Se hac�a tarde para ir al gimnasio. La reuni�n para la
coordinaci�n de los nuevos proyectos de outsourcing se extendi� m�s de lo
normal. Me apresuro, tomo mi laptop y salgo pr�cticamente corriendo de la
oficina. El ascensor se toma una eternidad en bajar los 10 pisos desde mi
oficina hasta el estacionamiento. R�pidamente me dirijo al gimnasio el cual no
se encuentra muy lejos pero el tr�fico por la avenida Universidad siempre es un
caos. Finalmente llego y subo casi trotando hasta el sal�n de maquinas donde
esta Pablo el instructor recogiendo los equipos y colocando todo en orden. Le
digo toda apenada:

- Pablo, disculpa pero no pude salir a tiempo. �Crees que
pueda hacer mi rutina mientras tu terminas de recoger?

- No te preocupes Mariela, as� me puedes acompa�ar. Siempre
acostumbro a hacer mis ejercicios despu�s que se han retirado todos � le
contesta mir�ndola a los ojos.

- Gracias Pablo, d�jame cambiarme � y se dirige a los
vestuarios.

Mientras se quita su traje ejecutivo piensa en lo hermoso que
es Pablo. Sus enormes m�sculos, sus ojos marrones, esa chiva tipo candado le
luce espectacular, pero lo que mas me agrada es su pelo largo que generalmente
lo lleva agarrado atr�s en una cola. Realmente es muy varonil, y empiezo a
sentir un cosquilleo curioso en mi vientre. Decido no ponerme las medias y solo
usar� la malla que me queda algo ajustada pero con los ejercicios siempre se
estira. Me veo en el espejo y noto que la falta de medias resalta mi totona en
la malla y el depilado hace que la redondez de mis labios se haga notoria. Estoy
seguro que eso le va a gustar a �l.

Salgo y la sorprendida soy yo, me encuentro a Pablo cubierto
solamente con un peque�o short abierto por los lados que deja que su verga se
mueva libremente. Sus pectorales est�n brillantes por el sudor y su piel canela
me hace agua la boca. Se ha soltado el pelo y le cae casi a nivel de los hombros
y me enamora. Co�o, yo vine a hacer ejercicios pienso y me concentro en mis
movimientos en la bicicleta de calentamiento. Entre serie y serie Pablo se
acerca a m� y conversa trivialidades mientras se seca con una peque�a toalla. Su
short cada vez est� m�s mojado y se le puede ver claramente la forma de su
verga. Se nota gruesa y con un gran glande. Lo esp�o por el espejo de la pared y
veo como sus nalgas se convierten en dos bloques de acero cuando se esfuerza por
levantar las pesas. Comienzo a sudar, no se si por los ejercicios o por la
excitaci�n que se me hace muy obvia.

Me llama al multi fuerza y me da instrucciones de c�mo debo
colocar mis manos en la barra, como debo posicionar mis codos, mantener la
espalda recta y en cada momento sus manos me agarran y tocan y cada roce env�a
centellazos de corriente a mi vientre. Comienzo a humedecerme y aunque trato de
disimular cada vez que me toca, la piel se me eriza y los pelos se me paran
literalmente. Contin�o con los ejercicios y logro moment�neamente desprenderme
de los pensamientos libidinosos.

Paso a la tabla de abdominales y me acuesto, el se me acerca
a explicarme como debo de hacerlos y desde mi posici�n puedo verle completamente
la verga y parte de sus test�culos. Siento como el a su vez coloca su mano en mi
abdomen como para percibir si estoy contrayendo los m�sculos correctos. Baja su
mano y con la excusa de ver si acciono los m�sculos abdominales inferiores me
aprieta y puedo jurar que casi me agarra el cl�toris y me acaricia el vientre.
Comienzo a subir y bajar en mis movimientos y cada vez que bajo, siento como la
tela de la malla se me mete entre los labios vaginales y me hace cosquillas.
Puedo ver a Pablo devor�ndose mi co�o con sus ojos y sigo.

El se separa lo suficiente para apreciar mi cuerpo
completamente y me anima a darle m�s duro. Puedo observar como el bulto debajo
de sus shorts esta creciendo. Completo mi serie y paso al banco de pesas. Me
acuesto y por la posici�n tengo que abrir mis piernas para poder levantar las
pesas que me da para hacer el ejercicio correspondiente.

Nuevamente tengo la vista de sus genitales, pero esta vez
noto algo de desfachatez en �l. Se posiciona de manera tal que puedo ver su
verga y test�culos completamente. La tengo a unos pocos cent�metros de mi cara.
Puedo sentir ligeramente su olor y la boca nuevamente se me hace agua. Luego da
la vuelta y se coloca delante de m� y siento su mirada en mi cuquita la cual
esta mojada y a trav�s de la tela se moldea detalladamente la forma de mis
labios. Al terminar la serie me siento en el banco y encuentro a Pablo parado a
mi lado, y no aguanto m�s. Su verga la tengo a la altura de mi cara y solo tengo
que estirar el brazo para tenerla en breve en mi mano.

�l no parece sorprendido y hasta pienso que lo estaba
esperando. Lo atraigo hacia m� y me meto su hermosa verga con su enorme cabeza
en mi boca. Siempre me ha gustado dar un buen fellatio pero este es distinto. El
sudor aumenta el sabor salado de su piel y su olor se ha intensificado por los
ejercicios. Me llena los sentidos y se la mamo duro. Comienzo a lam�rsela por
debajo mientras que con la otra mano le acaricio las bolas. Contin�o
succion�ndole la cabeza y le meneo los huevos con fuerza. Me la introduzco hasta
la garganta y la vuelvo a sacar, sus gemidos de placer son incre�bles y me la
quita de las manos. Me dice que es la mejor mamada que ha recibido pero que
prefiere cogerme y acabar en m�. El comentario me enciende m�s de lo que ya me
encuentro y me quito la malla. Me levanta con sus poderosos brazos y me sienta
en una de las estaciones del multifuerza donde solo mis nalgas quedan apoyadas
mientras el resto de mis piernas cuelgan.

Apoya mis piernas en sus hombros y enfila su enorme verga
dentro de m�. Siento como su cabeza va entrando y desplazando mis pliegues
internos. Me llena y algo m�s. Creo que llega a mi �tero porque nunca antes me
hab�an cogido con un huevo tan grande. Se acerca a m� y me besa apasionadamente.
Siento lo �spero de su barba en mi cara y siento como su hermosa cabellera cae
en cascada sobre nuestras caras unidas en un enlace de lenguas que no paran de
buscarse. Sus enormes manos me sujetan las nalgas, sus dedos recorren mi culito
y con todo el sudor nuestras pieles brillan. Pablo me maraquea con gusto, entra
y sale con lentitud y poco a poco va aumentando su ritmo.

Puedo ver nuestra imagen en el gran espejo en la pared y me
siento put�sima. La sensaci�n de ser parte y espectador del acto sexual me
excitan b�rbaramente. Veo en el espejo como sus bellas nalgas se endurecen cada
vez que me la mete duro, como los m�sculos de la espalda se contraen en su
frenes� por cogerme duro. Toda esta estimulaci�n olores, sonidos, im�genes y
sobre todo sensaciones en mi vag�na hacen que mi orgasmo explote como
estrellitas en mis ojos. Los espasmos en mi vag�na hacen eco en mi culito, me
siento desfallecer.

Pablo siente mi orgasmo y no me suelta pero yo le digo que
probemos otra posici�n. A �l le gusta la idea y me lleva al banco de pesas donde
me manda a arrodillar dejando mi culo levantado y expuesto ante �l. Siento sus
dedos introducirse en mi canal vaginal y su lengua jugar con mi culito, le digo
que por ah� no y solo asiente para seguir d�ndome un luminoso beso negro. Mi
excitaci�n comienza de nuevo a crecer, otra vez puedo ver en el espejo todos los
movimientos de �l y mi posici�n descarada para que me coja. Pablo introduce su
verga que parece estar creciendo cada vez m�s. Uno mis rodillas para que mi
vag�na quede m�s estrecha y aprieto mis m�sculos vaginales. �l gru�e de placer,
y puedo ver en el espejo como su cabellera revuelta la sacude al aire por el
placer que siente, siento venir su eyaculaci�n por el cambio en la velocidad de
sus movimientos y yo tambi�n lo apuro, quiero acabar con �l y me deleito con
nuestra imagen en el espejo.

Me siento protagonista de una pel�cula pornogr�fica y me
corro, esta vez no aguanto y suelto un grito de placer que en la soledad del
gimnasio resuena como un trueno. Pablo me sigue con igual intensidad y siento
como su semen caliente me llena completamente. Me maraquea un poco m�s como para
asegurarse de que me ha vaciado hasta la �ltima gota de su semen. La saca con un
sonido como cuando destapas una botella de vino y siento su leche chorrearme por
la orilla del muslo. Todav�a las estrellitas de mis ojos no se han desvanecido.
Pablo me voltea y me da un beso tierno y me abraza mientras su verga se
empeque�ece apoyada en mi muslo.

Nos aseamos, nos vestimos y nos despedimos como viejos
amantes. Lo ayudo a cerrar el local y simplemente me dice: "Quieres ayudarme
ma�ana con mis ejercicios"�