Por: Horny

Mi amiga Laura y yo esper�bamos pacientemente a la orilla del
camino que pasara el �ltimo bus para el municipio de Villahermosa. Eran casi las
6 de la tarde y comenzaba a oscurecer lo cual nos asustaba un poco pues eran
casi dos horas de viaje hasta la cabecera municipal y la carretera estaba
plagada de delincuentes comunes.

Hac�a dos noches un grupo al margen de la ley hab�a instalado
un ret�n ilegal en esa v�a y se hab�a llevado a 10 personas. A pesar de lo
anterior deb�amos tomar ese bus como fuera pues para el d�a siguiente estaba
programado un paro de transporte. Minutos despu�s el destartalado bus par�
frente a nosotras y nos subimos a hacerles compa��a a otros 20 pasajeros
aproximadamente. Algo me dec�a que no me subiera, que me estaba metiendo en la
mism�sima boca del lobo, pero ten�a que hacerlo por cuestiones de trabajo que me
requer�an al d�a siguiente a primera hora en la alcald�a.

Media hora despu�s estaba dormida y me despert� cuando el bus
se detuvo. Era justo lo que me tem�a, un grupo de unos 15 paramilitares
fuertemente armados nos rodeaba. Dos de ellos, al parecer los de mas rango le
ordenaron al conductor que bajara del bus, luego cuatro de ellos subieron, dos a
cada lado y nos indicaron que tom�ramos nuestras pertenencias y nos ubic�ramos
hombres a un lado y mujeres al otro a la orilla del camino, a lado y lado del
bus.

No era la primera vez que ca�a en un ret�n ilegal, as� que no
estaba excesivamente asustada; sin embargo me sorprendi� la hora y el que nos
hablaran de manera tan golpeada; sospech� que estaban buscando algo en especial.

Alumbrados tan solo con las luces del veh�culo y con un par
de linternas nos hicieron vaciar nuestras maletas en el piso en medio del lodo
pues llov�a copiosamente y comenzaron a revisar cosa por cosa. A los hombres al
otro lado del bus les ordenaban abrir las piernas para buscar posibles armas
camufladas entre su cuerpo y la ropa que llevaban puesta.

Nos hicieron saber que buscaban tres hombres y dos mujeres
que al parecer ten�an v�nculos con la guerrilla y que iban justo en ese bus. En
un papel ten�an las caracter�sticas f�sicas de las personas a las que buscaban
pero l�gicamente nadie quer�a hablar as� que nos separaron en dos grupos de
nuevo con tan mala suerte que mi amiga Laura y yo quedamos en el grupo que no
deb�amos quedar. A los dem�s los dejaron ir. En ese momento supe que las cosas
no estaban nada bien y sent� miedo.

No nos dejaron tomar nuestras cosas de nuevo y a patadas las
sacaron del camino. A punta de amenazas nos hicieron acostar boca abajo con los
brazos cruzados detr�s de la cabeza sin dejar de ordenarnos cosas que no
recuerdo. Tratamos de explicarles que no �ramos quienes buscaban pero de nada
vali�.

A mi lado una mujer no paraba de gritar como cerdo en
matadero y de reojo alcanc� a ver que uno de los hombres ten�a una rodilla en su
espalda y le apuntaba en la cabeza con un fusil R-15 con lo cual no hac�a mas
que incrementar sus gritos. De repente y como sacado de un cuento de horror
ocurri� todo en un segundo, escuch� el disparo, los gritos de la mujer cesaron y
sobre mi cayeron chorros interminables de sangre caliente que me quemaban� fue
entonces cuando me desmay�.

No recuerdo cuanto tiempo pas�, tal vez segundos u horas solo
s� que al abrir los ojos todos los retenidos segu�amos acostados, sin atrevernos
a mover siquiera un m�sculo mientras los delincuentes en dos grupos discut�an
aparte. Dos de ellos continuaban apunt�ndonos. Lentamente gir� la cabeza y a mi
lado segu�a Laura con la mirada ausente, completamente aterrorizada igual que
yo, no lograba ver bien su cara a pesar de la oscuridad pero me di cuenta que
estaba llorando.

Minutos mas tarde nos obligaron a ponernos de rodillas y fue
entonces cuando le dispararon a un joven de unos 20 a�os que trat� de escapar,
le dieron por la espalda... El disparo fue acompa�ado por los gritos de horror
de todos nosotros y despu�s el mas absoluto silencio.

A gritos nos obligaron a ponernos de pie cosa que no fue
f�cil pues las piernas me temblaban, sent� que no pod�a pero algo mas fuerte me
oblig�, seguramente el instinto de supervivencia. Caminamos durante toda la
noche monte arriba, tropezando a veces por la terrible oscuridad que nos
envolv�a; a los mas rezagados los ayudaban a subir a punta de patadas. Hab�a
parado de llover pero est�bamos calados hasta los huesos y la ropa se nos pegaba
a la piel; adem�s algunos est�bamos cubiertos de sangre de la mujer muerta y de
rasgu�os por culpa de los arbustos que no alcanz�bamos a esquivar.

Al fin llegamos a lo que parec�a un campamento y en vez de
dejarnos descansar como pens� en un principio nos amarraron de pie a los �rboles
que rodeaban el lugar, a manera de presi�n para que los "culpables" confesaran;
de no ser as� supuse que nos matar�an de todos modos uno por uno.

Me dediqu� a observar a mis compa�eros de secuestro;
qued�bamos cuatro mujeres y cinco hombres y no muy lejos los cad�veres de los
dos menos afortunados (o mas?). De repente de una de las carpas salieron dos
hombres de aspecto desagradable, eran enormes y nos miraban con una desfachatez
impresionante, con burla, con descaro, como queri�ndonos decir que dominaban la
situaci�n en todo momento y que en aquel lugar eran los dioses absolutos.
Aquellos eran los de mas alto rango en el lugar seg�n pude escuchar, eran
hermanos y los apodaban los Juanes.

Comenzaron a caminar frente a nosotros deteni�ndose frente a
cada uno comenzando por el extremo opuesto a donde est�bamos Laura y yo haciendo
una especie de interrogatorio. Empez� a amanecer y creo que en ese momento me
dorm� (a buena hora). Me despertaron los gritos de Laura, a pocos metros de
donde me encontraba. Ya estaba claro y el espect�culo era deprimente, todos con
las ropas descompuestas, rasgu�os y uno que otro moret�n en la cara. Lo peor fue
ver a Laura en el estado en que la v� pues uno de los hombres de menor rango la
ten�a apretada contra el �rbol �mas a�n- y no solo parec�a que quisiera
arrancarle el cuello a mordiscos sino que le magreaba las tetas por encima de la
camiseta. Apareci� entonces uno de los Juanes y le dijo al abusador que parara
pues esa mujer ya la ten�a pedida, que si quer�a pod�a tomar una de las otras a
excepci�n de la que estaba a su lado �osea yo- pues era para su hermano.

Se acerc� entonces a Laura que sollozaba y con horror v� como
le rasgaba la camiseta de arriba debajo dejando sus tetas al descubierto.
Comenz� a lamerla desde la cara hasta el abdomen pasando por sus tetas,
chup�ndola y manose�ndola con fuerza, emitiendo gru�idos que parec�an mas de un
animal que de un ser humano. Laura no dejaba de gritar as� que el hombre la
amordaz� fuertemente ahogando sus lamentos y s�plicas para reanudar su trabajo.
Se sac� entonces la polla, la pas� por las piernas de Laura y la frot� contra su
pubis y abdomen. La meti� luego por el estrecho canal que quedaba entre sus
piernas apretadas y comenz� a moverse sin dejar de pellizcar sus pezones como si
quisiera sintonizar una emisora.

En este momento sali� su hermano de la carpa y se acerc� a
m�. Le dedic� una breve mirada al espect�culo que daban su hermano y mi amiga
cosa que lo excit� pues el bulto en su pantal�n crec�a cada vez mas y su mirada
lasciva me dec�a que yo ser�a la pr�xima. Apenas estuvo frente a mi cara lo
escup� logrando con esto un tremendo bofet�n que me hizo sangrar copiosamente y
me dej� en un estado de semi inconciencia el cual casi agradec�.

Comenz� a desatarme con rabia y su hermano lo imit� soltando
a mi amiga. Nos llevaron a su carpa casi a rastras y nos tiraron en el piso.
Comenzaron a desvestirse. Nuestras manos a�n segu�an amarradas detr�s del
cuerpo, para que no intent�ramos nada. Uno de ellos tom� a Laura por las caderas
y le quit� el pantal�n sent�ndola a continuaci�n en una silla alta. Le meti� la
verga con algo de dificultad pues ella trataba de mantener las piernas cerradas
y el tuvo que separarlas a la fuerza sosteni�ndolas bien abiertas a ambos lados
de su cuerpo. Apenas la tuvo bien adentro la tom� por el trasero para acercarla
a el y comenz� a bombearla tieso y parejo.

Desde donde estaba ve�a el trasero del hombre moverse, su
espalda y a ambos lados de su cuerpo las piernas temblorosas de mi amiga con el
pantal�n enrollado a la altura de los tobillos; la estaban violando y eso mismo
me esperaba a mi.

El otro hombre se me acerc� y me orden� ponerme de rodillas
sac�ndose a continuaci�n la polla para que se la mamara advirti�ndome que no
intentara nada o pagar�a las consecuencias con mi vida. Para asegurarse tomo un
revolver de la mesa y me apunt� a la sien. Con la otra mano me agarr� por el
cabello fuertemente oblig�ndome a meterme su nauseabunda verga en la boca. Nunca
hab�a probado nada tan asqueroso pues al estar estos hombres por meses en la
selva poco tocaban el agua. Sent� arcadas pero me control� y continu� chupando
sin parar, completamente intimidada por el arma en mi cabeza. El hombre comenz�
a relajarse y dej� el arma en su sitio para poder agarrarme del cabello con
ambas manos, empuj�ndome hacia el fuertemente hasta hacerme sentir que me
ahogaba. Pero no me detuve pues comprend�a que de eso depend�a mi vida.

Minutos despu�s el asqueroso hombre se derram�, por fortuna
no en mi boca pero si en mi cara y en mi cuello dej�ndome en un estado poco
menos que lamentable. Se notaba que llevaba varios d�as sin hacerse la paja pues
sus chorros hab�an sido espesos y abundantes y yo no ten�a manera de limpiarme.

Escuch� entonces los gemidos un poco mas fuertes de mi amiga
Laura y v� que el hombre la ten�a acostada sobre la silla, boca abajo y trataba
de met�rsela por su culito virgen. Al ver a su hermano, a mi perpetrador se le
ocurri� la "brillante" idea de hacerme lo mismo y coloc�ndome en cuatro me baj�
el pantal�n y las bragas pues a�n continuaba vestida. Me lo meti� como pudo, en
seco, sin ning�n tipo de lubricaci�n. Me sent� morir, al menos no ten�a ninguna
venda en mi boca pero tampoco me atrev�a a gritar mas all� de lo permitido, por
miedo a una represalia a�n peor. El desgraciado disfrutaba mi culito de lo
lindo, me ten�a completamente ensartada, agarrada por las caderas mientras yo me
apoyaba en la cara como pod�a, pues mis manos segu�an atadas a mi espalda. El
rostro me dol�a horrores por el bofet�n de hac�a un rato, pero ese dolor era
poco comparado con el que sent�a en mi parte trasera por culpa de esa verga que
me taladraba sin piedad.

Despu�s de culearme un buen rato se derram� esta vez adentro
y se ech� a mi lado dej�ndome el culo completamente destrozado. Laura estaba en
las mismas, con su ropa vuelta jirones, acurrucada en un rinc�n sin poder ni
siquiera sentarse y con los ojos secos de tanto llorar. Los Juanes mientras
tanto descansaron un poco mientras se empalmaban de nuevo� nuestra tragedia
apenas comenzaba.

Era temprano pero los Juanes decidieron tomarse un trago para
recargar bater�as. Laura y yo ten�amos el est�mago vac�o; solo deseaba un poco
de agua o mejor a�n, un sorbo de lo que ellos tomaban para mitigar el dolor que
mas que f�sico era moral. Como ley�ndome el pensamiento, uno de los
perpetradores se acerc� a m� y verti� un chorro de aguardiente en mi boca
abierta el cual me quem� la garganta y al derramarse por mi cara me hizo ver
estrellas pues me ard�a terriblemente. A Laura le retiraron la mordaza de la
boca pero se rehus� a recibir el trago y le propinaron una patada en las
costillas.

Me sent�a impotente y opt� por darme la vuelta en el inmundo
colch�n para tratar de perderme en mis fantas�as. Mi seudo dicha duro poco pues
los hombres a�n comenzaban su fiesta con nosotras. Ahora intercambiaron y me
toc� el que hasta hace un rato disfrutaba del cuerpo indefenso de mi amiga.

Me coloc� boca arriba y como quedara inc�moda a causa de mis
manos atadas decidi� soltarme y amarrarme ambas manos a una estaca met�lica
acabando de desvestirme a continuaci�n. Yo no ofrec�a resistencia pues sab�a que
era in�til pues estos cobardes no vacilar�an en golpearnos hasta matarnos o
darnos un tiro de gracia en cualquier momento.

Una de mis fantas�as siempre hab�a sido que mi pareja me
amarrara e hiciera de mi lo que quisiera, pero esta era una manera muy triste y
violenta de lograrla.

Este era el individuo que disfrutaba lamiendo, y as� como
hab�a hecho con Laura comenz� a lamerme, comenzando por mi chocho directamente.
Trat� de cerrar mis piernas sobre su cabeza pero el hombre era enorme y muy
fuerte y me las separ� hasta que casi me dol�an de lo abiertas. Mis agujeros,
completamente vulnerables se abr�an completamente ante sus ojos y el se hundi�
en ellos lamiendo como una bestia salvaje, sorbiendo mis fluidos que eran
inevitables de controlar y halando mi cl�toris como si quisiera arranc�rmelo.

El alcohol en mi est�mago vac�o hizo efecto y muy a mi pesar
comenc� a sentir placer. Trataba de cerrar mi boca para contener los gemidos
pero estos se atropellaban hasta que al fin salieron de forma incontrolada
mientras mi cuerpo se estremec�a en los espasmos de un orgasmo bestial. No por
esto el maldito se detuvo pues continu� lamiendo sin parar concentr�ndose ahora
en mis tetas a la vez que me penetraba de golpe por mi a�n sensible vagina.

El otro ten�a a Laura acostada mientras el se sentaba sobre
su cara. Ella corr�a con menos suerte pues el hombre la estaba casi asfixiando
con la verga y las bolas que chocaban contra su nariz. Le estaba taladrando la
cabeza contra el suelo y ella sin poder defenderse. La cara del hombre era digna
de ser enmarcada pues al contrario de Laura que parec�a a punto de desfallecer
el se sent�a en el s�ptimo cielo, a juzgar por sus gestos y gemidos que hac�an
coro con los m�os� para que lo voy negar, estaba dej�ndome llevar por la
premisa: en caso de violaci�n, rel�jate y disfruta.

Cuando el hombre hubo terminado conmigo se encontraba mas que
satisfecho y me mir� con asco y desprecio pues estaba literalmente vuelta
mierda: el culo destrozado, la cara y el pelo llenos de semen al igual que el
co�o, manchas secas de sangre en los brazos y completamente sudorosa, eso sin
contar que la mitad de la cara la ten�a hinchada y en algunas partes sangraba.

Laura no se encontraba mucho mejor pues ten�a la boca rajada
a ambos lados por la follada y la cara llena de mugre y semen. Su ropa
destrozada hac�a que tuviera un aspecto a�n mas lastimero.

El que estuvo conmigo le dijo al otro que yo era una completa
perra, una puta barata pues a pesar de la situaci�n hab�a gemido y disfrutado
como una guarra. De Laura dijeron que era una solapada y que en conclusi�n
ninguna de las dos merec�a ninguna contemplaci�n. Amarraron a Laura igual que a
mi, con los brazos agarrados y completamente espatarradas y salieron a buscar
unos baldes con agua helada para adecentarnos. Nos echaron el agua encima y
salieron; ya hab�an terminado con nosotras.

Formaron dos filas con los hombres que espiaban afuera hac�a
rato, atra�dos por los ruidos que proven�an de la carpa. Uno a uno, aquellos
desgraciados fueron entrando a hacer de nuestros cuerpos lo que se les dio la
gana. Afortunadamente solo entraban de uno en uno y est�bamos acostadas pues a
ratos me desmayaba y volv�a en m� solo para tropezarme con otro rostro
desconocido o con una polla que entraba y sal�a de mi boca ultraj�ndome.

Aquellos infelices destrozaron por completo todos nuestros
orificios pues al estar tanto tiempo sin estar con una mujer las ganas de follar
en forma eran incontrolables.

Cuando ya no pod�an humillarnos m�s y hab�an pasado hasta dos
y tres veces todos los hombres del Frente, nos soltaron y nos encerraron en unas
cajas de madera de un metro de altura, como si fu�ramos animales, con solo un
par de orificios para respirar. Ni siquiera ten�amos el consuelo de estar juntas
para abrazarnos y llorar. Pero ya ni l�grimas nos quedaban despu�s de esa
experiencia.

Al d�a siguiente en la tarde nos sacaron de all� y nos dieron
a cada una algo de comer y un uniforme, pidi�ndonos excusas por la lamentable
confusi�n y d�ndonos las gracias por los favores recibidos. Nos dejaron ir y con
las pocas fuerzas que ten�amos emprendimos el camino de regreso monte abajo
hasta llegar al r�o donde nos ba�amos y de all� a la carretera. Afortunadamente
un buen samaritano nos recogi� pues hab�amos perdido hasta los documentos.

Nunca hablamos de lo que pas� con nadie ni entre nosotras
para guardarlo en la memoria como una horrible pesadilla y nada mas.