Relato: Los cuatro mosqueteros (10: El regreso)





Relato: Los cuatro mosqueteros (10: El regreso)

Una mano me sacud�a por un hombro, oblig�ndome a salir del
profundo sue�o en que me hallaba sumido. Poco a poco fui abriendo los ojos y
tomando conciencia del lugar y la situaci�n: Asun y yo est�bamos abrazados en
una de las estrechas camas gemelas. Y era la mano de Any, mi compa�era, la que
hab�a sido causa de mi despertar, mientras el marido de Asun nos miraba desde el
quicio de la puerta. Tanto Toni como Any estaban ya vestidos, en una repetici�n
con distintos personajes de la situaci�n del d�a anterior.


- �Venga, dormilones!. Hoy somos nosotros los que hemos ido a
por el desayuno. �Levantaos, que hay que hacer las maletas, y ya son m�s de las
10!.


Me incorpor�, y disfrut� del largo beso de buenos d�as de
Any. Luego, ella y Toni se fueron a preparar el equipaje de los cuatro, mientras
Asun y yo, desnudos en la cocina, d�bamos cuenta del caf� y los bollos.


A pesar de nuestra intenci�n de emprender la marcha temprano,
Toni tard� mucho en limpiar y secar el motor fuera borda, y prepararlo todo en
el remolque, con lo que hasta la 1 p.m. no estuvimos dispuestos para salir. De
modo que nuestra comida tuvo que consistir, por no gastar m�s tiempo, en unos
bocadillos y refrescos comprados en la primera �rea de servicio del trayecto.


Any, de nuevo a mi lado en los asientos traseros, me bes� en
los labios, y se acurruc� contra m�. Unos instantes despu�s, se hab�a quedado
dormida.



El viaje se complic�. Hubimos de cambiar una de las ruedas
del remolque a causa de un pinchazo, y despu�s gastamos otra preciosa hora en
repararla en una estaci�n de servicio. Y, tal y como hab�a predicho Toni, la
retenci�n debida al peaje de la autopista, cerca ya de nuestro destino, se
extend�a a lo largo de 30 kil�metros, seg�n una emisora que llevaba sintonizada.


Pero, una vez franqueado el obst�culo, el tr�fico no mejor�.
Dos veh�culos hab�an colisionado m�s adelante -de nuevo, seg�n la radio-, con lo
que llegamos a estar parados casi una hora, y luego, el inmenso atasco se
disolvi� muy lentamente.


Finalmente, eran casi las 11 de la noche cuando Asun, -que
hab�a relevado varias veces a Toni durante el trayecto-, detuvo el 4x4 a la
puerta de su casa.


Tuvieron lugar las despedidas de rigor. Pero ahora, los besos
entre personas de distinto sexo eran en la boca. Any se entretuvo charlando con
Asun, mientras yo pasaba las bolsas al maletero de nuestro auto. Luego se volvi�
a m�:


- Voy a subir un momento a su casa. Necesito entrar al aseo,
que a nosotros nos queda a�n casi otra hora de viaje.


Una vez en casa de Toni, mientras ellas entraban juntas al
ba�o, los hombres nos sentamos en el sal�n con una cerveza muy fr�a. Las chicas
tardaron a�n unos minutos. Asun se hab�a cambiado de ropa, y ahora vest�a una
camiseta blanca amplia, que llegaba poco m�s abajo de las ingles.


(Es curioso como funcionan estas cosas. Durante los �ltimos
d�as hab�a visto de continuo el cuerpo desnudo de Asun, y hab�a hecho el amor
con ella la noche anterior. Ahora estaba m�s o menos vestida, pero la visi�n de
sus largas piernas oscuras me excit�).


- Le estaba diciendo a Any -Asun se dirig�a a m�- que por qu�
no com�is algo antes de iros, que a�n no hemos cenado ninguno.


- Es que ma�ana es lunes� -protest� d�bilmente-.


En realidad, me apetec�a mucho quedarme.


- Si te acuerdas, yo he pedido un d�a libre a cuenta de los
que me deben, y t� no tienes mayor problema en llamar y decir que no puedes ir,
as� que podemos cenar, aunque acabemos tarde -decidi� Any-.


- Si es as�, �por qu� no os qued�is a dormir, y ma�ana
tranquilamente os vais a vuestra casa? -ofreci� Asun-.


Sent� una punzada de anticipaci�n en el bajo vientre. �Acaso
Toni y Asun preten-d�an?... Y la idea no me pareci� desagradable en absoluto.


- �Hecho! -exclam� Toni, ante mi silencioso asentimiento-.


- �Por qu� no subes las bolsas del coche? -me pidi� Any-.


Minutos despu�s, Any y yo est�bamos cambi�ndonos en la
habitaci�n de invitados. Any se desnud� completamente, y luego desliz� un
vestido de verano muy liviano por su cabeza, sin ponerse nada m�s. No solo fue
la visi�n de su cuerpo desnudo, sino las implicaciones de que no se pusiera ropa
interior, las que me provocaron una nueva erecci�n.


- �No se te olvida algo?. Las braguitas, por ejemplo.


- No me digas que a estas alturas te da reparo que ense�e�
Mira, lo hago simplemente porque llevo tres d�as desnuda casi todo el tiempo, y
me he acostumbrado a no llevar algo ce�ido. Pero si tienes celos�


- No, me excita much�simo que est�s desnuda bajo la ropa, ya
lo sabes.


- �Pues vamos, que es para hoy! -me urgi�-. Qu�tate eso, y
ponte uno de tus pantaloncitos de ba�o.


Encontramos a Toni y Asun en la cocina, preparando una
ensalada. Toni, como yo, llevaba el torso desnudo, y un ba�ador por toda ropa.
Los cuatro est�bamos descalzos. Sentados en la misma cocina, dimos cuenta de la
cena.


Despu�s nos dirigimos al sal�n. Asun se inclin� para arreglar
unos cojines, y pude advertir que ella tampoco se hab�a puesto ropa interior.
Luego se sent�, estirando del borde de la camiseta para cubrirse. Pero bastaba
el menor movimiento para que me obsequiara con una nueva visi�n de su pubis
entre los muslos juntos. Any se hab�a sentado m�s recatadamente, tapando con
cuidado sus piernas con la falda, al menos hasta donde esta llegaba.


Despu�s de tironear vanamente de los bajos de la camiseta,
Asun se encogi� de hombros:


- Me ponga como me ponga, no tengo modo de cubrirme, as� que
te voy a dar una raci�n de vista, querido. Adem�s, no voy a ense�ar nada que no
hayas visto ya hasta hartarte.


Y se subi� la camiseta hasta la cintura, mostr�ndome
despreocupadamente el sexo entre sus piernas entreabiertas.


Charlamos durante un rato sobre las an�cdotas de los d�as
pasados. No era diferente de otras ocasiones, en las que los cuatro hab�amos
hablado de lo divino y lo humano ante unas copas.


Pero, si, si era distinto. Trataba de apartar la vista del
co�ito de Asun, pero era m�s fuerte que yo, y no pod�a quitar los ojos de �l,
con una erecci�n que iba cada vez en aumento. Pens� que Toni no ten�a un regalo
igual para la vista, porque Any segu�a con las piernas juntas, decorosamente
tapadas. Me pregunt� si me importaba que mi pareja correspondiera al espect�culo
que estaba ofreciendo Asun, y advert� con cierta sorpresa que probablemente me
habr�a molestado si fuera otro el que estaba sentado ante nosotros, pero no con
Toni.


De modo que puse una mano en sus rodillas, como una caricia
casual, y luego la deslic� hacia el interior de sus muslos, subi�ndole la amplia
falda hasta la ingle. Any me mir�, extra�ada, pero seguramente comprendiendo mi
intenci�n, entreabri� las piernas, mostrando sin duda su vulva a las miradas del
otro hombre. Una mirada r�pida, me confirm� que en la entrepierna de �l hab�a
otro bulto como el m�o.


La mano de Toni fue entonces al escote de su mujer, y comenz�
a acariciar uno de sus pechos bajo la tela. Con el movimiento, la prenda se
desliz�, dejando al aire un hombro y el seno que la mano de Toni parec�a estar
amasando.


- Se me ocurre� �os apetece ba�aros? -el ofrecimiento era de
Asun-.


- El agua de vuestra piscina debe estar fr�a -objet�-.


- No se refiere a la piscina, que no s� si record�is que
cierra a las 7 -aclar� Toni-. Tenemos un jacuzzi en el que, aunque un poco
estrechos, podemos caber los cuatro.


Se levant�, sin esperar nuestra aprobaci�n.


- Perdonadme, voy a preparar el agua�


Ahora ya no me qued� ninguna duda de que las chicas hab�an
tramado aquello a nuestras espaldas, pero no me sent� molesto, sino que, por el
contrario, la idea de disfrutar del sexo los cuatro juntos me resultaba de lo
m�s estimulante. Expres� mis pensamientos en voz alta:


- Os hab�is puesto de acuerdo, �verdad, brujas?.


- Oye, si no quieres, nos vamos y ya est� -replic� Any-.


Pero su sonrisa p�cara era la mejor prueba de que yo hab�a
acertado, y de que a ella le agradaba tambi�n la idea. Y de que no ten�a la
menor intenci�n de marcharse.


El otro hombre apareci� en ese momento en el dintel de la
puerta. Se hab�a quitado el ba�ador, y su pene apuntaba hacia delante,
completamente erecto.


- �No pensar�is ba�aros vestidos? -pregunt�-.


Con absoluta tranquilidad, se dirigi� hacia Any, pasando ante
m�. La tom� de una mano, tirando de ella para que se pusiera en pie.


- �Te importa, Alex? -me pregunt�-.


Pero no esper� la respuesta. Tom� los bajos del vestido de
Any, subi�ndoselo hasta la cintura. Any elev� los brazos sobre la cabeza, para
facilitar el siguiente movimiento. Y el hombre acab� de desnudarla. Luego, se
dirigi� con ella a�n tomada de la mano hacia fuera del sal�n.


La insinuaci�n era clara. Asun me miraba expectante, sentada
frente a m�. Me quit� tambi�n el ba�ador, del que surgi� mi verga completamente
horizontal. Despu�s me inclin� sobre la chica, y la despoj� igualmente de la
�nica prenda que la cubr�a. Luego, pas� las dos manos en torno a su cintura, y
tir� de ella hasta que su cuerpo desnudo qued� pegado al m�o. Ahora fue ella la
que pas� un brazo en torno a mis caderas, y me condujo hacia la puerta.



En el inmenso cuarto de ba�o, Toni y Any estaban sentados en
el fondo de una enorme ba�era redonda, en la que burbujeaba el agua tibia y
ligeramente perfumada, con sendas copas de cava helado en la mano. En un
taburete, la botella introducida en un cubo con hielo, y a su lado dos copas
esperaban por nosotros.


Mientras Asun se introduc�a tambi�n en la ba�era, yo escanci�
el cava, le entregu� una copa, y me sent� entre las dos mujeres, frente a Toni.
No sobraba el espacio, pero manteni�ndome con las rodillas flexionadas, como
todos los dem�s, la ba�era era suficiente para alojarnos a los cuatro, tal y
como hab�an anunciado.


Durante unos segundos, bebimos en silencio. Nadie parec�a
querer tomar la iniciativa, de modo que me decid� a hacerlo. Dej� la copa en el
borde, y mis manos fueron a parar cada una a un pecho de una de las chicas,
acarici�ndolos con la palma, hasta que not� que los dos pezones empezaban a
elevarse.


Mir� a Toni. Este estaba haciendo exactamente lo mismo. Ten�a
una de sus manos en el blanco seno libre de Any, y la otra en el pecho oscuro de
Asun. Yo sab�a que Any ten�a los pezones muy sensibles, y sus ojos cerrados con
la cabeza echada hacia atr�s, eran la mejor prueba de que estaba disfrutando las
caricias. Prob� a inclinarme sobre Any, y atrap� entre los labios el pez�n
erecto que quedaba m�s cerca de mi boca, sin que mi mano perdiera el contacto
con el peque�o seno color cacao de Asun.


Toni no tard� nada en imitarme, tomando el otro pecho de Any
en su boca. Mi pareja comenz� a suspirar muy quedo, y pude observar que la mano
que ten�a m�s alejada agarraba el pene de Toni.


Sent� en mi espalda el contacto de los pechitos de Asun,
ahora arrodillada detr�s de m�. Pas� los brazos en torno a mi cintura,
acarici�ndome el vientre unos instantes, y luego una de sus manos descendi�
hasta encontrar mi verga inflamada.


Toni ten�a ahora la otra mano libre, y no tard� en ocuparla
en acariciar arriba y abajo la vulva de Any. Los suspiros de la chica se
convirtieron en gemidos, en tono cada vez m�s alto.


A pesar de las burbujas, de vez en vez pod�a ver fugazmente
los dedos de Toni entrando y saliendo de la vagina de mi pareja. La oscilaci�n
de sus caderas me indic� que estaba pr�xima al orgasmo, y comenc� a morder
ligeramente el pez�n que ten�a en la boca.


Y, finalmente, explot�. Sus caderas se agitaron, y de su
garganta brotaron intensos gemidos de placer. Y despu�s se desmadej� en el agua
tibia, y abri� los ojos, dirigi�ndonos una mirada chispeante a los dos hombres:


- �Sab�is?. Siempre he tenido la fantas�a de ser "atendida" a
la vez por dos varones�


Yo conoc�a sus gustos y sus reparos, y entend� perfectamente.
Asun, no.


- �Quieres decir que uno te folle por delante y otro por
detr�s al mismo tiempo?.


- No, no, -protest� Any-. No hemos probado nunca el sexo
anal, y no me agrada la idea�


Advert� que Asun estaba "desatendida", como hab�a dicho la
otra chica:


- �T� tienes tambi�n esa fantas�a?.


- Mmmmm, en este momento, s�.


Me puse en pie, y me deslic� tras ella, sent�ndola sobre mis
muslos. En esa postura, no alcanzaba sus pechos con la boca, pero mi mano se
introdujo entre sus piernas, tentando su vulva entreabierta. Toni se arrodill�
delante, y lami� alternativamente sus senos, tironeando con los labios sus
pezones erectos. Dos de mis dedos invadieron su vagina, entrando y saliendo de
ella, mientras que la palma de mi mano masajeaba el resto de su sexo.


Sorprendido, advert� que Any se estaba masturbando, sola en
un extremo de la ba�era. Solo lo hab�a hecho antes un par de veces, en la
intimidad de nuestro dormitorio.


- Eso se comparte, cari�o. �Por qu� no te sientas en el
borde, para que todos podamos verlo? -la invit�-.


Any no se lo pens� dos veces. Sali� del agua, y adopt� la
postura que yo le hab�a sugerido, a un costado del tr�o que form�bamos los dos
varones con Asun. Con gesto l�brico, se abri� mucho de piernas, y separ� sus
labios mayores con las palmas de las dos manos, mostr�ndonos hasta el �ltimo
resquicio de su vulva, con la entrada de la vagina ligeramente dilatada por
efecto de los dedos de Toni.


Luego, introdujo tres de sus dedos, y reinici� su sensual
masturbaci�n. La mano libre comenz� a amasar sus pechos, y nuevamente sus
suspiros fueron subiendo de tono, indicando la proximidad de otro cl�max.


Sentada de espaldas a m�, Asun se contorsionaba
espasm�dicamente. La breve conversaci�n sobre el sexo anal me hab�a recordado
algo, as� que acarici� con el dedo �ndice de la otra mano la entrada de su ano,
y trat� de introduc�rselo levemente. Finalmente, consegu� meter en su interior
como tres cent�metros, y lo mov� circularmente, muy despacio, sin cesar ni por
un momento en el mete y saca de los dedos de la otra mano en su vagina. Las
caderas de la chica comenzaron a oscilar adelante y atr�s, cada vez m�s r�pido.
Se aferr� a mis muslos, y chill� convulsivamente. Su orgasmo dur� muchos
segundos. En un momento parec�a relajarse, pero luego reiniciaba las
contracciones de sus caderas, y gem�a nuevamente, en otra oleada de placer,
hasta que finalmente, se abandon� entre mis brazos.


Any estaba en ese momento a su vez a punto de venirse de
nuevo. Con los ojos desencajados y la boca entreabierta, gem�a r�tmicamente.
Toni abandon� los pechos de su mujer, y se volvi�, arrodill�ndose ante Any. Le
apart� las dos manos, que segu�an estrujando su vulva, y la penetr� sin
esfuerzo. Ella se aferr� a su espalda, y rode� con las piernas la cintura del
hombre, apret�ndose contra �l. Y su orgasmo volvi�, en grandes contracciones que
elevaban sus gemidos en tono muy agudo, mientras apretaba con brazos y piernas
el cuerpo de Toni. Este aceler� sus movimientos, y suspir� ruidosamente,
mientras se ven�a en el interior de Any. Luego volvieron a introducirse en la
ba�era, acarici�ndose.


Yo tambi�n estaba al mismo l�mite, necesitando imperiosamente
descargar la tensi�n de mis genitales, mantenida durante demasiado tiempo. Me
sent� en el borde de la ba�era, de frente a los otros dos, y atraje a Asun
contra mi cuerpo. Ella colabor�, sent�ndose sobre mi pene, que se enterr�
profundamente en su vagina. Asun comenz� a elevar y bajar su trasero redondito
sobre m�, extrayendo mi pene para despu�s volver a introduc�rselo. De vez en
cuando, oscilaba las caderas circularmente, en los momentos en que mi verga se
encontraba totalmente dentro de ella. No resist� mucho. Mi eyaculaci�n brot� en
su inte-rior, produci�ndome un placer intens�simo.


Asun debi� notar el final de mi venida, se levant�, y luego
adopt� la misma postura de Any, sentada en el borde con las piernas abiertas, e
igualmente separ� con ambas manos sus abultados labios mayores sin sombra de
vello. Antes de que comenzara a descender mi erecci�n, me apresur� a insertar de
nuevo mi pene en su interior, de rodillas ante ella, reproduciendo el coito de
Toni y Any. Y Asun no tard� tampoco mucho esta vez en correrse, llenando mi
cuello de peque�os mordiscos, en el ansia de sus profundas contracciones.


Cada chica se arrim� entonces a su pareja, y menudearon los
besos y las caricias. Acabamos la botella, y Toni, chorreando, sali� de la
ba�era para dirigirse al frigor�fico, de donde volvi� con otra.


Est�bamos en la primera copa, cuando Asun rompi� el silencio
satisfecho de los cuatro:


- Yo tambi�n tengo una fantas�a, como Any. Ver�is, siempre he
so�ado con estar tendida boca arriba, y que varios hombres me� lo hagan por
turno. Me encantar�a que la cumplierais vosotros dos, �s�?.


Y nos mir� con los ojos brillantes.


- Vas a tener que esperar un ratito, hermosa -intervino Toni,
se�alando su propio pene-. Este no est� a�n por la labor�


- Seguro que Any y yo encontramos el modo de poneros de nuevo
en forma�


Instantes despu�s, tras secarnos someramente, est�bamos los
cuatro de nuevo en el sal�n. Toni y yo, sentados en un sof�, nos somet�amos de
buen grado al "tratamiento" de las chicas, arrodilladas ante nosotros. En
algunos momentos, dos bocas y cuatro manos se dedicaban en exclusiva a mi pene,
o al de Toni. Otras veces, cada uno ten�a la boca de una chica subiendo y
bajando por el tronco, no siempre la misma, porque se alternaban, y en ocasiones
era el rostro oscuro de Asun el que ten�a los labios sobre mi verga, mientras
Any hac�a lo mismo con la de Toni, y luego cambiaban sus lugares, dedic�ndose
Any a m�, al mismo tiempo que Asun se introduc�a en la boca la herramienta de su
marido.


Y unos minutos despu�s, el "tratamiento" hab�a surtido
efecto. Los dos varones mostr�bamos una clara erecci�n, y est�bamos dispuestos a
complacer a Asun. Pero, tras un cuchicheo, fueron las dos las que se tendieron
boca arriba sobre la amplia mesa redonda del comedor, previamente despejada,
costado con costado.


Any es la que estaba m�s cerca de m�, y fue ella la que
recibi� en su interior mi dureza readquirida, mientras Toni hac�a lo propio con
su mujer. Segundos despu�s, hice una se�a a Toni, e intercambiamos las
posiciones, poni�ndose �l entre los muslos de Any, mientras yo hac�a lo propio
con Asun.


Fue Any la primera en alcanzar un nuevo orgasmo, en un
momento en el que era yo qui�n la embest�a, cada vez m�s excitado. Los pechos de
Asun estaban al alcance de mi mano, y llevaba ya unos momentos acarici�ndolos.
Toni, seguramente ignorante de que la saciada Any se desperezaba sensualmente
sobre la mesa, hizo intenci�n de cambiar de pareja, pero Asun no se lo permiti�.
Abriendo y cerrando espasm�dicamente las piernas, se corri� de nuevo
ruidosamente.



Momentos despu�s, o�mos la voz de Asun en tono bajo,
dirigi�ndose a su pareja:


- �Te has corrido t�, cari�o?.


Este le confirm� que no. Entonces la chica elev� el torso,
mir�ndome.


- �Y t�, cielo?.


Yo tampoco lo hab�a hecho.


Asun se baj� de la mesa, y entr� en el dormitorio, ante la
extra�eza de nosotros tres. Volvi� con las manos a la espalda, poni�ndose ante
Any.


- Si conf�as en m�, vas a conocer el mayor placer que hayas
sentido en tu vida, pero no haremos nada que t� no quieras. Aband�nate, que te
prometo que no te arrepentir�s.


Any asinti�. Entonces, Asun tir� de su mano para bajarla de
la mesa. Condujo a la otra chica a uno de los sof�s, le habl� al o�do, y le
vend� los ojos. Luego la gui� hasta que Any qued� arrodillada, con los pechos
apoyados en el respaldo, y ano y vulva expuestos entre sus muslos entreabiertos.
Luego, nos mostr� los otros objetos que hab�a ocultado hasta entonces: un
estrecho consolador, apenas poco m�s grueso que mi dedo, y un peque�o tarro de
vaselina.


Entreg� el consolador a Toni, que comenz� a calentarlo con la
boca. Luego, se embadurn� el dedo de vaselina, y lo puso sobre el estrecho
orificio posterior de Any, que se estremeci� con el contacto.


- Por favor, no me hag�is da�o� -gim��-.


Pero no se retir�, tal y como yo preve�a. El dedo de Toni
relev� al de su mujer en sus caricias circulares sobre el ano de mi pareja. Tras
unos segundos, se subi� el tambi�n sobre el sill�n, y la penetr�, dej�ndole su
pene profundamente alojado en la vagina, pero sin moverse. Luego, puso la punta
del juguete en el otro orificio, y oprimi� ligeramente. Muy poco a poco, lo fue
deslizando en su interior.


Any sollozaba con los ojos muy abiertos.


- �Te estoy haciendo da�o, cari�o? -pregunt� Toni a su
espalda-.


- Por favor sigue, Toni, no te detengas -gimi� Any-. Ten�ais
raz�n. No duele, sino que me est� causando un placer enorme�


Sent� entonces una mano y la boca de Asun sobre mi pene.
Pendiente como estaba de la escena que se desarrollaba ante mis ojos, no hab�a
advertido que la chica se hab�a acuclillado ante m�. A�n concentrado en las
sensaciones que me estaba produciendo la boca que lam�a golosamente mi falo,
centr� de nuevo mi atenci�n en los otros dos.


M�s de la mitad del consolador hab�a quedado alojado en el
recto de Any, que temblaba como si tuviera fiebre. Toni comenz� a moverse
entonces adelante y atr�s, al mismo tiempo que su mano extra�a y volv�a a
introducir el consolador en el otro orificio. Y Any alternaba los sollozos con
gemidos de placer, mientras se acariciaba r�pidamente el cl�toris con una mano.


Asun se levant�, cesando en sus caricias sobre mi pene. Mi
decepci�n inicial se troc� en otra cosa, cuando advert� que adoptaba la misma
posici�n que Any, en el segundo de los sof�s. Me acerqu� a ella. Sobre la mesa
de centro, en una bandejita, hab�a otro consolador, y un segundo tarrito de
vaselina.


Volvi� la cabeza, sonri�ndome:


- Conmigo puedes utilizar los dos juguetes, el de carne y el
otro, por cualquiera de los agujeritos�


Tom� una porci�n de vaselina, y la extend� por la circular
rugosidad, que se estremeci�, contray�ndose con el contacto, para luego
relajarse de nuevo. Sin ninguna dificultad, como antes, una peque�a porci�n de
mi dedo qued� aprisionada por su esf�nter.


Calent� en mi boca el peque�o pene met�lico, impregn�ndolo de
saliva. Luego, lo introduje poco a poco en la estrecha entrada, extray�ndolo de
vez en cuando, para volver a presionar luego un poco m�s, hasta que finalmente
la casi totalidad del instrumento desapareci� en su interior.


Se escuchaba un zumbido en tono bajo a mi espalda, y los
chillidos descontrolados de Any, que deb�a estar experimentando un orgasmo
intens�simo, pero yo apenas prestaba atenci�n a lo que suced�a en el otro sof�.


Como Toni, la penetr� por la vagina, loco de deseo, pero sin
olvidar mover dentro y fuera el peque�o cilindro, al mismo tiempo que lo hac�a
mi pene en su dilatada abertura, y mi otra mano pellizcaba su cl�toris
asombrosamente inflamado. Las caderas de Asun comenzaron a impulsar su pelvis
adelante y atr�s al ritmo de mis embestidas, y entonces, la eyaculaci�n me
sorprendi� a m� mismo. Era tal mi excitaci�n, que no hab�a sido consciente de
que estaba a punto de venirme, hasta que brotaron los chorros calientes de mi
semen en el interior del cuerpo de la chica.


Uno de mis dedos encontr� el peque�o interruptor, y el
juguete comenz� a vibrar en mi mano. Ahora era Asun la que intercalaba los
sollozos con agudos gemidos, oscilando convulsivamente las nalgas.


Y finalmente, lleg� su orgasmo. Estremeci�ndose de pies a
cabeza, grit� sin control, ara��ndome la mano que ten�a entre sus piernas.


Apagu� el juguete, y extraje pene y consolador del interior
de su cuerpo. Asun se derrib�, m�s que tumbarse, boca arriba en el sof�. Y yo me
tend� sobre ella, soportando el peso de mi tronco sobre uno de mis codos, para
no aplastarla.


Me tom� con sus dos manos por las mejillas, y me bes�
ansiosamente. Luego, arrim� su mejilla a la m�a, y me mordi� ligeramente una
oreja:


- Cuando te sientas preparado, ser�s t� el que conozca el
placer de tener el consolador insertado mientras copulamos�


Mi vista se dirigi� entonces al otro sof�. Tendida de costado
junto al cuerpo de Toni, una satisfecha y sonriente Any ara�aba suavemente las
tetillas del hombre.




Any y yo hemos tenido sexo, y muy ardiente por cierto, todas
las noches desde aquel d�a.


Hemos analizado desde todos los �ngulos nuestra reci�n
iniciada relaci�n con Asun y Toni, y hemos concluido que seguimos enamorados uno
del otro, y que nuestro amor no puede ser influido por el hecho de entregarnos a
nuestros amigos, solos o en grupo.


Any tiene la fantas�a de proponerles que cada chica pase una
noche en casa de la otra, con las parejas cambiadas, y a m� me excita
tremendamente la idea. Veremos qu� les parece a ellos.


El pr�ximo fin de semana, nos vamos los cuatro a un hotel, y
hemos decidido que la primera noche cada mujer se acostar� con el var�n de la
otra pareja, y que la segunda la dedicaremos al sexo en grupo.


�Ah!. Mi chica luce ahora su co�ito completamente rasurado,
sin sombra de vello, como el sexo, "chocolatito con fresa", de nuestra amiga
Asun.


Estamos a jueves, ma�ana nos recoger�n Toni y Asun, y nos
pondremos en camino. Solo de pensarlo, y a pesar de que hace un rato que Any y
yo hemos follado como locos, siento que mi pene crece inconteniblemente.


Any est� dormida a mi lado, con los labios fruncidos en una
leve sonrisa. Me gustar�a saber qu� sue�a.


Levanto la s�bana, y contemplo su desnudez. Un
estremecimiento de deseo me recorre el cuerpo. Le separo las piernas, y la
penetro. Ella gime levemente, sin duda confundiendo la realidad con un sue�o
er�tico. Luego abre los ojos, se abraza a m�, y se entrega completamente�



Bueno, aqu� iba originalmente la palabra F I N. Pero sucede
que les he tomado cari�o a estos personajes, y no descarto en absoluto volver a
contaros nuevas historias sobre ellos. Sobre todo si me dec�s que la serie ha
sido de vuestro agrado. De modo que solo dir�: Any, Asun, Toni, Alex, �hasta
pronto!.



A.V. octubre de 2003.


�Te ha gustado?. �Qu� opinas sobre el intercambio de
parejas?. �Lo has practicado alguna vez?. �Y sobre el sexo en grupo?. �Fantaseas
sobre ello, sola/o o con tu pareja?. Me gustar�a recibir vuestros comentarios al
respecto.


POR CUESTIONES DE PRIVACIDAD ESTE EMAIL FUE REMOVIDO


Por favor vota el relato. Su autor estara encantado de recibir tu voto .


Número de votos: 1
Media de votos: 10.00


Si te gusta la web pulsa +1 y me gusta






Relato: Los cuatro mosqueteros (10: El regreso)
Leida: 407veces
Tiempo de lectura: 17minuto/s





Participa en la web
Envia tu relato







Contacto
Categorias
- Amor filial
- Autosatisfacci�n
- Bisexuales
- Confesiones
- Control Mental
- Dominaci�n
- Entrevistas / Info
- Erotismo y Amor
- Fantas�as Er�ticas
- Fetichismo
- Gays
- Grandes Relatos
- Grandes Series
- Hetero: General
- Hetero: Infidelidad
- Hetero: Primera vez
- Intercambios
- Interracial
- L�sbicos
- MicroRelatos
- No Consentido
- Org�as
- Parodias
- Poes�a Er�tica
- Sadomaso
- Sexo Anal
- Sexo con maduras
- Sexo con maduros
- Sexo Oral
- Sexo Virtual
- Textos de risa
- Transexuales
- Trios
- Voyerismo
- Zoofilia


Encuestas

Afiliados



























relato erotico la tia daniela esta de visitarelato mi tia y sus grandes senosrelatos porno de amor filial perverso hijoRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoescat pornoConfesiones eroticas de cuando me cojio un desamparadoNieta que rico culo relatos eróticosrelatos la calle d atras/relato45779_como-inicie-a-mi-hija-parte-1.htmlRelatos erotico mi hijo me violorelatos eroticos bdlol.ru todo en familiaRelatos pornos entre hermanas con su hermano gratisrelatos eroticos sexo con las sobrinas de mi esposarelatos eroticos hermana mayor casasarelato gozo el culo de mamaRelatos eróticos en los brasos de mamarelatos eroticos de lesbianas incestoporno relatos no consentidorelato porno me follo s ml mama a escondidasrelatos porno madres se masturbanodio relato xxxporno relatos casadas m gustan los penes grandesviejo morboso domina a jovencita inocente con su enorme verga relatosRelatos xxx con mi sobrinitarelatos anal brutal verga descomunalrelato con mama borrachami esposa socializando relato pornoama de casa dominada mental Relatos Eroticosel trabajo secreto de mi madre, teibolera relato eroticocandy relatos eroticosrelatos eroticos como me cogi a la abuelita por el culo mientras dormiaIncesto con la abuela relatadosRELATO EROTICO CON MI HIJA DE NUEVErelatos hot la mujer de mi compadreMi amigo mi madre y yo cuentos xxxmi hijita de 9 añitos relatorelatos incesto coj a mi sobrinaRelatos gays el culito de jesuspornografía gay gratisRelato erótico seducido a mí dos abuela en vacacionesrelato erotico vendedoraRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoRelatos eroticos de hija y nietaRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelatos porno dormida ladrónRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatoWww.de relatos de incesto y amorfilialRelatos cojiendo con mama en el ranchorelatos de transexuales erotikosel culito de mi sobrinita relatos eróticosrelatos el culote de mi hija xxxRelato Pornos De Dominacion A Chicos TodoRelatorelato traia tangaRelato erotico con dos vagabu dosme folle ami hijastra incesto relatosrwelatos pornos de maduros ginicologos cogiendo con la pacienterelatos eroticos cathy 3relatos de incesto mamat me dio el culorelato me coji ami hermanastraLa vergota que volvió loca a mi esposa élite relatosRelatos er��ticos gratis padres e hijas sin tabuesRelato: Estrenando a mi hijo de 8 a�os (parte 1)relatos cuentos porno bdlol.ru nudismoRelatos porno amor filial patricia 1 bdlol.ruRelatos eroticos nuerarelatoseroticos gratis chamitarelatos eroticos con la mujer de mi amigorelatos porno paula/relato34624_MI-VECINITO...JAVER.htmlrelatos porno de me folle a mi hija borrachamaduras incestle rompi el cul o a mi sobrina relatozorras del pornomery piernas relatorelatos eroticos mi primera vez en la escuelaRelato mi primera con mi padreporno eyaculaciones femeninasRelatos eróticos caballoMi padrino me desvirjo relatosporno coños pequeñoshistorias relatos eroticos tias rebuenasrelatos de gay entre papá e hijorelatos eroticos sobrinasMi sobrina ileana oso relatosRelatos gays cojiendo culiitos tiernosrelatos eroticos negro jovencitaRelatos porno primas culonasnazis pornoancianas folladonieta con abuelo relatos eroticosrelatos eróticos YouTube mujeres casadashistorias porno gratisrelatos porno violacionrelatos cachondos violaron a mi esposarelatos eroticos que nalgas tiene mi mamarelatos porno gay venezuelaRelatos Eróticos En el baño del instirelatos cuando se folla a un enanoexhibiendo a mi mujer