Esto es la transcipcion de un hecho que ocurrio hace ahora un
par de meses, en casa de una pareja de amigos muy amigos, tanto de mi mujer como
mios. A ellos los llamare Enrique y Lisa de 43 y 40 a�os respectivamente (no son
sus nombres) y nosotros, figuradamente seremos Rosa y Jose (de 41 y 44).
Ellos nos habian invitado a su casa a cenar, algo que hacian
con cierta frecuencia y la mayoria de las ocasiones la casa estaba ocupada por
sus reto�os y los nuestros pero, ese dia, por un cumulo de circunstancias,
estabamos los cuatro solos. Ya habia ocurrido antes otras veces, que no
estuvieran los ni�os.
Teoricamente y por lo que siempre me comentaba Rosa de las
conversaciones que tenia con Lisa, su marido era muy fogoso y cada dia estaba
dispuesto para el sexo, mientras que para ella era algo secundario, lo que mi
mujer aprovechaba para decirme "que mal repartido esta el mundo". Su comentario
venia porque en nuestro caso, la dispuesta mas veces siempre era ella, aunque
llevabamos cerca de un mes con los papeles invertidos.
La razon de haber invertido los papeles era mi insistencia
para con ella, a realizar un trio con otro hombre o intercambio de pareja (que
de empezar siendo una fantasia se me habia convertido en obsesion, por lo que
cada vez era mas pesado con el tema), lo que ella siempre rechazaba, hasta el
punto que un dia me confeso estar bloqueada por culpa de eso, lo que habia hecho
que casi nunca estuviese dispuesta.
Tras la habitual cena y charla sobre lo humano y divino, nos
sentamos en los sofas para tomar el caf� y una copa, como siempre, girando la
conversacion sobre temas vanales de nuestras actividades cotidianas en nuestros
respectivos trabajos o sobre el colegio de los ni�os.
En un momento determinado y sin saber muy bien a que venia
Lisa se dirigio a mi:
Lisa: venga, que tienes a tu mujer en ascuas.
Yo la verdad es que no sabia a que se referia y cuando supuse
que hablaba de sexo entendi que no debia estar muy al corriente del giro que
habiamos dado.
Yo: no se a que te refieres.
Lisa: que tu mujer necesita marcha � hablaba en su habitual
tono elevado, precediendo la risa.
Yo: bueno, creo que no estas muy al dia.
Lisa: pues anda, ponme tu.
Yo: es igual.
Lisa: �has visto lo que dice? � dijo dirigiendose a Rosa.
Rosa: el ya sabe porque es.
Lisa: porque es el que, uy!, uy!, uy!, que aqu� pasa algo.
Yo: no pasa nada � dije casi al unisono que empezo a hablar
Rosa.
Rosa: pasa que ahora soy yo la desganada, pero el ya sabe
porque � y mirandome dijo �no querras que lo cuente!, �verdad?.
Lisa: venga contarme que me teneis en ascuas.
Yo: mira puedes contar lo que quieras, si es lo que quieres.
Todo aquello estaba adquiriendo todos los visos de una bronca
en publico, Enrique que no decia nada parecia pensar "no por favor, no discutais
en mi casa", mientras que Lisa ya reia menos.
Lisa: bueno, ahora no os vayais a enfadar.
Rosa: no, si no estamos enfadados, lo que pasa es que lleva
un montonazo de tiempo dandome la paliza con una cosa, que yo no puedo mas y al
final ha conseguido que se me quiten todas las ganas de eso.
Lisa: a ver, Jose, que te pasa, �por que castigas asi a la
muchacha!
Rosa prosiguio con su monologo: "pero bueno, que no pasa
nada, ya lo hemos hablado y ya se me pasara".
Pero Lisa, como era habitual en ella, siguio metiendo el
dedo.
Lisa: Jose, que es eso que le has hecho que a mi amiga, con
lo fogosa que es ella, se le vayan todas las ganas.
Se hizo el silencio, yo no pensaba hablar, mas que nada por
no hacer mayor la herida de Rosa, pero por lo visto ella necesitaba hablar.
Rosa: es que es un poco fuerte.
Lisa: vamos tia, que hay confianza.
Rosa: bueno esta bien, os lo voy a decir.
Yo empece a tragar saliva a destajo, lo que se avecinaba no
era cualquier cosa.
Rosa: resulta que, bueno, Jose quiere que hagamos un trio con
otro hombre o un intercambio de pareja.
Aquello impacto, �vaya si impacto!, las miradas de Enrique y
Lisa se posaron en mi, eran caras de asombro, bueno la verdad es que la imagen
que tenian de mi era todo lo contrario a algo parecido.
Enrique: �Joder tio!, �que fuerte!, pero como se te puede
ocurrir eso � vaya por fin habia abierto la boca.
Lisa: �Joder!, me lo juran y no me lo creo.
Opte por callar, no valia la pena entrar a discutir, mejor
que todos se desahogaran, y estaba claro que iban a hacerlo.
Enrique: pero macho, �como puedes querer ver a tu mujer con
otro!, es que me dejas alucinado.
Lisa: Jose, estas loco tio, no me extra�a que este asi, a mi
me propone eso mi marido y es que no se lo que hago.
Rosa callaba y ellos seguian y al final me hicieron hablar.
Yo: mirar, nosotros ya lo hemos hablado y lo vamos a arreglar
pero, vosotros sois unos hipocritas, me estais machacando por algo que seguro
que os pasado mil veces por vuestras cabezas.
Enrique: �pero que dices, hombre!.
Yo: mira tio, cuantas veces vas por la calle y al ver a una
tia, te la comes con los ojos, y seguro que te encantaria follartela y tu Lisa,
que cuando sale alguno por la tele que esta bueno, suspiras y dices quien lo
pillara, sin importarte que esten tus hijos delante.
Enrique: que tiene que ver eso a querer ver a tu mujer con
otro.
Lisa: no mezcles las cosas.
Hablaban los dos a la vez, se les veia cabreados.
Yo: mirar, calmaros porque os estais poniendo muy nerviosos
.... yo no mezclo nada .... yo confieso que me gustaria estar con otras mujeres
.... como te pasa a ti, Enrique, lo que pasa es que yo lo digo y no se lo digo a
un amigo, se lo digo a mi mujer.
Enrique y Lisa, casi al unisono: estas como una cabra.
Yo prosegui, como si no hubiesen dicho nada: "y se lo digo a
mi mujer y le propongo lo que le he propuesto, porque entiendo que lo justo es
que si yo estoy con otras personas ella tambien lo este, que si yo disfruto ella
tambien disfrute. Podria irme con una tia y ponerme como una fiera si ella se
fuese con otro tio, que es lo que hacen la mayoria, pero yo prefiero hacerlo de
otra forma".
Vaya, por fin me estaban escuchando.
Y segui: "asi que no monteis un drama, no le he puesto los
cuernos, solo le he propuesto que disfute del sexo, junto a mi y otras personas,
nada mas ... porque para mi solo se trata de sexo ... y el sexo no es mas que
una forma de placer .... igual que me da placer una buena comida .... o una
velada con amigos .... o las mil cosas que a todos nos dan placer ... yo veo el
sexo como una forma de placer y para mi no conlleva nada mas .... ni falta de
amor ... ni nada que se le parezca".
"�Vas al ginecologo con tu mujer?" � dije preguntandole a
Enrique, que sabia que no lo hacia, "pues yo si, �sabes que le hace el
ginecologo a tu mujer?, pues le manosea las tetas, hace que separe las piernas y
las ponga en alto, le mete los dedos en su co�ito y se lo palpa, y le mete un
hierro para abrirselo, que le hace cantidad de da�o".
Enrique: no digas chorradas, no es lo mismo.
Yo: no o si, la manosea y le hace da�o, lo que yo le he
propuesto es que la manosean ... dandole placer ... �joder!.... insisto sois
unos hipocritas .... la de veces que en vuestros pensamientos debeis haber
follado con alguien y no os atreveis a reconocerlo.
Enrique: y aunque lo reconozca, que tiene que ver con
hacerlo.
Yo: pues tio, lo que te acabo de decir, que me estais
machacando cuando en vuestros pensamientos sois iguales que yo, �acaso te crees
que no me doy cuenta de c�mo miras a Rosa?.
Enrique: pues igual que tu miras a Lisa.
Yo: bueno, pero a mi no me importa reconocerlo y tu me estas
poniendo de vuelta y media, cuando tus pensamientos son los mismos que los mios,
me gustaria saber quienes son los enfermos.
Me calle y, �vaya!, consegui que lo hicieran los dos y como
que Rosa hacia rato que no decia nada, se hizo el silencio, solo se oia la
musica de fondo, silencio que rompio mi mujer.
Rosa: tampoco se trata de cabrearse con el, porque parte de
razon tiene y a veces he pensado en hacerlo pero ... yo que se ..... a la hora
de la verdad ...... no me atrevo.
Bueno � intervino Lisa � puede que tenga razon en algunas
cosas, puede que en ocasiones todos nos imaginemos que estamos con alguien, pero
de ah� a hacerlo.
Yo: pero, �si pudieras los harias?, si no tuvieras que dar
explicaciones a nadie, si nadie se enterase �lo harias?, venga di la verdad.
Lisa: bueno, puede que si.
Yo: puede no, lo harias o no lo harias.
Lisa: vale si, lo haria.
Yo: �veis?, sois exacatamente iguales que yo .... aunque con
dos diferencias, por un lado sois unos reprimidos y por otro, no teneis
confianza dentro de la pareja.
Enrique y Lisa no decian nada, pero yo seguia: "yo por mi
parte, tengo la suficiente confianza con ella como para decirselo, para
compartirlo con ella ... esa es la diferencia" � y prosegui � "y hace un rato me
estabais haciendo un linchamiento".
Enrique: vale, tio, puede que tengas parte de razon.
Yo: la que has liado tia � dije dirigiendome a mi mujer.
Rosa: pues yo me alegro de haber sacado el tema, porque no te
puedes ni imaginar lo bien que me ha sentado hablarlo de esta forma.
Yo: bueno, pues me alegro de que asi sea.
La calma estaba volviendo, habia sido mas de media hora con
el tema y las copas se habian vaciado, por lo que Lisa y Enrique trajeron mas
bebida y volvimos a llenar los vasos.
Lisa: y asi como os lo pensabais montar, eso, ya sabeis ...
como ibais a conocer a otra pareja.
Les explicamos que habiamos ido a un club y habiamos bailado
con otra pareja, pero que la cosa quedo en nada, la conversacion ya discurria de
una forma mas distendida, ellos preguntaban y se interesaban por el tema.
Al rato, pusieron musica lenta y Lisa propuso bailar, por lo
que cogio de la mano a su marido y empezaron a hacerlo, siguiendoles nosotros.
Se les veia muy juntos y apasionados, incluso mas que
nosotros, estuvimos asi tres canciones, tras las cuales Rosa y yo nos volvimos a
sentar, mientras ellos siguieron otra mas, sin dejar de besarse.
Al acabar la cancion, vinieron a los sofas pero solo se sento
Lisa, mientras Enrique, mirandome, le tendia la mano a Rosa y le preguntaba si
queria bailar, a lo que ella acepto.
No era la primera vez que los veia bailar, lo habian hecho en
salidas conjuntos con otros amigos, en verbenas o fiestas de A�o Nuevo pero,
claro esta, aquella tenia unas perspectivas totalmente diferentes, tras la
conversacion mantenida.
Empezaron bailando como lo hacian siempre, ligeramente
separados pero, en apenas 30 segundos sus cuerpos estaban mucho mas pegados que
nunca, las manos de ella en alto, rodeagan su cuello, mientas que las de el
estaban en su cintura, asi duraron toda una cancion.
Mientras, Lisa sentada a mi izquierda, y yo los observabamos
sin mediar palabra, aunque nos imaginabamos lo que iba a pasar
Fue al inico de la siguiente cancion, empezaron a besarse
timidamente en sus respectivos cuellos, hasta que recorrieron poco a poco el
espacio necesario para que sus labios se encontraran, empezando a besarse en
ellos de forma reiterativa, con los labios cerrados, labios que fueron abriendo
poco a poco, hasta que dejaron paso a sus respectivas lenguas.
Y mientras eso ocurria, las manos de Rosa acariciaban con
fuerza su cabeza, mientras que las de Enrique se habian posado en sus nalgas.
Lisa, posando su mano en mi muslo me pregunto si me
importaba.
Yo: no, siempre que ella disfrute, y a ti, �te importa?.
Lisa: no lo se, todo esto me parece una locura, aunque
siempre me he dado cuenta de c�mo la miraba Enrique, esta ultima noche viaje
baile con el, despues de que lo hiciera con Rosa y estaba empalmado.
Yo: �Bailamos?.
Lisa: vale.
Y asi nos fuimos al lado de ellos, que seguian entregados en
sus besos y caricias, y empezamos con los nuestros.
Mientras Lisa y yo estabamos entregados en los primeros
besos, tanto Rosa como Enrique ya estaban despojados de sus respectivas prendas
superiores y habian dejado de bailar, sus lenguas y manos recorrian sus
respectivos cuerpos.
Nos aproximamos a ellos y mientras Enrique tenia sus manos
acupadas en desabrocharle su pantalon y su boca en su ombligo, aproveche para
besarla en la boca y acariciandole la espalda, le desabroche el sujetador, le
pregunte como estaba y me contesto que mas relajada que antes.
Enrique, al verla desprendida del sujetador, no tardo en
aplicar su boca a sus tetitas, dicho cari�osamente porque de peque�as no tienen
nada, y Rosa empezo a dejar oir sus primeros suspiros.
Lisa y yo no les ibamos a la zaga y poco a poco nos ibamos
desprendiendo de la ropa, sus tetas eran mayores que las de Rosa, aunque las de
mi mujer me gustaban mas, lo que no quitaba para que, ni que fuese por su
tama�o, siempre habia tenido ganas de comerme aquellas tetas y, en aque momento,
lo estaba haciendo.
Cinco minutos mas tarde, los cuerpos de los cuatro estaban
despojados de cualquier tela, los cuatro estabamos desnudos y tanto ellos como
nosotros nos encontrabamos retozando en los sofas.
No pudimos follar ya que nadie tenia preservativos pero,
todos nos lo comimos todo y los orgasmos se fueron sucediendo de una forma
vertiginosa, tras una inocente cena de amigos, que precedio a la confesion de mi
mujer y, lo que es mejor, seguimos siendo amigos pero no lo hemos vuelto a
repetir.