A una sola voz
La playa estaba a 200 metros de la piscina, era la noche de
a�o nuevo y pasaba unas peque�as vacaciones en Ad�cora, un pueblo venezolano del
estado Falc�n. Es una zona de mucha brisa porque el caribe parece haber
depositado all� todo su poder. Adem�s la temperatura es muy agradable para el
turismo, as� que mis t�os, mis padres y yo, que entonces ten�a 16, decidimos
pasar dos semanas en un buen hotel de la zona para recibir el a�o entrante.
Desde nuestra llegada hab�a disfrutado de la hermosa voz de
Alicia, que cantaba con un peque�o grupo todas las noches en el club del hotel.
A pesar de ser menor de edad, me dejaban entrar porque el ambiente familiar era
absolutamente sano. Debo acotar que soy m�sico. Desde los 8 a�os empec� a
estudiar guitarra y por eso me llam� tanto la atenci�n la actividad profesional.
Cre� que era una buena oportunidad para aprender algo acerca de ese mundo.
Con Alicia hab�a cruzado palabras en algunas ocasiones y era
evidente que le ca�a muy bien. Siempre ten�amos tema de conversaci�n; si no era
la t�cnica vocal, se trataba de la guitarra, o se las relaciones entre Mosc� y
Washington, o lo que sea. Ella aparte de su excelente voz, pod�a presumir de un
cuerpo cuidadosamente conservado y que a sus 32 a�os no revelaba m�s de 24. Era
blanca, de cabellos negr�simos, con ojos color miel, de forma avellanada, t�pica
de los ind�genas venezolanos. En pocas palabras, se trataba de una bella mezcla
de las etnias que en Am�rica se mezclaron como los ingredientes de un plato
digno del mejor paladar.
Esa noche, tras las hallacas (nuestro plato navide�o
tradicional), las uvas, el champagne, los abrazos de a�os nuevo, los deseos y
prop�sitos, yo decid� que me dar�a un paseo por la piscina (alberca), as� que a
la 1:30 de la madrugada del 1� de enero, un muchacho entraba solitario a ba�arse
y nadar un poco. En realidad me hubiese gustado ir al mar, pero el acceso a la
playa estaba cerrado. Nunca me ha gustado usar shorts para ba�arme en la playa o
en piscinas, por lo que usaba traje de ba�o.
Como a los 15 minutos de nadar, un poco cansado, me acerqu� a
la orilla y repar� en que Alicia discut�a con el tecladista del grupo a escasos
10 metros de m�. Aparentemente ten�an una diferencia con respecto a la
repartici�n del dinero recibido, as� que pretend� ignorar su presencia. Pronto
el hombre se alej� en direcci�n a los camerinos (o eso supuse yo) y Alicia me
llam�.
-Javier... �puedes venir un momento?
Le conteste afirmativamente con la cabeza desde el agua y
nad� hacia la orilla mientras ella se descalzaba e introduc�a sus pies en el
agua. Me sent� a su lado y me dijo
-Oye, este Juan es un mu�rgano; hasta ayer la plata se
repart�a a partes iguales entre los cuatro m�sicos y yo, pero a los due�os les
gust� mucho nuestro trabajo y decidieron darnos un bono. �Y el muy co�o �e madre
dice que le toca todo a �l porque fue quien cerr� el contrato!
Yo intent� desembarazarme del asunto: -pero, Alicia, yo no
entiendo nada de eso...
-�C�mo que no? �Si t� eres m�s inteligente que esos pendejos
juntos!
-Gracias...
-Yo s� lo que te sucede: es que no te quieres inmiscuir en
nuestros asuntos... �y continu�, sin dejarme hablar- y me parece muy bien de tu
parte; lo m�s probable es que ma�ana resolvamos todo, porque Jose�to, Fernando y
Juli�n no se van a calar que este los estafe...
Yo la miraba con sus pies metidos en el agua y reci�n capt�
que estaba solo en una piscina con una mujer terriblemente hermosa; sin embargo,
no cre� posible que llegase a pasar algo. A mis 16 a�n era virgen y no ten�a
idea de c�mo seducirla. M�s a�n, al lado de ella me sent�a mucho m�s ni�o,
porque ella duplicaba mi edad.
-�Y no me dices nada? � casi me grit�...
Mi mente regres� del limbo en que se encontraba y le dije que
no me agradaba la idea de intervenir en eso.
-�Intervenir en qu�? Te estoy preguntando que qu� haces aqu�
a esta hora...
-�Ah, ah!, disculpa, es que me distraje..., esteee... estaba
aburrido y me gusta mucho el agua, as� que me vine a nadar hace rato
-S�, ya not� que estabas distra�do: me estabas viendo los
pies y te quedaste en otro mundo.
-Uh, ehh, s� �le contest� aterrado, pens� que iba a rega�arme
o algo as�-, lo siento
-No lo sientas, es perfectamente normal, tienes 16 a�os y tus
hormonas no te dejan en paz...
En ese momento se puso de pie y yo tem� que me abandonase
all�, pero s�lo por un momento, porque vi con sorpresa que estaba quit�ndose la
blusa. Cre� que estaba delirando. Alicia me dijo que se iba a ba�ar un rato, que
ten�a fr�o y sab�a que el agua de la piscina era calentada. Adem�s, siempre
estuvo trabajando y no pudo disfrutar del club. El contrato hab�a terminado, de
modo que al d�a siguiente volv�a a Valencia, su ciudad de residencia.
La iluminaci�n era tenue y sin embargo la recuerdo
claramente. El cabello ca�a sobre sus hombros y la brisa lo mov�a con fuerza
hacia atr�s. Ingenuamente pens� que tendr�a su traje de ba�o debajo de la ropa,
pero pronto not� que ten�a un brassiere blanco, de encajes, y aunque mi mente
afiebrada lo pens�, que se transparentar�a completamente y podr�a ver sus senos
y pezones a la perfecci�n, guard� un prudente silencio. No quer�a romper el
hechizo.
Baj� su falda dej�ndome ver sus pantaletas tambi�n de encaje
y cuyo entramado dejaba ver una zona oscura de la que asomaban pelillos. Not� mi
turbaci�n, ya que me dijo:
-�Te molesta que me ba�e as�?
-Ehh, �qu�?... no, no, est� bien, somos adultos, �no?- dije,
bromeando, mientras me percataba de la estupidez que hab�a hecho al meter el
tema de la edad...
-Bueno, yo m�s que t�, pero estoy seguro de que est�s a la
altura, tus razonamientos y tu lenguaje dejan muy claro que ya eres un hombre en
todo lo esencial. Quiz� te falte un poco de experiencia, pero eso llegar�...
Mientras tanto, Alicia ya hab�a bajado completamente su falda
y se hab�a deshecho de zarcillos, pulseras, anillos y dem�s accesorios. Me
deslumbraba tener tan cerca de una mujer tan bella, y tan desnuda como nunca
antes hab�a visto. Entr� delicadamente al agua por la escalerilla, mientras yo
examinaba visualmente su piel. En el blanco de sus hombros estaban
estrat�gicamente ubicados miles de lunares que formaban una peque�a galaxia en
negativo. Sus piernas eran torneadas con la precisi�n de las caminatas matutinas
que hac�a. Sus nalgas, con hoyuelos, eran firmes y redondas. Su espalda formaba
una curva tenue, desde su estrecha cintura hasta sus hombros estrellados.
Las sensaciones visuales hab�an hecho efecto sobre m�, y
agradec� que el agua me llegaba al pecho, porque mi erecci�n hab�a llegado a un
punto en que dol�a. S�, dol�a, pero divinamente. Cuando entr� al agua
completamente, sus prendas se hicieron transparentes. Ah� estaba mi sue�o
er�tico: la mujer desnuda, absolutamente deseable, a un metro de mi. �C�mo
deseaba tomarla!. El problema es que no sab�a c�mo hacerlo.
Ella se encarg� de romper el hielo. D�ndose cuenta de que
estaba paralizado, fue directo al grano, dici�ndome al o�do: "Javier, ya s� que
te gusto, que te excito, y t� tambi�n me excitas; tienes un cuerpo muy bello y
el canela de tu piel me encanta"... Yo apenas atin� a decirle que s�, que me
encantaba, que me volv� loco al verla desnudarse, que me encantar�a besa... y no
pude terminar, porque ella ya lam�a mi boca, enviando electricidad a mi sexo
erecto. Sent� que las bolas ascend�an y me abrac� con fuerza a ella, vencido ya
el reparo de que notase mi erecci�n.
Me hab�a decidido a dejarme llevar y ella me llevaba con
maestr�a. Se apoy� en una pared de la piscina, en una zona en donde el agua
llegaba a sus hombros y m�s o menos a mis tetillas y, poni�ndome frente a ella,
empuj� su vientre sobre la cabeza de mi pene, que estaba reventando el traje de
ba�o. Me pidi� al o�do que liberase sus senos, que el brassiere la estaba
matando, me dijo; e inmediatamente mis dos manos corrieron a liberar el
ganchillo que tiene detr�s la prenda. La dej� al borde y mis manos exploraron su
pecho blanqu�simo. Sus areolas son peque�as y rosadas, y not� por su respiraci�n
y por su voz ronca que se estaba excitando mucho.
Sus manos tambi�n hac�an su trabajo y estaban conociendo mi
pene, que era sacudido sin piedad por ella, al tiempo que la otra mano se
apoder� de una de mis nalgas. Sac� el traje de ba�o de en medio y recib� una
paja subacu�tica muy intensa.
A pesar de ser virgen, sab�a que ella no quedar�a conforme si
acababa enseguida, as� que propuse secarnos y buscar otro lugar. La propuesta
fue acogida y en menos de 5 minutos est�bamos en la habitaci�n que el hotel
reserv� para ella y uno de sus compa�eros. Ellos se hab�an quedado a tomar ron
en el bar, as� que ten�amos v�a libre.
Se quit� la ropa mojada y baj� mi �nica prenda, dej�ndome con
las piernas colgando al borde de la cama. Las separ� cuidadosamente, mientras su
lengua recorr�a la cara interna de mis muslos. Cuando lleg� a las bolas, las
trat� exquisitamente, chupando y lamiendo alternativamente, mientras su derecha
me pajeaba. La mano izquierda acariciaba mi abdomen y en menos de 3 minutos me
hizo estallar. La boca busc� �vida mi fuente de vida, limpi�ndome y creando
sensaciones incre�bles para m�: jam�s pens� que un orgasmo fuese una cosa tan
intensa y que fuese posible sentir tan divino justo despu�s de la eyaculaci�n:
su lengua, girando sobre el glande supersensible, me obligaba a tensar todo mi
cuerpo, era una sensaci�n casi insoportable.
-�Te das cuenta de que eres todo un hombre? � me dijo, con la
picard�a brill�ndole en los ojos.
-T� me has hecho hombre hoy- respond�, avergonzado y
orgulloso a la vez, de gustarle a aquella hembra.
Me mir� con asombro: "�nunca hab�as...?" "no" "wow, �qu�
emocionante!, esta noche te voy a ense�ar de todo"
Y me ense�o mucho, pero eso ser� otra historia.