Por desgracia les escribo una vez m�s para contarles lo
sucedido hace escasas semanas, con todos los detalles necesarios para el apiado
de unos y la excitaci�n de otros. Les recuerdo el chantaje a la que esta siendo
sometida mi amiga Rebeca y a mi obligaci�n de narrarles todo aquello a lo que
nos obliga su cruel, perverso y jovenc�simo sobrino.

La pasada tarde su marido tuvo que salir de viaje por culpa
del trabajo, es comercial y como tantas otras veces su sobrino que es un lince,
aprovecha los momentos en los que Rebeca est� menos protegida para hacer de las
suyas. Muchas veces la ha amenazado con contar toda la truculenta historia a los
dem�s y con desvelar aquellas fotos que posee con objeto de destrozar lo que m�s
ama, su matrimonio, a su marido. S�lo le da un respiro si acepta todas las
salvajadas que le propone y por supuesto si siempre que llaman a la puerta les
abre con la delicadeza y privacidad de la que s�lo su marido deber�a ostentar.
Aquella vez le visit� el sobrino y un amigo m�s, y le susurraron que ten�an una
agradable sorpresa para ella, mientras tanto uno de los chicos sac� una braga
militar negra de uno de los bolsillos de su cazadora y se la enfund� a Rebeca a
la altura de los ojos, quit�ndole toda la visi�n posible y estando a partir de
ese momento a expensas de ser guiada por los ni�os.

Al poco rato se abri� de nuevo la puerta de su casa y escuch�
como entraban 2 o 3 personas m�s. Mi amiga por aquel entonces ya estaba
atemorizada, adem�s una extra�a sensaci�n le invadi� por completo. Los �ltimos
que hab�an llegado se dirigieron al servicio y despu�s llevaron a Rebeca hasta
all�. Un apestoso olor a mierda invadi� el ba�o. Uno de los chicos empez� a
despojar a Rebeca de su ropa, mientras el resto la miraban con ojos lascivos,
ojos de chavales de corta edad que apenas daban cr�dito al ver una chica tan
guapa como ella, y con unos pechos tan maravillosamente grandes. Sin embargo, no
se abalanzaron hacia ella como otras veces, parece que guardaban su gran tesoro
esta vez para otra persona. El joven que le hab�a quitado la ropa le agarr� de
su pelo casta�o y ba�ado por mechas rubias, para guiarla hacia dentro de la
ba�era que estaba con un palmo de agua caliente. Al entrar, pronto roz� con
algo, alguien m�s bien. El hedor que transmit�a dicho sujeto le hizo deducir que
no pod�a ser ninguno de los amigos de su sobrino, pues no destacaban por su
"limpieza", pero tampoco eran tan sumamente guarros.

Dentro de la ba�era le ordenaron ser agradable con la persona
que estaba ah� y para ello le obligaron tocarle los atributos para ponerlo
"cachondo" y para desgracia nuestra surgi� efecto. Pronto unas manos fuertes le
sujetaron de la cabeza y la dirigieron con fuerza hacia la polla del visitante.
Rebeca atemorizada abri� la boca y comenz� a practicarle una buena mamada, hasta
que una mezcla de sudor seco, orina y restos de semen fueron a parar a sus
labios, lengua y est�mago, pues el hombre se corri� de inmediato en ella. Debido
al asco producido, no contuvo las arcadas mientras uno de los muchachos le daba
un nuevo estir�n de pelo como signo de desaprobaci�n. Rebeca ya sab�a que era un
hombre realmente sucio y poco higi�nico, pero adem�s comprob� que hac�a mucho
tiempo que no hab�a estado con una chica.

Al parecer el hombre se recuper� con gran rapidez y uno de
los cr�os se dio cuenta y exigi� a mi amiga ponerse a horcajadas encima de aquel
asqueroso personaje que disfrutaba "por la cara" del tierno cuerpo de ella. El
miembro era de tama�o medio pero muy ancho de di�metro, por lo que Rebeca sinti�
dolor al entrar en su interior. Con voz tosca aquel hombre empez� a gemir
mientras su rocosa verga romp�a a mi amiga, a la vez que con sus manos recorr�a
cada cent�metro de la piel, par�ndose una y otra vez en sus voluptuosos senos.
Rebeca estaba sometida por el dolor y por la sensaci�n de suciedad de aquel
asqueroso obseso que la penetraba repetidas veces, mientras ella, sin m�s
remedio, saltaba a horcajadas encajando como pod�a aquella follada.

Despu�s de un incansable rato, de nuevo la carrasposa voz del
sujeto hizo presencia para avisar a los muchachos que se iba a correr, lo que
hizo "saltar como un resorte" al sobrino de Rebeca que apart� al tipo sin tiempo
a dejarle eyacular. El sobrino se excus� y le comento: - "Perdona, pero no te lo
hagas a�n. Ya te dije que de esta casa no sale nadie sin darle por el culo a mi
t�a".

Esas crueles palabras sentaron como una pesada losa a mi
amiga, que fue de inmediato levantada del hombre para ser ayudada por su sobrino
y uno de los amigos a ponerse a cuatro patas como un perro. Aquel violador que
disfrutaba de Rebeca se moj� el pene en el agua sucia de la ba�era y lo dirigi�
hacia el ano. Mi amiga ya ha sufrido varias penetraciones anales pero nadie se
acostumbra nunca a eso, por lo que cerr� los dientes y esper� la enculada.

El hombre empuj� con fuerza hacia su interior y a pesar de la
nula resistencia de ella, la introducci�n de la polla en el culo se hizo eterna
y extremadamente dolorosa. Ese hombre por supuesto empez� a bombear y a llevar
el ritmo que era demasiado r�pido para mi amiga, adem�s debido a la fuerza de
las penetraciones, aquella verga se introduc�a cada vez m�s en ella, hasta que
lleg� un momento donde eran sus propios test�culos los que hac�an tope
choc�ndose una y otra vez en la vagina de mi amiga. En plena sodomizaci�n le fue
quitada la venda por uno de los chicos y echando la vista atr�s, contempl� ante
su incredulidad el viejo y sucio rostro de un mendigo. Un mendigo de unos 55
a�os, pelo grasiento, algo gordo y bajo de estatura.

Rebeca con un nudo en el est�mago agach� la cabeza y sigui�
soportando las envestidas en su dolorido recto, hasta que por fin el mendigo se
debi� de correr dentro de ella, tras apagar sus movimientos y sacar su pene,
dejando atr�s un agujero enorme en el sensible trasero de ella. La mayor�a de
los muchachos se hab�an estado masturbando al empezar la enculada y se acercaron
al rostro de Rebeca para terminar y mojarla de su pringoso liquido por todo el
cuerpo.

Despu�s Rebeca fue sacada de la ba�era y obligada a ba�ar al
mendigo como hace con su hijo de 7 a�os, utilizando la misma esponja y
haci�ndole caricias similares que eran exigidas por su sobrino, pues hab�a visto
esa imagen varias veces en reuniones familiares.

Tras acabar el ba�o, a los ni�os se les ocurri� salir todos a
pasear. A Rebeca no le hab�an dejado ducharse y tuvo que ponerse la ropa encima
de todas las corridas. Ya en la calle, los chicos se quedaron atr�s para dar
mejor las instrucciones a Rebeca. Ella tuvo que ir de la mano del mendigo
durante un buen rato, a la vista de toda la ciudad que los observaban como si
fueran una pareja m�s y ante el temor de que fuese pillada por cualquier
familiar de ella, de su marido o de alg�n amigo. El paseo era interrumpido muy a
menudo por orden de los chiquillos, que quer�an ver besos de tornillo ante la
decepci�n de mi amiga.

Al llegar a una parada de autob�s esperaron, mientras "la
pareja" ten�a que besarse apasionadamente ante la gente que aguardaba all�. Una
vez que lleg� el b�s subieron todos, mendigo, amigos, sobrino y por �ltimo
Rebeca, que adem�s tuvo que hacerse cargo de la suma final del billete y se
dirigieron a la posada del viejo mendigo. Al llegar a una de las peores zonas de
la ciudad, bajaron y enfilaron calle abajo hasta llegar a una isleta de
chabolas. All� y delante de los diferentes transe�ntes, el mendigo se dio "el
lote", humillando a Rebeca delante de todos, toc�ndole el culo con sus manazas y
estruj�ndole los senos mientras que con una pierna intentaba zancadillear a mi
amiga para que se pusiese en cuclillas. Tras conseguirlo se sac� el rabo de su
viejo, sucio y mugriento pantal�n y de nuevo Rebeca tuvo que hacerle una
felaci�n... pero esta vez delante de todos los mendigos y andantes que pasaban
por all� y que se arremolinaban ante el espect�culo. Los chicos disfrutaron como
locos de la escena, casi tanto como el mendigo que ve�a como su polla se perd�a
en la dulce boca de Rebeca. Tanto excit� al mendigo la imagen que observaba que
no se contuvo y se corri� de nuevo en la boca, mientras ella intentaba apartarse
del chorro de semen, que al final termin� por regarle casi toda la cara.

Ya de noche y tras la mamada, los ni�os se despidieron de su
nuevo "amigo", prometi�ndole que lo vivido ese d�a se volver�a a repetir. Una
vez alejados del lugar, confesaron a mi amiga que la fechor�a no hab�a sido
"s�lo" esa, pues le ense�aron una c�mara de video digital que hab�a escondido
todo el rato el chaval que menos hab�a intervenido en las vejaciones. Rebeca no
pudo contener algunas l�grimas que se fundieron con los restos de semen del
viejo mendigo.

... Continuar� ...