Tenia 19 a�os y estrenaba trabajo para una rival de
Telef�nica montando nuevas l�neas en la Costa del Sol. Alquile un �tico con
terraza con vistas al mar. El t�pico edificio pr�cticamente deshabitado en
invierno y a reventar de guiris en verano. Con un buen sueldo y viviendo solo en
un coqueto apartamento era el rey del mambo. En verano me bastaba con bajar a la
playa, tontear con alguna guiri e invitarla a tomar un cerveza y a fumar unos
porros en el apartamento para acabar follando como un descosido, adem�s variando
que eso de cambiar de mujer a menudo, digan lo que digan, es lo mas estimulante.
El verano paso y ya en oto�o el edificio se fue despoblando y
el ambiente, salvo los fines de semana, diluy�ndose. A finales de octubre una
pareja de norteamericanos se mudo al apartamento de al lado. El era el t�pico
hispano cuadrado, con el pelo corto y pinta de testigo de Jehov�, ella una
mulata delgada, guapa y con el pelo largo y rizado. La primera impresi�n fue que
eran unos antip�ticos de cuidado, ni siquiera saludaban cuando los encontraba en
el ascensor.
Las dos terrazas estaban separadas por una mampara de cristal
opaco y la peque�a ventana del cuarto de ba�o daba a un min�sculo espacio
interior donde tambi�n daba la suya. Pronto empece a cabrearme con los vecinos,
adem�s de maleducados, y de no saludar apenas, se pegaban casi todas las noches
unas broncas que te cagas. En venganza cada vez que terminaba su bronca empezaba
la m�a, enchufaba el "Never mind the bollocks" de los Sex Pistols a toda
pastilla y les jodia el descanso.
Una madrugada, que llegue puestecito a casa, me met� en el
ba�o a soltar una larga y c�lida meada, en ello estaba cuando veo que el ba�o de
los vecinos se enciende y pude ver, las dos ventanas estaban abiertas, a la
mulata con cara de sue�o y un camis�n transparente. Se hab�a levantado a mear.
Ella se quedo mir�ndome sin decir nada, pod�a ver sus tetas redondas y
maravillososa y su pez�n oscuro a trav�s del camis�n. Se sent� a mear y cuando
termino sigui� mir�ndome, ofreci�ndome el espectaculo. Yo no dec�a nada, tenia
mi polla en la mano pero hab�a terminado de mear, solo nos ve�amos de la cintura
para arriba.
Se fue y me quede haci�ndome una se�ora paja a la salud de la
vecina mulata.
Al d�a siguiente, a mediod�a, mientras me papeaba una pizza y
un litro de cerveza les o� discutir de nuevo. Despu�s oi el ruido de la ducha en
su ba�o y con todo el morbo del mundo me fui a mi aseo a hacer como si estuviera
meando. Ella sali� desnuda del ba�o y reparo en mi presencia, nuevamente se
quedo mir�ndome sin decir nada, pod�a ver sus hermosas tetas oscuras con su, mas
oscuro todav�a, pez�n maravilloso. Me miraba seria e inexpresiva mientras yo con
la polla creciendo en mi mano me la meneaba sin cortarme.
A partir de aquel d�a los encuentros en el aseo se
convirtieron en un ritual. Yo me asomaba, ella se quitaba lo que llevara puesto
y me ense�aba las tetas sin decirme nada, mir�ndome como ida. Tambi�n cambio su
actitud en nuestros encuentros en el ascensor, cuando le acompa�aba el marido
pasaba de mi como de costumbre pero cuando iba sola se mostraba solicita,
insinuante y chapurreaba espa�ol en el saludo, yo chapurreaba ingles e incluso
me rozaba t�midamente con ella. Mientras el ritual avanzaba cada vez mas
atrevido. Discut�a con el marido, se met�a en el aseo y me ense�aba las tetas.
Pasaban las semanas y decid� mostrarme mas audaz, como la ventana imped�a ver
mas abajo de la cintura pronto me agencie un taburete, de forma que cuando
entraba en el aseo yo me sub�a en el taburete me sacaba la polla y me masturbaba
delante de ella que se exhib�a con unas diminutas braguitas. Pronto, con gestos
expl�citos, sin palabras, consegu� que se las quitara y que me ense�ara el
co�ito mientras yo, haciendo malabarismos en el taburete, me la meneaba fuera de
mi y me corr�a delante de sus narices (la separaci�n de las ventanas era de un
metro y medio aprox.). Para mi fue un shock ver el primer co�o negro y
arregladito de mi vida, unos labios morenos abiertos coronados por una cuidada
matita de pelo negro y rizado. Ella, sin hablar, mir�ndome fijamente abr�a los
labios de su co�o mientras observaba como me masturbaba.
Un d�a me enrolle con una inglesa que estaba borracha y
salida como una perra, era primavera y bastante tarde, despu�s de darle ca�a por
todo el apartamento salimos a la terraza donde hab�a un columpio y seguimos
follando all�, yo sentado y ella sobre mi, de pronto observe que la mulata
estaba en su balc�n asomada mirando como follaba con la guiri. Estaba a punto de
correrme y se la saque y la inglesa, ni corta ni perezosa, se la encajo de un
tir�n por el culo. La cara de asombro de la mulata fue tremenda y mi corrida de
las mejores de mi vida, eyaculando como un burro en el culo de la inglesa
mientras mi vecina me miraba.
A partir de ese d�a al ritual se sumo una nueva pose, cuando
mi vecina ve�a que estaba a punto de correrme sobre la banqueta, se daba la
vuelta, abr�a sus nalgas y me ense�aba su redondo y perfecto culo negro. Mi
leche sal�a escupida por la ventana. En una ocasi�n llego junto a su ventana,
ella tomo la gota en sus dedos y probo su sabor. Ese d�a supe que tenia que
acabar con el espect�culo voyeur para empezar con la pornograf�a pura y dura.
La volv� a encontrar en el ascensor. Pare entre dos plantas y
comenc� a meterle mano, ella no se opuso pero tampoco dio demasiadas
facilidades. Tenia ensayada la frase y se la solt� mientras besaba su cuello:
-I wanna fuck you�
-It�s imposibol. My man kills me�
Pasaron un par de semanas donde al rito voyeur de la ventana
del aseo se un�an mi escenas de sexo en la terraza, con mis ligues ocasionales,
de las que no perd�a detalle, hasta que un d�a me ense�o un cartel a trav�s de
la ventana.
My man go out for three days.
La invite a pasar a mi apartamento y tras alguna reticencia
lo consegu�. Cuando sent� los golpes en la puerta no solo no me lo cre�a sino
que tenia el mayor empalme que he tenido en mi vida.
La desnude en un tris. La ansiedad, el morbo y el deseo nos
dominaba. La saliva se derramaba en nuestros labios con los mas desesperados y
l�bricos besos que he dado en mi vida. Solo chupe sus tetas negras, duras y
maravillosas tetas cuando la leche brotaba a borbotones de mi polla, cayendo
sobre su vientre, su pubis y los labios de su co�o mojado. Mir�ndome con su
habitual cara de ida la tomo gota a gota con sus dedos y la fue metiendo en su
boca, aliment�ndose con ella. Mi polla no bajaba, segu�a empalmada y dura como
una piedra, la puse de espaldas en el sof� y cuando la iba a meter en su
maravilloso co�o abierto, ella la condujo a su culo y empujando hacia atr�s se
clavo todo el capullo, sin contemplaciones segu� empujando hasta que se la clave
hasta las bolas, era incre�ble, agarrado a sus tetas duras, pellizcando sus
pezones enhiestos y culeandola sin piedad mientras ella emit�a sordos gimoteos
de placer. Estuve follandola casi media hora, cuando vio que mi corrida estaba
pr�xima se la saco de golpe, emiti� un peque�o grito de dolor y la meti� en su
co�o. Le solt� una corrida apote�sica y me deje caer en el sof� mareado y casi
sin conocimiento. No le importo los restos de su caca ni el semen que aun
brotaba de la punta de mi polla, como pose�da comenz� a mamarme la polla
mientras me miraba a los ojos como pidiendo mi aprobaci�n.
-I�m your bitch �me dijo
Fue mi zorra durante los tres d�as de ausencia de su marido y
el juego se desato, sus precauciones, aunque permanec�an, disminuyeron, el
marido se iba a su trabajo y ella llamaba a mi puerta a continuaci�n.
-Here�s your bitch �era su saludo.
Follabamos en plan guarro absolutamente, el penetrante sabor
de su co�o negro esta impregnado, imborrable, en mi recuerdo. Su esf�nter
el�stico y maravilloso toleraba penetraciones salvajes y sin contemplaciones y
siempre que ve�a que estaba a punto de correrme se la sacaba de golpe, gritaba
de dolor, y se la encajaba en el co�o donde recib�a mis corridas una tras otra.
Pasaron tres meses de nuestros encuentros, cada vez mas
delirantes, cada vez mas guarros. Se puso de perfil, su vientre plano hab�a
crecido un poco, sonriendo con su habitual cara de ida me dijo:
-The baby it�s yours�
Me quede de piedra pero ella comenz� a mamarme la polla como
una puta mulata maravillosa y a continuaci�n me ofreci� su culo que folle con
mas energ�a, rabia y salvajismo que nunca. A partir de ese momento ya jamas saco
la polla del culo, me dejaba correrme en el y despu�s me la mamaba como loca. Yo
creo que aguantaba sin cagar para que la enculara porque le deba punto el sabor
combinado de su mierda y mi semen.
As� estuvimos hasta que el pre�ado alcanzo los cinco meses y
un mal d�a ella y su marido desaparecieron y nunca mas supe de ellos. En alg�n
lugar de los USA o de este ancho mundo debo de tener un hijo ventea�ero fruto de
tanto vicio maravilloso.