Relato: Un botones muy complaciente



Relato: Un botones muy complaciente

Hola, amigos,


Hoy les quiero contar sobre alguna vez que estuve trabajando
en sierto hotel de la ciudad de Medell�n, como botones y servicios generales. El
caso es que hace un par de meses sucedi� algo que me cambi� las expectativas en
este trabajo. Yo era hasta entonces un man normal, que habia tenido ciertas
aventuras con algunos manes, pero para mi la bisexualidad es muy normal y no le
veia nada de extra�o, en este trabajo me fascinaba ver a la cantidad de tipos
chimbas que llegaban de otras partes del pais y del extranjero, siempre que
pod�a me met�a en el servicio, y me la meneaba mientras fantaseaba con ess tipos
o algunas viejas, era lo que m�s me gustaba.


Bueno, pues el caso es que un d�a lleg� al hotel un joven
como de 27 � 28 a�os, era un directivo de estos agresivos, de traje impecable,
guapo y seguro de s� mismo. Estaba alojado en una buena habitaci�n, se ve�a que
deb�a tener un alto cargo en su empresa, a pesar de su juventud. El caso es que
me llam� la atenci�n porque me mir� algo m�s de lo normal en estos casos. Cuando
le dej� la maleta en su habitaci�n, me sonri� muy amablemente y me dio un
billete de 50.000 pesos, una propina que jam�s me hab�a dado nadie. Ampli� a�n
m�s la sonrisa y me pareci� que me gui�aba un ojo, aunque a lo mejor fue solo la
impresi�n.


El caso es que me fui un poco mosqueado; me estaba oliendo
que el man me estaba tirando los perros, pero no estaba seguro�


Bueno, el caso es que, estando de servicio, vi entrar por la
tarde a un chico que yo conozco de vista: es un chico de compa��a, un gigol�, un
puto para hombres de una casa de citas que hay muy cerca de mi hotel. Me llam�
la atenci�n y pens� que quiz� lo hubiera llamado el joven ejecutivo agresivo.
Quise satisfacer mi (malsana, es cierto) curiosidad, y sub� por el ascensor de
servicio. Mi hotel no es muy alto, s�lo cinco pisos, as� que me fue f�cil o�r en
qu� piso se quedaba el chico. En efecto, era la penultimo piso, donde se alojaba
el ejecutivo. Lo segu� a distancia; conozco bien el hotel y s� d�nde se puede
uno camuflar. El caso es que, como imaginaba, se detuvo ante la puerta 2...;
llam�, y desde mi posici�n pude ver c�mo el ejecutivo abr�a la puerta s�lo
ataviado con una peque�a toalla, como si saliera de darse una ducha. �Me
creer�is si os digo que se me estaba poniendo dura? Mi mente volaba, porque
te�ricamente aquello era s�lo un poco de morbo, confirmar que, como supon�a, el
ejecutivo era maric�n, pero lo cierto es que ten�a el nabo totalmente empalmado.
Supuse que era cuesti�n de la excitaci�n del momento, del miedo a que me
pudieran sorprender espiando.


Pero algo me hac�a continuar; �qu� har�an esos dos, ah�, en
su habitaci�n, solos? La verdad es que nunca hab�a visto nada parecido en el
hotel, as� que, aunque ten�a alguna idea de lo que hac�an, no lo sab�a con
seguridad. La curiosidad me hizo concebir un plan m�s bien disparatado: las
habitaciones de aquel ala ten�an terrazas a una zona interior, poco frecuentada.
El caso es que la habitaci�n de al lado de la que ocupaba el ejecutivo (y ahora
tambi�n el puto) estaba vac�a, as� que se me pas� por la cabeza una idea
descabellada. Quise rechazarla, como hubiera hecho en una situaci�n normal, pero
estaba tan excitado con aquella situaci�n, que no pude hacerlo. Corr� hasta
recepci�n; no estaba el conserje; tom� la llave de la habitaci�n de al lado y
sub� r�pidamente en el ascensor. Entr� en la habitaci�n y puse la oreja en la
pared; parec�a escucharse algo remoto, pero no consegu�a saber qu� era.
Entonces, abr� la terraza y me aproxim� a la barandilla. No era dif�cil saltar a
la otra terraza. Mir� a la calle, que estaba desierta, tragu� saliva, y me
decid� a saltar. No me cost� trabajo. Enseguida me agach�, para no delatar mi
presencia, y me acerqu� a las vidrieras.


Mir�, con sumo cuidado, hacia dentro de la habitaci�n; lo que
vi me dej� helado: el puto estaba desnudo, tumbado en la cama boca arriba, y el
ejecutivo, tambi�n desnudo, se la estaba mamando. Desde mi perspectiva pod�a ver
perfectamente como la boca del ejecutivo se tragaba una y otra vez el nabo del
puto, que, por cierto, era un rabo bastante considerable, a pesar de lo cual el
ejecutivo deb�a tener unas tragaderas enormes, porque el carajo desaparec�a por
completo en su boca, cuando, as� a ojo de buen cubero, no deb�a medir menos de
22 cent�metros.


Aquella imagen me termin� de poner cachondo del todo, y no
tuve m�s remedio que sacarme el nabo y ponerme a hacerme una paja. Tuve que
reconocer que me estaba gustando much�simo, y por un momento, aunque apenas si
ten�a tiempo de otra cosa que de pajearme como un loco y babear de placer, me
imagin� c�mo ser�a tener un cacharro como ese en la boca. Me fij� que el
ejecutivo ten�a los ojos cerrados, como si estuviera en el para�so, y tambi�n me
di cuenta de que su polla tambi�n estaba erecta, y que era enorme, a�n m�s que
la del puto; calcul� que no menos de 25 � 26 cent�metros de polla, con un
cabez�n muy grande, sonrosado y desplegado a toda potencia.


El puto se arque� en la cama (no o�a nada, s�lo pod�a ver), y
el ejecutivo se sac� el carajo de la boca y se qued� con la lengua totalmente
sacada, como si fuera una alfombra, debajo del nabo del chico. No sab�a qu�
estaba haciendo, hasta que pude ver c�mo del rabo del puto sal�a un gran
churret�n de leche, que se col� dentro de la boca del ejecutivo limpiamente; le
debi� de llegar pr�cticamente hasta el est�mago, de lo fuerte que iba.


El segundo trallazo fue m�s moderado y le cay� en la lengua,
y otros tres o cuatro m�s siguieron el mismo camino; pude ver desde la vidriera
c�mo la lengua del ejecutivo temblaba, y comprend� que era de placer. Cuando la
tuvo totalmente empapada de aquel l�quido blanquecino, sepult� el nabo, que a�n
emit�a algunas gotas de semen, en su boca, y volvi� a chupar el carajo del puto,
regode�ndose en aquella sustancia que yo jam�s hab�a imaginado que pudiera ser
algo tan delicioso como, al parecer, era, al menos a la vista del rostro del
ejecutivo, que hab�a abierto los ojos y ten�a la mirada perdida, como si no le
importara nada en este mundo m�s all� de estar, en aquel momento, con la boca
llena de leche.


El puto, tras pasar alg�n tiempo, se levant� y parece que
convenci� al ejecutivo de que dejara de chuparle la polla, porque ya no hab�a
m�s leche. El hombre se sac� el nabo de la boca, a rega�adientes, y le dijo algo
al otro. Al momento, ambos desaparecieron en el cuarto de ba�o.


Yo estaba a reventar, mene�ndomela como un loco. Lo que hab�a
visto me hab�a gustado much�simo, pero quer�a m�s. Mi mente calenturienta pens�
deprisa. Estaba claro que hab�an entrado a darse una ducha, quiz� juntos, y que
posiblemente volver�an a la cama a seguir su fiesta. As� que, sin pensarlo dos
veces (si lo hubiera hecho no me habr�a atrevido), intent� abrir la puerta de
cristal de la habitaci�n; afortunadamente, no estaba echado el cierre, as� que
me introduje silenciosamente en el cuarto. Inspeccion� la estancia, para ver
d�nde me podr�a situar con buena visi�n y sin correr peligro de ser descubierto.
En ello estaba cuando escuch� la puerta del cuarto de ba�o; estaban saliendo, y
yo all� en medio, agachado.


Tuve una intuici�n y me lanc� debajo de la cama, justo a
tiempo, porque un momento despu�s, desde debajo del colch�n, vi aparecer los
pies descalzos de los dos hombres. Por la posici�n intu� que se estaban besando
en la boca. Poco despu�s ambos se arrojaron sobre la cama, y empec� a o�r de
nuevo unos chupetones; no sab�a qui�n mamaba ahora, aunque el sonido parec�a
diferente. Como me pareci� que all� abajo estaba seguro, y estaba tan caliente,
decid� desnudarme por completo; quer�a gozar de aquel momento, de estar desnudo
bajo una cama en la que dos t�os estaban disfrutando del sexo. Si alguien me
hubiera dicho, s�lo dos horas antes, que iba a hacer aquello, ma habr�a reido
como un loco.


Me quit� la camisa, el pantal�n, los zapatos y calcetines, y
me qued�, paje�ndome, debajo del colch�n, mientras notaba el peso de los dos
cuerpos. Pens� entonces que, si, como parec�a, los que chupaban pollas cerraban
los ojos para mejor disfrutar, a lo mejor podr�a sacar mi cabeza para ver lo que
estaban haciendo, sin que me vieran. Era una locura, claro, porque era muy
arriesgado. Pero, llegado a ese punto, yo estaba ya totalmente fuera de m� y
poco me importaba nada que no fuera ver qu� estaba pasando a tan pocos
cent�metros de m�. As� que, con sumo cuidado, fui sacando la cabeza por uno de
los costados de la cama. Desde esta nueva posici�n, vi como ahora era el puto el
que le mamaba el nabo al ejecutivo. En efecto, ten�a los ojos cerrados, mientras
alojaba dentro de su boca buena parte del enorme rabo del hombre. Se ve que
�ste, a pesar de ser profesional del sexo, no ten�a tan buenas tragaderas como
el mayor. Se me ocurri� entonces otra idea espl�ndida: como el puto estaba
tumbado sobre el cuerpo del otro, su parte inferior sobresal�a por los pies de
la cama; as� que yo podr�a tener una visi�n perfecta de su nabo, a poca
distancia, y sin riesgo alguno.


As� lo hice: al asomarme por debajo de la cama, a los pies,
casi me desmayo: el chico estaba efectivamente con la parte inferior de su
cuerpo colgando de la cama, y su rabo, totalmente desplegado, colgaba poderoso
entre sus piernas, a poco m�s de diez cent�metros de mi cabeza. Pude entonces
comprobar la hermosura de aquel nabo, de cabeza poderosa y aerodin�mico,
brillante, de cuyo ojete sal�an algunas peque�as gotas de l�quido preseminal. Me
qued� embobado viendo el paisaje, as� que no fue raro que, cuando el puto, sin
tocarse siquiera, se corri�, me cayera un trallazo de leche en la boca, que
ten�a entreabierta; la palade� un instante, confirmando la impresi�n de que era
un n�ctar, un l�quido sabros�simo. Abr� la boca desmesuradamente para que no me
escapara ni una gota, y lo consegu�: me cayeron tres trallazos m�s, a cual m�s
suculento, y me qued� all�, con la boca abierta, esperando que cayera un goter�n
vacilante que permanec�a a�n semipegado al glande. Por fin cay� en mi boca, y lo
palade� con glotoner�a. Escuch� entonces al mayor como gem�a estent�reamente, y
supe, sin verlo, que se estaba corriendo en la boca del puto. �C�mo lo envidi�!


Poco despu�s ambos entraron en el cuarto de ba�o, y yo por
fin me corr� con mi paja, debajo de la cama. Fue el orgasmo m�s brutal que hab�a
tenido hasta entonces. Pero entonces me di cuenta de la locura que hab�a hecho,
y me vest� y sal� de la habitaci�n, de nuevo por la terraza, en volandas. Ya en
recepci�n, vi como, al poco, sal�a el puto, que me sonri� al pasar, sin tener ni
idea de que pocos minutos antes yo me hab�a tragado toda su carga de leche sin
�l saberlo.


A la media hora, cuando todav�a no me hab�a repuesto de la
impresi�n de aquella tarde, llamaron al servicio de habitaciones. Era el
ejecutivo, que ped�a un refresco. Me dieron el encargo y sub� a su cuarto. Por
el camino decid� que quer�a llegar m�s all� y sentir en mi boca aquel pedazo de
cacharro que hab�a visto en la del puto. Estaba loco, lo sab�a, pero no pod�a
hacer otra cosa, estaba totalmente salido y mi nabo de nuevo estaba como una
bomba.


As� que entr� primero en el cuarto que tenemos para el
servicio; hab�a pensado lo que iba a hacer, y lo hice: me quit� los pantalones y
los slips, no me puse ropa interior y me coloqu� unos pantalones m�s antiguos
que ten�a del a�o anterior, que se me hab�an quedado peque�os. Me mir� en el
espejo y s�lo de verme el pantal�n pegado al cuerpo, marc�ndome la raja del culo
como el de una maricona, me excit� enormemente; por delante el nabo se me
marcaba hacia uno de los lados, como si llevara un gran pepino en el bolsillo.
Tragu� saliva y tom� la bandeja con el refresco. Golpe� en la puerta del
ejecutivo, muy nervioso por lo que estaba haciendo. Me abri� y me sonri�; estaba
con un albornoz puesto, supongo que despu�s de la segunda ducha. Entr�, con
nervios pero decidido, y not� como su mirada se posaba sobre mi culo.


Debi� de gustarle, porque me pareci� escuchar una especie de
silbido amortiguado. Me gir� hacia �l, ya sin la bandeja que me ocultaba el
paquete, y el nabo, totalmente empalmado, se me deb�a de marcar soberbiamente
por debajo del pantal�n, porque el hombre no quitaba la vista de aquella zona.
Not� que estaba absorto, y yo no sab�a muy bien qu� hacer, aunque se supon�a que
deb�a esperar por si me daba alguna propina. El hombre finalmente reaccion�, y
me dijo algo de que si pod�a ver una cosa del cuarto de ba�o, que parec�a no ir
bien. Yo acud� diligente, entr� en la estancia de servicio, seguido muy de cerca
del hombre, cuya respiraci�n se notaba entrecortada, como si estuviera muy
excitado.


--Mira, es que parece que no funciona bien la llave que da
paso a la ducha o al grifo de la ba�era.


Yo me agach�, aparentemente muy interesado por lo que me
dec�a, para manipular la llave, pero cuidando de poner el culo bien en pompa;
notaba el pantal�n metido en la raja del culo, pr�cticamente roz�ndome el
agujero, y mir� a hurtadillas, por debajo de mi cuerpo, hacia el hombre. Estaba
algo m�s atr�s, embobado mir�ndome el culo, con la boca abierta, y ten�a la mano
metida dentro del albornoz, a la altura de su carajo. Lo ten�a en el bote, pero
a�n hab�a algo que me imped�a dar el paso definitivo. Abr� la llave de la ba�era
y el agua sali� por la ducha, en vez de por abajo. Yo estaba justo debajo de la
regadera, as� que me cay� un gran chorro de agua, empap�ndome la camisa y el
pantal�n. Me ech� atr�s, pero ya era tarde, estaba chorreando de agua. El hombre
tartamude� un poco, totalmente excitado.


--Lo siento mucho, no te preocupes, te presto algo para que
te lo puedas poner... qu�tate esa ropa, anda.


Yo no me hice de rogar; mirando al suelo, pero realmente
observ�ndolo de reojo, me quit� la camisa, y comprob� como miraba arrobado mis
pectorales bien marcados, aunque sin exagerar, y mis m�sculos moldeados en el
gimnasio. El hombre ni siquiera se dio cuenta de que no me hab�a tra�do la ropa
que me prometi�, pero yo no iba a record�rselo. Me abr� despu�s el bot�n del
pantal�n, baje la cremallera, y me baj� despacio el pantal�n. Mi nabo salt� como
un resorte, brillante y excitado. El ejecutivo ya no pudo resistir m�s y, como
si estuviera hipnotizado, se agach� delante de m� y se meti� la polla en la
boca. Cuando sent� mi cacharro dentro de aquella cavidad h�meda, caliente y
suave, no s� c�mo no me corr� inmediatamente. Yo no estoy nada mal dotado, como
he dicho, pero el hombre se met�a mi carajo hasta adentro, con unas tragaderas
prodigiosas: enterraba la nariz en mi vientre, y el labio inferior besaba mis
huevos.


Chupaba con aut�ntica maestr�a, pero sobre todo con gula:
nadie dir�a que apenas media hora antes hab�a estado chupando otro nabo. No pude
aguantar m�s y sent� c�mo me corr�a: el hombre me recibi� dentro de su boca,
pero con el glande sobre la lengua, para notar cada churretazo de leche; abri�
los ojos y vi entonces, tan cerca, esa mirada perdida, esa impresi�n de que en
aquel momento podr�a hacerle lo que fuera, incluso matarlo, y no pondr�a
resistencia alguna, pues su �nico y exclusivo punto de atenci�n era recibir mi
leche en su boca. Me estuvo mamando el nabo hasta que pr�cticamente me lo
exprimi�.


Tuve que sac�rselo casi de la boca. Me mir�, sonriendo, y yo
hice entonces lo que hab�a ido a hacer all�: me agach� y me acerqu� a su polla.
Era grande, muy grande, y desde tan cerca parec�a a�n m�s grande. No sab�a si
ser�a capaz de alojar un cacharro tan enorme entre mis labios, sobre todo el
capullo era grand�simo.


Abr� la boca, inexperto, y primero me dediqu� a darle
chupaditas con la lengua, para ver a qu� sab�a; los jugos preseminales me
parecieron una delicia, y leng�ete� con m�s insistencia. Conforme iba chup�ndole
el glande, not� como mi nabo crec�a de nuevo en mi entrepierna. Prob� a meterme
el capullo entero en la boca: abr� la m�a al m�ximo y me lo met�.
Afortunadamente, ten�a buena capacidad para abrir las mand�bulas, as� que entr�
limpiamente. Me dediqu� a chupetearlo como un caramelo sensual, sexual, er�tico,
y aquellos jugos preseminales me anunciaban un gusto a�n mejor. Era como un gran
trozo de carne caliente y palpitante. Hice un esfuerzo y me met� dentro de la
boca un buen pedazo de aquel carajo ardiente, por lo menos hasta la mitad; no
menos de 12 � 13 cent�metros alojaba mi cavidad bucal, pero a�n quedaban otros
tantos fuera. Sin embargo, la punta del nabo choc� contra mis am�gdalas; me dio
un poco de arcada, pero no me arredr�; ahuequ� la garganta, como hab�a visto que
hac�a el hombre con el puto, y me met� otro buen pedazo de carajo en la boca;
sent� como el glande traspasaba, con alg�n problema, las am�gdalas, y not� como
aquel ob�s impresionante se alojaba en mi garganta, en busca del es�fago. En ese
momento me sent� lleno, completamente lleno, y supe que quer�a mantener ese nabo
enorme dentro de mi boca y meterlo cuanto m�s adentro mejor.


A�n me quedaba algo de su carajo fuera, y ahuequ� hasta lo
inveros�mil la garganta, consiguiendo que aquellos 25 � 26 cent�metros de polla
aerodin�mica, grande y gruesa, entraran por el breve peaje de mis labios. Not�
como mi nariz se enterraba en su pelambre p�bica, que ol�a a macho, a sabores
oscuros, y por debajo mi labio inferior choc� contra sus huevos, que estaban
gord�simos. Mi propio nabo se hab�a puesto como una estaca, y tem� correrme otra
vez, tan pronto, aunque mi atenci�n resid�a entonces en aquel gran pedazo de
carne caliente que entraba y sal�a de mis labios, una y otra vez. El hombre
hab�a descubierto mis dotes para tragar y el t�o me sacaba el nabo hasta el
glande, y despu�s me lo bombeaba hasta adentro; era como tragarme un autob�s,
pero cuanto m�s me lo alojaba en la garganta, m�s excitado me sent�a.


De pronto, el hombre empez� a jadear m�s fuerte, y adivin�
qu� ven�a: me saqu� la polla de la boca y coloqu� el glande sobre la lengua,
tr�mula de la emoci�n: el primer trallazo entr�, visto y no visto, directamente
a la garganta; no consent� que ocurriera otra vez, y sepult� el glande entre mis
labios. Sent� entonces aquel l�quido caliente y pegajoso, y comprend� entonces
la mirada perdida de mi amante: era un sabor extra�o, un elixir er�tico
indescriptible, una sustancia c�lida que se quedaba en la boca y cuyo sabor no
se iba f�cilmente. A pesar de su reciente corrida, los gordos huevos del hombre
ya hab�an fabricado una buena raci�n de leche, que me tragu� �vidamente,
rebuscando al final en el ojete, en busca de esa �ltima gota que consegu�.


El hombre me levant� de mi posici�n de cuclillas y me bes� en
la boca. Not� el sabor de mi semen en sus labios, pero el muy cabr�n lo que
quer�a era hacerse con su leche contenida en mi boca; pelearon nuestras lenguas
y la cosa qued� en empate: mezclamos las dos leches y tuvimos as� un batido de
ambas.


Desde ese d�a, siempre que viene un hombre solo, e intuyo
alguna mirada m�s larga de lo normal en el cliente, me cambio de pantalones, me
coloco el de talla peque�a sin slip y me ofrezco a arreglarle la ducha, que
procuro previamente que no funcione bien. �Sab�is una cosa? Suele funcionar... y
no me refiero a la ducha.




Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .



Número de votos: 0
Media de votos: 0


Relato: Un botones muy complaciente
Leida: 20514veces
Tiempo de lectura: 12minuto/s





Participa en la web








Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Afiliados































Relatos eróticos abuelito aprovechadoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatogracias relatos eroticos filialesrelatos eroticos con el electricista relatos eroticos con mamarelato porno taladrada por vagabundosrelatos de cacería pornoRelatos erotico historia de lesbianas entre madre e hija mmm sii mamila cogi borracha relatosporno trioaenana sexoRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezrelato gay se acomodo entre los asientos del carromama infiel relatos eroticos relatos.jovencita.cuidando.viejo.xxxenseñando a manejar moto a la hermana de mi amiga relato porno relatos pornos gratis me coji a mi cuñada borrachaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoRelatos gay primera vezhistorias heroicas jugando al caballito con sobrinita de 5relato que grande la verga del inquilinorelatos ereoticosrelatos la primera vez de mi vecinitoincesto desvirgadas relatosIncesto con la abuela relatadoshistorias eroticas de nenas de 9 gratisrelatos eroticos mi nodrizaHistorias porno abuela y nietorelatos porno hermana dormidaRElatos incesto madre hijasrelatos xxx mi sobrinita calienterelatos erotico mi suegra es una putamadres folladas mientras duermenRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoRelatos eroticos con mi tia y mi madrerelatos primer cita eroticosrelatos pornos con mama viudaRelatos eróticos hombres que han desvirgado culitos gaysrelatos xxx tocandole culo a hermanitas pequeñasrelatos me folla en medias de encage en la vajinaRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezla mas culona de la secu relatpsrelatos cojiendo con mi abuelaRelatos eroticos mis hijasrelatos eroticos de hermanossus hijas nalgonas relato pornorelatos mi primera vez de joven con un viejo gayrelatos xxx shemalesRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatohistorias porno gratisRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos mi sobrina borracharelato mi padrastro me chatageawww.la vergota del novio de mama relatoxxx relatos xxx pornos eroticos fuertes filial nenedeseo prohibido relatos eroticosIncesto con la abuela relatadosrelatos pornos madre sometidapsiho-logik.ru gordito tercerorelatos hot vecina relatos los pies de mama con mediashistorias eroticas de nenas de 10 gratisrelato infiel en mi boda/relato40614_mi-amigita-de-7.htmlLos mejores relatos eroticosCojiendo con mi vecino relatos gayespiando incesto tiernita porno acabandole adentro relatosrelatos porno mi sobrinitafollada man�comio relato eroticocuadruple penetracion analrelatos xxx ano roto de hija relatos eróticos de manoseando a mi ahijadarelato mi primer dildoporno relatos mis putas mi madre i mis tiasrelatos de sexo madres con hijos realesmi hijita de 9 añitos relatorelato porno fuma baseRelatos eroticos hija adolecente y paparelatos porno con hijastras chikitasIncesto con la abuela relatadosla vendedora de caramelos ivplomero relatos pornoEl primo borracho relato geis/1-Amor-filial_74.htmver relatos pornos me follo a mi hijita menorRelatos porno con mi hermana de 11relatos eroticos boquita de mi bebitaRelatos eroticos gratis incesto sobrina de 13 añitos primera vezfolle a tia relatosrelatos tia pornome cogi a mi hermana menoeMisrelatos porno.comEstrenando a mi hijo 8 todorelatoRelatos calientes mi tío nos descubre y también participarelatos pornos de jovencitas de la secundaria