Relato: Mi alumno adolescente me hizo mujer
Soy maestra en una secundaria particular de Culiac�n, en mi grupo hay 20 alumnos, 13 mujeres y 7 hombres, uno de ellos Rodolfo es algo especial y se convirti� en un elemento vital para mi. Rodolfo es un muchachito de 15 a�os bajito como de 1.60 m muy obeso y muy prieto, raz�n por la cual es objeto de muchas burlas de sus compa�eros (tanto hombres como mujeres) y por lo mismo es muy t�mido y retra�do. Yo me llamo Mar�a Luisa tengo 41 a�os mido 1.75 m soy esbelta bien formada blanca de ojos caf�s y pelo casta�o. En esta escuela a los alumnos se les exige el uniforme que es para los hombres pantal�n gris, camisa blanca, corbata azul y saco azul con zapatos negros, a las mujeres minifalda tableada gris, blusa blanca con mo�o azul, saco azul y para primero y segundo a�o tobilleras blancas y zapatos de piso negros, para las de tercero medias transparentes y zapatos negros de tac�n alto de aguja. El personal docente tambi�n debe usar el uniforme y la mayor�a somos mujeres (8 maestras por 2 maestros). Las maestras debemos usar traje sastre de colores pastel (azul, verde, amarillo, rosa) y rojo, un color por d�a, con minifalda a medio muslo y saco de manga corta, sandalias de tac�n alto de aguja del color del traje y medias transparentes. Bueno explicado todo esto, voy a contarles que en una ocasi�n, un viernes vi a Rodolfo sentado en su lugar despu�s de que todos sus compa�eros se hab�an ido, estaba abstra�do y muy pensativo, me le acerqu� y le pregunt� que le pasaba y �l me dijo que ten�a mucho coraje porque una de sus compa�eras le hab�a hecho mucha burla cuando al final de la clase todos los alumnos rodearon mi escritorio para entregar sus tareas del d�a anterior y �l aprovechando la bola se hab�a recargado atr�s de ella, al principio se dej� e incluso le permiti� le acariciara las piernas por debajo de la falda, pero en cuanto se dio cuenta que se trataba de �l se apart� y empez� a reirse dici�ndole que estaba muy gordo y muy feo y que con ese volumen le ser�a imposible acomodarse entre las piernas de una mujer pues por m�s que lo intentara no cabr�a en medio. Yo lo mir� y not� el enorme bulto que se hab�a formado bajo su pantal�n, le ped� se tranquilizara y cuando volte� a mirarme puso sus manos en mis piernas y las desliz� por debajo de mi falda acariciando mis muslos. Yo lo dej� pero enseguida lo tom� de las manos y le ped� se pusiera de pie, sin soltarle la mano lo llev� a mi escritorio y le dije que era natural que a su edad se le antojara tanto recargarse atr�s de una mujer y acariciarle las piernas y lo que le hab�a dicho su compa�era era falso, a�n cuando �l era muy gordo si podr�a acomodarse entre las piernas de una mujer. Rodolfo me mir� y me recorri� con su mirada de arriba a abajo y clav� sus ojos en mis piernas, me dio la vuelta y se par� atr�s de mi recargando su verga entre mis nalgas, sent� como su cosota bien dura se apretaba en mi culo y eso me gust�, sent� tambi�n como met�a sus manos por debajo de mi falda y acariciaba mis piernas, lo dej� que me gozara un rato y luego le dije que ya era muy tarde y que deb�amos irnos, entonces �l me pidi� que lo llevara a su casa y como Rodolfo vive por el camino a mi casa acept� darle el avent�n. Al subir al coche en cuanto me acomod� en el asiento abr� las piernas pues para poder manejar y Rodolfo no tard� ni un instante en poner su mano en mis piernas y la fue deslizando hacia arriba y por dentro de mis muslos, yo no protest� y lo dej� actuar, en realidad me gustaba que aquel muchachito tan feo y tan t�mido me estuviera acariciando las piernas con tanto apetito sexual, mientras manejaba ve�a como mi falda de por si corta, al sentarme se me hab�a subido m�s y Rodolfo con su mano me la hab�a levantado a�n m�s, as� es que se apreciaban perfectamente el refuerzo de mis medias y mis pantaletas rosas contrastando con el azul cielo de la minifalda de mi traje sastre. Observ� como mientras Rodolfo acariciaba mis piernas, con su otra mano se bajaba el cierre de su bragueta y se sacaba su verga que ya estaba bien paraba mostr�ndomela descaradamente. Yo iba a reprenderlo cuando �l tom� mi mano derecha y la puso sobre su verga y me pidi� se la frotara, yo como si fuera una muchachita adolescente obedec� y le frot� su verga una y otra vez mientras sent�a como la mano izquierda de Rodolfo acariciaba mis piernas y frotaba fuertemente mi panocha. Al llegar a su casa pens� en despedirlo y ya, pero Rodolfo me pidi� lo acompa�ara un rato pues estaba solo y le daba mucho miedo la soledad. Me enternec� al ver su expresi�n de temor y saberlo indefenso me hizo reaccionar a su favor, acept� su invitaci�n y entramos a su casa. Como era un departamento en un segundo piso hab�a que subir dos escaleras de una sola rampa, yo sub� por delante y not� como Rodolfo se agachaba para mirar por debajo de mi falda, sab�a que me estaba mirando las pantaletas, eso me divirti� y me halag� mi vanidad de mujer por lo que lo dej� mirar todo lo que quisiera. Al entrar pude apreciar que el departamento era amplio de dos rec�maras, pero muy sucio y muy regado por todos lados, ol�a muy feo y las cortinas que eran bastante gruesas estaban corridas y no dejaban pasar la luz, todo estaba en penumbra. Rodolfo se apoy� en un mueble y me tom� por atr�s me jal� hacia �l y me recarg� su verga entre mis nalgas mientras sus manos se met�an por debajo de mi falda y me acariciaban las piernas, sent�a como levantaba mi falda hasta que sus dedos restregaron mi panocha, me dijo que ten�a mucho miedo de que yo me burlara de �l como lo hab�a hecho su compa�era y yo enternecida le dije que no se preocupara, que su compa�era era una muchachita idiota y que yo le iba a demostrar que a pesar de lo obeso que estaba se pod�a acomodar perfectamente bien entre las piernas de una mujer. Rodolfo hizo m�s intensas sus recargadas de verga en mi culo, sus caricias en mis piernas y sus tallones en mi rajada, me calent� r�pidamente y empec� a suspirar de placer, sent� como Rodolfo desabrochaba mi saco y pon�a sus manos en mis senos apachurr�ndolos y apret�ndolos con fuerza, despu�s se tendi� en el piso boca arriba y me pidi� le demostrara que si cab�a entre las piernas de una mujer, entonces me par� arriba de �l con su est�mago debajo de mi falda y mis piernas muy abiertas, en verdad tuve que abrirlas mucho pues Rodolfo era demasiado gordo y ancho pero logr� tenerlo entre mis piernas, �l me tom� de las manos y me hizo avanzar hasta que su cara qued� justo debajo de mi falda y mientras miraba mis pantaletas me acarici� una y otra vez las piernas en toda su longitud. Me pidi� que me quitara las medias y me pusiera de nuevo las sandalias de tac�n alto, lo obedec� y ya sin medias Rodolfo me llev� a una de las rec�maras, vi como la cama estaba destendida y muy sucia, las s�banas estaban mojadas de orina y manchadas de semen, la almohada y parte de las s�banas adem�s ten�an v�mito, en la alfombra hab�a rastros de orina y v�mito y manchas de semen, tambi�n hab�a en el pie de la cama muchas revistas y pel�culas pornogr�ficas, en las paredes hab�a muchas fotos de mujeres con minifalda. Rodolfo sin dejar de recargarme su verga entre mis nalgas y acariciarme las piernas, me pidi� hojeara una de las revistas hasta encontrar una p�gina en particular, me mostr� una foto donde se apreciaba como una mujer ten�a la verga toda metida en su panocha. Rodolfo me dijo que as� es como quer�a meterme su verga en mi pepa y sin decir m�s me tendi� en la cama, me levant� la falda, me baj� las pantaletas y me abri� las piernas, �l se arranc� los pantalones y los calzones dejando su verga de fuera as� como su enorme panza, se abalanz� sobre de mi y acomodando su panza para que no le estorbara coloc� la cabeza de su verga en la entrada de mi panocha, me pidi� que abriera completamente las piernas y yo lo obedec�, me abr� todo lo que el comp�s de mis piernas me lo permiti� y sent� como la verga de Rodolfo intentaba introducirse en mi agujero. Tambi�n sent�a como mis nalgas se hab�an apoyado sobre la parte de la s�bana mojada de orina y mi cabeza se apoyaba sobre la almohada manchada de v�mito. Rodolfo empujaba tratando de meterme su verga pero sin conseguirlo, entonces tom� la almohada y la coloqu� debajo de mis nalgas para que mi cuerpo se arqueara hacia arriba dejando mi panocha totalmente expuesta, abr� mis piernas todo lo que pude y le dije a Rodolfo que primero se asegurara de meterme la cabeza, una vez dentro �sta lo dem�s era sencillo, lo ayud� a hacer su panza a un lado y fue entonces cuando sent� como al fin la cabeza de aquella verga se hund�a en mi panocha, era muy grande y puntiaguda y en cuanto Rodolfo se asegur� de que me la hab�a enterrado checando con su mano, embisti� con fuerza y logr� introducirme el tronco en toda su longitud. Finalmente la verga de Rodolfo estaba toda enterita dentro de mi panocha y lo sent�a frot�ndose lentamente pero con mucha fuerza produci�ndome much�simo placer. Rodolfo estaba gozando mucho tambi�n pues no paraba de besarme en la boca y en el cuello, sent� como arrancaba mi brasiere y su boca sujetaba mis pezones chup�ndolos y mordi�ndolos con frenes�, con una lujuria enorme, introduc�a su lengua en mi boca hasta mi garganta y me depositaba en ella sus babas, Rodolfo ten�a un p�simo aliento, podr�a decir que asqueroso, sin embargo, no me daba asco, al contrario me daba mucho placer, adem�s ese muchachito me empez� a decir cada cosa, palabras y frases cada vez m�s sucias, ofensivas y morbosas, pero en lo absoluto me sent�a ofendida o humillada, todo lo contrario me sent�a cada vez m�s caliente y halagada como mujer. Finalmente Rodolfo despu�s de un largo rato de estarse frotando dentro de mi agujero se vino abundantemente arrojando sus chorros de semen viscoso y caliente dentro de mi panocha. Mi concha qued� llena de su semen y mi boca y mi garganta llenas de sus babas que en ning�n momento dej� de escupirme en mi lengua. A partir de ese d�a Rodolfo ya no tiene ese aspecto triste y retra�do, ahora se le ve seguro y confiado, claro, sabe que tiene a su maestra de 41 a�os que lo satisface plenamente y se deja hacer y decir todo lo que el quiera. Rodolfo puede hacerme y decirme todo lo que se le de su regalada gana, que para eso es mi macho y yo soy su hembra, yo le pertenezco totalmente y �l es mi due�o absoluto, �l es mi amo y yo soy su esclava, no importa que yo tenga 41 a�os y �l s�lo 15. La diferencia de edad tan grande es lo que m�s me excita a mi cuando lo siento obteniendo placer de mi cuerpo y se que a Rodolfo una mujer tantos a�os mayor que �l lo vuelve loco de lujuria. As� es que me siento inmensamente feliz y enamorada de mi alumno adolescente feo, obes�simo, priet�simo, caliente, muy morboso y l�pero como �l solo.