Relato: Los hombres X (I) Aquel d�a la mansi�n
de los poderosos hombres-X lucia en calma, nadie creer�a que en
aquel lugar hab�an comenzado o concluido algunas de las batallas
m�s feroces en contra de los mutantes malignos � en contra
de las nefastas conspiraciones antimutantes. No obstante la tranquilidad
no obedec�a a la falta de problemas, sino m�s bien a la ausencia
de algunos miembros del equipo.
Los primeros en partir hab�an
sido el mismo Profesor Javier, en compa��a de C�clope
y Bestia hacia la ciudad de Washington para comparecer una vez m�s
ante la Comisi�n de Asuntos Mutantes a fin de frenar una nueva oleada
de furor antimutante. No bien el grupo hab�a partido cuando los
dem�s miembros del equipo optaron por tomarse un descanso. La joven
Jubilo partio de inmediato a casa de sus padres adoptivos. Gambito y Rogue
prefirieron acudir a la playa a tomar el sol. Hab�a otra ausencia
la del mutante conocido como Wolverine quien se encontraba de viaje por
el Canad�.
As� las cosas s�lo
quedaron tres miembros del grupo en la mansi�n. Jean Grey conocida
como F�nix, Psylocke la ninja mutante y Tormenta la se�ora
de los elementos. Esta �ltima tambi�n hab�a decidido
tomarse el d�a libre, sin embargo para ella la ensenada Spuyten
Dyvil dentro de los limites de la mansi�n era el sitio ideal para
descansar.
-�Segura que no quieres venir?-
Pregunto una vez m�s mientras terminaba de empacar un peque�o
almuerzo en una canasta. - - No-. Respondi� en tono levemente �spero
-Tengo otras cosas que hacer- - - Tormenta miro preocupada a su amiga pelirroja,
desde que se conocieron hab�an sido pocas las ocasiones en que la
hab�a visto tan disgustada. Sus ojos verdes destellaban con rabia
contenida, sus manos estaban casi crispadas en torno a un vaso cuyo contenido
ya hab�a ingerido. Tormenta solo movi� la cabeza mientras
cerraba la cesta, se daba cuenta que no pod�a impedir que su amiga
llevara a cabo su cometido. De modo que opto por no interponerse y saliendo
de la casa emprendi� el camino hacia su d�a de campo. No
obstante se volvi� para decirle algo m�s. - - - Volver�
al anochecer. Llamame si algo pasa- - - - Lo hare- respondi� con
una sonrisa forzada- Diviertete- - - - �Jean?- - - - Si- - - - No
hagas nada que puedas lamentar despu�s- - - Dicho lo anterior Tormenta
dio la media vuelta y emprendi� la marcha hacia el lago. Jean se
qued� en el umbral de la puerta viendo como su amiga se alejaba
hasta perderse entre los arboles. - - - Agradezco t� preocupaci�n
Ororo- penso para si misma mientras cerraba la puerta- �Pero debo
poner fin a esta situaci�n de una vez por todas!- - - Sin perder
un momento se encamino hacia el ascensor que la conducir�a a os
s�tanos de la mansi�n, espec�ficamente al Sub-s�tano
nivel 2 donde se encontraba el llamado "cuarto del peligro".
Sab�a que ah� encontrar�a a la causante directa de
su malestar. Esa persona no era otra m�s que la mutante conocida
como Pylocke quien no hacia mucho que se hab�a unido al grupo. Desde
su llegada se estableci� entre ellas una competencia casi instant�nea,
en buena medida porque ambas eran ps�quicas. Pero al cabo de unos
meses la competencia llega a un terreno que Jean nunca espero, la lucha
por el amor del taciturno l�der de los hombres X Scott Summers (
C�clope). - - Al principio Jean opto por ignorar los coqueteos que
Pylocke comenz� a hacer para atraer la atenci�n de su joven
prometido. Pero al poco tiempo estos se fueron haciendo cada vez m�s
agresivos. Como cuando organizaron aquel d�a de campo con el resto
del equipo, al principio todo sali� de maravilla hasta que ella
y Scott se apartaron del grupo para estar un tiempo a solas. No bien encontraron
un lugar para sentarse junto al lago cuando Pylocke emergi� violentamente
del agua sacudiendo su blonda cabellera sin ninguna consideraci�n.
Lo peor no fue el hecho de que los mojara sino el espect�culo que
la muy puta ofreci� ante los at�nitos ojos de C�clope.
Hay estaba apenas cubierta con un ba�ador casi transparente que
dejaba ver los oscuros pezones que coronaban sus grandes tetas, por no
mencionas el abultado chumino de un tono a�n m�s negro. Jean
no necesitaba sus poderes para saber la clase de ideas que pasaron por
la mente de su prometido. Hab�a estado a punto de fulminar a la
intrusa con una r�faga de su energ�a mental cuando esta se
retiro lentamente, la sonrisa en su rostro termino con el buen animo de
Jean para el resto del d�a. - - Ese fue el inicio de una serie de
"curiosos accidentes"en los cuales Scott siempre termino tocando
el hermoso cuerpo de Pylocke, a�n en su propio cuarto de ba�o
C�clope hab�a "sorprendido" a la ninja mientras
esta se ba�aba. Sin embargo, esta no hizo el menor esfuerzo por
cubrir su cuerpo al verse descubierta, en vez de eso comenz� a girar
suavemente permitiendo la contemplaci�n de su cuerpo desnudo mientras
el agua corr�a por su piel. Scott nunca lograr�a sacarse
de la cabeza el recuerdo de aquellas tetas firmes, del bien formado culo
y de el pelambre oscuro que cubr�a su co�o. - - Pero en incidente
m�s grave tuvo lugar dos noches antes, la misma noche en que el
profesor les comunico sobre su viaje, cuando el joven l�der de los
hombres-X se retiro a su habitaci�n. La noche era calurosa y no
era extra�o que el joven durmiera solo con el pantal�n de
su pijama. Al principio nada parec�a fuera de lo normal. Pero de
pronto Scott sinti� la presencia de un cuerpo junto al suyo, oculto
bajo las sabanas, de inmediato intento incorporarse pero su cuerpo se neg�
a obedecerlo. - - El intruso se deslizo lentamente sobre su cuerpo, sinti�
el contacto de una piel desnuda, suave y c�lida, una piel de mujer.
Como en el sue�o loco de un adolescente la forma femenina termino
de salir de las sabanas, entonces pudo ver el bello rostro de Psylocke
que lo miraba sonriente mientras sujetaba su cabeza con ambas manos, sus
bocas se fundieron en un beso profundo, la lengua femenina se introdujo
en la boca de Scott y comenz� a acariciar su lengua. El calor de
los cuerpos se elevo al infinito, los pechos de la mujer se pusieron duros
como la roca, la sangre golpeo en las sienes del muchacho. En es momento
Scott recupero el movimiento de su cuerpo, de inmediato sus brazos rodearon
el cuerpo de su amante, sus manos se deslizaron ansiosas por la musculosa
espalda hasta alcanzar las bien torneadas nalgas. - - Ambos se incorporaron
lentamente, las manos de Psylocke se deslizaron entre los cabellos lacios,
acariciaron el cuello y los fuertes hombros, mientras �l se apoderaba
con la boca de uno de sus senos mientras amasaba apasionadamente el otro.
Psylocke hecho la cabeza hacia atr�s para que Scott pudiera apoderarse
libremente de sus carnes, que fueron besadas y mordidas casi hasta hacerle
da�o. Unos instantes despu�s ella aparto la cabeza del joven
para volver a fundir sus bocas en un beso, sus lenguas se enroscaron con
fuerza, al tiempo que volv�an a recostarse. - - Entonces ella se
deslizo suavemente sobre su t�rax, sus labios dejaban una estela
de besos mientras llegaban hasta el bajo vientre. Antes de que Scott se
diera cuanta fue despojado de su pantal�n, de inmediato su polla
emergi�, gorda y larga, ella la tomo con sus manos y comenz�
a masturbarlo, por momentos se deten�a para introducir el chipote
en su boca y chuparlo como una reci�n nacida. Sin soltar su presa
Psylocke empez� a montarse nuevamente sobre el pecho de Scott, hasta
dejar la cabeza de este entre sus muslos. - - El contemplo unos instantes
aquel co�o h�medo as� el surco que divid�a
las buen torneadas nalgas, mientras un delicado aroma se deslizaba por
sus fosas nasales. Poco a poco acerco su boca hasta que sus labios quedaron
pegados como una ventosa a la intimidad femenina. Los jugos �ntimos
de Psylocke comenzaron a fluir dentro de su boca mientras chupaba el cl�toris,
provocando con ello fuertes sacudidas a su amante. Finalmente ambos se
corrieron salvajemente. - - Sin embargo, la acci�n no hab�a
terminado, tras un breve descanso Psylocke se incorporo para volverse hacia
Scott, este la miraba incr�dulo, casi como si esperara que se desvaneciera
tan misteriosamente como hab�a aparecido. Ella se inclino sobre
para volver a besarlo mientras una de sus manos se daba a la tarea de reanimar
la polla ahora fl�cida. Durante el beso Scott pudo sentir el sabor
de su propio semen mezclarse con el sabor de la hembra que a�n ten�a
en el paladar. Eso lo volvi� a excitar y en poco tiempo su miembro
volvi� a ser una daga de carne dura y palpitante. Esta vez fue �l
quien empujo suavemente a la mujer haci�ndola rodar para quedar
encima de ella. Los fuertes muslos se abrieron al momento dejando al descubierto
el ansioso co�o, �l coloco la punta de su chipote justo en
la entrada pero se detuvo, por un instante el recuerdo de Jean acudi�
a su mente, recordar a su prometida en es momento parec�a una locura
pero as� era. - - No obstante el recuerdo se desvaneci� al
sentir como Psyloque clavaba fuertemente sus u�as en sus pectorales.
"Follame ya" parec�a ser el mensaje. Lentamente hundi�
su polla en co�o mientras ella gem�a, cuando toda la polla
estuvo dentro ambos permanecieron inm�viles, disfrutando la uni�n
que ahora exist�a entre ellos. De pronto Psylocke levanto las piernas
y se aferro a las caderas de Scott como si quisiera partirlo en dos. Eso
fue suficiente para que �l comenzara a embestirla con todas sus
fuerzas, las paredes del co�o se cerraban con tal fuerza en torno
a la polla que por momento Scott crey� que se la arrancar�a.
Cuando el orgasmo estuvo cerca ella clavo con rabia sus u�as en
la fuerte espalda del macho logrando con ello que este se corriera junto
con ella. - - Scott no se daba cuenta de que todo estaba ocurriendo en
su mente, no era un sue�o, sino un enlace ps�quico que Psylocke
hab�a establecido entre ellos. En realidad ambos se encontraban
en sus respectivas habitaciones, sumidos en un trance hipn�tico
mientras se masturbaban. �Fue un descuido � fue a prop�sito?
Jean no lo sabia pero el caso fue que todas esas im�genes estallaron
como un rel�mpago dentro de su cabeza. Ella que se encontraba en
su propia cama en ese momento se despert� de un salto, al comprender
lo que ocurr�a la ira se apodero de ella y sin pensarlo dos veces
descargo su poder ps�quico contra aquella ilusi�n. El efecto
fue devastador, en unos segundos el ensue�o se transformo en pesadilla,
una ola de fuega penetro en la supuesta habitaci�n de Scott incendiando
todo en segundo, sobre la cama solo quedaron dos esqueletos entrelazados,
para despu�s estallar en mil pedazos. - - Al amanecer Jean se lleno
de angustia, no solo Scott hab�a despertado con un fuerte dolor
de cabeza; sino que adem�s sangraba por o�dos y nariz, Hank
lo tuvo en observaci�n todo el d�a. Por su parte el profesor
X interrogo a ambas sobre el fen�meno, las dos negaron saber nada.
Si Javier no hubiera estado demasiado ocupado preparando su comparecencia
ante la comisi�n hubiera insistido hasta averiguar la verdad, de
momento las dejo ir no sin antes advertirles que a su regreso volver�an
a hablar. - - El timbre del ascensor puso punto final a los recuerdos de
Jean, hab�a llegado a su destino. Sali� de ascensor y con
grandes zancadas llego hasta la puerta de acceso al "cuarto del peligro",
una luz roja sobre el dintel advert�a que un simulacro se estaba
llevando a cabo en el interior. Sin hacer caso Jean tecleo su clave de
entrada, enpocos segundos las puertas se abrieron y Jean Grey entro en
busca de su rival...
CONTINUARA.
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Relato: Los hombres X (I)
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