Relato: Mi sobrina politica (03: Su primer orgasmo...)





Relato: Mi sobrina politica (03: Su primer orgasmo...)

Capitulo III � Su primer orgasmo provocado por el



Han pasado varios d�as desde aquel maravilloso desayuno,
desde aquel d�a en que por fin ella se atrevi� a mostrar su cuerpo desnudo ante
el, as� mismo de aquel contacto f�sico con su parada verga, de aquel beso
embriagador y placentero que provoco que su vagina, aun sin estrenar, se
estremeciera como nunca lo hab�a hecho, nunca ninguno de sus varios
pretendientes la hab�an encendido de tal manera, ya que con inexpertas caricias
solo atinaban a tocar y sobar sus breves senos, que mas que placer le causaba un
poco de molestia y mucha verg�enza, con estos pensamientos en la cabeza toma sus
alimentos, no sabe la sorpresa que le espera en poco tiempo.



-Hija ya terminaste �Dice su abuela desde la parte superior
de la casa


-Si abuelita, ya casi termino �responde apresuradamente a
regresar su conciencia


-Voy a lavar los platos y me subo a ba�ar


-Si hija, pero ap�rate porque tengo que salir, voy con tu
t�a, �Me acompa�as?


-No abue, tengo que hacer un trabajo en computadora, voy
pedirle dinero a mama para ir al caf� Internet


-Porque no vamos con tu t�a y que te preste su computadora,
ll�male a ver que te dice


-Si abue, le voy a llamar


-Bueno, �t�a?, me dice mi abuelita que va a ir con usted


-Si hija


-Bueno, pues resulta que tengo que hacer un trabajo en la
computadora, y me dijo mi abuelita que se la pidiera a usted


-Claro que si hija, vente con mi mami y te quedas trabajando
mientras llevo a tu abuelita a hacer sus cosas


-OK, no vemos al ratito, adi�s



As� sin imaginar lo que pronto ocurrir� llegan a casa de la
t�a y se pone a realizar su tarea pendiente, mientras ellas salen a arreglar
algunos asuntos, son las 5:00 PM, el no ha llegado aun del trabajo, ella trata
de concentrar su mente en el trabajo que tiene que realizar, pero no puede ya
que se encuentra en la casa del hombre que desea, no sabe que pasara si el llega
y la encuentra sola ah�, incluso piensa que no ser� adecuado, ya que ambos
pueden realizar una locura y pueden ser descubiertos, pensando en esto pasa el
tiempo y logra concentrarse en su tarea, la cual termina e imprime para poder
entregarla, ya son casi las 7 de la tarde, su t�a y abuela no han regresado aun,
as� que se dedica a hurgar entre los archivos que se encuentran en la
computadora, as� finalmente llegan las mujeres, justo a tiempo y antes que
inicie una torrencial lluvia que mas parece tempestad.



-Pues resulta que no se van a poder ir as�, y yo no me atrevo
a llevarlas, �Por qu� no esperamos tu t�o para que las lleve?


-Si t�a como usted diga


-Pero el llega cansado del trabajo y todav�a le vas a pedir
que nos lleve �dice la abuela- mejor nos vamos nosotras al ratito que deje de
llover



En esta discusi�n se encuentran cuando el auto de el se
estaciona frente de la casa, le pasan un paraguas para que pueda bajar del auto
y le piden que las lleve en cuanto baje la tormenta.



-Claro que las llevo, no faltaba mas


-Bueno, en cuanto nos deje salir la lluvia nos vamos


-Claro que si, cuando tu digas �Dice la abuela-



Despu�s de esperar por mas de media hora la lluvia solo baja
un poco, cosa que les da tiempo de subir al auto para iniciar el viaje.



-Esta lloviendo muy fuerte, haber si no esta inundada la
carretera �Dice la abuela


-Espero que no �Contesta el


-Pues yo creo que si va a estar tapada la carretera con tanta
agua �comenta ella



Bajo este torrencial aguacero avanzan con paso lento sobre la
carretera, ella viene en el asiento posterior de el, as� aprovechando la
oscuridad de la noche, el pasa una de sus manos hacia atr�s de su asiento,
rozando levemente la rodilla de ella, en respuesta ella toma su mano y la
acaricia disimuladamente, esperan una oportunidad para poder estar juntos.



Despu�s de mas de una hora de viaje y con muchos trabajos,
finalmente llegan a la casa de la abuela, solo para alcanzar a entrar antes de
que la tormenta arrecie, el realiza una llamada para avisar a su esposa que
llegaron bien, pero que le ser� muy dif�cil regresar la carretera se encuentra
completamente inundada.



De esta forma, circunstancia y sin haberla planeado, estos
amantes furtivos "dormir�n" bajo el mismo techo, ya se dar�n la ma�a para estar
juntos, porque si no es este d�a, quiz�s no ser� jam�s.



-Te ofrezco una copa �dice la abuela


-Claro, se la acepto, esta lluvia y el viaje me pusieron un
poco tenso �contesta el


-Te la sirvo y mientras prende un rato la tele para que
descanses y te relajes �dice amablemente la abuela.



Mientras esto ocurre la jovencita "inocente" sube a su cuarto
a prepararse para su encuentro con el, sabe que esta noche ser� especial,
incluso se da un ba�o r�pido, para que todo sea perfecto, se viste r�pidamente y
se pone la ropa interior mas sensual que tiene, esta se compone de una peque�as
braguitas amarilla de encaje, si, la misma que usaba el d�a de su primer
encuentro con su t�o, adem�s de un brassiere de media copa que hace que sus
peque�os pero hermosos senos resalten aun mas, as� y tratando de contener su
propia exaltaci�n baja para acompa�ar a su abuela y t�o en la sala, estos se
encuentra viendo un trivial programa en la TV, el la observa mientras se sienta,
pone especial atenci�n sobre sus pezones, se encuentran excitados, puntiagudos
bajo se blusa, erizados de solo imaginar lo que en algunas horas puede ocurrir,
saben que tendr�n que esperar un buen rato, ya que deben esperar a que la abuela
se duerma, cosa no f�cil, ya que es conocido del insomnio de los mayores,
afortunadamente la suerte esta de su lado, la abuela declara que se siente muy
cansada, ya que hace varias noches no ha podido dormir bien.



-Me termino mi copita y me voy a la cama �dice la abuela


-Claro, cuando usted quiera, yo tambi�n estoy cansado, no
creo que aguante mucho despierto �dice el para asegurar a la abuela que pronto
estar� descansando


-Voy a bajar la ropa de cama y te la dejo en el sof� para que
te acuestes a descansar


-Yo te ayudo abuelita



De esta forma el queda solo en la sala, ellas se dedican a
acomodar lo pertinente para que el pase la noche en la habitaci�n vac�a en la
parte alta de la casa, mientras tanto el apura su copa y se sirve otra, tratando
de vencer su propio miedo a lo que va a ocurrir, se concentra tratando de
imaginar cuantas cosas piensa ense�arle, cuantas posiciones de hacer el amor
practicara con ella, con esto en la cabeza, reacciona y recuerda que es posible
que sea la primera vez de ella, que quiz� sea virgen, algo muy probable por como
se comporta, pero que no descubrir� totalmente hasta el momento mismo de
penetrarla, as�, se concentra mejor en la forma de hacer que ese momento sea
totalmente fant�stico para ella, recuerda que debe tratarla suavemente, as� ella
no se asustara, as� se dejara llevar por la pasi�n y el deseo reprimido y nuevo,
as� ambos disfrutaran de su fruto prohibido, dar�n rienda suelta a sus mutuos
deseos y pasiones, se encuentra en estas vacilaciones cuando ella regresa.



-Hola t�o


-Hola hija


-Ya se acost� mi abuelita, espero que descanse, tiene varios
d�as que no duerme bien


-Yo tambi�n espero que descanse �dice el, mientras piensa
para sus adentros que ojal� descanse y duerma profundamente para que no los vaya
a "interrumpir"


-Que esta viendo t�o


-No se, es una pel�cula vieja, realmente no estaba poniendo
atenci�n, mas bien pensaba en ti, pensaba como decirte que esta noche deseo
estar contigo


-Yo tambi�n quiero estar con usted t�o, creo que no puedo
contener la emoci�n, pero tenemos que esperar a que mi abuelita se duerma,
porque no quiero que se vaya a dar cuenta, mientras le puedo servir otra copa


-Claro, y porque no te sirves una tu


-Si t�o, me la voy a servir



Viendo como los minutos pasan, la pareja se dedica miradas
insipientes, el, recorre cada cent�metro del cuerpo de ella, su cabello, medio
hasta sus hombros, su dulce e inocente cara, tierna y juvenil, sus hombros,
brazos y manos, delgadas y tersas, sus senos y pezones, los primeros peque�os y
firmes los segundos erizados y sensibles, su cintura peque�a y bien marcada, sus
caderas en pleno, breves acorde con el resto de su anatom�a, acompa�an unas
nalgas paradas, firmes, sensuales y muy bien formadas, sus piernas, largas aun
para su estatura mas bien media, se notan firmes, pero lo que mas llama a el la
atenci�n, es esa actitud juvenil, jovial, inocente, esa inocencia que contrasta
con la actitud de la vez pasada, como alguien con un rostro y actitud angelical
pudo mostrar su cuerpo de forma tan espectacular como sucedi�, como alguien con
tan dulce trato puede acariciar la verga de su t�o por debajo de la mesa,
despu�s de hacer mostrado su entrepierna solo cubierta por una tela casi
transparente, as� trascurre un buen rato, es posible que la abuela ya se
encuentre dormida, ella da el primer paso.



-T�o, ya me voy a acostar


-Si hija que descanses �dice el hip�critamente, sabe que
dentro de algunos minutos la alcanzara en su alcoba



Por fin y despu�s de un buen rato, el inicia el recorrido que
le llevara a los brazos de ella, mas aun lo llevara a la misma intimidad de
ella, despu�s de apagar las luces sube la escalera, a cada escal�n su coraz�n se
acelera, esta en mitad de la escalera y una sensaci�n se apodera de el, �Qu�
pasa si ella se arrepiente y deja cerrada la puerta de su alcoba?, sigue
subiendo para saber si esto suceder�.



Esta frente a la puerta de la abuela, agudiza su o�do para
tratar de escuchar si esta despierta o dormida, un alivio en el coraz�n, se
escuchan los ronquidos del pecho de la abuela, se encuentra completamente
dormida, camina un paso mas y esta frente a la puerta de su deseada jovencita,
extiende su mano hasta el picaporte y lo gira, la puerta se abre, ella no ha
cerrado, tanto o mas que el, ella desea este encuentro, ella a decidido que esta
noche conocer� el amor de manos de su t�o.



Esta dentro de la habitaci�n, cierra tras de si y asegura la
puerta por dentro, se queda parado al pie de la cama, tratando de acostumbrar
sus ojos a la oscuridad, esto ocurre en algunos segundos, mientras tanto su
respiraci�n en agitada, se encuentra presa de tal excitaci�n que no se puede
contener, respira profundo para recobrar la cordura, sus ojos ahora se dirigen
al cuerpo que se encuentra cubierto solo por una sabana, sus ojos ya pueden
distinguir con facilidad, ah� se encuentra su amada, ah� se encuentra ese
juvenil cuerpo que pronto har� que se estremezca de placer.



Se sienta al borde de la cama, permanece inm�vil, poco a poco
extiende su mano para palpar el pie de ella, lo siente, con la yema de sus dedos
inicia un ligero vaiv�n, asiendo c�rculos inicia su camino con ambas manos, una
en cada pie de ella, dibujando largas l�neas llega hasta las rodillas y regresa,
solo para iniciar de nuevo el ascenso hasta un punto arriba de las rodillas,
pero debajo de las piernas, regresa a sus pantorrillas y vuelve a subir, esta
vez hasta la parte media de los muslos por la parte exterior, se detiene ah� por
un momento y regresa a las rodillas para subir nuevamente, ahora se dedica a
tocar cada cent�metro de las piernas por la parte exterior, dedica varios
segundos a exaltar al m�ximo la piel y sensaciones de ella, al mismo tiempo que
exalta las propias, su verga se encuentra en su m�ximo esplendor bajo la tela
del pantal�n (no es un superdotado, pero tiene suficiente para deleitar a
cualquier mujer), incluso lastima un poco, pero no importa la excitaci�n es tal
que el dolor igual podr�a ser placer extremo.



Despu�s de deleitarse con las piernas, sube por la cintura,
dedica unos momentos al vientre de ella y sube por los brazos que ella a dejado
fuera de la sabana, sube a sus hombros y los acaricia, su cuello y su rostros
son atendidos con especial inter�s, ella permanece con los ojos cerrados,
absorta en ese mar de sensaciones que le esta proporcionando, todo su cuerpo se
encuentra en ebullici�n, siente un calor que la recorre junto con los dedos de
su t�o, pero esta sensaci�n si ha pasado por su entrepierna, la cual se
encuentra totalmente empapada, aflorando la terrible excitaci�n en forma de gran
cantidad de miel de su vagina.



Sus manos buscan el borde de la sabana, esta es retirada
completamente, se encuentra descubierta, la tenue luz que se puede percibir
apenas es capas de delinear su cuerpo sobre la cama, pero esto no importa, no
est�n ah� en este momento para verse u o�rse, est�n para sentir, para disfrutar
del tacto, de ese placer infinito de prodigar y recibir caricias, caricias
lascivas, pero no menos tiernas y cuidadosas, el sabe que no debe ser brusco,
sabe que debe hacerla vibrar en cada c�lula de piel, con esto la habr�
subyugado, de esta forma la tendr�, si se puede decir para siempre.



El retoma las carias, se encuentra de nuevo enfocado en sus
peque�os pies, tobillos y pantorrillas, pasa las u�as de sus dedos por la piel
desnuda, pero no provoca cosquillas, provoca corrientes el�ctricas que van a
parar directamente al monte de Venus, ella se retuerce presa de las sensaciones,
bajo el encaje de su braga su bellos p�bicos se erizan, sus ojos y sus dientes
se aprietan, su pensamiento "ve" las manos de el, que libremente se desplazan de
arriba abajo, prodigando un infinito, tierno e interminable mar de sensaciones
nuevas.



Sus manos han pasado a su piernas, en principio a la parte
exterior, dejando pasar sus dedos como peque�as patas de ara�a, que casi sin
tocar hacen que su piel reacciones y perciba fielmente, ahora haciendo un poco
de presi�n sobre sus rodillas el indica que habr� ligeramente las piernas, el
movimiento es instintivo, como si se encontraran conectados por el cerebro, ella
deja paso libre a la parte interna de sus piernas, hasta la misma ingle, las
manos de el recorren cada cent�metro, poco a poco se acercan a su vagina, pero
justo antes de siguiera tocarla, vuelve a bajar, as�, despu�s de varios
recorridos, los dedos ahora pasan por la ingle, justo por un lado de las
braguitas, delineando, dibujando el contorno de las mismas, esto con 3
objetivos, el primero no tocar aun el monte de Venus, el segundo, acariciar esta
parte tan sensible del cuerpo de una mujer y que les puedo asegurar ellas
realmente aprecian, y por ultimo, prolongar el exquisito momento que ambos est�n
viviendo.



Los dedos ahora recorren su vientre, la tersura de la piel
tocada es extrema, no existe ni una c�lula fuera de su lugar, pasa varias veces
por su ombligo, delineando y remarcando su contorno, introduciendo la falange
del dedo, escudri�ando este cuerpo que se entrega pleno y sin inhibici�n,
estamos cerca del nacimiento de sus senos, estos como pueden imaginar, tampoco
ser�n tocados aun, apenas son circundados con un dedo, y, de nuevo nos
encontramos en el cuello, nuevamente y junto con su rostro y pelo, son tratados
delicadamente.



Ahora, agach�ndose sobre si mismo, deposita un tierno beso en
la boca, para ser absorbido por los labios de ella, que con desesperaci�n busca
cada gota de su saliva, busca cada rec�ndito lugar que su lengua le permite
alcanzar, tratando de poseerlo literalmente con su aliento, tratando de penetrar
a trav�s de la boca a cada poro de la piel, la respiraci�n de ambos es
completamente descontrolada, si no se detienen, en unos segundos mas vendr� la
penetraci�n, romper� con este sensual encanto de las caricias, ella separada de
la raz�n, solo quiere consumar el amor que siente por el, quiere sentirlo dentro
de si, quiere explotar en un orgasmo infinito, pero, se da cuenta de que no
conoce uno que haya sido provocado por alguien, todos los que ha sentido han
sido por su propia mano, esto parece hacerla entrar en conciencia, y suavemente
vuelve a dejarse llevar, vuelve a sentir a trav�s de su piel y los dedos de el.



Haciendo una indicaci�n, ella se voltea boca abajo, esta vez,
el camino inicia arriba, en su nuca siente el calido aliento que la boca de el
deja escapar, su lengua se encuentra saboreando estos rincones er�ticos a veces
olvidados, los l�bulos de la oreja que se encuentra encendidos, los hombros y la
misma nuca son recorridos y saboreados, a�n el mismo cuero cabelludo es palpado,
bajando lentamente a la parte posterior del cuello, los hombros y parte alta de
la espalda, las l�neas de tela del brassiere sirven como gu�as a la lengua, le
dirigen a la parte media, ahora ya se incluyen besos sobre esta piel
electrizada, como si sobre esta espalda se encontrara dibujado un tablero de
ajedrez, cada cuatro, sin faltar uno solo, es besado, lamidos saboreado y
acariciado, el borde de su braguita se acerca, estamos en el, la lengua se las
ingenia para levantar levemente la tela, se posa y saborea las nacientes nalgas
de ella, una y otra vez, de derecha a izquierda y de izquierda a derecha, la
lengua busca alcanzar los mas posible, siempre sin retirar la prenda, todo es
parte del juego er�tico que se encuentra jugando, seguimos el contorno que se
dibuja sobre las juveniles nalgas, estas tiemblan al contacto, brincan y se
endurecen al paso de esta lengua invasora y atrevida, que no conforme con una
vez, repite su recorrido por una y otra nalga, bajando a una pierna y regresando
a la otra, pasamos por la parte posterior de los muslos, estos ligeramente
separados, dejan libremente que la cabeza de el pueda introducirse entre estas 2
columnas, los besos se repiten en la parte interna de ambas piernas, la cercan�a
de la vagina y su embriagante aroma hacer irresistible un beso sobre ella, el
cual con ternura es depositado, al contacto ambos cuerpos han saltado, presas de
orgasmos en miniatura o sensaciones indescriptibles (como mejor les parezca),
ahora, el agrega peque�os mordiscos sobre ambas piernas, pantorrillas y pies,
estos, se repiten a cada cent�metro de piel, ella se encuentra completamente
inundada, innumerables han sido los escurrimientos de su vagina, se encuentra
completamente mojada, la verga de el, presa de la excitaci�n, tambi�n se
encuentra completamente h�meda, el liquido preseminal a brotado en incontables
ocasiones, simulando peque�as venidas que han menguado el dolor, convirti�ndolo
en placer.



El extiende sus brazos, alcanzado el broche del brassiere,
intenta eliminar el obst�culo que aprisiona los senos, lo ha logrado, voltea el
cuerpo de su adorada jovencita, y se lanza a besar esos senos virginales,
deposita suavemente su boca sobre la base, inicia un recorrido hasta los
pezones, hasta que son alcanzados, una vez en ellos los chupa con agrado, los
temblores del cuerpo de ella obvian otro escurrimiento de su entrepierna, uno
mas de la noche, uno mas de los varios que ya se han hecho presentes a lo largo
de estas horas que han estado juntos, afuera la tormenta no ha bajado, pero
comparado con lo que ocurre bajo ese techo, la tormenta parece una tenaz
lluviecita que no termina, as� como no terminan las innumerables sensaciones de
placer que se prodigan mutuamente, mientras la lluvia sigue, ambos pezones de la
chica son devorados con pasi�n y ternura pero sin prisa, con toda la calma que
da tener el control de lo que esta ocurriendo, por un lado el sabe que ella
nunca se resistir� a lo que el quiera hacerle, por ella, seguir� dejando que le
hagan todo aquello que quiere experimentar, todo aquellos desconocido y tan
placentero.



-T�o, no puede existir tanto placer, me esta matando


-D�jate llevar, aun faltan muchos otros sitios que debo
explorar y sensaciones nuevas para que las disfrutes


-Claro que si t�o, soy totalmente suya, en estos momentos
puede hacer de mi lo que quiera, lo que mas le guste y plazca, estoy presa de
sus caricias, estoy totalmente inmersa entre sus h�biles manos, nunca imagina
que se pudiera disfrutar tanto sin la necesidad de sentirme penetrada


-La penetraci�n es solo una culminaci�n, no es en si el
disfrute mismo, este se encuentra en explorar y hacer explotar en sensaciones
cada pedazo de tu piel



Ella trata de seguir hablando, de seguir expresando a su t�o
cuan infinitos son los placeres que esta sintiendo, pero el calla su boca con un
pasional beso, este termina y sus labios vuelven a buscar los senos para seguir
el camino interrumpido.



Despu�s de dedicar varios minutos a saborear la miel que
estos senos le prodigan, el recorrido reinicia, las labios ahora se encuentran
es su abdomen, dando vueltas de un lado a otro, bajando poco a poco hasta su
ombligo, de nuevo es delineado, lamido y saboreado.



Solo unos cent�metros separan a la lengua de la tela de las
braguitas, estamos por llegar a tocar su monte de Venus, la lengua se introduce
un poco por debajo de la tela, se da un par de recorridos por el contorno de la
prenda, el el�stico de la prenda es mordido por los dientes, estos jalan hacia
abajo, la prenda inicia el recorrido para ser retirada, para facilitar la tarea
ella arquea su cuerpo, la prenda a dejado libre parte de los bellos de su
juvenil pubis, para terminar de bajar las braguitas, la operaci�n se repite en
el lado opuesto, nuevamente los dientes jala el el�stico, ahora la prenda se
encuentra a mitad de las piernas, ella levanta las caderas, sus nalgas y pubis
se encuentra libres, percibiendo la fuerte respiraci�n de el, recibiendo el
calido aliento de la boca, nuevamente los recorridos el�ctricos en ambos
cuerpos, los jugos de ambos vuelven a ser derramados, los de ella a trav�s de
sus labios vaginales llegan ya hasta su ano y nalgas, los de el, a trav�s de su
erguida verga escurren por el capullo que la corona, finalmente la prenda se
encuentra casi en sus tobillos, ella hace un par de movimientos mas, y su cuerpo
esta ya libre de cualquier obst�culo, el nuevamente con su lengua se encuentra
palpando el contorno del pubis, oliendo el exquisito perfume que emana de esta
vagina, todo el rededor de los bellos y las ingles a sido coronado con besos y
carias, haciendo un recorrido espiral estamos por tocar la punta superior de la
l�nea vaginal, a trav�s de este canal la lengua separa los labios mayores, ah�
esta el cl�toris hinchado, erguido, anhelante, ese anhelo es satisfecho, los
labios chupan y absorben este botoncito de carne, la explosi�n es inmediata, un
grandioso orgasmo invade el cuerpo juvenil, sus gemidos son apagados debido a
que sus propias manos se encuentran presionando su boca, aprieta los ojos, los
dientes mordiendo sus labios, las nalgas y las piernas se encuentran
completamente tensas, esta venida ha sido la mas brutal de las varias que ya se
cuentan, incluso a aprisionado la cabeza de el entre sus piernas, el mientras
tanto se dedica a absorber todo aquello que brota de la vagina, comprendiendo
que ha provocado un grandioso orgasmo en este joven cuerpo, sabe que jam�s esta
jovencita habr�a experimentado y/o disfrutado de semejante placer, absorto
completamente en el placer que esta prodigando y disfrutando cada estertor del
cuerpo de ella, el mismo se ha venido, el jugo de su verga se a derramado, a
tenido una descomunal descarga dentro de sus calzoncillos, asiendo caso omiso a
su propio disfrute se concentra aun mas en prolongar el disfrute de ella, sigue
prodigando lametadas, chupadas, besos y caricias, cuantos minutos han pasado
desde que inicio la venida, no importa, pueden hacer sido solo unos cuantos
segundos, lo importante es que ha sido fenomenal.



La respiraci�n agitada, los latidos de ambos corazones llevan
un ritmo vertiginoso, la cabeza de �l entre las piernas de ella, la boca,
prendada de los labios mayores, la corrida escurriendo por todos lados, ha sido
maravilloso, lentamente y despu�s de un "desmayo" involuntario, ambos retoman
conciencia, ambos se regocijan para sus adentros, el a saboreado los exquisitos
jugos, ella ha experimentado la mas maravillosa de las sensaciones SU PRIMER
ORGASMO PROVOCADO POR EL.


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