Veo a mi suegro en short y no puedo apartar mi vista de sus
gruesas y peludas piernas, coronadas por ese portento de nalgas, duras, redondas
y bien paradas.

Hoy es el d�a en el que la fachada de la casa de mi suegra se
ha pintado. Hace un calor insolente y todos sudamos a mares. La cerveza es el
�nico consuelo ante semejante temperatura.

A�n nos falta poco menos de la mitad para concluir y entre
brochazo y brochazo mis ojos se desv�an hacia mi suegro. En un relato anterior
ya he descrito como es �l. De c�mo el vello se asoma

Por todos los poros de su piel y hoy que est� en short y sin
playera su visi�n me hace desvariar.

Veo por ejemplo sus pezones maduros y obscuros, su pecho y
vientre tapizados de gris�ceo vello, mientras su entrepierna es una invitaci�n a
C�meme.

Hago esfuerzos tit�nicos para que mi suegro no descubra la
excitaci�n que en mi provoca y trato de desviar mi atenci�n en la textura que la
pintura provoca en la pared, pero cuando mi suegra y esposa anuncian que ir�n al
mercado; mi coraz�n comienza a acelerarse. Es quiz�s de las pocas veces en que
me encuentro a solas con el hombre que puebla mis fantas�as.

Mi suegro destapa una cerveza y me la ofrece, mientras
acomoda su riqu�simo trasero en el escal�n de entrada. Tomo la cerveza y me
siento frente a �l; posici�n que me permite ver con claridad como es que la
delgada tela de algod�n de su short se tensa al apenas contener el volumen de
pinga y huevos que se carga mi pariente. Puedo casi adivinar que su verga se
recarga en su muslo derecho, mientras un test�culo cae m�s que otro (el
izquierdo). Esta imagen me recuerda cuando al casarme con su hija aprovech� la
borrachera de mi suegro para explorar su cuerpo. Recuerdo su aroma, la emoci�n
de tocar por vez primera un hombre. De esto �l no sabe nada (y dudo que alg�n
d�a el se llegue a enterar).

Y as� entre pl�tica y pl�tica la conversaci�n con mi suegro
se va relajando. Un cart�n de cerveza despu�s he podido ya comprobar que mi
suegro no usa, por esta vez, ropa interior. Un peludo test�culo se ha asomado
por entre su pierna y short. La posici�n abierta de sus piernas permite que �ste
cuelgue libremente.

Trato de seguir la conversaci�n, pero el mareo por la cerveza
y el espect�culo que me ofrece su entre pierna es para mi enloquecedor. Apenas
puedo disimular mi erecci�n que se descubre por debajo de mi pantal�n. La
diur�tica cerveza me otorga ir de vez en vez al ba�o y estando ah�, masturbarme
locamente.

Mi suegra y esposa han comenzado a retrasarse y con ellas la
bebida a escasear. Mi pensamiento es cada vez m�s confuso y las cosas se mueven
r�tmicamente. Cierro los ojos mientras mi mano contin�a acariciando mi verga de
arriba abajo. Yo frente al retrete masturb�ndome con la visi�n confusa de mi
suegro mostr�ndome sus huevos.

Al regresar �l ya no est�. Lo busco en el patio, en la calle
y no logro hallarlo. Entro a la casa, la sala, el comedor, la cocina. Nada. Subo
las escaleras. La puerta del cuarto de mis suegros entreabierta. El sonido del
agua al caer. La regadera seguramente abierta. Al asomarme veo el short de mi
suegro tirado en el suelo mientras espesas nubes de vapor salen del ba�o privado
de ese cuarto. Mi coraz�n se acelera al darme cuenta de lo mal cerrada que se
encuentra la puerta del ba�o. Me acerco con sigilo y trato de no hacer ruido.
Recojo del suelo el short y comienzo a oler. Huelo tambi�n el lugar en donde su
ano debi� estar. Aspiro.......... Me acerco un poco m�s a la prenda y descubro
dos vellos p�bicos los cuales guardo en un papel para examinarlos despu�s con
detenimiento.

El agua sigue cayendo y escucho como mi suegro chifla una
vieja canci�n. Me acerco temeroso a la puerta del ba�o. Me asomo y trato de que
mi suegro no se entere de que lo esp�o. Lo que veo me electrifica. Frente a mi,
de espaldas, �l talla su axila izquierda. Su brazo se levanta y el agua se
cuelga del vello axilar. Su espalda, nalgas y piernas escurriendo agua,
permitiendo que el vello se adhiera a su piel.

El jab�n se ha ca�do, al agacharse para recogerlo, sus
enormes nalgas se tensan a�n m�s y me permiten ver ese culo moreno, igualmente
poblado de pelo corporal.

Ya no aspiro el aroma del short, pues ahora este se encuentra
en mi verga. Con el me masturbo. No puedo apartar mi vista de su cuerpo. Por sus
movimientos torpes me entero que est�, al igual que yo, tomado.

Su mano derecha viaja hacia las llaves y cierra de golpe el
paso al agua. Ha terminado de ba�arse. Mi coraz�n nuevamente entra en angustia y
torpemente inicio la huida. El short queda igual en el suelo, pero ahora
manchado con mi propio semen.

Todo es un desorden. Como puedo bajo las escaleras y finjo
dormir en el sill�n de la sala. Escucho cuando sale hacia su recamara, el
revolver de envases, un frasco cae. Silencio.

Espero en mi provisional refugio durante aproximadamente 5
minutos que se me antojan eternos. No hay ya movimientos ni ruidos en la
recamara.

No logr� contener mi coraz�n y dudo a cerca de lo que debo
hacer. Mi familia a�n no llega. Pasa el tiempo y decido reiniciar mis
observaciones. Tengo la verga dura. Lo se porque puedo ver como se me marca el
miembro en el pantal�n. Me lo froto por sobre la prenda durante un momento como
para apaciguarme. Despu�s inicio mi camino hacia la recamara. Los escalones no
tienen fin. Ya en el primer piso; la puerta a�n entre abierta. La emoci�n y mi
alma desbocados, no se detienen. La puerta es cada vez m�s cercana y un claro
ronquido aviva mi curiosidad. Al tocar casi la puerta puedo ver a mi suegro
acostado boca arriba con los pies en la alfombra, los brazos bajo la cabeza,
durmiendo la mona pl�cidamente cubierto solamente por una toalla blanca que
permite contemplar un interesante bulto justo en su entrepierna, am�n de su
barriguita peluda.

Las facciones rudas del rostro de mi suegro se ven suavizadas
por el sue�o. Sus labios, enmarcados en su espesa barba, como nunca antes se me
antojan besar.

Toqu� suavemente la puerta para ver si hab�a alguna reacci�n,
pero ni siquiera se movi�. Su respiraci�n era pesada, profunda y bastante
sonora. Con sigilo entre de nueva cuenta al cuarto y la puerta rechin� un poco.
Todo mi ser se encogi� ante la perspectiva de despertar al gigante, pero como
antes, no hubo reacci�n alguna.

Parado al pie de la cama mir� a mis anchas a ese hombre. �Qu�
bello es� . Con m�s cuidado a�n me inqu� frente a sus rodillas y con mano
temblorosa presion� ligeramente su miembro. �Qu� gruesa era� Recorr� con nervio
su longitud hasta llegar a su enorme cabeza. �Yo me encontraba me�ndome de
gusto� Los ronquidos de mi suegro me proporcionaban cierta confianza, por lo que
me anim� a colocar mi mano abierta, a penas tocando la toalla, sobre aquel
tremendo miembro. �No pude cubrirlo por completo� Mis manos verdaderamente
sudaban y temblab�n. Tom� un respiro como para apaciguarme. Decid� dar el
siguiente paso. Levante con suavidad aquella toalla que cubr�a su medio cuerpo y
lo que v� me electrific�. Un buen par de bolas peludas y morenas descansaban en
el colch�n de la cama. Abierto de piernas como estaba mi suegro pude ver parte
de esas maravillosas nalgas. Tan absorto estaba en mi contemplaci�n que por poco
no escucho a mi suegra girar la llave en la cerradura para poder entrar. Cubr�
nuevamente a mi suegro y como pude sal� de donde estaba. R�pidamente me met� en
el cuarto contiguo, me avent� sobre la cama y nuevamente fing� dormir.