Relato: Mi primera vez...con mi jefa. Me llamo Olivia, tengo 22 a�os, y hace unos seis meses entr� a trabajar en una empresa privada como secretaria de la jefa del 5to piso. Su nombre es Romina, tiene 36 a�os, es una mujer muy bella y simp�tica, desde el primer d�a nos llevamos bien, y yo que hab�a entrado con terror de que me tocara un jefe estricto y pervertido. He tenido mis experiencias con hombres, las cuales nunca fueron del todo buenas, siempre me obligaron a tener relaciones y yo me negaba porque me amenazaban con dejarme, y sab�a que si era as� entonces no me amaban realmente. Llegu� a creer que nunca saldr�a con un buen muchacho, uno que me amara de verdad, porque al parecer soy un im�n para los tipos malos y abusivos. Entonces llevaba ya varios meses sin salir con hombres y me sent�a bastante bien al respecto, de mejor humor y ya no lloraba como si hubiese enviudado cada ma�ana. Pero claro, mis amigas quer�an engancharme con sus amigos varones y yo me negu� a un par de citas a ciegas, por supuesto que tambi�n se sorprend�an de que siguiera siendo virgen y me hac�a sentir sapo de otro pozo.
En fin, sucede que de repente empec� a sentirme atra�da hacia Romina, mi jefa, me atra�a m�s que nada su f�sico, senos grandes y cola redonda, unas piernas bien torneadas m�s largas que las m�as. Nunca antes me hab�an gustado las mujeres, por lo que al principio me sent�a rara y confundida, pero Romina me trataba tan bien que empec� a creer que yo tambi�n le gustaba, aunque sab�a que estaba divorciada y ella me contaba de sus salidas con amigas en las que a veces terminaba teniendo sexo con completos desconocidos.
Una tarde, almorzando en el bar-caf� frente a la empresa, platic�bamos de sus salidas del fin de semana y en un momento ella dijo algo como que ven�a follando con tantos hombres que ya se aburri�, lo �nico que le faltaba era follarse a una mujer. Yo casi me atraganto con la ensalada, beb� un vaso de agua, ella me pregunt� -�Te encuentras bien?- le respond� que s�, que me picaba una cebolla pero que ya estaba bien. Terminamos de almorzar y volvimos a nuestros puestos de trabajo, yo segu�a sorprendida por su comentario, me preguntaba si realmente mi jefe ser�a capaz de follarse a una mujer, o a m�. Al pensar en eso, me sent� excitada, como cuando ve�a porno y no me masturbaba porque me daba miedo lastimarme. No, pens�, Romina no ser�a capaz de algo as�, ella solo estaba bromeando, seguramente. Aunque trate de convencerme de eso, la sola idea de que Romina se atreviera a follarse a una mina aumentaba mi excitaci�n, hasta tal punto, que por pura curiosidad, busqu� v�deos porno de lesbianas, quer�a saber c�mo hac�a para tener sexo, y lo que vi me excit� tanto que moj� toda mi braguita. Me gust� que, salvo algunas excepciones, fueran tan dulces y delicadas, muy distinto a lo que ser�a tener sexo con un hombre, y entonces me convenc� de que deb�a tener ese tipo de experiencias, pero no sab�a como dar el primer paso...con Romina. S�, quer�a hacerlo con ella, era la primera y �nica mujer que me atra�a tanto como para desearla sexualmente, y esperaba que no fuese a rechazarme, sino volver�a a deprimirme como antes de dejar de salir con hombres.
Pasaron desde entonces varias semanas, y un d�a, era viernes, lo recuerdo bien, Romina y yo nos quedamos hasta tarde en la oficina, yo la ayudaba a fotocopiar unos informes, ella usaba su fotocopiadora y yo la de todo el 5to piso. En menos de dos horas terminamos con todo el trabajo, ya eran las 10 p.m. pasadas, y como me daba miedo ir a la parada del autob�s a esa hora, Romina se ofreci� a llevarme a su departamento y que pasara la noche all�. De ning�n modo me negu�, bajamos al estacionamiento, nos subimos a su auto y en poco tiempo est�bamos en el living comedor bebiendo un botellita de cerveza cada una y platicando de cualquier cosa. Romina me pregunt� si quer�a acompa�arla el s�bado a un boliche, yo le dije que no, gracias y saqu� el tema de mis malas experiencias con los hombres y platicamos de eso. A Romina le sorprendi� que, habiendo salido con tantos hombres, siguiera siendo virgen.
-Ya estoy harta de los hombres, prefiero ser follada por una mujer y convertirme en lesbiana.
Esto lo dije sin siquiera pensarlo, debido al alcohol estaba tan desinhibida que era capaz de decir y hacer cualquier cosa. Romina me mir� sorprendida, con los ojos bien abiertos.
-�En serio quieres que te folle una mujer?
Ah� ca� en la cuenta de lo que hab�a dicho y me avergonc� much�simo.
-No,no, yo solo bromeaba.
-No te creo, linda. Cuando uno se embriaga dice la verdad.
-No, yo...No estoy ebria.
-S� lo est�s, preciosa. No te preocupes, no tienes que avergonzarte. Yo ya foll� con una mujer.
-�En serio?
Mis ojos se abrieron como platos ante su sorpresiva declaraci�n.
-S�.
-�Y c�mo fue?
-�Puedo describirlo en una sola palabra?
-Claro.
-Ardiente.
-�Y c�mo... c�mo lo hiciste?
-Me col� en un boliche gay, yo solita. Encar� una muchacha preciosa, jovencita como t�, la traje aqu�, el boliche est� aqu� cerca a cinco calles pero el cartel no se ve de d�a. Y bueno...pas� lo que pas�.
-�Follaron?
-�Por supuesto! �Quieres detalles?
-No, gracias.
Ment�. S� quer�a saber detalles de su primera follada con una mujer, pero no lo consider� apropiado.
-�Prefieres que te ense�e?
-�Ense�arme qu�?
-T� eres virgen, no te ofendas...
-No, para nada.
-Yo ya tengo mis experiencias, s� c�mo hacerle el amor a un hombre, y tambi�n a una mujer, y por lo que me has contado, t� preferir�as que te ense�e a hacer lo segundo.
-S�, creo que tienes raz�n.
-Entonces, �estar�as dispuesta a que te folle en este sof�?
Romina hab�a apoyado su mano en mi rodilla y acariciaba mi pierna. Enseguida me excit� y me moj� m�s cuando su mano se meti� debajo de mi falda del trabajo, apretando mis muslos, y Romina se acerc� m�s a m�, mir�ndome intensamente, haciendo que me perdiera en sus bellos ojos verdes.
-�Y? �Quieres que te ense�e, preciosa?
-S�, ens��ame todo lo que sabes.
Apenas termin� de decir estas palabras, su lengua se meti� en mi boca, su mano sostuvo mi cabeza, y nos fundimos en un beso suave e intenso. No puedo explicar el placer que experiment� en eses momento, fue hermoso, ning�n hombre me hab�a besado como ella lo hac�a.
-Eres tan hermosa, Olivia...y tan joven.
-Como la muchacha del boliche gay que te follaste.
-S�, pero t� eres m�s linda.
Su mano fue bajando por mi cuello, sus labios tambi�n, me besaba all� y eso me enloquec�a. Su mano sigui� descendiendo hasta posarse sobre mi seno izquierdo y comenzar a frotarlo sobre la camisa. Mis suspiros fueron en aumento. Romina desaboton� mi camisa sin dejar de besarme, me la quit� y la tir� al suelo, bes� la piel de mis senos que asomaba de las tazas de mi sost�n, comenc� a gem� y ya no aguantaba m�s.
-�Quieres que te quite el sost�n, mi vida?
Pareci� leer mi mente. Asent� con la cabeza, me sent� liberada cuando mis senos estuvieron al aire y el sost�n fue a hacerle compa��a a la camisa en el suelo.
-Mira estas tetas, que belleza...
Romina masajeaba mis tetas. �Oh, que bello fue eso! Pero yo quer�a m�s...
-Ch�palas.
-Tus deseos son �rdenes, preciosa.
Su boca se trag� una de mis tetas, no son muy grandes pero ella hab�a dicho que eran una belleza, y las chup� y las lami�, mamaba mis pezones que se pusieron erectos y mis tetas duras como piedras. Yo s�lo pod�a gemir de placer y rogarle que continuara, se sent�a tan rico, no quer�a que parara de chuparme las tetas.
El peso de su cuerpo me hizo acostar en el sof�, se apoy� encima de m�, y as� sigui� ocup�ndose de mis tetas por un par de minutos, hasta que comenz� a bajar por mi abdomen, lami�ndome con su lengua, se detuvo un poco en el ombligo y me hizo cosquillas. Sigui� bajando y se detuvo al llegar al borde de mi falda. Elev� la cabeza, nos entendimos con solo una mirada, comenc� a re�r mientras me bajaba el cierre y me quitaba la falda haciendo fuerza porque era un poco ajustada. La falda tuvo el mismo destino que mi camisa y el sost�n.
Romina bes� y acarici� mis piernas, mis rodillas, mis muslos, se detuvo al llegar a los gl�teos, y pos� su mano sobre mi braguita. Ese solo contacto me hizo humedecer much�simo, como si estuviese orinando.
-Mi amor, que mojadita que est�s.
-S�...Estoy mojada por ti.
-�Que honor!
Levant� un poco la tela de la braguita con sus dedos, apoy� la nariz en mi bajo vientre, me olfate�.
-Mmmmhhh...Huele delicioso.
Su lengua lami� apenas por debajo de la braguita, me excit� y me moj� m�s. Me quit� la braguita despacitito, y yo elev� mis caderas para que lo hiciera m�s f�cilmente. Otra prenda m�a en el suelo. Romina separ� mis piernas con delicadeza, meti� su cabeza entre ellas, a pocos cent�metros de mi h�medo y completamente rasurado co�ito.
-Vaya, hasta tu co�o es bello.
Con sus dedos lo frot� suavemente y un fuerte gemido sali� de mi boca, y tambi�n jugos de mi co�ito. Romina se llev� los dedos empapados en mis jugos a la boca y se los chup�.
-�Mmmmmhhh! �Que delicia!
Ya no aguant� m�s.
-Ch�pame el co�o.
Fue m�s una orden que un ruego, estaba desesperada. Romina no perdi� tiempo en responder con palabras, volvi� a meter su cabeza en mi entrepierna y se puso a chupar mi co�ito.
-Aaahhh...Ah s�...�Oh, que bien se siente!
Suspir� aliviada, y lo �nico que hice a continuaci�n fue gozarlo. Chupaba mi cl�toris, y sent� que me ven�a y sin pensarlo siquiera, le rogu� que me metiera sus dedos en mi vagina. Estaba tan lubricada que le hice f�cil el acceso a dos dedos suyos, finos y delicados, que se met�an y sal�an despacio y luego m�s r�pido. Lloraba de placer, fue sensacional. Termin� de venirme, de experimentar mi primer orgasmo, y Romina retir� sus dedos y se los chup� como hizo anteriormente. Volvimos a besarnos con mi sabor en su boca, fue delicioso.
-�Ya has aprendido, mi cielo?
-S�...-
-Muy bien. Demu�stramelo.
Se incorpor� sobre mi pelvis, se quit� la camisa, hasta entonces hab�a permanecido vestida con toda su ropa, se quit� el sost�n y sus enormes tetas rebotaron. Las sostuve con mis manos y se las chup� gimiendo gustosa de saborearlas.
-Eso, as�, amor...Lo haces bien, preciosa...
Romina acariciaba mi cabello, me observaba, y yo gem�a tanto como ella, ambas lo goz�bamos por igual. Empuj� mi cabeza hac�a sus labios, me bes� intensamente y las dos manose�bamos las tetas de la otra. SE puso de pie ante m� y se quit� la falda, luego la braguita, y su co�o estaba tan rasurado como el m�o, pod�a olerlo desde all� y ansiaba poder saborearlo.
-�Te gusta mi co�o?
-S�...
-�D�nde lo quieres?
-En mi cara.
-Buena elecci�n, linda. Acu�state, anda.
Me acost� y ella se arrodill� sobre mi rostro y su co�ito estuvo a mil�metros de mi boca. Lo lam�a suavemente, lo chup�, le chup� el cl�toris, ella comenz� a menear las caderas, y enseguida fluyeron sus jugos que acabaron en mi boca, estaban riqu�simos, de nuevo gem�amos por el goce mutuo. Romina cabalgaba sobre mi lengua, apenas presionando mi cabeza con sus piernas. Entonces pude introducir mi lengua en su vagina y penetrarla con ella.
-Ooohhh s�, s� s�...Aaahhh...�Ay, amor, qu� bien has aprendido!
Segu� en lo mi�, despu�s Romina jade� y se vino en mi cara, luego se calm� y se retir� de encima de m�.
-�Ya te cansaste, linda?
-No, no estoy cansada.
-Yo tampoco. Ven s� lo que podemos hacer.
Me llev� de la mano a su habitaci�n, se acost� en la cama con las piernas bien abierta y me dijo que apoyara mi co�o sobre el suyo. Me arrodill� c�modamente sobre ella, apoy� mi co�ito sobre el suyo, y fue como si se besaran, un beso l�quido y excitante. Comenc� a frotarla y Romina tambi�n se mov�a debajo. Gritamos de placer y nos vinimos las dos a la vez, se mezclaron los jugos que flu�an de la vagina de la otra, fue incre�ble. Paramos un instante para recuperar el aliento, yo me puse de cuatro patas y las manos de Romina acariciaron mi culo.
-Que lindo culito tiene, mi amor.
Me lami� las nalgas, meti� su nariz en la uni�n de estas, me dijo que me relajara, y as� lo hice, afloj� mi culo y Romina me lami� el ano y me meti� un dedo en el recto. Al principio doli�, pero me relaj� m�s y la penetraci�n de su dedo se convirti� en un dolor placentero que me hizo pegar varios gritos org�smicos. Luego fue mi turno de lamer su culo y meterle el dedo en el recto. Como lo goz�...
finalmente hicimos un 69, yo debajo ella encima con su culo en mi cara, nos practicamos sexo oral hasta venirnos juntas y Romina cay� exhausta a mi lado, me rode� con sus brazos, y entre besos y caricias, nos quedamos dormidas.
Desde entonces he empezado a concurrir al boliche gay del que me habl� Romina, seguimos siendo amigas y compa�eras de trabajo, y he tenido mis experiencias, incluyendo un tr�o con una joven pareja. Pero eso ya se los contar� en otro relato.
Disculpen que este haya sido tan largo, espero que les guste.
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Relato: Mi primera vez...con mi jefa.
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