Un Cambio de vida XI
Me cost� conciliar el sue�o; aunque era de d�a no hab�a
dormido demasiado. Me sent�a un poco preocupada porque sent�a que la cosa se nos
iba de las manos. Pero me daba cuenta plenamente del placer que la situaci�n me
daba y no pod�a detenerme. Me encantaba lo que me hac�a gozar el sr Fernandez, y
a la vez disfrutaba cada vez m�s humillando a mi marido. A veces ten�a momentos
de arrepentimiento y sent�a algo de culpa; pero a medida que me pon�a caliente
de nuevo no me importaban en lo m�s m�nimo.
Hasta el jueves estuve tranquila en casa sin tener noticias
de nadie. Por momentos me ven�a el recuerdo de la pija del presidente y como me
hab�a cogido en la oficina de Fernandez y ten�a ganas de repetir. Mi marido
lleg� en la noche del trabajo y me coment� que el sr Fernandez y el sr
presidente, nos invitaban a cenar en Rodizio de costanera, y despu�s ver�amos
para que daba la fiesta. Cenamos tranquilos, en la cama le ordene a mi marido
desnudarse y acostarse boca abajo. Fui a la cocina y agarre el aceite de cocina
le tire un chorro en la cola y lo empec� a repartir y lo sobaba con deleite, le
separ� las nalgas y le tir� un chorrito en la cola, empec� a jugar con mi dedo
medio y se lo fui metiendo de a poco, y le fui haciendo un lento mete y saca,
mientras lo escuchaba gemir, lo hice poner de costado para poder ver su pija que
se sacud�a como loca.
Decid� parar, porque ten�a miedo que acabara y lo quer�a
supercalentito para el sabado. El sabado me puse el mismo vestido que para la
recepci�n, me encataba, en el viaje al lugar le fui calentando la cabeza a mi
maridito. Siempre con mucha voz de putita..., Te parece que con esta panza si
tienen cuidado podremos hacer una doble penetraci�n..., �C�mo ser� la pija del
presidente?, pregunt� como si no supiera. La tendr� grande? Lo sob� un poco
sobre el pantal�n a mi marido y comprob� lo caliente que estaba. Cenamos en el
restaurant como si se tratara de un grupo de conocidos.
El sr presidente tom� la palabra: Ricardo, no me canso de
elogiar la fortuna que ud ha tenido al encotrar una mujer as�; Y por lo que me
cont� Fernandez, nosotros somos m�s afortunados por haber encontrado algui�n que
tenga a una mujer as� y sea una mamona cornudita; Levant� su copa brindando y
dijo vayamos a mi casa, por favor.
En su casa, le ordene a mi marido desnudarse y sentarse en el
sill�n de un cuerpo que hab�a en medio del living. La casa era hermosa pero no
pienso detenerme en descripciones, porque en ese momento era lo que menos me
interesaba. Pusieron una m�sica muy suave y el sr Fernandez me saco a bailar y
empez� a acariciarme la cola con detenimiento. El sr presidente se fue a servir
champ�n y volvi� con una bandeja que apoyo en una mesita que hab�a junto al
sill�n en que estaba mi marido. Sirvase por favor Ricardo, le dijo. Se acerc� a
nosotros y tocando el hombro del se�or Fernandez, le pidi� permiso para bailar
conmigo. Enseguida me apret� contra el me beso profundo en la boca y me
acariciaba la cola con detenimiento. El sr Fernandez se ubic� junto a mi marido,
tom� una copa y brind� con �l; Por que esta noche pueda usted llevarse imagenes
que nunca pueda olvidar, Ricardo.
Apoy� su copa en la mesa, se acerc� por atr�s y sus manos
fueron directo a mis pechos que empez� a acariciar con rudeza. Me apretaban todo
lo que mi panza permit�a. En un momento Fernandez me empuj� de los hombros
haciendome arrodillar, el presidente bajo su cierre y apareci� esa pija cabezona
que ya conoc�a, pero fing� sorpresa como si fuera la primera vez que la ve�a, me
la fui metiendo en la boca de a poco, y empece un lento chupeteo y por momentos
s�lo jugaba con la leng�ita alrededor del capullo de esa hermosa herramienta.
Sent� que el sr Fernandez me acomodaba sacando m�s cola, me levantaba el vestido
y corriendo la tanga me la meti� suavemente en la vagina, que ya estaba echa un
charco.
Me empez� a bombear mientras pasaba sus manos bajo mis pechos
y me tomaba de los hombros. As� estuvimos durante un largo rato hasta que el sr
presidente dijo que el tambi�n quer�a saborear esa carne Argentina de
exportaci�n y se rieron. Pasamos a la habitaci�n, hab�a una silla donde mi
marido pudo tomar asiento, mir� su pija que estaba loca de excitaci�n. El sr
Fernandez se acosto en la cama y me hizo acomodar encima de �l, sent� una
profunda penetraci�n y tuve mi primer orgasmo. Me acerque a su pecho lo m�s que
mi panza me lo permit�a pero tuve que levantarme, porque era muy incomodo.
Sent� que el presidente se acercaba por atras y ya estaba
lubricando mi cola, no cre�a que pudieramos hacerlo, realmente mi panza lo
dificultaba bastante. El sr presidente se arrodill� a ambos lados de Fernandez y
apoy� su gruesa cabeza en la entrada de mi cola. La posici�n era bastante
dif�cil me inclin� lo m�s que pude hacia adelante y Fernandez empez� a
mordisquearme los pezones volviendom� loca,.
Ricardo, te gusta lo que ves..., alguna vez pensaste que
pod�a ser tan puta, le pido a los sres que paremos mi amor...�Quer�s que lo
dejemos as�...? En ese momento sent� que la pija del sr presidente empezaba a
entrar lentamente en mi culo. Era un corcho perfecto, me llenaba a full; Dos
machos para mi y mi marido mirando como un adolescente como se cog�an a su
esposa embarazada de cinco meses, empec� a acabar en forma ininterrumpida, casi
pierdo el conocimiento.
Viste mi amor como el sr presidente me coje, y eso que es un
viejito casi..., esto pareci� calentarlo y tomandome del pelo empez� a cogerme
con rudeza; Me da miedo que le d� un infarto mi amor..., y sent� que me la
clavaba bien a fondo dejandomela ah� enterrada, me tiro fuerte del pelo
llevandome hacia �l y me comi� la boca. Que puta es usted, �No hay pija que le
alcance, no?. Va ud a cogerme o me invit� a charlar, le dije; Me tom� de las
caderas y me empez� a serruchar con m�s dureza a�n empec� a sacudirme como
sacada y sent� que en un momento me la dejo enterrada y sent� que explotaba en
un profundo orgasmo que me depositaba su leche en lo m�s profundo de mi cola.
El Sr Fernandez me acost� en la cama, y acomodandose sobre mi
pecho como pod�a me la pus� en la boca y me empez� a coger, me la met�a hasta la
garganta y con su mano derecha me dedeaba la concha, lo sent� contraerse y sent�
que me inundaba la boca. No tuve necesidad de indicarle a mi marido que se
acercara ya estaba a mi lado, se acost� lo bes� prolongadamente dandole toda la
leche que pude y empec� a pajearlo lentamente cuando sent� que se empezaba a
contraer se la apoye en su panza y se llen� todo de su propia leche. Se mancho
la cerdita , que sucia que es, le dije. Limpiame la cola cerda. Al ratito ya
estaba al palo de nuevo, yo en cuatro sobre la cama y el limpiandome la cola con
su lengua. El presidente me la puso en la boca y le costaba recuperar su
erecci�n. Pero creo que la imagen de mi marido, m�s lo profundo de mi mamada
hicieron un buen trabajo.
Le orden� a mi marido que se sentara me di� vuelta
arrastrandome hasta el borde de la cama, se arrodillo en el piso y me la meti�
de una hasta el fondo de mi concha me di� por un rato largo mientras se
deleitaba comiendome las tetas. Quer�a que me llenara de leche y se lo ped� a
gritos, si viejito..., llename de lechita caliente, sent� que su pija lat�a y
sent� su leche dentro de m� pero no hab�a sido tanta como esperaba. Mi marido
estaba otra vez de rodillas y tomaba toda la leche que pod�a, se levanto y nos
besamos. Me ayudo a levantarme, y nos miramos los dos como hac�a mucho tiempo
que no nos mirabamos. Nuestras miradas estaban llenas de dudas, placer, miedos y
mucho m�s...continuar�.
comentarios a
Pd: Me encanta publicar mis relatos con el email de mi
esposo, porque el recibe en su oficina montones de mails que me dedican y
algunos muy subidos de tono. a veces los abrimos juntos.
Si alguno me quiere escribir sin que lo lea el cornudo mi
direcci�n es:
POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO