Relato: Mi primera vez con un desconocido
Todo comenz� un d�a alrededor de las 3 de la tarde, despu�s de salir de la Universidad (tengo 20 a�os; estudiante en Monterrey). Despu�s de terminar mis clases me dirig�a a casa, no obstante cuando estabana en la parada de camiones veo que un se�or de aproximadamente 45 a�os se me queda mirando fijamente. No puedo evitar mirarlo de vuelta, me llama mucho la atenci�n, no s� porque, era un se�or moreno, gordo, no muy atractivo siendo honesto. No obstante, lo que s� no pude evitar ver era como se tocaba su verga sobre el pantal�n mientas me ve�a directamente a los ojos. Todo enfrente de una multitud de gente.
Despu�s, se me fue acercando mientras se la tocaba m�s, s�lo pod�a ver el tama�o de eso; ten�a demasiada curiosidad por tocarla, pero a su vez me quer�a ir, no volvermelo a encontrar, pero no pude. Cuando se puso enfrente de m� me dice veo que te gust�, sigueme, y se dio la vuelta. No pens� nada, s�lo lo hice hasta que lleg� a un hotel de mala muerte, no me importo. Tan pronto como entr�, cerro la puerta y me empujo a la cama. No estaba seguro de lo que iba a hacer, pero r�pidamente agarr� mi mano e hizo que le tocara su pene sobre el pantal�n. Sent�a que estaba mal, pero me encantaba sentir toda esa verga en mi mano, aprentandola, sintiendo su grosor y longitud, me encantaba, poner mi cabeza y mordersela mientras ten�a el pantal�n... simplemente lo mejor.
Cuando se cans� de eso se quit� los pantalones y me dijo que abriera la boca, yo no quer�a hacerlo, no ten�a ni la menor idea de que hacer, o que se sentir�a o sabr�a, pero el estaba muy excitado y se puso un poco violento, me abri� la boca con sus grandes manos y me meti� toda la verga, sent�a muy raro, me molestaba porque estaba muy grande. Adem�s, agarraba mi cabeza y me empujaba hacia adelante para que se la chupara toda. A pesar de esto, le tom� el gusto y empec� a chuparsela toda, sus bolas me encantaban, meterme de una en una en mi boca, sentir su textura, lamber su cabeza, ten�a un sabor tan delicioso que a�n lo recuerdo. Se la chupe hasta por un buen rato, y el no paraba de decir: �ndale putita chupamela toda, se ve que te encanta. La verdad es que s�, pod�a estar ah� todo el d�a mamand�sela bien rico.
Posteriormente, se sac� la verga y me volte� bruscamente. Me dijo ahora te coger� como no tienes una idea. Yo no estaba preparado para eso, y le dije que no quer�a, que me ir�a, pero el estaba tan excitado que me agarr� fuertemente y dijo t� no te ir�s a ning�n lado hasta que yo diga putita. A pesar de que ten�a mucho miedo de que doliera mucho, me excitaba mucho su verga, sobre todo cuando empez� a tocar con su dedo mi culo. Me excit� demasiado. Me dice, te voy a hacer algo que quiz� te guste, de repente agarr� mis piernas y las levant� y comienza a chuparme el culo, no pude evitar sentir un gran placer cuando su lengua pas� por ah�, simplemente quer�a m�s, supongo que eso lo vio �l en mi mirada, porque no paraba de hacerlo, despu�s me hizo que le chupara un dedo y me lo fue metiendo. Al principio me doli� un poco, no estaba acostumbrado a eso, pero su dedo grande y ancho me encantaba. Unos minutos despu�s me dijo ya est�s listo, y me acerca el pene al culo, y me dice dime que quieras que te coja, que eres mi putita. Interesantemente lo dije, no aguantaba las ganas de saber que se sent�a ese pedazo de verga adentro. Despu�s me meti� la puntita rosada, pero no entraba, estaba muy apretado.
Conforme iba avanzando me molestaba m�s, pero el no paraba, me repet�a constantemente se acaba hasta que yo lo diga, y segu�a empujando, hasta que hizo un movimiento brusco y la ten�a toda adentro de m�, s�lo recuerdo el dolor que sent�. Me agarr� fuertemente de los brazos para que no me moviera, y me la empez� a sacar y meter. El dolor se fue reduciendo y esa sensaci�n incomoda se convirti� en un gran placer. Me encantaba y s�lo quer�a que no se detuviera: me hab�a convertido en su putita, no paraba de decirle uqe me diera m�s fuerte. Esto ocurri� durante un largo tiempo, perd� la noci�n del tiempo, s�lo sent�a esa verga adentro de m�, gritaba de placer, me encantaba todo su peso sobre m�, como me agarraba fuertemente, mis manos recorriendo su espalda. El no paraba de decir que bueno ten�a mi culo, que era redondito y firme, que me pod�a coger todo el tiempo, pero que ya se iba a correr. De repente se lo saca y me lo mete en la boca, y me dice, anda chupamelo, ya casi est� lista tu comida. Se lo empec� a mamar hasta que sent� un l�quido calientito en mi boca, eran sus mecos. Me los com� todos.