicaban alentada por la idea de que
pronto el se ir�a y posiblemente la liberar�a o por lo menos la dejar�a
descansar un rato.

& & &

Eran un poco m�s de las doce de la noche. Joaqu�n estaba
sentado al volante de su autom�vil de modelo reciente. Su vida hab�a sido un
completo desastre, podr�a haber sido de otro modo, hab�a tenido las
oportunidades de llevarla por otros caminos pero a el siempre le hab�a gustado
lo f�cil, el dinero f�cil, las mujeres f�ciles, la vida c�moda.

Joaqu�n desconoc�a a ciencia cierta el destino de las mujeres
que el secuestraba y entregaba, aunque naturalmente no era tonto y sabia que era
la trata de blancas. El las entregaba a L�pez y lo que el hiciera con ellas ya
no era de su incumbencia, en alguna ocasi�n en que discretamente se lo hab�a
preguntado, el le hab�a contestado que se ocupara de sus propios asuntos y no se
metiera en los ajenos, y el as� lo hab�a hecho, sabia que con los hombres como
L�pez no se pod�a jugar.

Tenia mas de dos horas de estar esperando cuando distingui� a
lo lejos sobre la desierta calle la figura de una mujer, era la misma que hab�a
estado espiando durante varios d�as, un verdadero bomb�n, lastima que a esta no
podr�a gozarla como hubiera querido, pues tenia que entregar a las dos mujeres
al otro dia por la ma�ana. Se bajo de su coche y camino para el lado contrario
de donde venia la victima, se resguardo en la oscuridad de un zagu�n, y espero.
Las pisadas de la mujer ya se escuchaban claramente y era cuesti�n de segundos
para tenerla a la mano, en cuanto la tuvo enfrente se le abalanzo y la abrazo
por la espalda con la mano izquierda mientras que con la derecha le aplicaba a
la boca y nariz el algod�n con cloroformo previamente preparado, la muchacha
solo alcanzo a emitir un leve gemido agitando las piernas y en unos segundos
quedo como trapo en las manos de Joaqu�n.

En poco mas de una hora estaban los dos en la bodega de la
planta baja de su departamento, esposo de ambas manos a la muchacha a una
varilla de acero que en forma de u sobresal�a de la pared, la chica era
realmente hermosa, parec�a una modelo de revistas, vest�a un pantal�n vaquero y
una blusa blanca. Joaqu�n sinti� el deseo de violarla, pero ella continuaba
dormida y de esa forma no le gustaba, le gustaba que estuvieran despiertas y
verlas humilladas, por lo que se sent� en una silla frente a ella y se dispuso a
esperar que despertara.

Joaqu�n se quedo dormido sentado en la silla, y cuando
despert� eran casi las cinco de la ma�ana, la muchacha aun no despertaba y eso
era muy raro, pens� en echarle agua fr�a para ver si la despertaba o si esperaba
un rato m�s, y en eso noto que la chica comenzaba a moverse.

Gabriela (que era el nombre de la joven) despert� poco a poco
de su adormecimiento, y de inmediato se le quedo viendo fijamente a Joaqu�n, su
mirada no era de sorpresa, ni de miedo, era una mirada de odio y esto sobresalto
un poco a Joaqu�n sin saber porque, el estaba acostumbrado a que al despertar
las mujeres lloraran, gritaran y cosas as�, pero esta era distinta.

-Eres un desgraciado infeliz �dijo ella en voz alta.

-No me lo digas �contesto Joaqu�n sobreponi�ndose a la
sorpresa- y si no tienes nada mas importante que decir es mejor que te calles.

-Si tengo algo mas importante que decir, te has metido en una
bronca de la cual no tienes ni idea, te equivocaste de persona y esto te va a
costar muy caro.

-No me amenaces que me voy a poner a temblar, que no te das
cuenta de que eres mi prisionera, que no te intriga saber lo que voy a hacer
contigo?

-En lo mas m�nimo �contesto Gabriela- ya que sea lo que sea
lo que pienses hacer conmigo, no tendr�s tiempo de hacerlo, maty vendr� a
salvarme.

-Maty? Que es eso, un hombre o una mujer?

-Maty viene de Mat�as, estupido, y es el hombre con el que
iba a verme cuando me Interceptaste y ahora probablemente es que se encuentre
busc�ndome y cuando me encuentre creeme que te vas a arrepentir de lo que
hiciste.

-Vaya �contesto Joaqu�n- pens� que era algo realmente
importante, olv�dalo nena, nadie nos vio, nadie nos sigui�, y ni tu ni tu amigo
tienen la menor idea de donde te encuentras, y menos idea tienen de donde te
encontraras al amanecer, y aun en el improbable caso de que tu amigo nos
encontrara, estoy mas que preparado para recibirlo.

Y sacando Joaqu�n una pistola de entre sus ropas se la mostr�
a Gabriela.

-Maty es muy h�bil �contesto Gabriela- y esa pistolita jam�s
lo espantar�a y tampoco a mi, el se ha enfrentado a situaciones mas dif�ciles y
siempre ha salido adelante, y pienso que un imbecil como tu no puede
amedrentarlo, con o sin pistola.

-Mira jovencita ya basta de bravatas idiotas, deber�as de
estar mas preocupada por tu situaci�n y por tu futuro que por la posibilidad de
que te rescaten, o acaso no tienes miedo?

-En realidad no �contesto Gabriela- porque habr�a de
tenerlo?, despu�s de todo no eres mas que un pobre infeliz, d�bil mental y
probablemente drogadicto o alcoh�lico.

Joaqu�n no contesto y se volvi� a sentar en la silla, estaba
desconcertado por la situaci�n, no era normal lo que estaba sucediendo, ella
deber�a estar llorando y suplicando clemencia, y por el contrario estaba
altanera y segura de si misma. Sinti� un poco de miedo pero luego se tranquilizo
y decidi� que no hab�a raz�n para ello, ya ni siquiera tenia ganas de violarla,
de manera que decidi� esperar a que amaneciera y entregarlas a las dos, y ah� se
terminar�a todo.

-El puede olerme �dijo de pronto la chica sacando a Joaqu�n
de sus pensamientos.

-Que dices?

-Que el puede olerme y seguramente que ya esta tras la pista,
adem�s de que puede correr grandes distancias y a gran velocidad.

-Estas loca � contesto Joaqu�n volteando para otro lado.

No hab�an pasado m�s de 10 minutos cuando Joaqu�n escucho el
primer ruido. De momento pens� que quiz�s se tratara de alguna rata, pero el ya
hab�a escuchado ratas anteriormente en ese mismo lugar y el ruido no era el
mismo. No era un ruido de pisadas, al menos no de pisadas humanas, mas bien eran
como pasos de alg�n animal m�s grande que una rata. Se paro a un lado de la
puerta y saco su pistola, lo que sea que fuese morir�a en cuanto tratara de
entrar, contuvo la respiraci�n y entonces otro sonido le hizo voltear a donde
estaba la chica y vio que esta intentaba zafarse de sus esposas, y con gran
sorpresa noto que la varilla en donde estaba esposada la joven comenzaba a
doblarse, sus ojos se abrieron al doble y pens� que era incre�ble, ning�n ser
humano pod�a doblar esa varilla que tenia una pulgada de espesor, y menos una
mujer.

De pronto la puerta de madera salto en pedazos como si le
hubieran disparado con un ca��n y tras los pedazos y astillas de madera como un
b�lido por el aire entro la cosa, parec�a un perro pero enorme, tenia casi el
tama�o de un oso y sus fauces abiertas que echaban espuma por los lados tambi�n
eran enormes. Joaqu�n quedo paralizado por el terror, le apunto con la pistola
pero el miedo la hab�a engarrotado los dedos y no pod�a disparar, hizo un
esfuerzo y alcanzo a disparar justo en el momento en que el perro se lanzaba
sobre el, dio en el blanco pero pareci� no hacerle nada a la bestia, la enorme
mole cayo sobre el y sus fauces se cerraron sobre la mano que sosten�a la
pistola arranc�ndosela de cuajo sin ning�n esfuerzo. La fiera se separo de el
aun con la mano y la pistola en el hocico y fue a reunirse con la muchacha, la
cual ya se hab�a liberado de las esposas.

-Ya ves �hablo ella- te lo dije, te advert� que maty vendr�a
a salvarme y tu no quisiste hacerme caso, tuviste tu oportunidad de escapar pero
la dejaste ir.

-Por favor �imploro Joaqu�n casi gimiendo y llorando por el
esfuerzo- d�jenme ir.

--Muchacho, muchacho �dijo Gabriela mientras acariciaba la
cabeza del animal- no comprendes que todo esto estaba anticipadamente planeado
por maty y por mi, no comprendes que tenemos que cumplir con nuestro deber y por
lo tanto no podemos dejarte ir, pues pensamos que con esto aparte de divertirnos
y satisfacernos, de paso tambi�n le hacemos un bien a la humanidad al privarla
de un ser tan despreciable como tu, olv�dalo, tu destino ya esta marcado.

La fiesta hab�a terminado, de Joaqu�n solo quedaron algunos
huesos que maty y Gabriela ya no quisieron comerse por estar demasiado llenos.
Gabriela subi� al departamento y libero a Sonia quien de prisa se visti� y salio
huyendo pues hab�a escuchado casi todo lo sucedido.

Empezaba a amanecer y cualquiera que lo hubiera visto por la
calle seguramente que no habr�a sospechado nada de lo aburrido, solo habr�a
mirado a un par de j�venes casi adolescentes que caminaban lentamente, una
pareja de enamorados estrechamente abrazados que seguramente vendr�an de alguna
fiesta y que trataban de hacer el camino lo mas largo posible para as� poder
estar mas tiempo juntos.

CUALQUIER COMENTARIO FAVOR DE ENVIARLO A:

POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO