Somos un matrimonio, con cuatro a�os de convivencia. Patri es
una mujer atractiva de 38 a�os, rubia con una melena lisa al hombro, unos ojos
claros que te penetran cuando te miran, mide 162 cm. y con un cuerpo de infarto
para mi, ya que tiene unas caderas importantes culminadas en un culo duro y
resping�n. Yo por mi parte soy m�s joven, tengo 35 a�os y por ello mi mente es
m�s abierta y morbosa, sin que ella se quede atr�s, claro. Mido 1.75 con una
complexi�n normal pero musculosa, moreno y ojos marrones.

Nos gusta viajar y perdernos durante unos d�as por la jungla
de asfalto de Madrid, y all� tambi�n damos rienda suelta a nuestro morbo.
Nuestra vida sexual, desde que nos conocimos hasta el d�a de hoy, es activa
donde no solemos pasar ni un solo d�a sin tener nuestras raciones de sexo, y no
somos rutinarios, ya que no hay metro de la casa que no conozca nuestros
escarceos amorosos. Somos una pareja que nos encanta tener sexo en lugares
p�blicos, por eso lo hemos hecho durante las vacaciones en la playa a pesar de
no ser nudista nos hemos ido a la parte mas lejana de las urbanizaciones y all�
nuestros cuerpos desnudos se han ba�ado con los rayos de sol que ca�an sobre la
arena. Nos hemos dejado ver entre las dunas de la playa jugueteando y
disfrutando sexualmente mientras los turistas paseaban por la playa. Pero la
historia que nos ocupa hoy es otra.

Durante un tiempo hab�amos hablado de la posibilidad de ir a
un pub liberal cuando fu�ramos a Madrid, para lo cual nos hab�amos informado por
Internet de los pubs liberales existentes. Y de todos ellos elegimos uno que nos
hab�a gustado por su p�gina Web en la que se explicaba como funcionaba y como
era. Llego el fin de semana y nos trasladamos a la capital, llegando al hotel
donde nos alojar�amos. Pedimos la llave de la habitaci�n, y el botones se
dispuso a acompa�arnos. Mientras sub�amos con �l en el ascensor nos llen�bamos
de caricias cautivas y besos apasionados ante la atenta mirada un poco inc�moda
del botones, el cual dirig�a constantemente la mirada al canalillo de mi mujer
que asomaba por el escote de la camisa que descaradamente hab�a dejado a medio
abrochar.

Entramos a la habitaci�n, pasamos detr�s del botones que nos
iba indicando donde estaban las cosas, el botones se hab�a despedido de
nosotros, y sal�a de la habitaci�n, en la cual nosotros sin dar tiempo a que
saliera, ya est�bamos abraz�ndonos y sac�ndonos la ropa, dando tiempo al botones
a ver a mi mujer en ropa interior. Cerr� la puerta y pude comprobar como esa
situaci�n hab�a mojado de excitaci�n y morbo a mi mujer, mientras que mi polla
estaba por reventar mi pantal�n vaquero. Acabamos echando un polvo de vicio.

Tras esto, nos dimos un ba�o disfrutando de los comentarios
posteriores a la experiencia. Nos arreglamos, ya que ten�amos intenci�n de salir
a comer y pasear por la zona comercial de Sol. Mi mujer se visti� con una
minifalda de cuero, botas a la rodilla, una medias negras de rejilla acabadas en
un encaje sobre el que se abrochaba el portaligas, tambi�n negro de encaje, una
camiseta negra de encaje transparentando la lencer�a sugestiva que llevaba
debajo. En cuanto bajamos y dejamos la llave de la habitaci�n, nos dimos cuenta
que no pasar�amos desapercibidos ya que el conserje del hotel hab�a desnudado y
devorado a mi mujer con la mirada. No era para menos.

Comimos en un restaurante cercano a la plaza mayor, en el que
mi mujer fue el centro de todas las miradas de los que all� se encontraban.
Mientras nos tom�bamos el aperitivo y esper�bamos a que nos sirvieran la comida,
le dije a mi mujer que pod�a ir al ba�o a sacarse el sujetador y mostrar as� los
encantos al mozo que nos servia la comida. No hab�a terminado de decirle eso,
cuando mi mujer se perdi� por la puerta de los ba�os del restaurante. Al ratito,
regres� esplendida, con una sonrisa picara y volviendo a ser el centro de todas
las miradas del restaurante. Tras esa camiseta de encaje negro, ahora se ve�a
claramente sus pechos de talla 95, erguidos y complet�ndolos unas aureolas de
las que destacaban unos pezones que amenazaban con perforar la tela.

Los resultados no tardaron en llegar. El mozo se acerco con
la comida, y su mirada se detuvo en los pechos de mi mujer que se trasluc�an
plet�ricos. Me fije en el mozo, que recorr�a con su mirada el cuerpo de mi mujer
y se volv�a a detener en las piernas enfundadas en el negro de las medias, eso
cre�a yo. Pero mi sorpresa fue may�scula cuando tras comer el primer plato, me
levanto de la mesa para ir al ba�o, y acerc�ndome a dar un beso a mi mujer, me
percato que tiene la minifalda subida dejando a la vista el final de las medias
y su pubis depilado sin la tanga. Mi mujer no solo se hab�a quitado en el ba�o
el sujetador sino que sorprendentemente tambi�n la tanga hab�a guardado en el
bolso. Eso me provoco una erecci�n de inmediato. Fui al ba�o, y al regresar a la
mesa el segundo plato ya estaba servido. Al sentarme, mi mujer me cont� como el
camarero hab�a tra�do la comida y tardo bastante para poder observar
detenidamente los encantos de mi mujer. Ella me cont� tambi�n que hab�a subido
aun m�s la falda para provocar al muchacho. Tras tomar el postre y el caf�,
pagamos y el camarero en muestra de agradecimiento por el espect�culo dado por
mi mujer nos ofreci� un licor y pidiendo que volvi�ramos cuando gust�ramos.
�C�mo para no pedirnos que volvi�ramos!

Tras la comida fuimos a pasear por las calles comerciales del
centro notando que las miradas de los transe�ntes masculinos recorr�an el cuerpo
de mi mujer. A media tarde regresamos al Hotel con el fin de relajarnos,
cambiarnos y salir a cenar para ir por primera vez a un pub liberal. No hab�amos
hablado de las ganas que ten�amos de ir al pub desde que llegamos a Madrid, pero
en el ambiente pod�amos notar nuestra excitaci�n de novatos por lo desconocido.
Mucho hab�amos le�do y hablado. Cuando entramos por la puerta del hotel, como
era de imaginar, al conserje se le sal�an los ojos de las orbitas mirando a mi
mujer, la cual segu�a dejando ver sus pechos tras el encaje de la camiseta.
Subimos a la habitaci�n, descansamos, nos ba�amos y nos vestimos para la
ocasi�n.

A las 12 de la noche, como si de una puntualidad inglesa se
tratara tomamos un taxi para ir al pub liberal. En quince minutos nos
presentamos en la puerta del local. No hab�amos ido nunca, pero en seguida lo
encontramos, pulsamos el timbre y al momento una joven muy atractiva nos
atendi�. Dijimos que era la primera vez, y tras las presentaciones nos hizo un
recorrido por todas las instalaciones explic�ndonos el funcionamiento del local.

Comenzamos el recorrido por una zona donde se encontraba una
barra y bastantes mesas donde ya se encontraban algunas parejas tomando algunas
copas, la verdad que las mujeres muy sensuales vestidas. La joven nos ense�o una
pista de baile que hab�a cercana a las mesas, una pista de baile peculiar ya que
se encontraba cerrada por cortinas. Nos dijo que se pod�a entrar a bailar y
tambi�n se pod�a expiar por entre las cortinas, miramos y hab�a dos parejas
bailando y toc�ndose mientras bailaban. Una de las mujeres ten�a la falda subida
dejando ver sus piernas y su culo que era tocado por el joven de la otra pareja.
Esa visi�n nos excit� tanto a mi mujer como a m�. Tras esto, la joven nos pas� a
una zona denominada nudista, en la cual hab�a un gran jacuzzi en el centro, y
rodeando a este hab�a mesas, una pista de baile oscuro y dos camas grandes una
frente a la otra. Nueva sorpresa excitante, una pareja se encontraba en pleno
fest�n sexual a la vista de todos, completamente desnudos. Otras parejas estaban
tomando sus copas en las butacas de esta zona. De ah� pasamos a una especie de
mazmorra, como la denominan que conten�a un aspa de madera donde poder atar a
alguien, una camilla, una especie de columpio de cuero colgado del techo, y un
asiento largo tras una reja. Nos consto la joven que ah� dentro entraban parejas
haci�ndolo dentro de las rejas y desde fuera algunos pod�an mirarlas o incluso
tocar si as� lo quer�an. Las reglas del local eran respetar y disfrutar
b�sicamente. Nadie esta obligado a hacer nada que no quieran hacer libremente.
Solo al respeto de la persona. En ese momento la mazmorra estaba vac�a, aunque
nos comento que luego se sol�a llenar como pudimos comprobar personalmente.
Tambi�n nos mostr� unas duchas hidromasajes y los servicios y las taquillas para
poder dejar la ropa y disponer de toallas y sandalias para el ba�o. Tras este
recorrido, nos acomodamos en una mesa de la zona nudista y ella misma nos trajo
dos copas para entrar en ambiente.

Para esta ocasi�n especial, tanto mi mujer como yo, buscamos
una ropa especial. Buscamos ropa de lo m�s sensual y sexy. Yo me puse un tanga
blanco, con un traje de color claro y una camisa de seda blanca. Patri, por su
parte se visti� con un conjunto blanco transparente de tanga y sujetador, medias
color carne a medio muslo con un portaligas blanco de encaje. Se visti� con una
blusa blanca la cual se trasparentaba dejando a la vista sus hermosos pechos
enfundados en el sujetador, y una minifalda color marr�n con volantes, muy
vaporosa y una torera a juego con la falda. Claro est�, que sus hermosas piernas
se completaban con unos zapatos color "camel" de tac�n alto que le estilizaba su
figura.

Al ratito de estar sentados, la joven nos trajo dos
gin-tonics y empezamos a acostumbrarnos a la penumbra existente en toda la zona
nudista. Patri y yo estuvimos hablando de lo excitante de ver como se tocaban
las parejas y el ver como follaba aquella pareja de la cama. Despu�s de perder
un poco el pudor, nos empez� a embargar la excitaci�n de conocer el local sin la
gu�a. Ya nos hab�amos percatado que las parejas ya empezaban a llegar, y que las
que estaban se levantaban de las mesas y daban vueltas por el recinto, entrando
a la pista de baile, a la mazmorra, etc.. As� que, nos decidimos a dar el primer
paso, fuimos a la pista de baile, estaba mas oscura y nos costo un poco
acostumbrar la vista, pero en seguida pudimos ver que hab�a dos parejas
bailando. Dentro del pub, hab�a parejas de todas las edades, la mayor�a de
mediana edad como nosotros. Y todos, creo, ten�amos un nexo de uni�n, el morbo y
la excitaci�n de mirar y ser visto. Est�bamos bailando, cuando mi mujer comenz�
acariciar mi polla por encima del pantal�n y yo a su vez le hab�a levantado la
falda, dejando su culo al aire, el cual magreaba y tocaba su co�ito por encima
del tanga. Est�bamos disfrutando de nuestras caricias, cuando poco a poco
sent�amos el morbo de exhibirnos, cuando una de las parejas que estaban dentro
se fue aproximando. Estaban muy cerca de nosotros cuando Patri me dijo al o�do
que alguien le estaba tocando el culo, algo que yo tambi�n me hab�a percatado
puesto que mi mano hab�a rozado otra que no era la m�a. Miramos al lado y el
chico de la pareja estaba acariciando a Patri. Su mano pasaba por entre el culo
de mi mujer, y llegaba a rozarle su co�ito por encima de la tanga. Yo acerque mi
mano, a las tetas de la mujer las cuales eran peque�itas, pero duras y
redonditas, ella tenia sus tetas fuera del sujetador y con la blusa abierta.
Para entonces, mi mujer ya tenia mi polla fuera del pantal�n y la masturbaba.
Estaba punto de reventar y explosionar. Pero decidimos salir de la pista y
regresar a la mesa a seguir con la bebida. All� sentados Patri, me cont� que el
chico le hab�a apartado su tanga acariciando los labios de su co�ito y el
cl�toris. E incluso se hab�a lanzado a introducir el dedo dentro de su co�o,
haciendo un mete y saca rapidito, haciendo que mi mujer llegar� al orgasmo. Esto
no solo lo sab�a porque mi mujer me lo hab�a contado, sino que en la pista me
percate de esa excitaci�n, y sus gemidos hab�an inundado la sala alertando a
todos los que est�bamos en esa recamara.

Estuvimos un rato tomando la copa, hablando y meti�ndonos
mano delante de las otras parejas que estaban en otros sillones. Se respira la
excitataci�n, el morbo y el sexo. Nos volvimos a recorrer las dependencias del
pub, hasta llegar a la mazmorra, en ese momento habr�a como 7 u 8 parejas. Dos
parejas estaban en el columpio. La imagen era como para levant�rsela a un
muerto. La pareja con la que hab�amos estado masturb�ndonos en la pista de baile
era la del columpio. La mujer estaba comi�ndole el co�o a otra mujer que se
encontraba tumbada en el columpio, y a su vez era penetrada con mucho ritmo por
un hombre y su pareja estaba mamando al hombre.

Otra pareja estaba follando dentro de la jaula, mientras un
hombre se masturbaba y tocaba a la mujer a trav�s de los barrotes.

Una mujer estaba atada en el aspa de la mazmorra totalmente
desnuda mientras su compa�ero y otra pareja le acariciaban, chupaban los pezones
y masturbaban. Y otras parejas estaban abrazadas, toc�ndose, masturb�ndose o
follando.

En ese espect�culo, nosotros entramos y nos posicionamos en
una esquina de la mazmorra. Mi mujer, se agacho, me bajo la cremallera del
pantal�n sacando mi pene erecto e introduci�ndoselo en su boca. Inici� una
mamada de antolog�a, mientras transcurr�a esto un hombre se agacho y empez� a
masturbar a mi mujer, la cual daba gemidos con mi polla en su boca. Cambiamos de
posici�n, y agachando a mi mujer la penetre desde atr�s, acariciando sus pechos
sacados fuera de su camisa. El hombre que la hab�a masturbado se acero a mi
mujer con su polla fuera del pantal�n. Ese hombre de mediana edad ten�a un
instrumento bastante grande (seg�n me confeso mi mujer, nunca hab�a visto una de
tal tama�o) y mi mujer se la introdujo en su boca, dando una soberana mamada. Yo
mientras estaba bombeando cada vez con mas fuerza y con mayor excitaci�n por lo
que estaba viendo y viviendo. Cuando el hombre empez� a eyacular en la cara de
mi mujer, yo no aguante mas corri�ndome dentro de ella. Tras componernos un
poco, salimos de esa mazmorra llena de cuerpos semidesnudos regresando a la mesa
donde ten�amos nuestra bebida. All� terminamos las copas, nos dimos un ba�o en
el jacuzzi, y dimos por terminada nuestra primera experiencia liberal.

En pr�ximos relatos comentaremos otras experiencias que hemos
tenido u otras que est�n por llegar. Nos gustar�a que nos hicierais llegar
vuestros comentarios.