Relato: El club de las amazonas (1)





Relato: El club de las amazonas (1)

Por Lux.



EL CLUB DE LAS AMAZONAS I


LA PARTIDA DE POOL



Tengo el h�bito pasear solo por la ciudad.


A veces al pasar entre sus edificios trato de imaginarme la
vida que llevar� la gente que los habita y los secretos que guardan.


A m� me toc� vivir una vez parte de este mundo misterioso y
absolutamente secreto, y de eso voy a hablar ahora.


Esta historia comienza en una noche en la cual no ten�a nada
que hacer


Esa noche hab�a ido a relajarme a un club nocturno donde
ten�an pool.


Ped� un combinado y me puse a ver el espect�culo.


Pasado un rato me aburr� de estar sentado y decid� aprovechar
que nadie estaba ocupando la mesa y me puse a practicar un poco solo.


La ni�a que estaba bailando en pelota, baj� del escenario.
Empez� a pasearse entre los clientes que aprovechaban de tocarla. Despu�s vino
hacia a m�. Me abraz� y yo tambi�n la abrac� a ella. Se coloc� entre yo y la
mesa y dirigi� mis manos que no hab�an soltado el taco de tal modo que yo
apuntaba a la mesa sin dejar de rodearle el cuerpo con los brazos.


Me quit� el taco y empez� a apuntar a la bola.


-�Ens��ame a jugar? -Dijo mientras yo comenzaba a manosearla.


Entonces sent� que alguien estaba a mi lado, mir� y vi dos
ni�as observ�ndome descaradamente.


-Esa es la due�a del club.-O� decir detr�s de m�.


-�Sabes jugar pool?- Dijo una.


No esper� respuesta y sigui� hablando.


-Te desaf�o a un juego de pool- Dijo.


-Si ganas t� vamos a una habitaci�n de arriba, me quito toda
la ropa y bailo desnuda para ti.


Si gano yo te subes al escenario y nos haces un baile y te
quitas toda la ropa. Yo hablo con el tipo para que te anuncie.


Acept�. Era una situaci�n un poco rara pero esa noche nada me
importaba demasiado.


Empezamos a jugar. No soy un mal jugador pero ella tampoco lo
hac�a mal. Result� ser un juego bastante parejo y ... excitante dado lo que nos
jug�bamos.


Como es natural trate de averiguar el m�ximo posible de cosas
de ella, pero lo �nico que pude saber era que se llamaba Luna y su amiga
se llamaba Valentina, y ni siquiera pod�a saber si me estaba diciendo la
verdad.


A excepci�n de la amiga nadie hab�a o�do la proposici�n y
nadie nos prestaba atenci�n.


Pens� que seguramente ella de todas formas quer�a hacer el
amor conmigo.


Cre� que mis sospechas se confirmaban cuando �bamos por la
mitad del juego. Ella par� de jugar y dijo:


-�Qu� tal si elevamos la apuesta?


Si ganas t�, haremos el amor toda la noche.


Si gano yo, t� ser�s mi esclavo personal, para torturarte un
d�a entero.


Lo pens�. Yo ten�a una ligera ventaja.


Mir� a su amiga que sonre�a p�caramente y no s� si fue por
los tres combinados que a esas alturas ya me hab�a tomado, o por el puro
desaf�o, o por lo morboso de la proposici�n; pero acept�.


El juego sigui�. Y a pesar de que yo hab�a decidido
concentrarme para ganar, ella parec�a lograr jugar al mismo nivel que yo.


El sal�n se hab�a ido vaciando. Llego el momento en que solo
qued�bamos nosotros tres.


Finalmente me ech� la bola 14 y qued� listo para echarme la
15. Estaba un poco nervioso probablemente si fallaba. Ella ganar�a. Me concentr�
y tir� la bola blanca sali� hacia la 15 y la golpe�. La bola 15 avanz� recto
hasta el agujero disminuyendo su rapidez y cuando pareci� que iba a entrar se
detuvo.


Los nervios me hab�an traicionado y hab�a tirado demasiado
despacio.


Entonces jug� ella, se ech� la 15 y gan�.


-Eres m�o.


Trat� de decir algo, pero en ese momento sent� un pinchazo en
una nalga y todo se oscureci�.


Me despert� en una habitaci�n.


Tan pronto me pude levantar busqu� la puerta de salida la
cual result� estar cerrada con llave.


En vista de eso revis� la habitaci�n. Hab�a retrete lavatorio
y ducha.


Pas� un buen rato antes de que sintiera pasos al otro lado de
la puerta. Seguido del ruido que hace una llave en una cerradura. La puerta se
abri� y apareci� la ni�a del pool. Ven�a con la otra ni�a.


-�C�mo est� mi esclavo?


-Yo no soy tu esclavo. � Contest� riendo.


-Pero mi amor ya se olvido de m� y de la promesa que me hizo.
� Entonces pareci� ponerse seria. -No s� lo que pensaste cuando jug�bamos pool.
Quiz�s cre�ste que todo era broma pero eso da lo mismo. Ahora eres m�o y har�s
cada cosa que yo te diga.


Por primera vez me empec� a tomar el asunto en serio.


-Est�s loca. � Consegu� decir.


-No me hables as� o voy a tener que castigarte - Dijo.


La broma hab�a ido demasiado lejos. Me estaba empezando a
poner nervioso y decid� que hab�a que salir de ah�. Por mientras ella hab�a
seguido hablando.


-Me gusta que seas desafiante. Vamos a tener que domarte. Soy
especialista en domar caballos. Me encanta.


No quise quedarme a conversar. Adem�s la mina ya me estaba
hartando. Hice adem�n de irme.


-No seas tonto. Ni siquiera vas a poder llegar a la puerta.


No val�a la pena contestar eso. As� que en cambio dije.


-Eres demasiado confiada en entrar aqu� s�lo con tu amiga.


Su amiga mir� a otro lado, pero alcanc� a darme cuenta que
sonre�a.


-�Si?�Eso crees t�? Ella es mi guardaespaldas.


-�Ella es tu guardaespaldas?


-�No me crees?


No esper� respuesta.


-Te desaf�o a pelear en combate singular con mi escolta. Si
le ganas te libero de tu apuesta.


Pero si pierdes ser�s mi esclavo no por un d�a sino por una
semana.


Por primera vez pens� que la otra ni�a pod�a ser
efectivamente una especie de guardaespaldas. La estudi� con atenci�n. Esto era
algo muy distinto al pool. La tipa med�a un metro sesenta y cinco m�s o menos.
Era muy hermosa. Sus manos eran peque�as. Eso me hizo confiarme y acept�.


-Comiencen. �Orden�.


La tipa se puso en posici�n de combate.


Yo amagu� un golpe con la mano izquierda.


Ella me lanz� una patada y la pelea empez�.


La tipa era muy r�pida. Adem�s se mov�a como una boxeadora
profesional.


Esquivaba f�cilmente mis ataques, aunque no todos. Aun as� no
parec�a sorprenderse por ninguno de los golpes que alcanc� a propinarle.


Me alcanz� la cara varias veces aunque ninguno de sus golpes
era demasiado fuerte.


Comenc� a desmoralizarme y empec� a temer perder la pelea.


Una secuencia combinada de golpes y patadas terminaron por
hacerme perder el equilibrio.


Torpemente trat� de enderezarme y entonces ella me remat� con
un golpe en la nariz. Los ojos se me llenaron de l�grimas. Sent� que me dejaba
dominar por la ira y me lanc� sobre ella. Ese fue mi error capital. La tipa me
esquiv� f�cilmente y me bot� al piso con una barrida. Antes de que me diera
cuenta de lo que me hab�a pasado me estaba retorciendo el brazo.


Qued� en el suelo paralizado de dolor.


-�Me crees ahora que si soy su guardaespaldas dijo
retorci�ndome el brazo con m�s fuerza aun?


-Te vamos a venir a buscar en un rato m�s para la sesi�n de
tortura.


Despu�s se dirigi� a su escolta


-Valentina. Qu�tale la ropa y ll�vatela. D�jalo
desnudo.


Entonces sent� que me apretaban una vena del cuello y perd�a
la conciencia.


No s� cuanto rato estuve dormido.


Cuando me despert�. Estaba desnudo.


La sucesi�n de cosas que hab�an pasado volvi� a mi mente.


Empec� a recordar esas historias de mujeres poderosas y
dominantes de la edad antigua.


�En que clase de lugar estaba? Ni siquiera pod�a saber si en
ese preciso momento me estaban vigilando. En un mundo de puertas cerradas y
edificios de los que uno no se pregunta que pasa adentro ver�a otro mundo.
Comprend� que eso era lo que ellas quer�an. Me hab�an dejado solo para que mi
imaginaci�n se pusiera en marcha.


Paso un rato y de nuevo escuch� pasos. Otra vez sent� el
ruido que hace una llave en una cerradura y la puerta se abri�.


Entraron dos ni�as cuando me vieron fingieron escandalizarse
por encontrar un hombre desnudo. Pero todo eran burlas. Por una me arroj� un
buzo y me orden� que me vistiera. Mientras obedec�a me hicieron saber que se
llamaban Sof�a y Julia, y que la Valentina les hab�a
encargado ir a buscarme.


-No hagas ninguna estupidez. �Me advirti� una. -La
Valentina
ya nos dijo que te hab�a tenido que aporrear. As� que ojal� hayas
entendido.


-Date vuelta -Dijo la otra. �Coloca una mu�eca detr�s...
Ahora la otra... Muy bien. �Indic� mientras me esposaba.


La Julia me vend� los ojos. Con lo cual renunci� a
cualquier tentativa de escape por el momento. Simplemente era imposible.


La Sof�a que iba vestida de enfermera. Me baj� los
pantalones hasta la rodilla dej�ndome con el culo al aire y antes de que yo me
diera cuenta me hab�a metido un dedo por el recto.


Al ver mi turbaci�n en la cara me dijo.


-Esto no es nada comparado con lo que te espera...


Con la misma mano presionaba con m�s fuerza y me obligaba a
avanzar.


-Camina. �Orden�.


Me condujeron esposado por los pasillos.


Llegamos a una puerta y entonces nos detuvimos.


La Sof�a me dej� tranquilo el culo y me subi� los
pantalones.


La Julia abri� la puerta y entramos a una sala donde
hab�a unas diez ni�as. Todas muy lindas entre 18 y 20 a�os. Algunas reci�n
salidas del liceo y vestidas de colegialas. Otras estaban vestidas de cuero.


-�Este es?


-Es buen mozo.


-Acom�denlo.


Me quitaron la venda y me hicieron avanzar a una especie de
estructura.


Me esposaron de espaldas a ella de las manos y los pies.


�Nos podr�amos entretener un poco con �l mientras llega
Luna
.- Propuso una de las pendejas.


-Si claro.


-Desv�stanlo.


-�Escuchaste amor? Las ni�as te quieren ver en pelota. �Dijo
Julia.


Entre Sof�a y otra ni�a que se llamaba Soledad
cortaron la ropa con tijeras y me dejaron completamente desnudo.


Las dem�s ni�as solo se hab�an limitado a mirar la operaci�n
en medio de un silencio absoluto. Por fin una tom� la palabra.


- �Es cierto que desafiaste a la Luna?


-�Por qu� hiciste eso? Ahora vamos a tener que castigarte.


-�Fuiste t�?


La enfermera me volvi� a meter un dedo por el recto.


-Contesta. -Orden� mientras aumentaba la presi�n.


Si fui ... yo - Creo que se me salieron l�grimas.


-�Por que eres tan mala? Lo hiciste llorar. -Se burl� la
Soledad
..


Una voz irrumpi� en la sala y apareci� la tipa que me hab�a
vencido en combate.


-�Qu� est�n haciendo?


-Hola Valentina. Te est�bamos esperando.


-Luna va a demorar un rato en llegar. -Indic� la
Valentina
. -Dijo que por mientras pod�amos hacer lo que queramos con �l.


-Vamos un rato para afuera.


-T� no te muevas.


Me dejaron solo.


Pero no tendr�a que esperar mucho rato para que pasara algo.


Una ni�a vestida con un delantal entr�. Parec�a completamente
indiferente a que un hombre amarrado y desnudo estuviera en la misma habitaci�n.


Entonces llam� a alguien hacia fuera.


-Hermana Violeta.


Para mi sorpresa entr� una mujer vestida de monja. Era
relativamente joven .Esta si pareci� darse cuenta de mi presencia.


-�Qu� hace �ste aqu�?


-Las chicas dicen que es su esclavo.


-�Por qu� est�s desnudo?�Contesta!


Pero no esper� respuesta.


-Aqu� no puede haber hombres.


-Seguramente se meti� aqu�, las chicas lo sorprendieron y lo
dejaron as� en castigo.- Dijo la otra ni�a


-Ah. As� que te gusta espiar a las chicas. �Verdad? � Sigui�
diciendo. - Te escondes por ah� a mirar como las ni�as se quitan la ropa y te
masturbas en tu rinc�n.


No contest� porque todo parec�a in�til.


-Qu�date con �l mientras vuelvo. � Dijo.


-Esta enojada.- Dijo la ni�a.-Una vez la espiaron cuando se
ba�aba y desde entonces odia a todos los hombres.


-�Qu� va hacer?


-No s�. Quiz� te castre. Ya ha ocurrido antes.


No pod�a saber si estaba hablando en serio o en broma. Lo
�nico en lo que pensaba era escapar, pero estaba atado con tanta ciencia que era
absolutamente incapaz de hacer el menor movimiento.


La ni�a empez� a frotarme el pene.


-Te voy a masturbar.- Explic�. -Disfr�talo porque �sta puede
ser la �ltima vez que una chica te corre la paja.


En eso entr� la monja. Tra�a algo en las manos.


-�Ya se le par�?- Inquiri�.


Tampoco esper� respuesta esta vez. En cambi� acerco a mis
ojos lo que hab�a ido a buscar.


-�Sabes lo que es esto?


Asent�, se trataba de una trampa de ratones estaba armada, en
tensi�n y lista para ser usada.


-�Sabes lo que te va a pasar cuando toque tus pelotas con
esto? -Dijo se�alando el dispositivo disparador.


Sent� que el sudor de mi cuerpo se enfriaba.


-Ap�rtate Sara.



Sin decir nada me levant� la punta del pene y empez� a
acercarme lentamente el dispositivo.


-Sara.


-�Qu�?


-Empel�tate para que se le pare de nuevo.- Dijo con voz de
enfermera.


La Sara que vest�a con un delantal se empez� a
acariciar el pecho y las piernas se lo empez� a desabrochar, se lo quit� y qued�
en ropa interior blanca y semitransparente, se desabroch� el sost�n y empez� a
meterse una mano por dentro del calz�n empez� a frotarse.


Sent�a que me estaba volviendo loco.


Se llev� la mano a la boca a continuaci�n se quit� el calz�n
y qued� completamente desnuda. Empez� a acercarse. Me toc� las pelotas y me
frot� el pene


-Es todo tuyo...


La hermana acerc� la trampa a mis rodillas comenz� a subirla
roz�ndome las piernas atorment�ndome.


Por mientras la Sara me abrasaba por detr�s yo le
sent�a las tetas en la espalda y su pubis en mi nalgas, me besaba en el cuello y
me acariciaba el estern�n con las manos


En eso la puerta se abri� y aparecieron las dem�s.


-�Est�s loca?-Dijo la Valentina al darse cuenta de la
situaci�n.-�Deja eso!


-Pero...


-��DEJALO!!


-La hermana sonri�, retiro su trampa y se fue - Para que te
acuerdes de m� dijo - Y me peg� un chirlo en la callampa.


-As� se hac�a antes - Dijo la Valentina.



-Pobrecito. Casi lo dejan mocho.


-�Qu� pasa?


-Lo quer�an capar.


-�Capar?�C�mo?


-Con una trampa de ratones.


-�Qui�n?


-Esa loca que se cree monja. Dijo la Julia que llevaba
en las manos un video grabador.


-A lo mejor lo quer�an de soprano para el coro de la iglesia.


-�Pasaste susto amor?- Dijo una abraz�ndome por la espalda al
contacto de su piel y el olor de su perfume se me par� la callampa.


Entonces ella se agach�.


-Hubiera sido una pena perder este pedazo de carne.


Ella me mir� y se pas� la lengua por los labios acerc� su
cara a mi pene. Lo miraba como si fuera chup�rmelo.


De repente hizo un movimiento tan r�pido que no alcance a
seguirlo y recib� una brutal patada a los test�culos. Hubiese ca�do al suelo de
no estar firmemente amarrado.


Por un lapso de tiempo que no s� cuanto dur� todo se
oscureci�. De lejos parec�a oir las voces de las ni�as.


-Marcela no seas tan bruta...


-Si te portas bien y haces todo lo que te decimos quizas te
dejemos conservar el mazo y las pelotas...-Dijo Marcela sin hacer caso.


-Bueno. �Vamos a comenzar o no?


-Cierto. Estamos perdiendo el tiempo. Comencemos.


-Denlo vuelta.


Me dieron vuelta.


-A ver mira un poco para ac�... Pobrecito. -Dijo la que ten�a
el video grabador.


-Col�quenlo en la posici�n de castigo -Dijo una voz a la
enfermera.


Me hicieron agacharme Era una posici�n totalmente humillante.
Estaba arrodillado en el piso con las piernas separadas y el pecho y la cara
pegados al suelo, dejando mi culo totalmente ofrecido a lo que a ellas se les
antojara.


-Sep�renle las piernas un poco.


La ni�a que hab�a estado dando las instrucciones, acerc� su
boca a mi o�do y entonces la reconoc�. Era una de las que me hab�a cortado la
ropa con tijeras.


-Hola. - Dijo con voz de parvularia de jard�n infantil. -Me
llamo Soledad. Voy a depilarte. No tengas miedo.


Sent� que derramaban algo muy caliente en mis muslos y cre�
que me quemar�a. Pero la sensaci�n pas� r�pidamente. Deb�a ser cera. Luego me
arranc� lentamente un pedazo y luego otro y as�. La sensaci�n era dolorosa pero
soportable. A continuaci�n me echaron cera entre las nalgas y en mi orificio,
donde la piel era m�s sensible. Eso doli� m�s y estuve a punto de gritar. No lo
hice para no escuchar sus burlas, pero sab�a que estaban estudi�ndome la cara.


-Cuidado con las pelotas...


La ni�a sigui� con la operaci�n poniendo y arrancando la
cera. Cuando por fin termin�, se levanto y me peg� una nalgada en el culo.


-Ya est�. �Dijo. -�Quieren tocarlo?


Las ni�as se acercaron y empezaron a manosearme el culo.


-Tan suavecito. Que rico.


-No hac�a falta caparlo. �Verdad?


Entonces una me abraz� y me dijo al o�do con voz angelical.


-Hola mi amor. Me llamo Angela. Me han contado que te
has portado muy mal.


Sent� que me pegaban una nalgada muy d�bil, casi como una
caricia.


-Tienes que hacerlo con fuerza. Acu�rdate. Es un esclavo.-
indic� Sara que se hab�a quedado.


La segunda ya fue en serio.


-�As�?- Pregunt�.


-Haz cuenta que est�s domando a un caballo. Lo estas
castigando por que se port� mal. �Se�al� Marcela.


-Pero yo no estoy enojada con �l -Dijo ella en tono de burla.
-S�lo estoy jugando con mi ni�o. �Verdad? -Entonces empez� a pegarme con ganas.


A pesar del dolor y para mi sorpresa empec� a sentir que me
excitaba y disfrutaba de las nalgadas, algo que nunca hab�a imaginado posible
antes.


- Eres un caballo malo. Yo te voy a domar.


Ellas tambi�n se daban cuenta de que algo me pasaba. Como no
se iban a dar cuenta si mi miembro estaba creciendo y poni�ndose duro.


-P�gale fuerte Aprovecha. A �ste le gusta. � Le escuch� decir
a la Soledad.



-�Te gusta lo que te estoy haciendo?


-Oye. �Por qu� no contestas? - Dijo una que hasta entonces
solo se hab�a limitado a mirar. Me di cuenta que era la chica que hab�a visto
bailar desnuda cuando acept� la proposici�n de Luna. Me acord� de que se
llamaba Paty. Entonces ella me agarr� las pelotas y empez� a apretar con
fuerza.


-�Te gusta?


-No.


-�No?


-Y entonces �C�mo se te para el pico? -Dijo la que me estaba
castigando.


Nuevamente sent� que me estaban apretando las pelotas.


-No... s�.


-Mmm...


-Bueno si no te gusta... entonces... �Alguien m�s quiere
encargarse de �l?


Dos ni�as se adelantaron y se presentaron como Susi y
B�rbara.


-Col�quenlo de pie -Dijo una.


Ya de pie una me empez� a pegar en la cara papirotazos y a
pellizcarme, mientras tanto la otra me empezaba a pegar chirlos en el mazo.


-�Y esto si te gusta?


-A lo mejor quiere que le pongan una vela por el culo.
-Sugiri� la Paty y me agarr� las pelotas por tercera vez. Esta vez si que
apretaba con fuerza.


- �Te vas a portar bien ahora? - Dijo Susi mientras el
dolor crec�a y crec�a cada vez m�s.


No pude responder solo lanzar un gemido.


- �Te vas a portar bien ahora?- Repiti�.


-Si .� Consegu� decir.


-Di " Soy su esclavo y har� lo que ustedes quieran". �Orden�
Susi.


-Soy su esclavo y har� lo que ustedes quieran. -Dije no muy
convencido.


-M�s fuerte. Para grabarlo -Pidi� la Julia que ten�a
el video grabador.


-Soy su esclavo y har� lo que ustedes quieran. -Dije de
nuevo.


- Y tan macho que se ve�a en el Club. �O� que dec�a alguien.


Se par� frente a m� y entonces alc� la vista y la reconoc�.
Era Luna, la tipa con la que hab�a jugado pool. Andaba con un traje de
ejecutiva bastante elegante.


-Este era el que me quer�a culear. Pero lo que no sabe es que
m�s rato se lo van a culear a �l.- Sigui� diciendo. -Estas cosas me gustan
mucho. Pero me dan calor.- Dijo quit�ndose el traje. -A �ste lo voy a azotar en
pelota.


Se quit� la ropa interior. Solamente con verle las tetas me
excit�.


-P�same la manguera.�Ya me viste? � Dijo, dirigi�ndose a m�.
-Denlo vuelta.


El primer azote lo recib� en las nalgas desnudas. Me doli�
tanto que no pude evitar abrir la boca. Pero pude controlarme y no grit�.


Entonces empez� a azotarme con la manguera de la manera m�s
brutal y violenta.


La mujer que estaba detr�s de m�, completamente desnuda y
armada con un l�tigo de goma; estaba totalmente transformada. Atr�s la sent�a
jadear enajenada totalmente por lo que me estaba haciendo.


Empec� a temer por mi vida. El dolor era insoportable y no
podr�a resistirlo por mucho tiempo m�s. La transpiraba a mares. Ten�a que hacer
algo... ten�a que hacer algo. Pero no pod�a desatarme.


Entonces los azotes se detuvieron y sent� para mi gran alivio
que me ba�aban con un bid�n de agua tibia.


Ella se par� frente a m�, ba�ada en sudor, Los senos sub�an y
bajaban espasm�dicamente. Nadie dec�a nada. Entonces me abraz�.


-B��enme junto con �l.


Sent� que nos ba�aban con bidones de agua tibia.


Ella se qued� pegada a mi cuerpo, bes�ndome el cuello,
completamente indiferente a la tremenda erecci�n que yo comenzaba a tener.


Entonces se agach� y me tom� el pene con una mano y a
masturbarse ella misma con la otra.


-�Te hice sufrir mucho?


No esper� respuesta y empez� hacerme una paja francesa.


No s� cuanto tiempo estuvo haciendo eso hasta que eyacul�.
Ella se lo trag� todo y luego se levant� y se fue sin decir palabra.


Las minas me miraban seguramente asombradas de la catarsis en
la que hab�an participado conmigo.


Por fin una rompi� el silencio.


-�Te gust�?


No deb� relajarme.


Un tremendo pu�etazo en las costillas me lleg� de no s� donde
y la que hab�a hablado me descarg� un combo en el plexo solar. De ah� recib� de
todas partes un mont�n de combos y patadas, pero no me rompieron nada.


Por fin Valentina hizo parar a las dem�s.


-Ya basta.


Las otras se detuvieron.


-Rel�jate. Por hoy ya terminamos contigo. -En las manos tra�a
un vaso con agua y una pastilla que me hizo tomar. Mientras me desataban perd�
la conciencia.


Me despert� en una cama. Me sent�a limpio, entonces record�
paso a paso lo que hab�a pasado el d�a anterior, pero el cuerpo me dol�a y era
casi incapaz de moverme.


ech� una mirada a la habitaci�n y vi una ventana con
barrotes, cuando me pude parar descubr� que estaba en el �ltimo piso en un
edificio.


No hab�a forma de escapar.


La puerta se abri� y entro una ni�a cerr� la puerta tras de
s� y me mir�. En las manos tra�a una bandeja con comida.


-�Quieres desayunar?


No respond�.


Coloc� la bandeja en una mesa dise�ada para comer en la cama
y luego se sent� a mi lado y puso mi cabeza en su regazo. Me dio de comer y de
beber exactamente como si yo fuera un ni�o.


Luego me dej�.


Me sorprendi� tanta pasividad de mi parte. Sospecho que me
hab�an dopado.


El caso es que no sent� el menor impulso de agredirla.


Me decid� a dormirme otra vez para recuperar las fuerzas.


Ella me despert�, ven�a vestida con un delantal blanco.


-Lev�ntate. -Me dijo.


Trat� de hacerlo pero el cuerpo me dol�a demasiado.


-�No puedes?


Ella hizo algo en la pared y el respaldo de la cama comenz� a
plegarse.


Levant� el juego de frazadas y de sabanas, y entonces
descubr� que estaba desnudo.


Me carg� como si fuera un ni�o. Seguramente deb�a ser muy
fuerte.


-Por si acaso. Debes saber... soy experta en artes marciales.


-Te creo. �Dije.


Ninguno de los dos dijo nada m�s. Me hizo sentar en una silla
en el ba�o. Puso un piso bajo la ducha. Luego dio el agua y me hizo sentarme en
el piso.


Me ba�� y me lav� el pelo.


La sesi�n pasada no me hab�a dejado con fuerzas para hacer
nada.


-Yo soy tuya. Cuando tengas ganas podemos hacer lo que
quieras.- Dijo en alg�n momento.


Me sec� y me puso un pijama, me sac� del ba�o y me dej� en el
cuarto solo.


Dej� a mi alcance un control remoto y un televisor con cable.


-�D�nde estoy? �Pregunt� cuando ya casi se iba.


-Este lugar es el Club De Las Amazonas. �Respondi�
desde la puerta.


El resto del d�a lo pas� viendo televisi�n.


Ella vino para darme almuerzo, once y cena.


Yo no ten�a ganas de hablar y ella no dio se�ales de
incomodarse por eso.


Pero las palabras que me hab�an dicho en la ducha hab�an
quedado d�ndome vueltas.


Al segundo d�a me sent�a mucho mejor. El cuerpo me dol�a pero
la fiebre se hab�a ido.


Ella me llev� al ba�o, pero notaba la recuperaci�n. De todas
formas me ba��, pero aparte de eso no hicimos nada hasta el tercer d�a.


Esa ma�ana me dijo que no fuera flojo que pod�a levantarme
solo. Le dije me levantar�a pero que quer�a que me acompa�ara a ba�arme. Ella no
puso objeci�n. Ya en el ba�o le ped� que se quitara la ropa.


Empezamos por una francesa y luego terminamos haciendo el
amor como locos. Me encantaba la suavidad con la que me trataba.


Cuando vio que pod�a caminar solo m�s o menos bien me pidi�
que la acompa�ara. Me hizo se�as para que guardara silencio. Nos metimos a un
cuarto de uno por tres metros. Me mostr� algo as� como una ventana y me dijo que
mirase.


-Es un espejo. �Dijo.


Me sent� en una silla y mir�. Vi a varias de las ni�as que me
hab�an atormentado. Estaban ba��ndose completamente desnudas.


M�ralas bien.- Dijo mientras sus dedos buscaban entre el
pantal�n de mi pijama y comenzaba a pajearme con sus suaves manitos.


Terminamos haciendo el amor en esa silla.


Luego de eso me fui a la cama.


A la ma�ana siguiente no me despert� la ni�a amable que me
hab�an asignado, sino que las que me hicieron levantarme fueron la Paty y
la Soledad.


-Hola. �Cre�ste que nos hab�amos olvidado de ti?


Record� el trato brutal del que hab�a sido objeto, sobre todo
por la Paty.


-Lev�ntate y v�stete. Ya conoces el procedimiento.


Hice lo que me ped�an igual como hab�a sido con la Sof�a
y la Julia. Claro que esta vez no me bajaron los pantalones. De todas
maneras me hab�a hecho la idea de aguantar el dolor. No pod�a adivinar que me
ten�an reservado algo mucho peor.


Me condujeron a la misma sala, vendado y esposado.


la B�rbara la Valentina y la Sara
estaban dentro.


-Ya lleg�.


Esta vez no me cortaron la ropa con tijeras sino que la
Valentina
me dijo que yo mismo me desnudara y les bailara un poco.


Las otras ni�as te est�n preparando una sorpresa. -Explic� la
Valentina. Luego la Soledad puso m�sica y me ordenaron que
comenzara.


Mientras ejecutaba el baile se pusieron a hablar entre ellas.
No entend�a bien lo que dec�an, pero hablaban de "un d�a", "el d�a de mi debut"
y que "ten�an que prepararme".


La m�sica ces� y la Valentina mand� a la Sara a
apurar a las otras.


Por mientras la Soledad puso m�sica de nuevo y les
bail� otro rato.


Finalmente la Sara apareci� en la puerta y la
Soledad
con la Paty se apoderaron de m�, y me ataron igual que la vez
pasada.


Las ni�as entraron una por una. Estaban todas en traje de
ba�o, pero hab�a algo raro en algunas.


Y entonces descubr� que algunas se hab�an colocado unos
calzones con penes de pl�stico y las que no, ten�an unos consoladores en la
mano.


Sent� que se me desfiguraba la cara y ellas se rieron.


-Col�quenlo en la posici�n de castigo.


La Valentina y la Sara no ten�an consoladores
en las manos sino otra cosa. Antes de que la Soledad y la Paty me
redujeran al piso alcance a ver que eran. Se trataba de dos c�maras de video.


-La vaselina...


-No, sin vaselina dijo la Susi. Ah, te asustaste.
�Verdad?


-Hola amor. �Te acuerdas de m�? Soy B�rbara. Yo ser�
la primera.


Sent� que me abr�an las nalgas y me pon�an vaselina por el
recto.


-Ponle harta. - Dijo la Soledad. -�ste va sufrir mucho.


La B�rbara ten�a un consolador que me mostr�.


Cuando vi el tama�o del consolador la mina capt� la mirada y
se ri�, entonces todas se rieron.


-Ese es el m�s chico de todos...


Mientras tanto la B�rbara me empez� a pasar la punta
del instrumento por las piernas para que lo sintiera.


Me puso la punta dos veces por el recto mientras las otras
ni�as miraban y se re�an.


Entonces sent� el consolador en el recto y ella comenz� a
hacer presi�n primero suave y lentamente y luego un poco m�s fuerte y empezaba a
moverlo.


-Maric�n culiado. Te lo estoy poniendo. �Te gusta?


-Cuando terminemos contigo a lo mejor te queda gustando.


-Esto es lo que siente una mujer cuando se la culean...


-A algunas les gusta...


-Y a algunos hombres tambi�n...


-Toma.


-�Est�s grabando?


-Deja ya de quejarte.


Cuando la B�rbara se cans� la reemplaz� la Angela.


-Hola mi amor. �C�mo amaneci�? -Dijo la Paty. -La
Angela
le va a dar desayuno, pero se lo va a dar por el culo.


- No ponga esa cara mi ni�o. Yo se yo se lo voy a poner
despacito para que no sufra. -Dijo la Angela mientras me lubricaba y
entonces comenz�. Ese consolador se sent�a distinto que el primero. Parec�a m�s
delgado pero ten�a m�s roce.


Despu�s de un rato interminable dio por terminada la sesi�n
entonces se adelant� Sof�a.


Antes de comenzar me solt� los codos y pude alzar la cabeza
entonces acerc� el consolador que ten�a en la mano a mi cara.


-Ch�palo.


Hice lo que me hab�a ordenado empezando primero por la punta
y luego de arriba hacia abajo.


-A este parece que le gusta. � Dijo la Paty. Entonces
todas empezaron a darme instrucciones sobre como hacerlo y como ten�a que mover
la lengua.


Despu�s de un rato se puso detr�s de m� y despu�s de
lubricarme me encaj� el cilindro por el recto.


-Maric�n chupapicos. Te estoy culiando. �Qu� te parece?


Despu�s siguieron las dem�s Julia, Paty,
Valentina
, Soledad, Sara, Marcela, y Susi.


Creo que la �nica que faltaba era Luna.


Me dijeron que me har�an hacer este ejercicio todos los d�as
porque se me ten�a que dilatar el recto. Una sesi�n en la ma�ana y una sesi�n en
la tarde.


-Si intentas escapar tenemos los videos Adem�s cualquiera de
nosotras te puede dominar f�cilmente.


En las sesiones que siguieron Luna no vino excepto una
vez, creo que al tercer d�a, a preguntar por m�.


-Ya est� casi listo para montarlo -Explic� Soledad.


Al segundo d�a las ni�as dijeron que me iban a dar un premio
y me condujeron, vendado claro, a un gimnasio que supuse era el mismo donde las
hab�a visto ba�arse la primera vez


Entonces jugaron volleyball una de las ni�as me ofreci� jugar
y as� lo hicimos


Hasta que nos cansamos entonces me llevaron a los camarines y
me hicieron ducharme delante de ellas, entonces ellas se quitaron la ropa y se
metieron a la ducha conmigo completamente desnudas.


Entonces sent� a la Sara abraz�ndome por la espalda
mientras la Susi me agarraba el mazo que ya ten�a erecto y comenzaba a
hacerme una paja


-Me encanta este juguete. -Dec�a.


A partir de entonces en los espacios entre sesiones las ni�as
me invitaban a cualquier cosa donde casi siempre acababa haciendo el amor con
tres y hasta cuatro de ellas en las duchas o en cualquier parte.


Una vez me llevaron a una piscina y nos ba�amos todos
completamente desnudos. Jugamos a salpicarnos agua y un poco de lucha, materia
en la cual ella eran expertas. Despu�s de tomar un poco de sol sobre el c�sped
sent� que me tocaban el hombro y vi a la Soledad invit�ndome a seguirla a
la piscina y una vez bajo el agua le hice el amor. La Soledad estaba muy
excitada y estaba alcanzando un fuerte orgasmo. Mir� y vi a la Susi
observando la escena y toc�ndose los senos y desliz�ndose las manos cada vez m�s
abajo, mir�ndome como si estuviera so�ando.


La Soledad termin�, pero yo todav�a no hab�a alcanzado
el orgasmo. Entonces Marcela me llev� a una parte de la piscina donde el
agua era menos profunda y la penetr� por detr�s. Entonces sent� que la Julia
me estaba poniendo un consolador y de alguna forma eso me excit� m�s y estall�
en la Marcela.


Despu�s de otra sesi�n jugamos basquetball con ellas. Por
cada anotaci�n de un equipo el otro equipo se quitaba una prenda.


Un d�a pude verlas ejercitarse en su deporte favorito Las
Artes Marciales. La instructora era la Valentina. Vi como se entrenaban y
luego combat�an entre ellas. Pero a estas pr�cticas no me invitaron a participar
solo mirar. Solo puedo decir que eran terriblemente brutales.


Al cuarto o quinto d�a en una de las sesiones de tortura
apareci� Luna y me encaj� un consolador.


-Parece que �ste est� listo para que se lo monten.


-Est�s listo para tu debut. � Me explic� la Valentina.


Al otro d�a me condujeron a la habitaci�n y una a una las
ni�as me abrazaron. Luego me hicieron adoptar la acostumbrada posici�n de
castigo.


Luego se pusieron a conversar en voz baja. De las palabras
que logr� captar pude entender que estaban esperando algo pero no pod�a saber
que.


Entonces son� un timbre.


La Julia fue la primera en reaccionar


-El timbre... ya llegaron.


Por un rato nadie pareci� prestarme atenci�n.


-Enseguida volvemos.


Empec� o�r a las voces de las ni�as mezclarse con voces de
hombre.


Sent� que me estremec�a.


Quise huir pero era imposible.


Pasos que se acercaban.


Ante el umbral las ni�as hicieron detenerse al grupo.


La Marcela estaba explic�ndoles algo.


-Ustedes nos quer�an hacer el amor...


-Cada una de nosotras har� el amor con cada uno de ustedes...


Pero antes tienen que hacer algo.


-Pasen. -Sent� que dec�a la Barbara.



La Sof�a me agarr� del pelo y me hizo alzar la cabeza.


-�Nos demoramos mucho?


-Este es nuestro esclavo. -Empez� a explicar la Marcela.


Me golpe� una nalga con una manguera.


-Le encanta probar cosas nuevas. Nosotras ya hemos hecho de
todo con �l, pero siente que le falta algo.


Entonces escuch� unos jadeos y unos gemidos. Me demor� un
rato en comprender lo que pasaba. Las chicas hab�an puesto un video porno. A un
tipo le estaban metiendo un consolador y parec�a sufrir mucho. Cuando enfocaron
su cara comprend�. El tipo era yo.


-Yo - Empez� a decir uno - No hago esos favores. Esto no va
conmigo.


-Nos tendr�s a todas nosotras. Mira, cierra los ojos, yo te
lo puedo masajear un rato. Va a ser igual que una paja. -Ofreci� Marcela.



-Sof�a.



-�Qu�?


-Qu�tale las esposas de los codos para que pueda alzar la
cabeza.


Mientras la Sof�a me liberaba los codos acerc� su boca
a mi o�do y me dijo "Te lleg� la hora".


-F�jate bien. - Me dijo Marcela.


Puso al tipo con el que hab�a estado hablando de espaldas a
la pared y lo desvisti�. Ella tambi�n se desnud� y se empezaron a tocar y
acariciar.


Empez� a correrle una paja al tipo, la reacci�n de fue
instant�nea. Se le erect� el miembro y entonces ella se agach� para chuparle el
pico.


De vez en cuando paraba para seguir con sus masajes.


-Pon atenci�n porque despu�s te toca a ti. �Dijo Sof�a
en un momento.


-�Te da rechazo? -Pregunt� Angela.


-Si. � Contest�. Ya sab�a de lo que eran capaces si uno no
contestaba r�pidamente.


-Vas a tener que transformar el rechazo en placer. -Explic�
Angela.


Entonces puso un banco frente a m�.


-Toma asiento. - Le dijo a otro de los tipos que estaban ya
completamente desnudos.


�l obedeci�. Quedo sentado de tal manera que mi cara quedo a
escasos cent�metros de su miembro. La mina empez� a pajearlo y el tipo reaccion�
aunque no s� si quer�a. Cuando vi el tama�o de su miembro erecto pens� que por
decencia deber�a cort�rselo.


-Ni se te ocurra. -Me dijo Valentina al o�do, como si
me hubiese le�do la mente.



-Susi.



-�Qu�?


-Trae la video c�mara.



-Julia...



-�Si?


-Lubr�calo.


Una ni�a me abri� las nalgas y la Sof�a me puso
vaselina.


La Valentina me agarr� el pelo y me hizo alzar la
cabeza. La Sof�a me encaj� de golpe un consolador por el recto. Lo hizo
con tanta fuerza que los ojos se me llenaron de l�grimas. Abr� la boca para
gritar y varias manos me agarraron con fuerza del pelo y me empujaron haci�ndome
que me tragara todo el ca��n del tipo. Me parece que a �l tambi�n lo sujetaron
en ese momento.


-Empieza ya. � Orden� Valentina -O traigo a la hermana
Violeta para que juegue contigo un rato.


-Empec� despacio. Primero solo por la punta y luego comenz�
el resto.


-Lo hace bien �Verdad? �Aprob� Angela.


-Sigue as�. Muy bien de abajo hacia arriba.- Sigui�
indicando. -Ahora c�mele las pelotas. �Ves? No es dif�cil.


Las ni�as siguieron entreteni�ndose, d�ndome instrucciones y
viendo como las ejecutaba paso a paso mientras me grababan con la videoc�mara.


Para entonces el tipo parec�a que estaba, para su sorpresa, a
punto de explotar.


-Creo... que me.. voy. � Dijo. Al mismo tiempo sent� en mi
boca una descarga de semen. La primera de una verdadera andanada. Trat� de
tragarlo todo, pero era in�til. Tuve que apartar la boca de su pene y sentir que
eyaculaban en mi cara.


-Ahora te van a dar por los dos lados. �Dijo Angela.


Alguien tom� de la mano al tipo y lo hizo ponerse detr�s de
m�.


-�Ahora qu�? - dijo jadeante.


Las ni�as pararon con sus risas y se hizo un silencio
sepulcral. Algo pasaba. Mir� hacia arriba y all� estaba Luna. Me mir� con
una ligera sonrisa de desd�n y su voz son� como si algo en todo aquello la
excitara.


-Cul�atelo.


El mismo tipo al que le hice la mamada me clav� su palo por
atr�s y comenz� cabalgar en m�, mientras tres tipos se masturbaban ante m�
animados por las chicas.


-Vamos chiquillos. Ustedes pueden. -Animaba la Valentina.


El tipo de atr�s no ten�a la menor consideraci�n. Creo que lo
que quer�a era terminar r�pido. El dolor era salvaje. Pero al igual que cuando
las chicas me violaron, sent� que ten�a una erecci�n.


Entonces sent� que una de las chicas me estaba corriendo una
paja con sus manitos.


-�Qu� haces? -Pregunt� Luna, al parecer ligeramente
extra�ada.


-Para que vea que no somos tan malas. Adem�s as� a lo mejor
le agarra el gusto a lo que est� haciendo. -Dijo Angela.


-�En serio? �Te gusta chupar picos? - Pregunt� la
Valentina
.-�Entonces qu� est�s esperando?


Se los chup� a uno por uno y botaron su leche caliente
llen�ndome la cara de esperma.


La Sof�a me limpi� con un balde de agua y una toalla.


-Maric�n chupapicos -Me dijo.


Entonces el de atr�s eyacul� y sent� su esperma caliente en
mi orificio. Entonces fue reemplazado por uno de los que ten�a adelante. Por
mientras los masajes que la compasiva ni�a hac�a en mi pene estaban surtiendo
efecto. Yo tambi�n estaba a punto de eyacular. Creo que lo hice en el momento de
que el jinete de atr�s tambi�n descarg� su semen. La mezcla de dolor, placer y
humillaci�n era para volverse loco.


Todav�a vino un tercer jinete.


Pero las ni�as que ten�a alrededor ya estaban haciendo cola
para masturbarme. Mientras el tercero me montaba creo que me alcanzaron a correr
una paja. Entonces sent� algo distinto y supe que mientras una me chupaba el
pico, la otra me pasaba la lengua por las pelotas.


La triple sensaci�n de ser penetrado, masturbado y chupar
picos me produc�a una extra�a excitaci�n algo que nunca hab�a sentido antes.


-A este caballo ya lo tenemos mansito...-Dijo Soledad
cuando me desocup� el tercero, y me peg� una nalgada.


Luego vino un cuarto y un quinto.


Por mientras las desocupadas hac�an el amor con los tipos que
ya hab�an pasado por m�.


Lo que sigui� pasando no lo s� muy bien. Supongo que el mismo
agotamiento y las tensiones a las que hab�a sido puesto a prueba se cobraron lo
suyo y no podr�a decir con precisi�n lo que ocurri� despu�s. El caso es que
parece que ca� en un estado en el cual era incapaz de reaccionar. Ni los golpes,
ni las amenazas, ni las burlas me hac�an el menor efecto. Cuando despu�s de
aporrearme un poco se dieron cuenta de que algo grave me pasaba me llevaron
donde otra mina y que me inyect� algo. Y de ah� a la cama.


Todo esto lo supe por algunos comentarios que hizo la ni�a
que me atend�a en la cama y me sigui� cuidando por algunos d�as hasta que pude
reaccionar. Recuerdo que cuando recuper� la lucidez ella me abraz� y entonces
hicimos el amor con mucho cari�o. Me dijo que al d�a siguiente podr�a irme, pero
que pasara lo que pasara, me acordara de que ella hab�a sido buena conmigo. Yo
solo la mir� sin comprender, pero no dije nada.


La �ltima vez que despert� en ese edificio, me levant� al no
ver m�s a la ni�a que me cuidaba y de la cual nunca supe el nombre.


Me vest� y me aventur� a abrir la puerta la que para mi
sorpresa estaba sin llave.


No me cost� mucho salir del edificio. Tampoco encontr� el
menor rastro de mis captoras.


Volv� a mi casa y la gente que conoc�a se alegr� de verme,
pero como a veces me ausento sin dar muchas explicaciones de lo que hago y en
general llevo una vida bastante solitaria, nadie se extra�� de nada.


Result� que hab�a estado ausente por unos diez d�as. Yo hab�a
perdido la noci�n del tiempo Me dediqu� a descansar y esperar a que se me
borraran las cicatrices. No tuve problemas para volver a mi trabajo.


A veces cuando camino por la calle creo reconocer a mis
captoras pero nunca estoy seguro.


Por dos o tres veces he estado casi seguro al cruzarme con
mujeres. Incluso me da la impresi�n de que ellas desv�an la mirada y se r�en
discretamente.


Siempre est� la duda de que si ellas pusieron el video en
Internet.


A veces se me confunde la secuencia de las cosas y a veces he
llegado a dudar de que hayan pasado realmente.


He vuelto a mis paseos.


Camino por las calles de la ciudad en busca de alguna
aventura y pensando en el mundo secreto que guarda en sus rincones m�s ocultos.


�



F I N



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Relato: El club de las amazonas (1)
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